Narrando experiencias:
“El cine llega al barrio. Mujeres migrantes y derecho a la cultura”
Sofía Arrieta | sofi.arrieta@mi.unc.edu.ar | CIECS (CONICET y UNC)
Recepción: 17/05/23
Aceptación final: 24/05/23
El proyecto “El cine llega al barrio. Mujeres migrantes y derecho a la cultura” se desarrolló entre mayo y noviembre de 2022 y tuvo como objetivos principales crear un espacio de encuentro y recreación junto a mujeres migrantes que habitan diferentes barrios populares de la ciudad de Córdoba; propiciar el acceso a la cultura a través de proyecciones de películas en distintos espacios públicos del cotidiano barrial e impulsar espacios de intercambio y decisión de mujeres migrantes. Este proyecto fue una propuesta que nació a partir del diálogo entre el Programa Migraciones y Espacio Urbano -el cual está radicado en el Centro de Investigaciones y Estudios sobre Cultura y Sociedad (CIECS) (CONICET/UNC) y trabaja en investigaciones y articulaciones con población migrante de la ciudad de Córdoba- y el Programa de DDHH de la FFyH -que busca promover trabajos de investigación que aborden temáticas con perspectiva en derechos humanos y fortalecer lazos con distintos espacios sociales desde la construcción colectiva-. Para materializar el proyecto se realizó la coordinación institucional con la Secretaría de Extensión de la Facultad de Filosofía y Humanidades, quien también formó parte de esta propuesta.
Más allá de las instituciones involucradas, la participación protagónica fue la de tres grupos de mujeres migrantes vinculadas a espacios socio-comunitarios de los barrios Los Artesanos, El Pueblito y Pueblos Unidos, todos ubicados en la periferia de la ciudad y caracterizados por ser espacios autoconstruidos por los vecinos y vecinas y por una importante presencia de familias migrantes provenientes de Perú y Bolivia. En este sentido, el proyecto se desarrolló en dos etapas: una primera instancia de trabajo colectivo con las mujeres migrantes, que se desarrolló entre mayo y junio de 2022, y consistió en talleres participativos en los que se compartieron las problemáticas y preocupaciones que las atraviesan en tanto mujeres, migrantes y trabajadoras que viven en la ciudad de Córdoba. Aquí se definieron las temáticas de las producciones audiovisuales a proyectar, la logística y los espacios en los que tendrían lugar. La segunda instancia se enfocó en las proyecciones, que sucedieron entre julio y noviembre de 2022. La idea del “cine migrante” fue en doble sentido: por un lado, los sujetos involucrados fueron las mujeres migrantes y sus hijos/as y, por el otro, el cine “migró” hacia sus barrios. Con una proyección al mes, las películas elegidas se hicieron presentes en los espacios socio-comunitarios donde transcurre gran parte de la vida de estas poblaciones. Siempre acompañadas por charlas y meriendas compartidas, se generaron “jornadas de cine” que incluyeron una tarde placentera y distendida en el espacio cotidiano; y es aquí donde reside la riqueza de esta propuesta.
La proyección final fue en el cine del centro cultural La Piojera, un espacio con alto valor simbólico para estas comunidades, dado que está ubicado en el barrio Alberdi, uno de los espacios más tradicionales para el habitar de los y las migrantes regionales en la ciudad de Córdoba. A este evento asistieron gran parte de las mujeres involucradas en el proyecto y sus hijos/as, a quienes se les ofrecieron los medios de movilidad para garantizar su participación. En el marco de este evento se compartió una tarde de proyecciones y actividades recreativas que resultaron en un saldo sumamente positivo.
Habitar las periferias urbanas implica para los/as vecinos/as, una serie de dificultades para sostener de la vida, que se resuelven comunitariamente. En un contexto global de ciudades que tienden a empujar hacia los márgenes de un modo cada vez más deshumanizado a estas poblaciones, se multiplican los factores que obstruyen las posibilidades de que las mujeres migrantes regionales tengan acceso a eventos como los aquí propuestos. Por eso, este proyecto puede entenderse también como una forma de reflexionar colectivamente sobre el derecho a la ciudad y sus múltiples dimensiones, entre ellas el derecho al disfrute y el acceso a producciones culturales. En suma, el aporte principal de esta propuesta ha sido no sólo la alegría que generaron las jornadas de cine en los barrios, sino también el hecho de abrir la puerta a pensar nuevos horizontes de intervención social y a ser testigos, una vez más, de la potencia que nos ofrece el acercamiento -imprescindible- entre la academia y la comunidad.