Bol. Soc. Argent. Bot. 57 (3) 2022
introducción
En este sentido, el análisis de silicofitolitos
presenta una ventaja específica que lo diferencia
La presencia de hogares ha sido tradicionalmente de otras técnicas definidas por el estudio de
el principal criterio diagnóstico que ha permitido órganos y tejidos específicos como la Carpología
identificar un contexto como escenario de una o la Antracología, ya que permiten caracterizar la
ocupación humana. El fuego forma parte intrínseca variabilidad del registro vegetal tanto taxonómica
de la historia de nuestra especie (Barbetti, 1986) como anatómicamente (raíces, tallos, hojas, flores,
y es prácticamente una constante en contextos frutos) (Metcalfe, 1969; Twiss et al., 1969; Bozarth,
arqueológicos muy diferentes, como herramienta 1992; Ollendorf, 1992; Piperno & Pearsall, 1993;
que ha servido al ser humano en distintos propósitos Kealhofer & Piperno, 1998; Piperno & Stothert,
(
Oakley, 1955; Perlès, 1977; Pérez de Micou, 2003; Ball et al., 2006; Piperno, 2006; Ball et al.,
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991; Galanidou, 2000; Lumley, 2006; Frank, 2009). De esta manera, los conjuntos fitolíticos
012; Massone, 2017). Así, el estudio tanto de las tanto del material carbonizado como de las cenizas
estructuras de combustión como de las especies permiten caracterizar distintas partes y tipos de
y materias usadas como combustible son temas plantas que alimentaron la estructura de combustión
ampliamente tratados a lo largo de la historia de la en el desarrollo de actividades específicas. Esto es
Arqueología (Leroi-Gourhan & Brézillon, 1972; relevante por cuanto sabemos que los hogares no
March, 1995; Théry-Parissot, 1998; March & siempre cumplen la misma función, ya que pueden
Lucquin, 2007; Vallverdu et al., 2012).
estar dirigidos a la producción de calor, de luz,
Una estructura de combustión (Pérez de Micou, cocción, ahumado de alimentos o generación de
991; Frank, 2012) comprende una base de señales de humo, de manera que los combustibles
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sedimentos termo-alterados y una parte superior pueden variar en función de estas elecciones y las
con cenizas y carbones (Albert et al., 2000; características de los combustibles disponibles
Berna et al., 2007; Cabanes et al., 2007). El (Lejay et al., 2016). Por tanto, para el estudio del
contenido de una estructura reune tanto el material material vegetal combustionado, los silicofitolitos
involucrado en la combustión, que proviene representan una excelente línea de evidencia, que
directamente de la preparación y alimentación del contribuye a un estudio arqueobotánico integral del
fuego, y el material derivado de las actividades manejo del fuego.
desarrolladas en ella, pues estos espacios suelen
En Suramérica, específicamente en la Patagonia,
ser utilizados como lugares de descarte dentro de se han estudiado las estructuras de combustión en
un asentamiento (Binford, 1991[1983]; Hansen, contextos cazadores-recolectores desde distintas
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001), siendo un resumen (o fotografía) de todo perspectivas etnoarqueológicas, contextuales y
tipo de materiales empleados en la ocupación. experimentales (March et al., 1989; March et al.,
Ahora bien, durante el acondicionamiento, el 1991; Pérez de Micou, 1991; March, 1992; Massone
encendido y el mantenimiento del fuego, se et al., 1998; Frank, 2012; Massone, 2017; Morales
utilizan principalmente productos de origen vegetal et al., 2017; Hammond & Ciampagna, 2019). En
(
salvo contadas excepciones o contextos muy cuanto a los residuos vegetales, se han estudiado
específicos). Estos productos vegetales podrán principalmente desde la antracología (Solari, 1991,
corresponder a plantas leñosas, y también a tallos 1992, 1993, 1994, 2000, 2003, 2009; Solari et al.,
y hojas de plantas herbáceas, que generalmente no 2002; Solari & Lehnebach, 2004; Rojas, 2004;
generan residuos macrobotánicos carbonizados.
Zurro et al., 2009; Caruso Fermé 2013a, 2013b;
Dentro de los microrestos botánicos Caruso Fermé & Civalero 2014, 2019; Ciampagna
se encuentran los silicofitolitos: réplicas et al., 2016; Massone & Solari, 2017; Caruso Fermé
mineralizadas de células vegetales. Estos restos & Zangrando, 2019).
permanecerán en los sedimentos en muy variables
La mayor parte de los grupos que habitaron
contextos de depositación, ya sea como resultado históricamente el gran territorio de Patagonia
de actividades antrópicas o fenómenos naturales, detentaban un modo de vida cazador-recolector,
sin ser alterados por el decaimiento orgánico o bien pescador-cazador-recolector, y generaron
(
Osterrieth et al., 2009; Zurro, 2011; Madella & registros materiales específicos en relación a un
Lancelotti, 2012). modo de vida de amplia movilidad. No obstante,
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