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Palabras clave: Bibliotecas públicas; Desarrollo regional; Dimensiones del desarrollo
Abstract
The objective of this paper is to analyze the theoretical approaches of local development and
describe the incidence of libraries in each dimension of this process. To that end, several
concepts of local development from the sociological, economic and economic-environmental
perspective are revised. In addition, the evolution of the concept of public library is described
from its origin until 2001. On the basis of the local development assumptions, its dimensions
and the review of previous studies on the subject, its ties with public libraries are identified. It
is concluded that this type of libraries can influence the social, cultural, political, economic,
environmental and technological dimensions of the development process of a locality and
propose there is a need to carry out comprehensive studies that allow to know and determine
the contribution of libraries to local development.
Introducción:
La colaboración científica ha sido uno de
los rasgos más distintivos en la evolución del
trabajo científico a lo largo de las últimas déca-
das. Se puede definir como “la interacción
entre dos o más científicos, la cual tiene lugar
dentro de un contexto social y permite com-
partir significado y completar tareas con
respecto a una meta superior mutuamente
compartida” (Sanchez, Schmidt & Obiol,
2016: 37). En este fenómeno inciden una serie
de factores vinculados fundamentalmente al
carácter de institución social que posee la cien-
cia donde su avance se vincula, en gran
medida, a las interacciones entre los actores
involucrados. En los últimos años la colabora-
ción en ciencia ha crecido notablemente, espe-
cialmente en las ciencias experimentales y
naturales. La actividad científica en colabora-
ción es vinculada con un mayor éxito en la
investigación, medido a través del prestigio de
las revistas en donde son publicados los avan-
ces, y de la cantidad de citas que reciben.
Existe una amplia bibliografía dedicada al
estudio de este fenómeno mereciendo la aten-
ción de numerosos autores (Katz & Martin,
1997; González Alcaide & Gómez Ferri, 2014;
Villanueva-Felez, Fernández-Zubieta & Palo-
mares-Montero, 2014; Aguado-López & Bece-
rril-García, 2016; Sebastián, 2004; Cummins
& Kiesler, 2005; Hara, Solomon, Kim & Son-
nenwald, 2003). A continuación se ofrece una
síntesis de las principales motivaciones que
mueven a los científicos a desarrollar su traba-
jo de manera colaborativa:
La existencia de políticas (ya sea a nivel
instColaboración institucional
Las particularidades de la colaboración
internacional permiten esclarecer el panorama
de investigación para adentrarse en el análisis
de la colaboración institucional; los niveles de
presencia de los distintos países participantes
en la red se reflejan en las instituciones que los
representan.itucional o estatal) que promue-
ven que las actividades científicas se realicen
en colaboración con otros investigadores,
grupos, organismos o países;
El deseo de los investigadores de incre-
mentar su visibilidad y prestigio en el campo
disciplinar que les compete;
La creciente demanda de ajuste y racio-
nalización de la mano de obra científica;
El cambio en las fuentes de financia-
ción;
La complejidad y el costo del equipa-
miento para investigar, lo cual lleva a los cien-
tíficos a compartir insumos;
El avance de las disciplinas científicas
en términos de especialización y profesionali-
zación, que torna necesario para el investiga-
dor adquirir más conocimientos para poder
hacer avances significativos, lo cual es factible
de lograr compartiendo conocimiento con
otros investigadores;
La formación de recursos humanos,
que lleva a los jóvenes investigadores a publi-
car trabajos con científicos que poseen una
trayectoria ya consolidada;
El surgimiento de campos de trabajo
interdisciplinarios, que impulsa a los investiga-
dores a trabajar en colaboración con otros
provenientes de diferentes ámbitos de la cien-
cia;
El interés de los científicos por alcanzar
un fin común de forma rápida y eficiente;
El reconocimiento de una comunidad
global a partir de la internacionalización de
determinadas problemáticas científicas;
La inclusión de nuevas plataformas de
comunicación virtual en línea; a partir de la
década del 2000 los autores que han trabajado
el tema comienzan a hablar de “ciberinfraes-
tructura” y plataformas eScience para la inves-
tigación en colaboración entre autores situa-
dos geográficamente en lugares remotos (Birn-
holtz, 2007).
La madurez de un campo científico se
acentúa en la medida en que los investigadores
interactúan y generan nuevos conocimientos
en conjunto. Por tal motivo, la colaboración
científica es un indicador esencial para estable-
cer el nivel de desarrollo de las áreas discipli-
nares. Asimismo, permite identificar el grado
de coordinación entre los actores participantes
en la actividad científica (Sánchez, Schmidt &
Obiol, 2016; Miguel, Chinchilla-Rodríguez,
González & Moya-Anegón, 2012).
Dentro de los sistemas de ciencia y tecno-
logía, la evaluación de los grados e intensidad
de la colaboración comienza a ser un factor
cada vez más importante de cara a establecer
la calidad de la investigación, su grado de
apertura y niveles de visibilidad (Ortoll et al.,
2014; Sanz-Casado, De-Filippo & Marugán,
2014). La colaboración científica implica un
entramado de investigadores, grupos de traba-
jo, organismos y actividades que interactúan
dinámicamente y en relación con su entorno
(disciplinar, geográfico, institucional, etcéte-
ra). En un contexto de toma de decisiones,
identificar los actores y dinámicas de colabora-
ción es fundamental para definir dónde se
encuentran las fortalezas y las debilidades de
un sistema científico.
Los trabajos que analizan la colaboración
científica brindan la posibilidad de visualizar
la red de instituciones y grupos de investigado-
res que forman parte de la actividad científica.
Katz & Martin (1997) mencionan las ventajas
del análisis de la coautoría como indicador de
la colaboración científica. Primero, al ser un
dato invariable y verificable, cualquiera puede
repetir los resultados y cerciorar su fiabilidad.
Segundo, es relativamente poco costoso y muy
práctico a la hora de analizar cuantitativamen-
te la colaboración científica. Además, el estu-
dio de la coautoría puede comprender grandes
volúmenes de datos, siendo sus resultados
mucho más significativos que los arrojados por
estudios de caso. Por último, estos trabajos
podrían incidir en la colaboración científica a
largo plazo. Es destacable la importancia de
este tipo de estudios si se tiene en cuenta que la
colaboración a nivel internacional está cam-
biando radicalmente la estratificación estruc-
tural de las ciencias (Leydesdorff, Wagner,
Park & Adams, 2013). Desde la bibliotecolo-
gía y las disciplinas que conforman el grupo
dedicado a las métricas de la información
(bibliometría, cienciometría e informetría) se
han desarrollado una serie de indicadores
específicos y técnicas de estudio abordados a
partir de la construcción de matrices de datos
como resultado del análisis de las publicacio-
nes, su uso, visibilidad e impacto en la comuni-
dad científica. Los indicadores bibliométricos
constituyen una de las herramientas más utili-
zadas para la medición del producto de la
investigación científica, porque las publicacio-
nes (independientemente del tipo de soporte)
son el vehículo más prolífico y exitoso para la
transferencia del conocimiento científico, con-
juntamente con su transferencia oral por
medio de conferencias y comunicaciones
personales (Moya Anegón & Arencibia Jorge,
2008). Esta investigación aborda la colabora-
ción desde un enfoque bibliotecológico apli-
cando técnicas bibliométricas que permiten la
construcción de los datos intervinientes, el
cálculo de indicadores y su representaciones
gráficas, y el desarrollo de un análisis en
función de los rasgos característicos de la
comunicación científica y la comunidad cientí-
fica estudiada.
El Instituto de Investigaciones
Biológicas (IIB)
El IIB es un centro de investigación aboca-
do a la generación de conocimiento científico,
la innovación y el desarrollo tecnológico en
bioquímica y biología celular y molecular, por
medio de actividades de investigación, transfe-
rencia, docencia y formación de Recursos
Humanos. Este organismo se encarga de afian-
zar en la ciudad de Mar del Plata desarrollos
científicos vinculados principalmente con la
investigación biológica básica y formar recur-
sos humanos en el ámbito de la enseñanza
universitaria de grado y post-grado. Fue
creado en el año 1978 con dependencia inicial
del Rectorado de la UNMdP y luego de la
Facultad de Ciencias Exactas y Naturales
(FCEyN), funcionando como unidad sub-aca-
démica de la misma. La labor docente de este
instituto comprende la formación de jóvenes
investigadores que se encuentren realizando
tesis doctorales o cursos de posgrado, además
de dictar varias materias en el ámbito de
grado, en las Licenciaturas en Ciencias Bioló-
gicas y Ciencias Químicas e Ingeniería de
alimentos de la ya mencionada Facultad.
A partir del año 2006, desde CONICET se
promueve la creación de nuevas UE (con la
sugerencia de denominarlas institutos) que en
lo posible se conformaran como entidades de
doble dependencia junto a universidades
nacionales u organismos de ciencia y tecnolo-
gía nacionales e internacionales (Res. CONI-
CET 995). En este contexto, el 27 de
diciembre de ese año el CONICET y la
UNMDP firmaron un convenio de comple-
mentación recíproca (OCS 2201/07) para la
promoción y ejecución de tareas de investiga-
ción. En el marco de dicho convenio, el 19 de
junio de 2007 se aprobó la creación del IIB
como Unidad Ejecutora de doble dependen-
cia, UNMDP-CONICET.
Actualmente, el Instituto está conformado
por 7 grupos de investigación reconocidos por
la FCEyN: Degradación de Proteínas; Bioquí-
mica y Biología Molecular de Microorganis-
mos y Espermatozoides; Bioquímica Vegetal;
Biología Molecular; Fisiología Molecular e
Integrativa; y Fisiología del Estrés en Plantas y
Biología de Mitocondrias. Las líneas de inves-
tigación actuales corresponden a la Bioquími-
ca y Biología Molecular, la Biología Molecular
de Plantas, la Biología Celular, la Microbiolo-
gía y Microbiología Ambiental y las Molécu-
las Bioactivas, entre otros. La financiación de
sus actividades corre por cuenta de la UNMdP
y por los subsidios que reciben los investigado-
res de diversas agencias de promoción científi-
ca nacionales e internacionales mediante
proyectos y becas de investigación. Sleimen
(2015) detecta, como organismos financiado-
res de la actividad del IIB, a la propia UNMdP,
el CONICET, la CIC, la Fundación Antor-
chas, la Agencia Nacional de Promoción
Científica y Tecnológica, y la International
Foundation for Science de Suecia, principal-
mente.
Metodología
Para analizar la producción científica en
colaboración del IIB se utilizó la fuente de
datos de corriente principal Web of Science
(WoS) de Clarivate Analytics, incluyendo en la
búsqueda a todas las bases de datos. Los datos
se extrajeron del campo AD= (Dirección) que
proporciona información específica sobre los
indicadores utilizados, junto con búsquedas
complementarias que, por refinamiento y
observación manual, permitieron establecer la
selección de registros publicados dentro del
período de estudio. La ecuación ejecutada en
el motor de búsqueda fue la siguiente:
AD=(IIB OR CONICET-UNMdP OR
Inst Invest Biol OR Univ Nacl Mar Plata
OR Funes 3250 OR Univ Nac Mar del
Plata) AND AD=(Argentina OR Mar del
Plata)
En base a este proceso se obtuvo un total
de 224 artículos con 512 autores, y se estimó
un margen de error del 2% en base a los auto-
res que no fueron considerados en la produc-
ción. Para el estudio se seleccionaron indica-
dores que permitieran determinar las particu-
laridades de la colaboración científica del IIB:
Filiaciones institucional y geográfica
Índice de co-autoria (IC)
Análisis de co-firmas
(redes de colaboración)
Productividad
Una vez exportados los registros, se proce-
dió a crear una estructura de datos ad hoc en
Microsoft Excel versión 2010 para su valida-
ción y depuración, diseñada en base a los indi-
cadores planteados anteriormente. En el con-
trol de autoridades se desestimaron trabajos
no pertinentes a este estudio por su tipología
documental, particularmente libros y capítulos
de libros. Además, se identificaron artículos
pertenecientes a otras instituciones con nom-
bres similares al pertinente a esta investiga-
ción: el Instituto de Investigaciones Biotecno-
lógicas (IIB-INTECH), el Instituto de Investi-
gaciones Biomédicas de España (IIBM), el
Instituto de Biología de Brasil (IB) y el Institu-
to de Investigaciones Biológicas Clemente
Estable de Uruguay (IIBCE). Para la normali-
zación de los autores se utilizaron, principal-
mente, los datos aportados por las firmas de
los artículos y por los campos detallados en los
registros WoS; complementariamente, se
emplearon los buscadores de Google y Google
Scholar para identificar todos aquellos datos
que no pudieron ser ubicados en las fuentes
mencionadas. Por otra parte, se controlaron
los datos de las revistas fuente mediante la
base de datos Sherpa Romeo y el Master Jour-
nal List, de Clarivate Analytics.
Para el cálculo se indicadores se utilizó el
software BibExcel, desarrollado por Olle
Person (2017), en su versión 2016-02-20. Las
co-autorías se representaron mediante el Aná-
lisis de Redes Sociales (ARS), empleando el
software de representación gráfica de redes
VosViewer, versión 1.6.9. Para la interpreta-
ción de los resultados se tuvieron en considera-
ción, como parámetro de referencia, los infor-
mes de la actividad científica en universidades
españolas desarrollados por el observatorio
IUNE (2018). Éstos analizan la colaboración
internacional en instituciones públicas y priva-
das. Entre las áreas que estudian se encuentra
Ciencias de la Vida, campo disciplinar en el
cual se inscribe el IIB.
Resultados y discusión
Productividad
La distribución de la productividad mues-
tra que, del total de los 512 investigadores
presentes en la producción analizada, sólo 63
de ellos concentran el 50% de las firmas de los
artículos (633 firmas de un total de 1260.
Tabla 1).
El cálculo del índice de Lotka arrojó como
resultado una gran cantidad de autores (63%)
con un nivel de productividad bajo (IP=0),
mientras que el 33% de los investigadores se
encuentra en un nivel de productividad inter-
medio (IP<1) y sólo un 4% alcanzó un nivel de
productividad alto (IP=>1). La distribución
encontrada es la esperada según el postulado
de Lotka, tal como se observa en la Tabla 2.
En la Figura 1 pueden apreciarse con mayor
claridad los niveles de producción alcanzados.
Filiación geográfica
Casi la mitad de la producción recabada se
realiza en colaboración nacional (46,51%).
Esta situación puede observarse con mayor
claridad en la Figura 2. Los países que la suce-
den entre los más productivos son Francia
(8,84%), Estados Unidos (8,14%) y España
(5,12%). En estas filiaciones geográficas se
encuentra la concentración más alta de firmas,
mientras que el resto de los países presentes
poseen una participación que no supera el 5%.
Filiación institucional
Mediante el análisis de la filiación institu-
cional se detectó la participación de 120 insti-
tuciones. En la Tabla 3 se observa que la
frecuencia de aparición más alta corresponde a
CONICET con un total de 124 firmas, lo cual
constituye el 23,44% del universo estudiado.
