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Bol. Soc. Argent. Bot. 55 (3) 2020
introducción
La diversidad de formas y función de las
ores ha sido asociada con la amplia variedad de
estrategias de cruzamiento y el sistema sexual
de una planta (Barret, 2002). Las plantas que
tienen ores hermafroditas (i.e. que presentan los
dos sexos en la misma or) tienen la posibilidad
de autopolinizarse o de presentar polinización
cruzada, la ocurrencia de una u otra va a depender
de las características morfológicas (Barret, 2010)
o de características siológicas de la or (Franklin
-Tong, 2008). Numerosas especies con flores
hermafroditas, han desarrollado estrategias que
han sido interpretadas como características para
evitar la autopolinización, e indirectamente evitar
la depresión por endogamia que se encuentra
vinculada a este tipo de reproducción (Barret,
2002). Entre dichas características se encuentran la
presencia de membrana estigmática, tricomas peri-
estigmáticos y estrategias como la hercogamia y la
dicogamia entre otras. Todas estas características
orales favorecen la polinización cruzada, evitando
la interferencia entre las funciones masculina y
femenina (Lloyd & Webb, 1986; Webb & Lloyd,
1986; Barrett, 2002).
Un modelo de or donde se pueden analizar estas
características es la or de la familia Fabaceae que
es generalmente hermafrodita. Asimismo, existen
especies con ores diclinas o unisexuales (con solo
androceo o gineceo en la or) representadas en
las seis subfamilias (sensu LPWG, 2017; Tucker,
1988a, 1988b, 1990, 1991, 1992; Grünmeyer, 1990;
Ulibarri, 2008; Hoc et al., 1994). Las Papilonoideae
(Leguminoseae) presentan una arquitectura oral
en la cual el androceo y el gineceo se encuentran
dentro de una unidad formada por los pétalos de
la quilla y las alas. Los polinizadores que visitan
estas ores deben ejercer una fuerza tal que permita
mover el complejo alas-quilla para poder acceder
a las recompensas orales, y así polinizar la or.
Esto se conoce como mecanismo de polinización y
se sabe que es accionado principalmente por abejas
(Arroyo, 1981; Westerkamp, 1997; Etcheverry et
al., 2008; Galloni et al., 2008; Figueroa Fleming
& Etcheverry, 2017). En adición, la mayoría de las
Fabaceae, sobre todo las especies de la subfamilia
Papilionoideae (aprox. 80%) son autocompatibles,
por lo que muchas especies de este grupo pueden
desarrollar frutos y semillas por autopolinización
(Arroyo, 1981). Por otra parte, la autopolinización
en las mismas puede ser evitada por la presencia
de una autoincompatibilidad fisiológica, por
dicogamia o por barreras mecánicas presentes en
las ores (Arroyo, 1981; Yeo, 1993; Suzuki, 2003;
Galloni et al., 2007).
En las Papilionoideae el androceo es pentámero
con 9-10 estambres que se ubican en dos verticilos
que alternan entre sí (Polhill et al., 1981; LPWG,
2017). En algunos géneros se han registrado
diferencias entre los estambres de ambos verticilos
en cuanto a tamaño, forma, unión de los lamentos
y período de dehiscencia (Polhill et al., 1981;
Rodríguez-Riaño et al., 1999b). Existe una
tendencia a la fusión de los lamentos del androceo,
formando un tubo de diez estambres (androceo
monadelfo), o bien los nueve estambres se fusionan
dejando el décimo libre (androceo diadelfo; Arroyo,
1981; Rodríguez-Riaño et al., 1999b; Tucker,
2003). También se ha descrito la pseudomonadela,
en este caso el androceo es diadelfo y al nal del
desarrollo el lamento del estambre libre se une
a los adyacentes generalmente a través de una
fusión supercial de sus márgenes, y deja o no un
par de oricios o ventanas (fenestras) en la base
(Tucker, 1987, 1989, 2003; Rodríguez-Riaño et
al., 1999b). Generalmente, el tipo de androceo
está relacionado con la presencia o ausencia
de nectarios intraestaminales, así las especies
nectaríferas presentan un androceo diadelfo o
pseudomonadelfo con fenestras basales (Tucker,
1987; López et al., 1999; Rodríguez-Riaño et al.,
1999b; Agostini & Sazima, 2006). Mientras que
el androceo monadelfo y pseudomonadelfo sin
fenestras basales, está presente en especies cuyas
ores carecen de nectarios (Rodríguez-Riaño et al.,
1999b).
El gineceo es súpero y unicarpelar excepto en la
tribu Swartzieae, que presenta ores con gineceo
pluricarpelar (Polhill et al., 1981; Rodríguez-
Riaño et al., 1999a; Tucker, 2003), variando en
forma, tamaño y otras características. El ovario
puede ser recto o curvado, articulado o no, glabro
o pubescente, sésil o con un corto estipe en la
base (López et al., 1999; Rodríguez-Riaño et al.,
1999a). La forma del estilo varía en un amplio
rango desde lineal, lineal-curvado en el ápice o en
la base, enrollado o con rotación. La presencia de
diversos indumentos en el estilo y estigma es un
carácter común entre las especies de Papilionoideae