ISSN 0373-580 X

Bol. Soc. Argent. Bot. 54 (4): 663-664. 2019

OBITUARIO

CARMEN LELIA CRISTÓBAL

1932 - 2019

La Dra. Carmen Lelia Cristóbal nació en Tafí Viejo, Tucumán, el 01/12/1932 y falleció en Corrientes el 25/09/2019.

Realizó sus estudios en la Universidad Nacional de Tucumán, donde obtuvo los títulos de Licenciada (1955) y de Doctora en Botánica (1959) e inició su actividad docente. Su tesis doctoral, la revisión del género Ayenia (Sterculiaceae), mereció dos premios: la Fundación Miguel Lillo le otorgó el Premio “Ernesto Padilla” y luego recibió el Premio “Cristóbal Hicken” de la Academia Nacional de Ciencias Exactas, Físicas y Naturales.

En 1960-61, mediante una beca de la American Association of University Women, hizo cursos de posgrado de Anatomía Vegetal en Berkeley (California, USA), familiarizándose con

los métodos de trabajo de la disciplina. Durante su estadía posterior en el Museo de Historia Natural de París (1964-65), con una beca del Gobierno Francés, aprendió las técnicas de estudio de la Palinología, disciplina relativamente nueva en aquella época.

Cuando llegó a Corrientes, en 1964, tenía 31 años. Se desempeñó como profesora de Botánica General en la Facultad de Agronomía y Veterinaria de la Universidad Nacional del Nordeste. Simultáneamente dictaba esa asignatura, como carga, para la Facultad de Ciencias Exactas, Naturales y Agrimensura. En una facultad de Ingenieros Agrónomos, “la Doctora”, como se la conocía, era inconfundible. Llamaba la atención por su belleza, su afabilidad, su capacidad, su dedicación.

Desde su llegada, trabajó con el Ing. Antonio Krapovickas, hombro con hombro, y ambos hicieron de la Facultad su segundo hogar. Gracias a su actividad, el Departamento de Botánica fue creciendo y muy pronto Corrientes fue un sitio reconocido en la Botánica nacional. En 1967, organizaron las IX Jornadas Argentinas de Botánica, realizadas en Paso de la Patria (Corrientes), con un viaje final a Formosa y Paraguay.

En 1965 el Herbario no existía, solamente había una estantería que albergaba las carpetas con los duplicados de las últimas colecciones de Krapovickas. Con una biblioteca reducida y con escaso equipamiento, limitado a dos microscopios Wild M20, no había muchas alternativas; así los primeros becarios desarrollaron temas de Anatomía Vegetal, Palinología y Citología, que se podían llevar a cabo básicamente con microscopios.

La creación del Herbario era una prioridad para Krapovickas y “Carmeta” (como se la llamaba familiarmente). Tenían clarísimo el significado del Herbario y de su valor indeclinable; por eso, desde su llegada organizaron viajes de colección en Corrientes, provincias y países vecinos y, con los ejemplares colectados comenzó a crecer la colección. En 1967-68 se recibieron los primeros lotes de duplicados del Museo de La Plata y de herbarios de Brasil. El canje se inició formalmente en 1969, y para entonces ya estaba inscripto el herbario en el Index Herbariorum, identificado con el acrónimo CTES. Carmeta fue la curadora desde su inicio hasta 2002; durante su gestión, el Herbario llegó a ser uno de los más activos de Argentina, siempre con colecciones nuevas y con identificaciones provistas por especialistas de Europa y América.

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Cuando se creó el Instituto de Botánica del Nordeste (IBONE), en 1977, tenían a su alrededor muchos discípulos y colaboradores; hoy el grupo se ha multiplicado, Carmeta y Krapovickas tuvieron “bisnietos científicos”, ya se han publicado numerosos trabajos de investigadores que son los “nietos” de sus primeros discípulos.

Carmeta fue una docente inigualable, inspiradora, que disfrutaba enseñando y transmitía entusiasmo. Cuando la Facultad adquirió instrumental óptico (microscopios y lupas binoculares), ella se hizo cargo de supervisar su mantenimiento; se ocupó, con el personal de su cátedra, de calcular las dimensiones necesarias para las aulas de microscopía y de lupas, así como de proponer el número, tamaño y disposición de las mesas que, hasta hoy, están en uso. En 2005, como merecido homenaje, la Sala de Microscopía recibió su nombre. Todo el material didáctico expuesto fue traído por ella de Instituciones botánicas europeas u obtenido en los viajes de colección.

Fue la Presidente de la Sociedad Argentina de Botánica entre 1983-1986, en ese lapso se realizó bajo su dirección la edición y publicación del Boletín de la Sociedad. Al año siguiente, asumió la dirección de Bonplandia, revista del IBONE, que ejerció hasta 2001.

Perteneció a la Carrera del Investigador del CONICET y se jubiló como Investigadora Principal. Su especialidad fue la familia Sterculiaceae, concretó la revisión de tres géneros con numerosas especies, más de cien en Byttneria; describió dos nuevos géneros, así como varias especies nuevas; preparó las Sterculiaceae para floras argentinas y de otros países americanos. En colaboración con Krapovickas investigó varios grupos de Malvaceae. Se ocupó también de las Asteraceae, realizando estudios en colaboración con el Dr. Angel L. Cabrera y describiendo especies nuevas.

Apoyó a sus colaboradores, becarios y pasantes en el desarrollo de temas ajenos a su especialidad. Así, formó investigadores no sólo en Taxonomía de Plantas Vasculares sino en Liquenología, Palinología y Anatomía Vegetal. También se ocupó de la formación de los ilustradores botánicos del IBONE. Supo despertar el espíritu de colaboración, y descubrir y fomentar las cualidades de la gente que dirigía. Fue una jefa exigente, pero siempre enseñó con el ejemplo, desde las tareas más simples hasta las técnicas complejas. Tenía mucho carácter, compensado con un genuino interés y empatía con la gente que la rodeaba.

En 2013, se impuso el nombre de Carmen L. Cristóbal al herbario CTES. Transcribo un párrafo de las palabras pronunciadas en esa ocasión por la Prof. Carmen H. Zamudio, cercana colaboradora suya: “El herbario es el sector del IBONE donde la Dra. redobla esfuerzos, creatividad y perseverancia. Nadie como ella sabe el valor del detalle en esta labor, y trabajando a su lado se llega a comprender por qué es tan importante la precisión de un dato en el trabajo de campo, la escritura correcta de un término técnico, el cuidado minucioso de cada ejemplar de la colección, la adquisición de los insumos adecuados, la administración prudente de los recursos, la atención esmerada hacia el botánico visitante….”

Que su espíritu perdure, que su generosidad nos inspire siempre y ayude a los integrantes del IBONE a cuidarlo y a mantenerlo como ella lo vivió, como su propia casa.

María Mercedes Arbo

IBONE

Corrientes, Argentina

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