La fuerte presencia de CONICET coincide
con los altos niveles de filiación nacional
descriptos en el apartado anterior. Asimismo,
Argentina nuclea la mayor cantidad de institu-
ciones participantes en la producción estudia-
da (29 instituciones) Tabla 3.
Atendiendo a la importante presencia de
CONICET en las firmas de los artículos estu-
diados, se analizaron las procedencias institu-
cionales de los investigadores del IIB, a fin de
determinar cuántos de ellos poseen filiación
CONICET, UNMdP y/u otros organismos.
La figura 4 muestra que más de la mitad de los
autores firmaron con filiación institucional
IIB-CONICET (66%). Le siguen en orden de
aparición un 28% de investigadores que firma-
ron sus trabajos sólo con filiación IIB. El resto
de las firmas detectadas (6%) pertenecen a
autores con doble y triple filiación, y corres-
ponden al INTA, al INTEMA y a la UNMdP.
Coautoría
El índice de coautoría arrojó como resulta-
do un promedio de 5,62 firmas por artículo,
sobre un total de 1260 firmas. Se ha detectado
un trabajo de hasta 72 autores, aunque la con-
centración más alta de artículos (78,6%) posee
entre 3 y 7 firmas, Tabla 4.
Redes de colaboración
Colaboración entre autores: esta red se
arconsiderando un umbral de representa-
ción de tres o más firmas dentro del universo
estudiado (n 3). Se detectaron ocho clusters
que concentran la mayor cantidad de firmas.
El tamaño de los nodos refleja el grado de
presencia de los autores. En este sentido, se
destacan aquellos que lideran los grupos de
investigación del IIB conformando los princi-
pales actores de la red: Lorenzo Lamattina (n
= 68), Rosana De-Castro (n = 23), Gustavo
Daleo (n = 22), Laura De-La-Canal (n = 21),
Claudia Casalongue (n = 21), Eduardo Zaba-
letta (n = 20), Adriana Andreu (n = 18), María
Gabriela Guevara (n = 16) y Andreina Cesari
(n = 14). La presencia de estos autores en los
resultados se condice con el trabajo que desa-
rrollan dentro del IIB, dado que cada uno de
ellos se encuentra, al momento de redacción
de esta tesis, dirigiendo un grupo de investiga-
ción del Instituto. Son pocos los autores por
fuera del IIB que forman parte de esta red de
colaboración. Por su grado de presencia
(número de firmas) se destacan Erika A.
Wolski (n = 6), Federico Hozbor (n = 6), Hans
Peter Braun (n = 6), Marcela Silvia Simontac-
chi (n = 6), Martín Javier Eguaras (n = 5), Jan
A. L. Van-Kan (n = 5), Matías Maggi (n = 5),
R. H. Alberio (n = 5), Daniel O. Caldiz (n = 4)
y Michael R. Blatt (n = 4), F0igura 5.
Colaboración institucional
Las particularidades de la colaboración
internacional permiten esclarecer el panorama
de investigación para adentrarse en el análisis
de la colaboración institucional; los niveles de
presencia de los distintos países participantes
en la red se reflejan en las instituciones que los
representan.
El tamaño del nodo que representa Argen-
tina en la Figura 7 se explica, principalmente,
por el importante nivel de colaboración de
instituciones nacionales con el IIB. Particular-
mente, se destaca la participación de investiga-
dores con doble filiación con CONICET.
Como se analizó anteriormente, casi la totali-
dad de los investigadores argentinos trabajan
en vinculación con este organismo, lo cual
explica la magnitud del nodo que lo represen-
ta. La concentración de firmas con filiación
nacional coincide con la importante participa-
ción de instituciones argentinas en esta colabo-
ración.
Conclusiones
La colaboración científica en el IIB coinci-
de con los niveles de internacionalización
alcanzados por otras instituciones en áreas
disciplinares similares (IUNE, 2018).
El trabajo realizado permite afirmar que
este instituto publica la mayoría de su produc-
ción en la corriente principal. En base a esto,
cabe preguntarse cuál es el su grado de presen-
cia en la denominada corriente periférica de la
ciencia. Se plantea este interrogante como un
posible disparador para la propuesta de estu-
dios a futuro que analicen la colaboración del
IIB por fuera de la corriente principal, de cara
a establecer una comparativa en este sentido.
El IIB posee un gran nivel de colaboración
con otras instituciones del interior del país. De
las 120 instituciones detectadas en el análisis
de la filiación institucional, 29 de ellas se
encuentran en Argentina (Tabla 6), siendo
éste el país con mayor presencia institucional
en la producción analizada. Los países que la
suceden entre los más productivos (Francia,
Estados Unidos y España) no superan el 9% de
producción en el universo estudiado.
Otro aspecto a destacar de este estudio son las
filiaciones institucionales simples, dobles y
triples. Más de la mitad de los autores (67%)
firmaron con una única filiación institucional.
De los autores argentinos que firmaron con
doble filiación, un 66% de las firmas corres-
ponden a IIB-CONICET. Esto lleva a pensar
que es este organismo el que impulsa a los
investigadores en el área de las Ciencias Exac-
tas a publicar en la corriente principal. La
presencia de CONICET en la colaboración
científica se ha observado en estudios realiza-
dos con características similares (Hidalgo,
2018; Miguel, de Moya-Anegón & Herre-
ro-Solana, 2006; Sleimen, 2015).
El análisis de la productividad permite
observar la concentración de firmas entre un
reducido grupo de investigadores: de un total
de 512 autores estudiados, sólo 63 de ellos
concentran el 50% de las firmas en el universo
analizado. En este sentido, el cálculo del IP
determinó que sólo un 4% de los autores
poseen un nivel de productividad alto. Cabe
preguntarse, en base a dichos resultados, cuál
es la trayectoria de estos investigadores, ya que
esto podría explicar el gran nivel de productivi-
dad que poseen en relación con el resto de los
autores.
De esta investigación se desprende un diag-
nóstico claro y preciso sobre la colaboración
científica en el área de las Ciencias Básicas, a
partir del análisis de uno de los institutos con
mayor trayectoria en la UNMdP como es el
IIB. Los aportes de este estudio podrán ser
tomados como base para decisiones institucio-
nales y de evaluación científica. La colabora-
ción científica es una perspectiva poco releva-
da en Argentina, por lo que se espera que esta
contribución ofrezca una muestra que impulse
nuevos estudios en esta dirección.
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Resumen
El objetivo de este trabajo es analizar los planteamientos teóricos del desarrollo local y describir
la incidencia de las bibliotecas en cada una de las dimensiones de ese proceso. Para ello, se
revisan diversas concepciones del desarrollo local desde la perspectiva sociológica, económica y
económica ambiental y se describe la evolución del concepto de biblioteca pública, desde su
origen hasta 2001. A partir de los supuestos en torno al desarrollo local, las dimensiones que lo
componen y la revisión de estudios previos en el tema, se identificaron los vínculos con las
bibliotecas públicas. Se concluye que este tipo de bibliotecas pueden incidir en las dimensiones
social, cultural, política, económica, ambiental y tecnológica del proceso de desarrollo de una
localidad y se plantea la necesidad de realizar estudios integrales que permitan conocer y
determinar la contribución de las bibliotecas al desarrollo local.
Las bibliotecas desde la mirada del
desarrollo local
Libraries from the perspective of local development
ARTÍCULOS
Ileana Conde Rubio
TecNM. Campus Oaxaca. Correo electrónico: ileanaconder@gmail.com
Egbert John Sánchez Vanderkast
Universidad Nacional Autónoma de México. Instituto de Investigaciones Bibliotecológicas
y de la Información. Correo electrónico: egbert@unam.mx
Enrique Martínez y Ojeda
TecNM. Campus Oaxaca. Correo electrónico: emartyojeda@gmail.com
Revista Prefacio, 2021, vol.5, n°7, ISSN 2591-3905
Universidad Nacional de Córdoba- Facultad de Filosofía y Humanidades. Escuela de Bibliotecología
Keywords: Public libraries; Regional development; Local development; Development
dimensions
Gustavo Liberatore
Universidad Nacional de Mar del Plata. Facultad de Humanidades. Departamento de Ciencia
de la Información. Correo electrónico: gliberat@mdp.edu.ar
Andrés Vuotto
Universidad Nacional de Mar del Plata. Facultad de Humanidades. Departamento de Ciencia
de la Información. Correo electrónico: avuotto@gmail.com
Natalia Pallotta
Universidad Nacional de Mar del Plata. Facultad de Humanidades. Departamento de Ciencia
de la Información. Correo Electrónico: npallotta@mdp.edu.ar
Resumen
La investigación científica en colaboración es un fenómeno que ha ido creciendo notablemente
en los últimos años, especialmente en las Ciencias Básicas. Conocer sus particularidades es
fundamental para los organismos de investigación en un contexto de toma de decisiones. En este
artículo se analizan las características de la colaboración científica a partir de técnicas de gestión
de datos y metodologías de análisis desarrolladas principalmente desde campo bibliotecológico
y las métricas de la información. Se pone en observación el caso del Instituto de Investigaciones
Biológicas (IIB), dependiente de la Universidad Nacional de Mar del Plata (UNMDP). Constitu-
ye un estudio innovador ya que no existen trabajos anteriores sobre el panorama de investigación
en este organismo. Se analizó la co-autoría de las publicaciones en el período 2007-2016 indiza-
das en la fuente Web of Science (WoS), empleando esencialmente indicadores de filiación
geográfica e institucional. Los resultados arrojados ofrecen un diagnóstico claro y preciso sobre
las características de la colaboración científica en las Ciencias Básicas, en un instituto de impor-
tante trayectoria en esta área como es el IIB.
Palabras clave: Instituto de Investigaciones Biológicas; Producción científica; Colaboración
científica; Biología; Análisis cienciométrico
Abstract
Scientific collaboration is a phenomenon that has grown notably in recent years, especially in
Basic Sciences. Knowing its distinctive features is essential for research organizations in a deci-
sion making context. This paper studies the characteristics of scientific collaboration through
data management and analysis methods mainly developed by fields like Library and Information
Science. The case of the Biological Research Institute (IIB), dependent on the National Universi-
ty of Mar del Plata (UNMDP), is put under observation. This is an innovative study since there
is no previous work about the scientific research panorama in this Institute. The co-authorship of
publications indexed in Web of Science (WoS) during a ten years period (2007-2016) is analyzed.
Geographical and institutional filiations are the main indicators addressed. A clear and precise
diagnose about the characteristics of scientific collaboration in Basic Sciences is offered by the
study of a research institute like IIB, which proves to have a relevant career in the field.
Cita sugerida: Conde Rubio, I., Sánchez Vanderkast, E.J., Martínez y Ojeda, E. (2021).
Las bibliotecas desde la mirada del desarrollo local. Revista Prefacio, 5(7), 7-23.
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4.0 Internacional http://creativecommons.org/licenses/by-nc-sa/4.0/deed.es_AR
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determinadas problemáticas científicas;
La inclusión de nuevas plataformas de
comunicación virtual en línea; a partir de la
década del 2000 los autores que han trabajado
el tema comienzan a hablar de “ciberinfraes-
tructura” y plataformas eScience para la inves-
tigación en colaboración entre autores situa-
dos geográficamente en lugares remotos (Birn-
holtz, 2007).
La madurez de un campo científico se
acentúa en la medida en que los investigadores
interactúan y generan nuevos conocimientos
en conjunto. Por tal motivo, la colaboración
científica es un indicador esencial para estable-
cer el nivel de desarrollo de las áreas discipli-
nares. Asimismo, permite identificar el grado
de coordinación entre los actores participantes
en la actividad científica (Sánchez, Schmidt &
Obiol, 2016; Miguel, Chinchilla-Rodríguez,
González & Moya-Anegón, 2012).
Dentro de los sistemas de ciencia y tecno-
logía, la evaluación de los grados e intensidad
de la colaboración comienza a ser un factor
cada vez más importante de cara a establecer
la calidad de la investigación, su grado de
apertura y niveles de visibilidad (Ortoll et al.,
2014; Sanz-Casado, De-Filippo & Marugán,
2014). La colaboración científica implica un
entramado de investigadores, grupos de traba-
jo, organismos y actividades que interactúan
dinámicamente y en relación con su entorno
(disciplinar, geográfico, institucional, etcéte-
ra). En un contexto de toma de decisiones,
identificar los actores y dinámicas de colabora-
ción es fundamental para definir dónde se
encuentran las fortalezas y las debilidades de
un sistema científico.
Los trabajos que analizan la colaboración
científica brindan la posibilidad de visualizar
la red de instituciones y grupos de investigado-
res que forman parte de la actividad científica.
Katz & Martin (1997) mencionan las ventajas
del análisis de la coautoría como indicador de
la colaboración científica. Primero, al ser un
dato invariable y verificable, cualquiera puede
repetir los resultados y cerciorar su fiabilidad.
Segundo, es relativamente poco costoso y muy
práctico a la hora de analizar cuantitativamen-
te la colaboración científica. Además, el estu-
dio de la coautoría puede comprender grandes
volúmenes de datos, siendo sus resultados
mucho más significativos que los arrojados por
estudios de caso. Por último, estos trabajos
podrían incidir en la colaboración científica a
largo plazo. Es destacable la importancia de
este tipo de estudios si se tiene en cuenta que la
colaboración a nivel internacional está cam-
biando radicalmente la estratificación estruc-
tural de las ciencias (Leydesdorff, Wagner,
Park & Adams, 2013). Desde la bibliotecolo-
gía y las disciplinas que conforman el grupo
dedicado a las métricas de la información
(bibliometría, cienciometría e informetría) se
han desarrollado una serie de indicadores
específicos y técnicas de estudio abordados a
partir de la construcción de matrices de datos
como resultado del análisis de las publicacio-
nes, su uso, visibilidad e impacto en la comuni-
dad científica. Los indicadores bibliométricos
constituyen una de las herramientas más utili-
zadas para la medición del producto de la
investigación científica, porque las publicacio-
nes (independientemente del tipo de soporte)
son el vehículo más prolífico y exitoso para la
transferencia del conocimiento científico, con-
juntamente con su transferencia oral por
medio de conferencias y comunicaciones
personales (Moya Anegón & Arencibia Jorge,
2008). Esta investigación aborda la colabora-
ción desde un enfoque bibliotecológico apli-
cando técnicas bibliométricas que permiten la
construcción de los datos intervinientes, el
cálculo de indicadores y su representaciones
gráficas, y el desarrollo de un análisis en
función de los rasgos característicos de la
comunicación científica y la comunidad cientí-
fica estudiada.
El Instituto de Investigaciones
Biológicas (IIB)
El IIB es un centro de investigación aboca-
do a la generación de conocimiento científico,
la innovación y el desarrollo tecnológico en
bioquímica y biología celular y molecular, por
medio de actividades de investigación, transfe-
rencia, docencia y formación de Recursos
Humanos. Este organismo se encarga de afian-
zar en la ciudad de Mar del Plata desarrollos
científicos vinculados principalmente con la
investigación biológica básica y formar recur-
sos humanos en el ámbito de la enseñanza
universitaria de grado y post-grado. Fue
creado en el año 1978 con dependencia inicial
del Rectorado de la UNMdP y luego de la
Facultad de Ciencias Exactas y Naturales
(FCEyN), funcionando como unidad sub-aca-
démica de la misma. La labor docente de este
instituto comprende la formación de jóvenes
investigadores que se encuentren realizando
tesis doctorales o cursos de posgrado, además
de dictar varias materias en el ámbito de
grado, en las Licenciaturas en Ciencias Bioló-
gicas y Ciencias Químicas e Ingeniería de
alimentos de la ya mencionada Facultad.
A partir del año 2006, desde CONICET se
promueve la creación de nuevas UE (con la
sugerencia de denominarlas institutos) que en
lo posible se conformaran como entidades de
doble dependencia junto a universidades
nacionales u organismos de ciencia y tecnolo-
gía nacionales e internacionales (Res. CONI-
CET 995). En este contexto, el 27 de
diciembre de ese año el CONICET y la
UNMDP firmaron un convenio de comple-
mentación recíproca (OCS 2201/07) para la
promoción y ejecución de tareas de investiga-
ción. En el marco de dicho convenio, el 19 de
junio de 2007 se aprobó la creación del IIB
como Unidad Ejecutora de doble dependen-
cia, UNMDP-CONICET.
Actualmente, el Instituto está conformado
por 7 grupos de investigación reconocidos por
la FCEyN: Degradación de Proteínas; Bioquí-
mica y Biología Molecular de Microorganis-
mos y Espermatozoides; Bioquímica Vegetal;
Biología Molecular; Fisiología Molecular e
Integrativa; y Fisiología del Estrés en Plantas y
Biología de Mitocondrias. Las líneas de inves-
tigación actuales corresponden a la Bioquími-
ca y Biología Molecular, la Biología Molecular
de Plantas, la Biología Celular, la Microbiolo-
gía y Microbiología Ambiental y las Molécu-
las Bioactivas, entre otros. La financiación de
sus actividades corre por cuenta de la UNMdP
y por los subsidios que reciben los investigado-
res de diversas agencias de promoción científi-
ca nacionales e internacionales mediante
proyectos y becas de investigación. Sleimen
(2015) detecta, como organismos financiado-
res de la actividad del IIB, a la propia UNMdP,
el CONICET, la CIC, la Fundación Antor-
chas, la Agencia Nacional de Promoción
Científica y Tecnológica, y la International
Foundation for Science de Suecia, principal-
mente.
Metodología
Para analizar la producción científica en
colaboración del IIB se utilizó la fuente de
datos de corriente principal Web of Science
(WoS) de Clarivate Analytics, incluyendo en la
búsqueda a todas las bases de datos. Los datos
se extrajeron del campo AD= (Dirección) que
proporciona información específica sobre los
indicadores utilizados, junto con búsquedas
complementarias que, por refinamiento y
observación manual, permitieron establecer la
selección de registros publicados dentro del
período de estudio. La ecuación ejecutada en
el motor de búsqueda fue la siguiente:
AD=(IIB OR CONICET-UNMdP OR
Inst Invest Biol OR Univ Nacl Mar Plata
OR Funes 3250 OR Univ Nac Mar del
Plata) AND AD=(Argentina OR Mar del
Plata)
En base a este proceso se obtuvo un total
de 224 artículos con 512 autores, y se estimó
un margen de error del 2% en base a los auto-
res que no fueron considerados en la produc-
ción. Para el estudio se seleccionaron indica-
dores que permitieran determinar las particu-
laridades de la colaboración científica del IIB:
Filiaciones institucional y geográfica
Índice de co-autoria (IC)
Análisis de co-firmas
(redes de colaboración)
Productividad
Una vez exportados los registros, se proce-
dió a crear una estructura de datos ad hoc en
Microsoft Excel versión 2010 para su valida-
ción y depuración, diseñada en base a los indi-
cadores planteados anteriormente. En el con-
trol de autoridades se desestimaron trabajos
no pertinentes a este estudio por su tipología
documental, particularmente libros y capítulos
de libros. Además, se identificaron artículos
pertenecientes a otras instituciones con nom-
bres similares al pertinente a esta investiga-
ción: el Instituto de Investigaciones Biotecno-
lógicas (IIB-INTECH), el Instituto de Investi-
gaciones Biomédicas de España (IIBM), el
Instituto de Biología de Brasil (IB) y el Institu-
to de Investigaciones Biológicas Clemente
Estable de Uruguay (IIBCE). Para la normali-
zación de los autores se utilizaron, principal-
mente, los datos aportados por las firmas de
los artículos y por los campos detallados en los
registros WoS; complementariamente, se
emplearon los buscadores de Google y Google
Scholar para identificar todos aquellos datos
que no pudieron ser ubicados en las fuentes
mencionadas. Por otra parte, se controlaron
los datos de las revistas fuente mediante la
base de datos Sherpa Romeo y el Master Jour-
nal List, de Clarivate Analytics.
Para el cálculo se indicadores se utilizó el
software BibExcel, desarrollado por Olle
Person (2017), en su versión 2016-02-20. Las
co-autorías se representaron mediante el Aná-
lisis de Redes Sociales (ARS), empleando el
software de representación gráfica de redes
VosViewer, versión 1.6.9. Para la interpreta-
ción de los resultados se tuvieron en considera-
ción, como parámetro de referencia, los infor-
mes de la actividad científica en universidades
españolas desarrollados por el observatorio
IUNE (2018). Éstos analizan la colaboración
internacional en instituciones públicas y priva-
das. Entre las áreas que estudian se encuentra
Ciencias de la Vida, campo disciplinar en el
cual se inscribe el IIB.
Resultados y discusión
Productividad
La distribución de la productividad mues-
tra que, del total de los 512 investigadores
presentes en la producción analizada, sólo 63
de ellos concentran el 50% de las firmas de los
artículos (633 firmas de un total de 1260.
Tabla 1).
El cálculo del índice de Lotka arrojó como
resultado una gran cantidad de autores (63%)
con un nivel de productividad bajo (IP=0),
mientras que el 33% de los investigadores se
encuentra en un nivel de productividad inter-
medio (IP<1) y sólo un 4% alcanzó un nivel de
productividad alto (IP=>1). La distribución
encontrada es la esperada según el postulado
de Lotka, tal como se observa en la Tabla 2.
En la Figura 1 pueden apreciarse con mayor
claridad los niveles de producción alcanzados.
Filiación geográfica
Casi la mitad de la producción recabada se
realiza en colaboración nacional (46,51%).
Esta situación puede observarse con mayor
claridad en la Figura 2. Los países que la suce-
den entre los más productivos son Francia
(8,84%), Estados Unidos (8,14%) y España
(5,12%). En estas filiaciones geográficas se
encuentra la concentración más alta de firmas,
mientras que el resto de los países presentes
poseen una participación que no supera el 5%.
Filiación institucional
Mediante el análisis de la filiación institu-
cional se detectó la participación de 120 insti-
tuciones. En la Tabla 3 se observa que la
frecuencia de aparición más alta corresponde a
CONICET con un total de 124 firmas, lo cual
constituye el 23,44% del universo estudiado.
La fuerte presencia de CONICET coincide
con los altos niveles de filiación nacional
descriptos en el apartado anterior. Asimismo,
Argentina nuclea la mayor cantidad de institu-
ciones participantes en la producción estudia-
da (29 instituciones) Tabla 3.
Atendiendo a la importante presencia de
CONICET en las firmas de los artículos estu-
diados, se analizaron las procedencias institu-
cionales de los investigadores del IIB, a fin de
determinar cuántos de ellos poseen filiación
CONICET, UNMdP y/u otros organismos.
La figura 4 muestra que más de la mitad de los
autores firmaron con filiación institucional
IIB-CONICET (66%). Le siguen en orden de
aparición un 28% de investigadores que firma-
ron sus trabajos sólo con filiación IIB. El resto
de las firmas detectadas (6%) pertenecen a
autores con doble y triple filiación, y corres-
ponden al INTA, al INTEMA y a la UNMdP.
Coautoría
El índice de coautoría arrojó como resulta-
do un promedio de 5,62 firmas por artículo,
sobre un total de 1260 firmas. Se ha detectado
un trabajo de hasta 72 autores, aunque la con-
centración más alta de artículos (78,6%) posee
entre 3 y 7 firmas, Tabla 4.
Redes de colaboración
Colaboración entre autores: esta red se
armó considerando un umbral de representa-
ción de tres o más firmas dentro del universo
estudiado (n 3). Se detectaron ocho clusters
que concentran la mayor cantidad de firmas.
El tamaño de los nodos refleja el grado de
presencia de los autores. En este sentido, se
destacan aquellos que lideran los grupos de
investigación del IIB conformando los princi-
pales actores de la red: Lorenzo Lamattina (n
= 68), Rosana De-Castro (n = 23), Gustavo
Daleo (n = 22), Laura De-La-Canal (n = 21),
Claudia Casalongue (n = 21), Eduardo Zaba-
letta (n = 20), Adriana Andreu (n = 18), María
Gabriela Guevara (n = 16) y Andreina Cesari
(n = 14). La presencia de estos autores en los
resultados se condice con el trabajo que desa-
rrollan dentro del IIB, dado que cada uno de
ellos se encuentra, al momento de redacción
de esta tesis, dirigiendo un grupo de investiga
-
ción del Instituto. Son pocos los autores por
fuera del IIB que forman parte de esta red de
colaboración. Por su grado de presencia
(número de firmas) se destacan Erika A.
Wolski (n = 6), Federico Hozbor (n = 6), Hans
Peter Braun (n = 6), Marcela Silvia Simontac-
chi (n = 6), Martín Javier Eguaras (n = 5), Jan
A. L. Van-Kan (n = 5), Matías Maggi (n = 5),
R. H. Alberio (n = 5), Daniel O. Caldiz (n = 4)
y Michael R. Blatt (n = 4), F0igura 5.
Colaboración institucional
Las particularidades de la colaboración
internacional permiten esclarecer el panorama
de investigación para adentrarse en el análisis
de la colaboración institucional; los niveles de
presencia de los distintos países participantes
en la red se reflejan en las instituciones que los
representan.
El tamaño del nodo que representa Argen-
tina en la Figura 7 se explica, principalmente,
por el importante nivel de colaboración de
instituciones nacionales con el IIB. Particular-
mente, se destaca la participación de investiga-
dores con doble filiación con CONICET.
Como se analizó anteriormente, casi la totali-
dad de los investigadores argentinos trabajan
en vinculación con este organismo, lo cual
explica la magnitud del nodo que lo represen-
ta. La concentración de firmas con filiación
nacional coincide con la importante participa-
ción de instituciones argentinas en esta colabo-
ración.
Conclusiones
La colaboración científica en el IIB coinci-
de con los niveles de internacionalización
alcanzados por otras instituciones en áreas
disciplinares similares (IUNE, 2018).
El trabajo realizado permite afirmar que
este instituto publica la mayoría de su produc-
ción en la corriente principal. En base a esto,
cabe preguntarse cuál es el su grado de presen-
cia en la denominada corriente periférica de la
ciencia. Se plantea este interrogante como un
posible disparador para la propuesta de estu-
dios a futuro que analicen la colaboración del
IIB por fuera de la corriente principal, de cara
a establecer una comparativa en este sentido.
El IIB posee un gran nivel de colaboración
con otras instituciones del interior del país. De
las 120 instituciones detectadas en el análisis
de la filiación institucional, 29 de ellas se
encuentran en Argentina (Tabla 6), siendo
éste el país con mayor presencia institucional
en la producción analizada. Los países que la
suceden entre los más productivos (Francia,
Estados Unidos y España) no superan el 9% de
producción en el universo estudiado.
Otro aspecto a destacar de este estudio son las
filiaciones institucionales simples, dobles y
triples. Más de la mitad de los autores (67%)
firmaron con una única filiación institucional.
De los autores argentinos que firmaron con
doble filiación, un 66% de las firmas corres-
ponden a IIB-CONICET. Esto lleva a pensar
que es este organismo el que impulsa a los
investigadores en el área de las Ciencias Exac-
tas a publicar en la corriente principal. La
presencia de CONICET en la colaboración
científica se ha observado en estudios realiza-
dos con características similares (Hidalgo,
2018; Miguel, de Moya-Anegón & Herre-
ro-Solana, 2006; Sleimen, 2015).
El análisis de la productividad permite
observar la concentración de firmas entre un
reducido grupo de investigadores: de un total
de 512 autores estudiados, sólo 63 de ellos
concentran el 50% de las firmas en el universo
analizado. En este sentido, el cálculo del IP
determinó que sólo un 4% de los autores
poseen un nivel de productividad alto. Cabe
preguntarse, en base a dichos resultados, cuál
es la trayectoria de estos investigadores, ya que
esto podría explicar el gran nivel de productivi-
dad que poseen en relación con el resto de los
autores.
De esta investigación se desprende un diag-
nóstico claro y preciso sobre la colaboración
científica en el área de las Ciencias Básicas, a
partir del análisis de uno de los institutos con
mayor trayectoria en la UNMdP como es el
IIB. Los aportes de este estudio podrán ser
tomados como base para decisiones institucio-
nales y de evaluación científica. La colabora-
ción científica es una perspectiva poco releva-
da en Argentina, por lo que se espera que esta
contribución ofrezca una muestra que impulse
nuevos estudios en esta dirección.
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Las bibliotecas desde la mirada del desarrollo local
Revista Prefacio, 2021, vol.5, n°7, ISSN 2591-3905
Universidad Nacional de Córdoba- Facultad de Filosofía y Humanidades. Escuela de Bibliotecología
Fecha de recepción: 22/07/2021
Fecha de aceptación: 22/09/2021
Introducción:
La colaboración científica ha sido uno de
los rasgos más distintivos en la evolución del
trabajo científico a lo largo de las últimas déca-
das. Se puede definir como “la interacción
entre dos o más científicos, la cual tiene lugar
dentro de un contexto social y permite com-
partir significado y completar tareas con
respecto a una meta superior mutuamente
compartida” (Sanchez, Schmidt & Obiol,
2016: 37). En este fenómeno inciden una serie
de factores vinculados fundamentalmente al
carácter de institución social que posee la cien-
cia donde su avance se vincula, en gran
medida, a las interacciones entre los actores
involucrados. En los últimos años la colabora-
ción en ciencia ha crecido notablemente, espe-
cialmente en las ciencias experimentales y
naturales. La actividad científica en colabora-
ción es vinculada con un mayor éxito en la
investigación, medido a través del prestigio de
las revistas en donde son publicados los avan-
ces, y de la cantidad de citas que reciben.
Existe una amplia bibliografía dedicada al
estudio de este fenómeno mereciendo la aten-
ción de numerosos autores (Katz & Martin,
1997; González Alcaide & Gómez Ferri, 2014;
Villanueva-Felez, Fernández-Zubieta & Palo-
mares-Montero, 2014; Aguado-López & Bece-
rril-García, 2016; Sebastián, 2004; Cummins
& Kiesler, 2005; Hara, Solomon, Kim & Son-
nenwald, 2003). A continuación se ofrece una
síntesis de las principales motivaciones que
mueven a los científicos a desarrollar su traba-
jo de manera colaborativa:
• La existencia de políticas (ya sea a nivel
instColaboración institucional
Las particularidades de la colaboración
internacional permiten esclarecer el panorama
de investigación para adentrarse en el análisis
de la colaboración institucional; los niveles de
presencia de los distintos países participantes
en la red se reflejan en las instituciones que los
representan.itucional o estatal) que promue-
ven que las actividades científicas se realicen
en colaboración con otros investigadores,
grupos, organismos o países;
• El deseo de los investigadores de incre-
mentar su visibilidad y prestigio en el campo
disciplinar que les compete;
• La creciente demanda de ajuste y racio-
nalización de la mano de obra científica;
• El cambio en las fuentes de financia-
ción;
• La complejidad y el costo del equipa-
miento para investigar, lo cual lleva a los cien-
tíficos a compartir insumos;
• El avance de las disciplinas científicas
en términos de especialización y profesionali-
zación, que torna necesario para el investiga-
dor adquirir más conocimientos para poder
hacer avances significativos, lo cual es factible
de lograr compartiendo conocimiento con
otros investigadores;
• La formación de recursos humanos,
que lleva a los jóvenes investigadores a publi-
car trabajos con científicos que poseen una
trayectoria ya consolidada;
• El surgimiento de campos de trabajo
interdisciplinarios, que impulsa a los investiga-
dores a trabajar en colaboración con otros
provenientes de diferentes ámbitos de la cien-
cia;
• El interés de los científicos por alcanzar
un fin común de forma rápida y eficiente;
• El reconocimiento de una comunidad
global a partir de la internacionalización de
Página
9
Introducción
En los años 50 del siglo XX aparece el
concepto de “subdesarrollo” para diferenciar
al Primer Mundo del Tercer Mundo, que
actualmente se conocen como países desa-
rrollados y países emergentes, respectiva-
mente. Esta forma de categorizar países tuvo
entre sus elementos el desarrollo industrial, a
partir del uso y desarrollo de la ciencia y la
tecnología, a través de los cuales se dio un
incremento del poder económico en algunos
de ellos, mientras en otros disminuyó o se
estancó. Para la ciencia y la tecnología, la
información de la que los países desarrollados
disponen -en calidad y cantidad- es una de las
piezas clave, ya que la sociedad “está soste-
nida y determinada por la informa-
ción” (Arias, 1980: 23). De hecho, las mejo-
ras en la comunicación, a través de la inven-
ción de la imprenta y la aparición del libro
impreso, “están vinculadas al origen de una
economía mundial y al desarrollo de las gran-
des ciudades que a menudo eran sede de
bibliotecas importantes” (Burke, 2002: 82).
Estos hechos evidencian que la informa-
ción ha dado pie al apuntalamiento de la
ciencia y la tecnología. En palabras de
Atherton (1978: 1): “es posible que […] nada
podría contribuir más a alcanzar los fines de
las sociedades en desarrollo [...], que una
transferencia de información científica y
tecnológica efectiva y de alcance mundial”.
Los avances de la ciencia y la tecnología
deben ser pensados para innovar y mejorar
los procesos de producción de las actividades
económicas tradicionales dentro de un territo-
rio -como la agropecuaria o artesanal- y los
servicios que se brindan a la población. Estos
avances deben adaptarse a la comunidad y
tomar como base la cultura, el conocimiento
y el saber generado localmente, con el obje-
tivo de beneficiar a los habitantes y mejorar
su calidad de vida mediante la combinación
de los saberes tradicionales y los conocimien-
tos científicos más recientes.
Más allá de los hechos que dieron origen al
concepto de desarrollo, se entiende que éste
se relaciona con la idea de futuro que se
presenta como meta para el colectivo
humano. Cada sociedad y cada época
tienen su propia formulación de qué es el
desarrollo, que responde a las conviccio-
nes, expectativas y posibilidades que pre-
dominan en ellas (Hernández, González y
Ramiro, 2012: 277).
En este sentido, la incidencia de las
bibliotecas en el desarrollo en principio se
relaciona con uno de sus principales objetivos
que es asegurar que individual y colectiva-
mente las personas se beneficien a través del
uso de los espacios, servicios y colecciones
disponibles en estas. Dicha relación tiene
sustento en la igualdad de condiciones para
acceder a la información, la cultura y el
conocimiento tanto física como virtualmente,
lo cual contribuye a la reducción de brechas.
Además, como parte de la infraestructura
social y cultural las bibliotecas impactan en
distintos ámbitos, no solo el académico y el
educativo, sino el social, el cultural, el
tecnológico y el económico (Neyra, 2021).
Bibliotecas como concepto cambiante
La biblioteca pública ha evolucionado
como resultado de los cambios sociales,
económicos, políticos y tecnológicos. Esta
evolución ha sido analizada cronológicamen-
te por Jaramillo y Montoya (2000) y Jara-
millo (2013) a través de una revisión del
concepto en el periodo de 1949 a 1999, año
en el que el Grupo de Investigación de la
Escuela Interamericana de Bibliotecología
propuso un concepto de biblioteca pública, el
cual se retoma en la propuesta del Centro
Regional para el Fomento del Libro en
América Latina y el Caribe (CERLALC) para
determinar la contribución de las bibliotecas
al desarrollo de los países, como parte de la
fundamentación del Índice de Contribución
de las Bibliotecas Públicas al Desarrollo de las
Comunidades (CERLALC-UNESCO, 2011:
61). Jaramillo y Montoya (2000) concluyeron
que no hay consenso respecto al concepto de
biblioteca pública.
rencia, docencia y formación de Recursos
Humanos. Este organismo se encarga de afian-
zar en la ciudad de Mar del Plata desarrollos
científicos vinculados principalmente con la
investigación biológica básica y formar recur-
sos humanos en el ámbito de la enseñanza
universitaria de grado y post-grado. Fue
creado en el año 1978 con dependencia inicial
del Rectorado de la UNMdP y luego de la
Facultad de Ciencias Exactas y Naturales
(FCEyN), funcionando como unidad sub-aca-
démica de la misma. La labor docente de este
instituto comprende la formación de jóvenes
investigadores que se encuentren realizando
tesis doctorales o cursos de posgrado, además
de dictar varias materias en el ámbito de
grado, en las Licenciaturas en Ciencias Bioló-
gicas y Ciencias Químicas e Ingeniería de
alimentos de la ya mencionada Facultad.
A partir del año 2006, desde CONICET se
promueve la creación de nuevas UE (con la
sugerencia de denominarlas institutos) que en
lo posible se conformaran como entidades de
doble dependencia junto a universidades
nacionales u organismos de ciencia y tecnolo-
gía nacionales e internacionales (Res. CONI-
CET 995). En este contexto, el 27 de
diciembre de ese año el CONICET y la
UNMDP firmaron un convenio de comple-
mentación recíproca (OCS 2201/07) para la
promoción y ejecución de tareas de investiga-
ción. En el marco de dicho convenio, el 19 de
junio de 2007 se aprobó la creación del IIB
como Unidad Ejecutora de doble dependen-
cia, UNMDP-CONICET.
Actualmente, el Instituto está conformado
por 7 grupos de investigación reconocidos por
la FCEyN: Degradación de Proteínas; Bioquí-
mica y Biología Molecular de Microorganis-
mos y Espermatozoides; Bioquímica Vegetal;
Biología Molecular; Fisiología Molecular e
Integrativa; y Fisiología del Estrés en Plantas y
Biología de Mitocondrias. Las líneas de inves-
tigación actuales corresponden a la Bioquími-
ca y Biología Molecular, la Biología Molecular
de Plantas, la Biología Celular, la Microbiolo-
gía y Microbiología Ambiental y las Molécu-
las Bioactivas, entre otros. La financiación de
sus actividades corre por cuenta de la UNMdP
y por los subsidios que reciben los investigado-
res de diversas agencias de promoción científi-
ca nacionales e internacionales mediante
proyectos y becas de investigación. Sleimen
(2015) detecta, como organismos financiado-
res de la actividad del IIB, a la propia UNMdP,
el CONICET, la CIC, la Fundación Antor-
chas, la Agencia Nacional de Promoción
Científica y Tecnológica, y la International
Foundation for Science de Suecia, principal-
mente.
Metodología
Para analizar la producción científica en
colaboración del IIB se utilizó la fuente de
datos de corriente principal Web of Science
(WoS) de Clarivate Analytics, incluyendo en la
búsqueda a todas las bases de datos. Los datos
se extrajeron del campo AD= (Dirección) que
proporciona información específica sobre los
indicadores utilizados, junto con búsquedas
complementarias que, por refinamiento y
observación manual, permitieron establecer la
selección de registros publicados dentro del
período de estudio. La ecuación ejecutada en
el motor de búsqueda fue la siguiente:
AD=(IIB OR CONICET-UNMdP OR
Inst Invest Biol OR Univ Nacl Mar Plata
OR Funes 3250 OR Univ Nac Mar del
Plata) AND AD=(Argentina OR Mar del
Plata)
En base a este proceso se obtuvo un total
de 224 artículos con 512 autores, y se estimó
un margen de error del 2% en base a los auto-
res que no fueron considerados en la produc-
ción. Para el estudio se seleccionaron indica-
dores que permitieran determinar las particu-
laridades de la colaboración científica del IIB:
Filiaciones institucional y geográfica
Índice de co-autoria (IC)
Análisis de co-firmas
(redes de colaboración)
Productividad
Una vez exportados los registros, se proce-
dió a crear una estructura de datos ad hoc en
Microsoft Excel versión 2010 para su valida-
ción y depuración, diseñada en base a los indi-
cadores planteados anteriormente. En el con-
trol de autoridades se desestimaron trabajos
no pertinentes a este estudio por su tipología
documental, particularmente libros y capítulos
de libros. Además, se identificaron artículos
pertenecientes a otras instituciones con nom-
bres similares al pertinente a esta investiga-
ción: el Instituto de Investigaciones Biotecno-
lógicas (IIB-INTECH), el Instituto de Investi-
gaciones Biomédicas de España (IIBM), el
Instituto de Biología de Brasil (IB) y el Institu-
to de Investigaciones Biológicas Clemente
Estable de Uruguay (IIBCE). Para la normali-
zación de los autores se utilizaron, principal-
mente, los datos aportados por las firmas de
los artículos y por los campos detallados en los
registros WoS; complementariamente, se
emplearon los buscadores de Google y Google
Scholar para identificar todos aquellos datos
que no pudieron ser ubicados en las fuentes
mencionadas. Por otra parte, se controlaron
los datos de las revistas fuente mediante la
base de datos Sherpa Romeo y el Master Jour-
nal List, de Clarivate Analytics.
Para el cálculo se indicadores se utilizó el
software BibExcel, desarrollado por Olle
Person (2017), en su versión 2016-02-20. Las
co-autorías se representaron mediante el Aná-
lisis de Redes Sociales (ARS), empleando el
software de representación gráfica de redes
VosViewer, versión 1.6.9. Para la interpreta-
ción de los resultados se tuvieron en considera-
ción, como parámetro de referencia, los infor-
mes de la actividad científica en universidades
españolas desarrollados por el observatorio
IUNE (2018). Éstos analizan la colaboración
internacional en instituciones públicas y priva-
das. Entre las áreas que estudian se encuentra
Ciencias de la Vida, campo disciplinar en el
cual se inscribe el IIB.
Resultados y discusión
Productividad
La distribución de la productividad mues-
tra que, del total de los 512 investigadores
presentes en la producción analizada, sólo 63
de ellos concentran el 50% de las firmas de los
artículos (633 firmas de un total de 1260.
Tabla 1).
El cálculo del índice de Lotka arrojó como
resultado una gran cantidad de autores (63%)
con un nivel de productividad bajo (IP=0),
mientras que el 33% de los investigadores se
encuentra en un nivel de productividad inter-
medio (IP<1) y sólo un 4% alcanzó un nivel de
productividad alto (IP=>1). La distribución
encontrada es la esperada según el postulado
de Lotka, tal como se observa en la Tabla 2.
En la Figura 1 pueden apreciarse con mayor
claridad los niveles de producción alcanzados.
Filiación geográfica
Casi la mitad de la producción recabada se
realiza en colaboración nacional (46,51%).
Esta situación puede observarse con mayor
claridad en la Figura 2. Los países que la suce-
den entre los más productivos son Francia
(8,84%), Estados Unidos (8,14%) y España
(5,12%). En estas filiaciones geográficas se
encuentra la concentración más alta de firmas,
mientras que el resto de los países presentes
poseen una participación que no supera el 5%.
Filiación institucional
Mediante el análisis de la filiación institu-
cional se detectó la participación de 120 insti-
tuciones. En la Tabla 3 se observa que la
frecuencia de aparición más alta corresponde a
CONICET con un total de 124 firmas, lo cual
constituye el 23,44% del universo estudiado.
La fuerte presencia de CONICET coincide
con los altos niveles de filiación nacional
descriptos en el apartado anterior. Asimismo,
Argentina nuclea la mayor cantidad de institu-
ciones participantes en la producción estudia-
da (29 instituciones) Tabla 3.
Atendiendo a la importante presencia de
CONICET en las firmas de los artículos estu-
diados, se analizaron las procedencias institu-
cionales de los investigadores del IIB, a fin de
determinar cuántos de ellos poseen filiación
CONICET, UNMdP y/u otros organismos.
La figura 4 muestra que más de la mitad de los
autores firmaron con filiación institucional
IIB-CONICET (66%). Le siguen en orden de
aparición un 28% de investigadores que firma-
ron sus trabajos sólo con filiación IIB. El resto
de las firmas detectadas (6%) pertenecen a
autores con doble y triple filiación, y corres-
ponden al INTA, al INTEMA y a la UNMdP.
Coautoría
El índice de coautoría arrojó como resulta-
do un promedio de 5,62 firmas por artículo,
sobre un total de 1260 firmas. Se ha detectado
un trabajo de hasta 72 autores, aunque la con-
centración más alta de artículos (78,6%) posee
entre 3 y 7 firmas, Tabla 4.
Redes de colaboración
Colaboración entre autores: esta red se
arconsiderando un umbral de representa-
ción de tres o más firmas dentro del universo
estudiado (n 3). Se detectaron ocho clusters
que concentran la mayor cantidad de firmas.
El tamaño de los nodos refleja el grado de
presencia de los autores. En este sentido, se
destacan aquellos que lideran los grupos de
investigación del IIB conformando los princi-
pales actores de la red: Lorenzo Lamattina (n
= 68), Rosana De-Castro (n = 23), Gustavo
Daleo (n = 22), Laura De-La-Canal (n = 21),
Claudia Casalongue (n = 21), Eduardo Zaba-
letta (n = 20), Adriana Andreu (n = 18), María
Gabriela Guevara (n = 16) y Andreina Cesari
(n = 14). La presencia de estos autores en los
resultados se condice con el trabajo que desa-
rrollan dentro del IIB, dado que cada uno de
ellos se encuentra, al momento de redacción
de esta tesis, dirigiendo un grupo de investiga-
ción del Instituto. Son pocos los autores por
fuera del IIB que forman parte de esta red de
colaboración. Por su grado de presencia
(número de firmas) se destacan Erika A.
Wolski (n = 6), Federico Hozbor (n = 6), Hans
Peter Braun (n = 6), Marcela Silvia Simontac-
chi (n = 6), Martín Javier Eguaras (n = 5), Jan
A. L. Van-Kan (n = 5), Matías Maggi (n = 5),
R. H. Alberio (n = 5), Daniel O. Caldiz (n = 4)
y Michael R. Blatt (n = 4), F0igura 5.
Colaboración institucional
Las particularidades de la colaboración
internacional permiten esclarecer el panorama
de investigación para adentrarse en el análisis
de la colaboración institucional; los niveles de
presencia de los distintos países participantes
en la red se reflejan en las instituciones que los
representan.
El tamaño del nodo que representa Argen-
tina en la Figura 7 se explica, principalmente,
por el importante nivel de colaboración de
instituciones nacionales con el IIB. Particular-
mente, se destaca la participación de investiga-
dores con doble filiación con CONICET.
Como se analizó anteriormente, casi la totali-
dad de los investigadores argentinos trabajan
en vinculación con este organismo, lo cual
explica la magnitud del nodo que lo represen-
ta. La concentración de firmas con filiación
nacional coincide con la importante participa-
ción de instituciones argentinas en esta colabo-
ración.
Conclusiones
La colaboración científica en el IIB coinci-
de con los niveles de internacionalización
alcanzados por otras instituciones en áreas
disciplinares similares (IUNE, 2018).
El trabajo realizado permite afirmar que
este instituto publica la mayoría de su produc-
ción en la corriente principal. En base a esto,
cabe preguntarse cuál es el su grado de presen-
cia en la denominada corriente periférica de la
ciencia. Se plantea este interrogante como un
posible disparador para la propuesta de estu-
dios a futuro que analicen la colaboración del
IIB por fuera de la corriente principal, de cara
a establecer una comparativa en este sentido.
El IIB posee un gran nivel de colaboración
con otras instituciones del interior del país. De
las 120 instituciones detectadas en el análisis
de la filiación institucional, 29 de ellas se
encuentran en Argentina (Tabla 6), siendo
éste el país con mayor presencia institucional
en la producción analizada. Los países que la
suceden entre los más productivos (Francia,
Estados Unidos y España) no superan el 9% de
producción en el universo estudiado.
Otro aspecto a destacar de este estudio son las
filiaciones institucionales simples, dobles y
triples. Más de la mitad de los autores (67%)
firmaron con una única filiación institucional.
De los autores argentinos que firmaron con
doble filiación, un 66% de las firmas corres-
ponden a IIB-CONICET. Esto lleva a pensar
que es este organismo el que impulsa a los
investigadores en el área de las Ciencias Exac-
tas a publicar en la corriente principal. La
presencia de CONICET en la colaboración
científica se ha observado en estudios realiza-
dos con características similares (Hidalgo,
2018; Miguel, de Moya-Anegón & Herre-
ro-Solana, 2006; Sleimen, 2015).
El análisis de la productividad permite
observar la concentración de firmas entre un
reducido grupo de investigadores: de un total
de 512 autores estudiados, sólo 63 de ellos
concentran el 50% de las firmas en el universo
analizado. En este sentido, el cálculo del IP
determinó que sólo un 4% de los autores
poseen un nivel de productividad alto. Cabe
preguntarse, en base a dichos resultados, cuál
es la trayectoria de estos investigadores, ya que
esto podría explicar el gran nivel de productivi-
dad que poseen en relación con el resto de los
autores.
De esta investigación se desprende un diag-
nóstico claro y preciso sobre la colaboración
científica en el área de las Ciencias Básicas, a
partir del análisis de uno de los institutos con
mayor trayectoria en la UNMdP como es el
IIB. Los aportes de este estudio podrán ser
tomados como base para decisiones institucio-
nales y de evaluación científica. La colabora-
ción científica es una perspectiva poco releva-
da en Argentina, por lo que se espera que esta
contribución ofrezca una muestra que impulse
nuevos estudios en esta dirección.
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Las bibliotecas desde la mirada del desarrollo local
Revista Prefacio, 2021, vol.5, n°7, ISSN 2591-3905
Universidad Nacional de Córdoba- Facultad de Filosofía y Humanidades. Escuela de Bibliotecología
Introducción:
La colaboración científica ha sido uno de
los rasgos más distintivos en la evolución del
trabajo científico a lo largo de las últimas déca-
das. Se puede definir como “la interacción
entre dos o más científicos, la cual tiene lugar
dentro de un contexto social y permite com-
partir significado y completar tareas con
respecto a una meta superior mutuamente
compartida” (Sanchez, Schmidt & Obiol,
2016: 37). En este fenómeno inciden una serie
de factores vinculados fundamentalmente al
carácter de institución social que posee la cien-
cia donde su avance se vincula, en gran
medida, a las interacciones entre los actores
involucrados. En los últimos años la colabora-
ción en ciencia ha crecido notablemente, espe-
cialmente en las ciencias experimentales y
naturales. La actividad científica en colabora-
ción es vinculada con un mayor éxito en la
investigación, medido a través del prestigio de
las revistas en donde son publicados los avan-
ces, y de la cantidad de citas que reciben.
Existe una amplia bibliografía dedicada al
estudio de este fenómeno mereciendo la aten-
ción de numerosos autores (Katz & Martin,
1997; González Alcaide & Gómez Ferri, 2014;
Villanueva-Felez, Fernández-Zubieta & Palo-
mares-Montero, 2014; Aguado-López & Bece-
rril-García, 2016; Sebastián, 2004; Cummins
& Kiesler, 2005; Hara, Solomon, Kim & Son-
nenwald, 2003). A continuación se ofrece una
síntesis de las principales motivaciones que
mueven a los científicos a desarrollar su traba-
jo de manera colaborativa:
• La existencia de políticas (ya sea a nivel
instColaboración institucional
Las particularidades de la colaboración
internacional permiten esclarecer el panorama
de investigación para adentrarse en el análisis
de la colaboración institucional; los niveles de
presencia de los distintos países participantes
en la red se reflejan en las instituciones que los
representan.itucional o estatal) que promue-
ven que las actividades científicas se realicen
en colaboración con otros investigadores,
grupos, organismos o países;
• El deseo de los investigadores de incre-
mentar su visibilidad y prestigio en el campo
disciplinar que les compete;
• La creciente demanda de ajuste y racio-
nalización de la mano de obra científica;
• El cambio en las fuentes de financia-
ción;
• La complejidad y el costo del equipa-
miento para investigar, lo cual lleva a los cien-
tíficos a compartir insumos;
• El avance de las disciplinas científicas
en términos de especialización y profesionali-
zación, que torna necesario para el investiga-
dor adquirir más conocimientos para poder
hacer avances significativos, lo cual es factible
de lograr compartiendo conocimiento con
otros investigadores;
• La formación de recursos humanos,
que lleva a los jóvenes investigadores a publi-
car trabajos con científicos que poseen una
trayectoria ya consolidada;
• El surgimiento de campos de trabajo
interdisciplinarios, que impulsa a los investiga-
dores a trabajar en colaboración con otros
provenientes de diferentes ámbitos de la cien-
cia;
• El interés de los científicos por alcanzar
un fin común de forma rápida y eficiente;
• El reconocimiento de una comunidad
global a partir de la internacionalización de
determinadas problemáticas científicas;
• La inclusión de nuevas plataformas de
comunicación virtual en línea; a partir de la
década del 2000 los autores que han trabajado
el tema comienzan a hablar de “ciberinfraes-
tructura” y plataformas eScience para la inves-
tigación en colaboración entre autores situa-
dos geográficamente en lugares remotos (Birn-
holtz, 2007).
La madurez de un campo científico se
acentúa en la medida en que los investigadores
interactúan y generan nuevos conocimientos
en conjunto. Por tal motivo, la colaboración
científica es un indicador esencial para estable-
cer el nivel de desarrollo de las áreas discipli-
nares. Asimismo, permite identificar el grado
de coordinación entre los actores participantes
en la actividad científica (Sánchez, Schmidt &
Obiol, 2016; Miguel, Chinchilla-Rodríguez,
González & Moya-Anegón, 2012).
Dentro de los sistemas de ciencia y tecno-
logía, la evaluación de los grados e intensidad
de la colaboración comienza a ser un factor
cada vez más importante de cara a establecer
la calidad de la investigación, su grado de
apertura y niveles de visibilidad (Ortoll et al.,
2014; Sanz-Casado, De-Filippo & Marugán,
2014). La colaboración científica implica un
entramado de investigadores, grupos de traba-
jo, organismos y actividades que interactúan
dinámicamente y en relación con su entorno
(disciplinar, geográfico, institucional, etcéte-
ra). En un contexto de toma de decisiones,
identificar los actores y dinámicas de colabora-
ción es fundamental para definir dónde se
encuentran las fortalezas y las debilidades de
un sistema científico.
Los trabajos que analizan la colaboración
científica brindan la posibilidad de visualizar
la red de instituciones y grupos de investigado-
res que forman parte de la actividad científica.
Katz & Martin (1997) mencionan las ventajas
del análisis de la coautoría como indicador de
la colaboración científica. Primero, al ser un
dato invariable y verificable, cualquiera puede
repetir los resultados y cerciorar su fiabilidad.
Segundo, es relativamente poco costoso y muy
práctico a la hora de analizar cuantitativamen-
te la colaboración científica. Además, el estu-
dio de la coautoría puede comprender grandes
volúmenes de datos, siendo sus resultados
mucho más significativos que los arrojados por
estudios de caso. Por último, estos trabajos
podrían incidir en la colaboración científica a
largo plazo. Es destacable la importancia de
este tipo de estudios si se tiene en cuenta que la
colaboración a nivel internacional está cam-
biando radicalmente la estratificación estruc-
tural de las ciencias (Leydesdorff, Wagner,
Park & Adams, 2013). Desde la bibliotecolo-
gía y las disciplinas que conforman el grupo
dedicado a las métricas de la información
(bibliometría, cienciometría e informetría) se
han desarrollado una serie de indicadores
específicos y técnicas de estudio abordados a
partir de la construcción de matrices de datos
como resultado del análisis de las publicacio-
nes, su uso, visibilidad e impacto en la comuni-
dad científica. Los indicadores bibliométricos
constituyen una de las herramientas más utili-
zadas para la medición del producto de la
investigación científica, porque las publicacio-
nes (independientemente del tipo de soporte)
son el vehículo más prolífico y exitoso para la
transferencia del conocimiento científico, con-
juntamente con su transferencia oral por
medio de conferencias y comunicaciones
personales (Moya Anegón & Arencibia Jorge,
2008). Esta investigación aborda la colabora-
ción desde un enfoque bibliotecológico apli-
cando técnicas bibliométricas que permiten la
construcción de los datos intervinientes, el
cálculo de indicadores y su representaciones
gráficas, y el desarrollo de un análisis en
función de los rasgos característicos de la
comunicación científica y la comunidad cientí-
fica estudiada.
El Instituto de Investigaciones
Biológicas (IIB)
El IIB es un centro de investigación aboca-
do a la generación de conocimiento científico,
la innovación y el desarrollo tecnológico en
bioquímica y biología celular y molecular, por
medio de actividades de investigación, transfe-
Página
10
en 1951, la definición emanada de la Confe-
rencia sobre el Desarrollo de los Servicios
Bibliotecarios Públicos en América Latina
enfatizaba la labor de la biblioteca pública para
salvar a las masas de la ignorancia. Más
adelante, André Maurois (1961) la define en el
texto La biblioteca pública y su misión, con
una cualidad coincidente con el surgimiento de
la noción de modernidad tardía en la década
de 1960, la cual se relaciona con la revolución
de la información (Bauman, 2003).
dió a crear una estructura de datos ad hoc en
Microsoft Excel versión 2010 para su valida-
ción y depuración, diseñada en base a los indi-
cadores planteados anteriormente. En el con-
trol de autoridades se desestimaron trabajos
no pertinentes a este estudio por su tipología
documental, particularmente libros y capítulos
de libros. Además, se identificaron artículos
pertenecientes a otras instituciones con nom-
bres similares al pertinente a esta investiga-
ción: el Instituto de Investigaciones Biotecno-
lógicas (IIB-INTECH), el Instituto de Investi-
gaciones Biomédicas de España (IIBM), el
Instituto de Biología de Brasil (IB) y el Institu-
to de Investigaciones Biológicas Clemente
Estable de Uruguay (IIBCE). Para la normali-
zación de los autores se utilizaron, principal-
mente, los datos aportados por las firmas de
los artículos y por los campos detallados en los
registros WoS; complementariamente, se
emplearon los buscadores de Google y Google
Scholar para identificar todos aquellos datos
que no pudieron ser ubicados en las fuentes
mencionadas. Por otra parte, se controlaron
los datos de las revistas fuente mediante la
base de datos Sherpa Romeo y el Master Jour-
nal List, de Clarivate Analytics.
Para el cálculo se indicadores se utilizó el
software BibExcel, desarrollado por Olle
Person (2017), en su versión 2016-02-20. Las
co-autorías se representaron mediante el Aná-
lisis de Redes Sociales (ARS), empleando el
software de representación gráfica de redes
VosViewer, versión 1.6.9. Para la interpreta-
ción de los resultados se tuvieron en considera-
ción, como parámetro de referencia, los infor-
mes de la actividad científica en universidades
españolas desarrollados por el observatorio
IUNE (2018). Éstos analizan la colaboración
internacional en instituciones públicas y priva-
das. Entre las áreas que estudian se encuentra
Ciencias de la Vida, campo disciplinar en el
cual se inscribe el IIB.
Resultados y discusión
Productividad
La distribución de la productividad mues-
tra que, del total de los 512 investigadores
presentes en la producción analizada, sólo 63
de ellos concentran el 50% de las firmas de los
artículos (633 firmas de un total de 1260.
Tabla 1).
El cálculo del índice de Lotka arrojó como
resultado una gran cantidad de autores (63%)
con un nivel de productividad bajo (IP=0),
mientras que el 33% de los investigadores se
encuentra en un nivel de productividad inter-
medio (IP<1) y sólo un 4% alcanzó un nivel de
productividad alto (IP=>1). La distribución
encontrada es la esperada según el postulado
de Lotka, tal como se observa en la Tabla 2.
En la Figura 1 pueden apreciarse con mayor
claridad los niveles de producción alcanzados.
Filiación geográfica
Casi la mitad de la producción recabada se
realiza en colaboración nacional (46,51%).
Esta situación puede observarse con mayor
claridad en la Figura 2. Los países que la suce-
den entre los más productivos son Francia
(8,84%), Estados Unidos (8,14%) y España
(5,12%). En estas filiaciones geográficas se
encuentra la concentración más alta de firmas,
mientras que el resto de los países presentes
poseen una participación que no supera el 5%.
Filiación institucional
Mediante el análisis de la filiación institu-
cional se detectó la participación de 120 insti-
tuciones. En la Tabla 3 se observa que la
frecuencia de aparición más alta corresponde a
CONICET con un total de 124 firmas, lo cual
constituye el 23,44% del universo estudiado.
La fuerte presencia de CONICET coincide
con los altos niveles de filiación nacional
descriptos en el apartado anterior. Asimismo,
Argentina nuclea la mayor cantidad de institu-
ciones participantes en la producción estudia-
da (29 instituciones) Tabla 3.
Atendiendo a la importante presencia de
CONICET en las firmas de los artículos estu-
diados, se analizaron las procedencias institu-
cionales de los investigadores del IIB, a fin de
determinar cuántos de ellos poseen filiación
CONICET, UNMdP y/u otros organismos.
La figura 4 muestra que más de la mitad de los
autores firmaron con filiación institucional
IIB-CONICET (66%). Le siguen en orden de
aparición un 28% de investigadores que firma-
ron sus trabajos sólo con filiación IIB. El resto
de las firmas detectadas (6%) pertenecen a
autores con doble y triple filiación, y corres-
ponden al INTA, al INTEMA y a la UNMdP.
Coautoría
El índice de coautoría arrojó como resulta-
do un promedio de 5,62 firmas por artículo,
sobre un total de 1260 firmas. Se ha detectado
un trabajo de hasta 72 autores, aunque la con-
centración más alta de artículos (78,6%) posee
entre 3 y 7 firmas, Tabla 4.
Redes de colaboración
Colaboración entre autores: esta red se
armó considerando un umbral de representa-
ción de tres o más firmas dentro del universo
estudiado (n 3). Se detectaron ocho clusters
que concentran la mayor cantidad de firmas.
El tamaño de los nodos refleja el grado de
presencia de los autores. En este sentido, se
destacan aquellos que lideran los grupos de
investigación del IIB conformando los princi-
pales actores de la red: Lorenzo Lamattina (n
= 68), Rosana De-Castro (n = 23), Gustavo
Daleo (n = 22), Laura De-La-Canal (n = 21),
Claudia Casalongue (n = 21), Eduardo Zaba-
letta (n = 20), Adriana Andreu (n = 18), María
Gabriela Guevara (n = 16) y Andreina Cesari
(n = 14). La presencia de estos autores en los
resultados se condice con el trabajo que desa-
rrollan dentro del IIB, dado que cada uno de
ellos se encuentra, al momento de redacción
de esta tesis, dirigiendo un grupo de investiga-
ción del Instituto. Son pocos los autores por
fuera del IIB que forman parte de esta red de
colaboración. Por su grado de presencia
(número de firmas) se destacan Erika A.
Wolski (n = 6), Federico Hozbor (n = 6), Hans
Peter Braun (n = 6), Marcela Silvia Simontac-
chi (n = 6), Martín Javier Eguaras (n = 5), Jan
A. L. Van-Kan (n = 5), Matías Maggi (n = 5),
R. H. Alberio (n = 5), Daniel O. Caldiz (n = 4)
y Michael R. Blatt (n = 4), F0igura 5.
Colaboración institucional
Las particularidades de la colaboración
internacional permiten esclarecer el panorama
de investigación para adentrarse en el análisis
de la colaboración institucional; los niveles de
presencia de los distintos países participantes
en la red se reflejan en las instituciones que los
representan.
El tamaño del nodo que representa Argen-
tina en la Figura 7 se explica, principalmente,
por el importante nivel de colaboración de
instituciones nacionales con el IIB. Particular-
mente, se destaca la participación de investiga-
dores con doble filiación con CONICET.
Como se analizó anteriormente, casi la totali-
dad de los investigadores argentinos trabajan
en vinculación con este organismo, lo cual
explica la magnitud del nodo que lo represen-
ta. La concentración de firmas con filiación
nacional coincide con la importante participa-
ción de instituciones argentinas en esta colabo-
ración.
Conclusiones
La colaboración científica en el IIB coinci-
de con los niveles de internacionalización
alcanzados por otras instituciones en áreas
disciplinares similares (IUNE, 2018).
El trabajo realizado permite afirmar que
este instituto publica la mayoría de su produc-
ción en la corriente principal. En base a esto,
cabe preguntarse cuál es el su grado de presen-
cia en la denominada corriente periférica de la
ciencia. Se plantea este interrogante como un
posible disparador para la propuesta de estu-
dios a futuro que analicen la colaboración del
IIB por fuera de la corriente principal, de cara
a establecer una comparativa en este sentido.
El IIB posee un gran nivel de colaboración
con otras instituciones del interior del país. De
las 120 instituciones detectadas en el análisis
de la filiación institucional, 29 de ellas se
encuentran en Argentina (Tabla 6), siendo
éste el país con mayor presencia institucional
en la producción analizada. Los países que la
suceden entre los más productivos (Francia,
Estados Unidos y España) no superan el 9% de
producción en el universo estudiado.
Otro aspecto a destacar de este estudio son las
filiaciones institucionales simples, dobles y
triples. Más de la mitad de los autores (67%)
firmaron con una única filiación institucional.
De los autores argentinos que firmaron con
doble filiación, un 66% de las firmas corres-
ponden a IIB-CONICET. Esto lleva a pensar
que es este organismo el que impulsa a los
investigadores en el área de las Ciencias Exac-
tas a publicar en la corriente principal. La
presencia de CONICET en la colaboración
científica se ha observado en estudios realiza-
dos con características similares (Hidalgo,
2018; Miguel, de Moya-Anegón & Herre-
ro-Solana, 2006; Sleimen, 2015).
El análisis de la productividad permite
observar la concentración de firmas entre un
reducido grupo de investigadores: de un total
de 512 autores estudiados, sólo 63 de ellos
concentran el 50% de las firmas en el universo
analizado. En este sentido, el cálculo del IP
determinó que sólo un 4% de los autores
poseen un nivel de productividad alto. Cabe
preguntarse, en base a dichos resultados, cuál
es la trayectoria de estos investigadores, ya que
esto podría explicar el gran nivel de productivi-
dad que poseen en relación con el resto de los
autores.
De esta investigación se desprende un diag-
nóstico claro y preciso sobre la colaboración
científica en el área de las Ciencias Básicas, a
partir del análisis de uno de los institutos con
mayor trayectoria en la UNMdP como es el
IIB. Los aportes de este estudio podrán ser
tomados como base para decisiones institucio-
nales y de evaluación científica. La colabora-
ción científica es una perspectiva poco releva-
da en Argentina, por lo que se espera que esta
contribución ofrezca una muestra que impulse
nuevos estudios en esta dirección.
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Esto puede deberse a la transformación cons-
tante y obligada con la que se le asignan
nuevas funciones de acuerdo con las priorida-
des de la agenda pública de cada época y
región, derivadas del ritmo de los cambios de
la realidad social.
En 1949, la UNESCO discurrió sobre el
concepto de biblioteca pública, orientándolo a
la gratuidad, el financiamiento por fondos
públicos y su relación con la democracia
(Tabla 1). En el contexto de la Guerra Fría,
Las bibliotecas desde la mirada del desarrollo local
Revista Prefacio, 2021, vol.5, n°7, ISSN 2591-3905
Universidad Nacional de Córdoba- Facultad de Filosofía y Humanidades. Escuela de Bibliotecología
Tabla 1. Conceptualización de biblioteca pública de 1940 a 1969
Autor Año y concepto
UNESCO
1949
“Institución democrática administrada por el pueblo y
para el pueblo, la biblioteca pública debe constituirse y
funcionar en virtud de textos legislativos precisos, estar
financiada en su totalidad o en su mayor parte por fondos
públicos, ser gratuita y estar abierta por igual a todos los
miembros de la comunidad, cualesquiera que sean su
oficio, religión, clase o raza” (UNESCO, 1949)
Conferencia sobre el Desarrollo de
los Servicios Bibliotecarios
Públicos en América Latina
1951
“Agencia de educación que colabora en la tarea de salvar,
para la cultura a las masas ignaras; complementaria de la
escuela y de formación de la futura clientela de lectores.
Agencia social de servicios que presta información”
(UNESCO, 1953).
André Maurois
1961
“La biblioteca pública moderna es una institución activa
y dinámica que pone a disposición de los miembros de la
comunidad diversos medios para informarse, completar
su cultura y distraerse” (Maurois, 1961).
Fuente: elaboración propia con base en UNESCO (1949), UNESCO (1953) y Maurois (1961)
En 1972 la UNESCO incorpora la actuación
de la biblioteca pública en la enseñanza, la
cultura y la información. Además, el uso que
antes se delimitaba conceptualmente a los
miembros de una comunidad como destina-
tarios es sustituido por “todo el mundo”; se
destaca la libertad y la facilidad de acceso a la
biblioteca y, bajo el principio de no discrimi-
nación, además de la raza y la religión, se
añaden el color de piel, la nacionalidad, la
edad, el sexo, la lengua, la situación social y el
nivel de instrucción como aspectos sin influen-
cia para tener acceso a la biblioteca pública.
La Federación Internacional de Asociaciones
de Bibliotecarios y Bibliotecas (IFLA) planteó
otra breve definición en 1973 que no difiere de
los elementos principales que componen sus
propuestas anteriores (Tabla 2). Posterior-
mente, Emir Suaiden, escribió en 1989 un
concepto que alude al elemento territorial, al
circunscribir el servicio bibliotecario a los
miembros de una localidad, distrito o región y
hacer referencia a la difusión de la cultura
local.
Introducción:
La colaboración científica ha sido uno de
los rasgos más distintivos en la evolución del
trabajo científico a lo largo de las últimas déca-
das. Se puede definir como “la interacción
entre dos o más científicos, la cual tiene lugar
dentro de un contexto social y permite com-
partir significado y completar tareas con
respecto a una meta superior mutuamente
compartida” (Sanchez, Schmidt & Obiol,
2016: 37). En este fenómeno inciden una serie
de factores vinculados fundamentalmente al
carácter de institución social que posee la cien-
cia donde su avance se vincula, en gran
medida, a las interacciones entre los actores
involucrados. En los últimos años la colabora-
ción en ciencia ha crecido notablemente, espe-
cialmente en las ciencias experimentales y
naturales. La actividad científica en colabora-
ción es vinculada con un mayor éxito en la
investigación, medido a través del prestigio de
las revistas en donde son publicados los avan-
ces, y de la cantidad de citas que reciben.
Existe una amplia bibliografía dedicada al
estudio de este fenómeno mereciendo la aten-
ción de numerosos autores (Katz & Martin,
1997; González Alcaide & Gómez Ferri, 2014;
Villanueva-Felez, Fernández-Zubieta & Palo-
mares-Montero, 2014; Aguado-López & Bece-
rril-García, 2016; Sebastián, 2004; Cummins
& Kiesler, 2005; Hara, Solomon, Kim & Son-
nenwald, 2003). A continuación se ofrece una
síntesis de las principales motivaciones que
mueven a los científicos a desarrollar su traba-
jo de manera colaborativa:
• La existencia de políticas (ya sea a nivel
instColaboración institucional
Las particularidades de la colaboración
internacional permiten esclarecer el panorama
de investigación para adentrarse en el análisis
de la colaboración institucional; los niveles de
presencia de los distintos países participantes
en la red se reflejan en las instituciones que los
representan.itucional o estatal) que promue-
ven que las actividades científicas se realicen
en colaboración con otros investigadores,
grupos, organismos o países;
• El deseo de los investigadores de incre-
mentar su visibilidad y prestigio en el campo
disciplinar que les compete;
• La creciente demanda de ajuste y racio-
nalización de la mano de obra científica;
• El cambio en las fuentes de financia-
ción;
• La complejidad y el costo del equipa-
miento para investigar, lo cual lleva a los cien-
tíficos a compartir insumos;
• El avance de las disciplinas científicas
en términos de especialización y profesionali-
zación, que torna necesario para el investiga-
dor adquirir más conocimientos para poder
hacer avances significativos, lo cual es factible
de lograr compartiendo conocimiento con
otros investigadores;
• La formación de recursos humanos,
que lleva a los jóvenes investigadores a publi-
car trabajos con científicos que poseen una
trayectoria ya consolidada;
• El surgimiento de campos de trabajo
interdisciplinarios, que impulsa a los investiga-
dores a trabajar en colaboración con otros
provenientes de diferentes ámbitos de la cien-
cia;
• El interés de los científicos por alcanzar
un fin común de forma rápida y eficiente;
• El reconocimiento de una comunidad
global a partir de la internacionalización de
determinadas problemáticas científicas;
• La inclusión de nuevas plataformas de
comunicación virtual en línea; a partir de la
década del 2000 los autores que han trabajado
el tema comienzan a hablar de “ciberinfraes-
tructura” y plataformas eScience para la inves-
tigación en colaboración entre autores situa-
dos geográficamente en lugares remotos (Birn-
holtz, 2007).
La madurez de un campo científico se
acentúa en la medida en que los investigadores
interactúan y generan nuevos conocimientos
en conjunto. Por tal motivo, la colaboración
científica es un indicador esencial para estable-
cer el nivel de desarrollo de las áreas discipli-
nares. Asimismo, permite identificar el grado
de coordinación entre los actores participantes
en la actividad científica (Sánchez, Schmidt &
Obiol, 2016; Miguel, Chinchilla-Rodríguez,
González & Moya-Anegón, 2012).
Dentro de los sistemas de ciencia y tecno-
logía, la evaluación de los grados e intensidad
de la colaboración comienza a ser un factor
cada vez más importante de cara a establecer
la calidad de la investigación, su grado de
apertura y niveles de visibilidad (Ortoll et al.,
2014; Sanz-Casado, De-Filippo & Marugán,
2014). La colaboración científica implica un
entramado de investigadores, grupos de traba-
jo, organismos y actividades que interactúan
dinámicamente y en relación con su entorno
(disciplinar, geográfico, institucional, etcéte-
ra). En un contexto de toma de decisiones,
identificar los actores y dinámicas de colabora-
ción es fundamental para definir dónde se
encuentran las fortalezas y las debilidades de
un sistema científico.
Los trabajos que analizan la colaboración
científica brindan la posibilidad de visualizar
la red de instituciones y grupos de investigado-
res que forman parte de la actividad científica.
Katz & Martin (1997) mencionan las ventajas
del análisis de la coautoría como indicador de
la colaboración científica. Primero, al ser un
dato invariable y verificable, cualquiera puede
repetir los resultados y cerciorar su fiabilidad.
Segundo, es relativamente poco costoso y muy
práctico a la hora de analizar cuantitativamen-
te la colaboración científica. Además, el estu-
dio de la coautoría puede comprender grandes
volúmenes de datos, siendo sus resultados
mucho más significativos que los arrojados por
estudios de caso. Por último, estos trabajos
podrían incidir en la colaboración científica a
largo plazo. Es destacable la importancia de
este tipo de estudios si se tiene en cuenta que la
colaboración a nivel internacional está cam-
biando radicalmente la estratificación estruc-
tural de las ciencias (Leydesdorff, Wagner,
Park & Adams, 2013). Desde la bibliotecolo-
gía y las disciplinas que conforman el grupo
dedicado a las métricas de la información
(bibliometría, cienciometría e informetría) se
han desarrollado una serie de indicadores
específicos y técnicas de estudio abordados a
partir de la construcción de matrices de datos
como resultado del análisis de las publicacio-
nes, su uso, visibilidad e impacto en la comuni-
dad científica. Los indicadores bibliométricos
constituyen una de las herramientas más utili-
zadas para la medición del producto de la
investigación científica, porque las publicacio-
nes (independientemente del tipo de soporte)
son el vehículo más prolífico y exitoso para la
transferencia del conocimiento científico, con-
juntamente con su transferencia oral por
medio de conferencias y comunicaciones
personales (Moya Anegón & Arencibia Jorge,
2008). Esta investigación aborda la colabora-
ción desde un enfoque bibliotecológico apli-
cando técnicas bibliométricas que permiten la
construcción de los datos intervinientes, el
cálculo de indicadores y su representaciones
gráficas, y el desarrollo de un análisis en
función de los rasgos característicos de la
comunicación científica y la comunidad cientí-
fica estudiada.
El Instituto de Investigaciones
Biológicas (IIB)
El IIB es un centro de investigación aboca-
do a la generación de conocimiento científico,
la innovación y el desarrollo tecnológico en
bioquímica y biología celular y molecular, por
medio de actividades de investigación, transfe-
Página
11
rencia, docencia y formación de Recursos
Humanos. Este organismo se encarga de afian-
zar en la ciudad de Mar del Plata desarrollos
científicos vinculados principalmente con la
investigación biológica básica y formar recur-
sos humanos en el ámbito de la enseñanza
universitaria de grado y post-grado. Fue
creado en el año 1978 con dependencia inicial
del Rectorado de la UNMdP y luego de la
Facultad de Ciencias Exactas y Naturales
(FCEyN), funcionando como unidad sub-aca-
démica de la misma. La labor docente de este
instituto comprende la formación de jóvenes
investigadores que se encuentren realizando
tesis doctorales o cursos de posgrado, además
de dictar varias materias en el ámbito de
grado, en las Licenciaturas en Ciencias Bioló-
gicas y Ciencias Químicas e Ingeniería de
alimentos de la ya mencionada Facultad.
A partir del año 2006, desde CONICET se
promueve la creación de nuevas UE (con la
sugerencia de denominarlas institutos) que en
lo posible se conformaran como entidades de
doble dependencia junto a universidades
nacionales u organismos de ciencia y tecnolo-
gía nacionales e internacionales (Res. CONI-
CET Nº 995). En este contexto, el 27 de
diciembre de ese año el CONICET y la
UNMDP firmaron un convenio de comple-
mentación recíproca (OCS 2201/07) para la
promoción y ejecución de tareas de investiga-
ción. En el marco de dicho convenio, el 19 de
junio de 2007 se aprobó la creación del IIB
como Unidad Ejecutora de doble dependen-
cia, UNMDP-CONICET.
Actualmente, el Instituto está conformado
por 7 grupos de investigación reconocidos por
la FCEyN: Degradación de Proteínas; Bioquí-
mica y Biología Molecular de Microorganis-
mos y Espermatozoides; Bioquímica Vegetal;
Biología Molecular; Fisiología Molecular e
Integrativa; y Fisiología del Estrés en Plantas y
Biología de Mitocondrias. Las líneas de inves-
tigación actuales corresponden a la Bioquími-
ca y Biología Molecular, la Biología Molecular
de Plantas, la Biología Celular, la Microbiolo-
gía y Microbiología Ambiental y las Molécu-
las Bioactivas, entre otros. La financiación de
sus actividades corre por cuenta de la UNMdP
y por los subsidios que reciben los investigado-
res de diversas agencias de promoción científi-
ca nacionales e internacionales mediante
proyectos y becas de investigación. Sleimen
(2015) detecta, como organismos financiado-
res de la actividad del IIB, a la propia UNMdP,
el CONICET, la CIC, la Fundación Antor-
chas, la Agencia Nacional de Promoción
Científica y Tecnológica, y la International
Foundation for Science de Suecia, principal-
mente.
Metodología
Para analizar la producción científica en
colaboración del IIB se utilizó la fuente de
datos de corriente principal Web of Science
(WoS) de Clarivate Analytics, incluyendo en la
búsqueda a todas las bases de datos. Los datos
se extrajeron del campo AD= (Dirección) que
proporciona información específica sobre los
indicadores utilizados, junto con búsquedas
complementarias que, por refinamiento y
observación manual, permitieron establecer la
selección de registros publicados dentro del
período de estudio. La ecuación ejecutada en
el motor de búsqueda fue la siguiente:
AD=(IIB OR CONICET-UNMdP OR
Inst Invest Biol OR Univ Nacl Mar Plata
OR Funes 3250 OR Univ Nac Mar del
Plata) AND AD=(Argentina OR Mar del
Plata)
En base a este proceso se obtuvo un total
de 224 artículos con 512 autores, y se estimó
un margen de error del 2% en base a los auto-
res que no fueron considerados en la produc-
ción. Para el estudio se seleccionaron indica-
dores que permitieran determinar las particu-
laridades de la colaboración científica del IIB:
• Filiaciones institucional y geográfica
• Índice de co-autoria (IC)
• Análisis de co-firmas
(redes de colaboración)
• Productividad
Una vez exportados los registros, se proce-
En 1994 (Tabla 3), la UNESCO y la IFLA
conceptúan a las bibliotecas públicas como
facilitadoras del acceso al conocimiento y
prestadoras de servicios sin discriminación o
exclusión (UNESCO, 1994). Cinco años
después, la Escuela Interamericana de Biblio-
tecología (CERLALC-UNESCO, 2012) enfa-
tiza el carácter social de la biblioteca pública
y hace referencia a factores como el soporte
de la información y los procesos de selección
y adquisición. La asocia, además, con el
mejoramiento de la calidad de vida de las
personas y sus relaciones democráticas.
La IFLA es una organización que actualiza
con frecuencia el concepto de biblioteca
pública ante los cambios sociales, tecnológi-
cos y económicos que se producen a nivel
mundial. Así como la infraestructura, servi-
cios, personal y colecciones evolucionan y se
adaptan al entorno, el concepto se ha ido
ajustando a la acelerada evolución de los
avances tecnológicos, las nuevas formas de
acceder a la información y la tendencia mun-
dial que apuntó el Informe de Desarrollo
Humano 1999: Mundialización con rostro
humano del Programa de las Naciones Uni-
das para el Desarrollo (PNUD, 1999)
La distribución de la productividad mues-
tra que, del total de los 512 investigadores
presentes en la producción analizada, sólo 63
de ellos concentran el 50% de las firmas de los
artículos (633 firmas de un total de 1260.
Tabla 1).
El cálculo del índice de Lotka arrojó como
resultado una gran cantidad de autores (63%)
con un nivel de productividad bajo (IP=0),
mientras que el 33% de los investigadores se
encuentra en un nivel de productividad inter-
medio (IP<1) y sólo un 4% alcanzó un nivel de
productividad alto (IP=>1). La distribución
encontrada es la esperada según el postulado
de Lotka, tal como se observa en la Tabla 2.
En la Figura 1 pueden apreciarse con mayor
claridad los niveles de producción alcanzados.
Filiación geográfica
Casi la mitad de la producción recabada se
realiza en colaboración nacional (46,51%).
Esta situación puede observarse con mayor
claridad en la Figura 2. Los países que la suce-
den entre los más productivos son Francia
(8,84%), Estados Unidos (8,14%) y España
(5,12%). En estas filiaciones geográficas se
encuentra la concentración más alta de firmas,
mientras que el resto de los países presentes
poseen una participación que no supera el 5%.
Filiación institucional
Mediante el análisis de la filiación institu-
cional se detectó la participación de 120 insti-
tuciones. En la Tabla 3 se observa que la
frecuencia de aparición más alta corresponde a
CONICET con un total de 124 firmas, lo cual
constituye el 23,44% del universo estudiado.
La fuerte presencia de CONICET coincide
con los altos niveles de filiación nacional
descriptos en el apartado anterior. Asimismo,
Argentina nuclea la mayor cantidad de institu-
ciones participantes en la producción estudia-
da (29 instituciones) Tabla 3.
Atendiendo a la importante presencia de
CONICET en las firmas de los artículos estu-
diados, se analizaron las procedencias institu-
cionales de los investigadores del IIB, a fin de
determinar cuántos de ellos poseen filiación
CONICET, UNMdP y/u otros organismos.
La figura 4 muestra que más de la mitad de los
autores firmaron con filiación institucional
IIB-CONICET (66%). Le siguen en orden de
aparición un 28% de investigadores que firma-
ron sus trabajos sólo con filiación IIB. El resto
de las firmas detectadas (6%) pertenecen a
autores con doble y triple filiación, y corres-
ponden al INTA, al INTEMA y a la UNMdP.
Coautoría
El índice de coautoría arrojó como resulta-
do un promedio de 5,62 firmas por artículo,
sobre un total de 1260 firmas. Se ha detectado
un trabajo de hasta 72 autores, aunque la con-
centración más alta de artículos (78,6%) posee
entre 3 y 7 firmas, Tabla 4.
Redes de colaboración
Colaboración entre autores: esta red se
arconsiderando un umbral de representa-
ción de tres o más firmas dentro del universo
estudiado (n 3). Se detectaron ocho clusters
que concentran la mayor cantidad de firmas.
El tamaño de los nodos refleja el grado de
presencia de los autores. En este sentido, se
destacan aquellos que lideran los grupos de
investigación del IIB conformando los princi-
pales actores de la red: Lorenzo Lamattina (n
= 68), Rosana De-Castro (n = 23), Gustavo
Daleo (n = 22), Laura De-La-Canal (n = 21),
Claudia Casalongue (n = 21), Eduardo Zaba-
letta (n = 20), Adriana Andreu (n = 18), María
Gabriela Guevara (n = 16) y Andreina Cesari
(n = 14). La presencia de estos autores en los
resultados se condice con el trabajo que desa-
rrollan dentro del IIB, dado que cada uno de
ellos se encuentra, al momento de redacción
de esta tesis, dirigiendo un grupo de investiga-
ción del Instituto. Son pocos los autores por
fuera del IIB que forman parte de esta red de
colaboración. Por su grado de presencia
(número de firmas) se destacan Erika A.
Wolski (n = 6), Federico Hozbor (n = 6), Hans
Peter Braun (n = 6), Marcela Silvia Simontac-
chi (n = 6), Martín Javier Eguaras (n = 5), Jan
A. L. Van-Kan (n = 5), Matías Maggi (n = 5),
R. H. Alberio (n = 5), Daniel O. Caldiz (n = 4)
y Michael R. Blatt (n = 4), F0igura 5.
Colaboración institucional
Las particularidades de la colaboración
internacional permiten esclarecer el panorama
de investigación para adentrarse en el análisis
de la colaboración institucional; los niveles de
presencia de los distintos países participantes
en la red se reflejan en las instituciones que los
representan.
El tamaño del nodo que representa Argen-
tina en la Figura 7 se explica, principalmente,
por el importante nivel de colaboración de
instituciones nacionales con el IIB. Particular-
mente, se destaca la participación de investiga-
dores con doble filiación con CONICET.
Como se analizó anteriormente, casi la totali-
dad de los investigadores argentinos trabajan
en vinculación con este organismo, lo cual
explica la magnitud del nodo que lo represen-
ta. La concentración de firmas con filiación
nacional coincide con la importante participa-
ción de instituciones argentinas en esta colabo-
ración.
Conclusiones
La colaboración científica en el IIB coinci-
de con los niveles de internacionalización
alcanzados por otras instituciones en áreas
disciplinares similares (IUNE, 2018).
El trabajo realizado permite afirmar que
este instituto publica la mayoría de su produc-
ción en la corriente principal. En base a esto,
cabe preguntarse cuál es el su grado de presen-
cia en la denominada corriente periférica de la
ciencia. Se plantea este interrogante como un
posible disparador para la propuesta de estu-
dios a futuro que analicen la colaboración del
IIB por fuera de la corriente principal, de cara
a establecer una comparativa en este sentido.
El IIB posee un gran nivel de colaboración
con otras instituciones del interior del país. De
las 120 instituciones detectadas en el análisis
de la filiación institucional, 29 de ellas se
encuentran en Argentina (Tabla 6), siendo
éste el país con mayor presencia institucional
en la producción analizada. Los países que la
suceden entre los más productivos (Francia,
Estados Unidos y España) no superan el 9% de
producción en el universo estudiado.
Otro aspecto a destacar de este estudio son las
filiaciones institucionales simples, dobles y
triples. Más de la mitad de los autores (67%)
firmaron con una única filiación institucional.
De los autores argentinos que firmaron con
doble filiación, un 66% de las firmas corres-
ponden a IIB-CONICET. Esto lleva a pensar
que es este organismo el que impulsa a los
investigadores en el área de las Ciencias Exac-
tas a publicar en la corriente principal. La
presencia de CONICET en la colaboración
científica se ha observado en estudios realiza-
dos con características similares (Hidalgo,
2018; Miguel, de Moya-Anegón & Herre-
ro-Solana, 2006; Sleimen, 2015).
El análisis de la productividad permite
observar la concentración de firmas entre un
reducido grupo de investigadores: de un total
de 512 autores estudiados, sólo 63 de ellos
concentran el 50% de las firmas en el universo
analizado. En este sentido, el cálculo del IP
determinó que sólo un 4% de los autores
poseen un nivel de productividad alto. Cabe
preguntarse, en base a dichos resultados, cuál
es la trayectoria de estos investigadores, ya que
esto podría explicar el gran nivel de productivi-
dad que poseen en relación con el resto de los
autores.
De esta investigación se desprende un diag-
nóstico claro y preciso sobre la colaboración
científica en el área de las Ciencias Básicas, a
partir del análisis de uno de los institutos con
mayor trayectoria en la UNMdP como es el
IIB. Los aportes de este estudio podrán ser
tomados como base para decisiones institucio-
nales y de evaluación científica. La colabora-
ción científica es una perspectiva poco releva-
da en Argentina, por lo que se espera que esta
contribución ofrezca una muestra que impulse
nuevos estudios en esta dirección.
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en cuanto a la importancia del acceso a
Internet para los países en desarrollo, donde
las bibliotecas pueden apoyar a superar las
dificultades y barreras en dicho acceso, así
como en la implementación de servicios orien-
tados a la alfabetización y el desarrollo de
habilidades digitales.
Si bien la función social de la biblioteca
pública ocupa un lugar preponderante en su
conceptualización, este tipo de bibliotecas se
integran y ajustan a los cambios, no solo en
los procesos sociales, sino también en los
económicos, políticos, ambientales y tecnoló-
gicos que se producen a escala mundial, regio-
nal y local.
Desarrollo local
El desarrollo local se concibe como un
proceso enfocado en la cooperación entre los
actores públicos de distintos niveles institu-
cionales, en el que todos ellos interac-túan,
colaboran y se articulan con el fin de impulsar
un proyecto colectivo que permita elevar la
calidad de vida de los ciudadanos que habitan
en un territorio específico (Gallicchio, 2004).
Revista Prefacio, 2021, vol.5, n°7, ISSN 2591-3905
Universidad Nacional de Córdoba- Facultad de Filosofía y Humanidades. Escuela de Bibliotecología
Las bibliotecas desde la mirada del desarrollo local
Tabla 2. Conceptualización de biblioteca pública de 1970 a 1989
Autor Año y concepto
UNESCO
1972
Institución democrática para la enseñanza, la cultura y la información. Es el
principal medio de dar a todo el mundo, libre acceso a la suma de los pensamientos
y de las ideas del hombre y a las expresiones de su imaginación creativa. Debería de
estar sostenida totalmente por fondos públicos y no debería exigir tasas a nadie por
sus servicios. Ha de ser de fácil acceso y sus puertas han de estar abiertas para que
las utilicen libremente y en igualdad de condiciones todos los miembros de la
comunidad sin distinción de raza, color, nacionalidad, edad, sexo, religión, lengua,
situación social o nivel de instrucción (UNESCO, 1972).
IFLA
1973
Biblioteca fundada y sostenida por un órgano de la administración pública local o
central o por algún otro organismo autorizado, para actuar en su nombre, y
accesible, sin perjuicios ni discriminación alguna, a cuantos deseen utilizarla
(Jaramillo & Montoya, 2000: 19)
Emir
Suaiden
1989
Institución esencialmente social, de carácter democrático, destinada a los habitantes
de una localidad, distrito o región, que tiene como objetivo principal preservar y
difundir el conocimiento de los que se refiere a la cultura local. Es un centro de
educación permanente para las personas (Suaiden, 1989).
Fuente: elaboración propia con base en UNESCO (1972), Suaiden (1989) y Jaramillo & Montoya (2000)
Introducción:
La colaboración científica ha sido uno de
los rasgos más distintivos en la evolución del
trabajo científico a lo largo de las últimas déca-
das. Se puede definir como “la interacción
entre dos o más científicos, la cual tiene lugar
dentro de un contexto social y permite com-
partir significado y completar tareas con
respecto a una meta superior mutuamente
compartida” (Sanchez, Schmidt & Obiol,
2016: 37). En este fenómeno inciden una serie
de factores vinculados fundamentalmente al
carácter de institución social que posee la cien-
cia donde su avance se vincula, en gran
medida, a las interacciones entre los actores
involucrados. En los últimos años la colabora-
ción en ciencia ha crecido notablemente, espe-
cialmente en las ciencias experimentales y
naturales. La actividad científica en colabora-
ción es vinculada con un mayor éxito en la
investigación, medido a través del prestigio de
las revistas en donde son publicados los avan-
ces, y de la cantidad de citas que reciben.
Existe una amplia bibliografía dedicada al
estudio de este fenómeno mereciendo la aten-
ción de numerosos autores (Katz & Martin,
1997; González Alcaide & Gómez Ferri, 2014;
Villanueva-Felez, Fernández-Zubieta & Palo-
mares-Montero, 2014; Aguado-López & Bece-
rril-García, 2016; Sebastián, 2004; Cummins
& Kiesler, 2005; Hara, Solomon, Kim & Son-
nenwald, 2003). A continuación se ofrece una
síntesis de las principales motivaciones que
mueven a los científicos a desarrollar su traba-
jo de manera colaborativa:
La existencia de políticas (ya sea a nivel
instColaboración institucional
Las particularidades de la colaboración
internacional permiten esclarecer el panorama
de investigación para adentrarse en el análisis
de la colaboración institucional; los niveles de
presencia de los distintos países participantes
en la red se reflejan en las instituciones que los
representan.itucional o estatal) que promue-
ven que las actividades científicas se realicen
en colaboración con otros investigadores,
grupos, organismos o países;
El deseo de los investigadores de incre-
mentar su visibilidad y prestigio en el campo
disciplinar que les compete;
La creciente demanda de ajuste y racio-
nalización de la mano de obra científica;
El cambio en las fuentes de financia-
ción;
La complejidad y el costo del equipa-
miento para investigar, lo cual lleva a los cien-
tíficos a compartir insumos;
El avance de las disciplinas científicas
en términos de especialización y profesionali-
zación, que torna necesario para el investiga-
dor adquirir más conocimientos para poder
hacer avances significativos, lo cual es factible
de lograr compartiendo conocimiento con
otros investigadores;
La formación de recursos humanos,
que lleva a los jóvenes investigadores a publi-
car trabajos con científicos que poseen una
trayectoria ya consolidada;
El surgimiento de campos de trabajo
interdisciplinarios, que impulsa a los investiga-
dores a trabajar en colaboración con otros
provenientes de diferentes ámbitos de la cien-
cia;
El interés de los científicos por alcanzar
un fin común de forma rápida y eficiente;
El reconocimiento de una comunidad
global a partir de la internacionalización de
determinadas problemáticas científicas;
La inclusión de nuevas plataformas de
comunicación virtual en línea; a partir de la
década del 2000 los autores que han trabajado
el tema comienzan a hablar de “ciberinfraes-
tructura” y plataformas eScience para la inves-
tigación en colaboración entre autores situa-
dos geográficamente en lugares remotos (Birn-
holtz, 2007).
La madurez de un campo científico se
acentúa en la medida en que los investigadores
interactúan y generan nuevos conocimientos
en conjunto. Por tal motivo, la colaboración
científica es un indicador esencial para estable-
cer el nivel de desarrollo de las áreas discipli-
nares. Asimismo, permite identificar el grado
de coordinación entre los actores participantes
en la actividad científica (Sánchez, Schmidt &
Obiol, 2016; Miguel, Chinchilla-Rodríguez,
González & Moya-Anegón, 2012).
Dentro de los sistemas de ciencia y tecno-
logía, la evaluación de los grados e intensidad
de la colaboración comienza a ser un factor
cada vez más importante de cara a establecer
la calidad de la investigación, su grado de
apertura y niveles de visibilidad (Ortoll et al.,
2014; Sanz-Casado, De-Filippo & Marugán,
2014). La colaboración científica implica un
entramado de investigadores, grupos de traba-
jo, organismos y actividades que interactúan
dinámicamente y en relación con su entorno
(disciplinar, geográfico, institucional, etcéte-
ra). En un contexto de toma de decisiones,
identificar los actores y dinámicas de colabora-
ción es fundamental para definir dónde se
encuentran las fortalezas y las debilidades de
un sistema científico.
Los trabajos que analizan la colaboración
científica brindan la posibilidad de visualizar
la red de instituciones y grupos de investigado-
res que forman parte de la actividad científica.
Katz & Martin (1997) mencionan las ventajas
del análisis de la coautoría como indicador de
la colaboración científica. Primero, al ser un
dato invariable y verificable, cualquiera puede
repetir los resultados y cerciorar su fiabilidad.
Segundo, es relativamente poco costoso y muy
práctico a la hora de analizar cuantitativamen-
te la colaboración científica. Además, el estu-
dio de la coautoría puede comprender grandes
volúmenes de datos, siendo sus resultados
mucho más significativos que los arrojados por
estudios de caso. Por último, estos trabajos
podrían incidir en la colaboración científica a
largo plazo. Es destacable la importancia de
este tipo de estudios si se tiene en cuenta que la
colaboración a nivel internacional está cam-
biando radicalmente la estratificación estruc-
tural de las ciencias (Leydesdorff, Wagner,
Park & Adams, 2013). Desde la bibliotecolo-
gía y las disciplinas que conforman el grupo
dedicado a las métricas de la información
(bibliometría, cienciometría e informetría) se
han desarrollado una serie de indicadores
específicos y técnicas de estudio abordados a
partir de la construcción de matrices de datos
como resultado del análisis de las publicacio-
nes, su uso, visibilidad e impacto en la comuni-
dad científica. Los indicadores bibliométricos
constituyen una de las herramientas más utili-
zadas para la medición del producto de la
investigación científica, porque las publicacio-
nes (independientemente del tipo de soporte)
son el vehículo más prolífico y exitoso para la
transferencia del conocimiento científico, con-
juntamente con su transferencia oral por
medio de conferencias y comunicaciones
personales (Moya Anegón & Arencibia Jorge,
2008). Esta investigación aborda la colabora-
ción desde un enfoque bibliotecológico apli-
cando técnicas bibliométricas que permiten la
construcción de los datos intervinientes, el
cálculo de indicadores y su representaciones
gráficas, y el desarrollo de un análisis en
función de los rasgos característicos de la
comunicación científica y la comunidad cientí-
fica estudiada.
El Instituto de Investigaciones
Biológicas (IIB)
El IIB es un centro de investigación aboca-
do a la generación de conocimiento científico,
la innovación y el desarrollo tecnológico en
bioquímica y biología celular y molecular, por
medio de actividades de investigación, transfe-
Página
12
rencia, docencia y formación de Recursos
Humanos. Este organismo se encarga de afian-
zar en la ciudad de Mar del Plata desarrollos
científicos vinculados principalmente con la
investigación biológica básica y formar recur-
sos humanos en el ámbito de la enseñanza
universitaria de grado y post-grado. Fue
creado en el año 1978 con dependencia inicial
del Rectorado de la UNMdP y luego de la
Facultad de Ciencias Exactas y Naturales
(FCEyN), funcionando como unidad sub-aca-
démica de la misma. La labor docente de este
instituto comprende la formación de jóvenes
investigadores que se encuentren realizando
tesis doctorales o cursos de posgrado, además
de dictar varias materias en el ámbito de
grado, en las Licenciaturas en Ciencias Bioló-
gicas y Ciencias Químicas e Ingeniería de
alimentos de la ya mencionada Facultad.
A partir del año 2006, desde CONICET se
promueve la creación de nuevas UE (con la
sugerencia de denominarlas institutos) que en
lo posible se conformaran como entidades de
doble dependencia junto a universidades
nacionales u organismos de ciencia y tecnolo-
gía nacionales e internacionales (Res. CONI-
CET 995). En este contexto, el 27 de
diciembre de ese año el CONICET y la
UNMDP firmaron un convenio de comple-
mentación recíproca (OCS 2201/07) para la
promoción y ejecución de tareas de investiga-
ción. En el marco de dicho convenio, el 19 de
junio de 2007 se aprobó la creación del IIB
como Unidad Ejecutora de doble dependen-
cia, UNMDP-CONICET.
Actualmente, el Instituto está conformado
por 7 grupos de investigación reconocidos por
la FCEyN: Degradación de Proteínas; Bioquí-
mica y Biología Molecular de Microorganis-
mos y Espermatozoides; Bioquímica Vegetal;
Biología Molecular; Fisiología Molecular e
Integrativa; y Fisiología del Estrés en Plantas y
Biología de Mitocondrias. Las líneas de inves-
tigación actuales corresponden a la Bioquími-
ca y Biología Molecular, la Biología Molecular
de Plantas, la Biología Celular, la Microbiolo-
gía y Microbiología Ambiental y las Molécu-
las Bioactivas, entre otros. La financiación de
sus actividades corre por cuenta de la UNMdP
y por los subsidios que reciben los investigado-
res de diversas agencias de promoción científi-
ca nacionales e internacionales mediante
proyectos y becas de investigación. Sleimen
(2015) detecta, como organismos financiado-
res de la actividad del IIB, a la propia UNMdP,
el CONICET, la CIC, la Fundación Antor-
chas, la Agencia Nacional de Promoción
Científica y Tecnológica, y la International
Foundation for Science de Suecia, principal-
mente.
Metodología
Para analizar la producción científica en
colaboración del IIB se utilizó la fuente de
datos de corriente principal Web of Science
(WoS) de Clarivate Analytics, incluyendo en la
búsqueda a todas las bases de datos. Los datos
se extrajeron del campo AD= (Dirección) que
proporciona información específica sobre los
indicadores utilizados, junto con búsquedas
complementarias que, por refinamiento y
observación manual, permitieron establecer la
selección de registros publicados dentro del
período de estudio. La ecuación ejecutada en
el motor de búsqueda fue la siguiente:
AD=(IIB OR CONICET-UNMdP OR
Inst Invest Biol OR Univ Nacl Mar Plata
OR Funes 3250 OR Univ Nac Mar del
Plata) AND AD=(Argentina OR Mar del
Plata)
En base a este proceso se obtuvo un total
de 224 artículos con 512 autores, y se estimó
un margen de error del 2% en base a los auto-
res que no fueron considerados en la produc-
ción. Para el estudio se seleccionaron indica-
dores que permitieran determinar las particu-
laridades de la colaboración científica del IIB:
Filiaciones institucional y geográfica
Índice de co-autoria (IC)
Análisis de co-firmas
(redes de colaboración)
Productividad
Una vez exportados los registros, se proce-
dió a crear una estructura de datos ad hoc en
Microsoft Excel versión 2010 para su valida-
ción y depuración, diseñada en base a los indi-
cadores planteados anteriormente. En el con-
trol de autoridades se desestimaron trabajos
no pertinentes a este estudio por su tipología
documental, particularmente libros y capítulos
de libros. Además, se identificaron artículos
pertenecientes a otras instituciones con nom-
bres similares al pertinente a esta investiga-
ción: el Instituto de Investigaciones Biotecno-
lógicas (IIB-INTECH), el Instituto de Investi-
gaciones Biomédicas de España (IIBM), el
Instituto de Biología de Brasil (IB) y el Institu-
to de Investigaciones Biológicas Clemente
Estable de Uruguay (IIBCE). Para la normali-
zación de los autores se utilizaron, principal-
mente, los datos aportados por las firmas de
los artículos y por los campos detallados en los
registros WoS; complementariamente, se
emplearon los buscadores de Google y Google
Scholar para identificar todos aquellos datos
que no pudieron ser ubicados en las fuentes
mencionadas. Por otra parte, se controlaron
los datos de las revistas fuente mediante la
base de datos Sherpa Romeo y el Master Jour-
nal List, de Clarivate Analytics.
Para el cálculo se indicadores se utilizó el
software BibExcel, desarrollado por Olle
Person (2017), en su versión 2016-02-20. Las
co-autorías se representaron mediante el Aná-
lisis de Redes Sociales (ARS), empleando el
software de representación gráfica de redes
VosViewer, versión 1.6.9. Para la interpreta-
ción de los resultados se tuvieron en considera-
ción, como parámetro de referencia, los infor-
mes de la actividad científica en universidades
españolas desarrollados por el observatorio
IUNE (2018). Éstos analizan la colaboración
internacional en instituciones públicas y priva-
das. Entre las áreas que estudian se encuentra
Ciencias de la Vida, campo disciplinar en el
cual se inscribe el IIB.
Resultados y discusión
Productividad
Para Arocena (1995), Gallicchio (2004),
García-Docampo (2007), González y
Velásquez (2007), Juárez (2013) y Vázquez-
Barquero (1998), el proceso de desarrollo local
estimula el crecimiento mediante el cambio
estructural, las redes, el capital social, la iden-
tidad y la articulación de los habitantes para
aprovechar y potenciar los recursos disponi-
bles en un territorio, a través del cual se con-
duce y concreta una mejora en su nivel de
vida. Estos supuestos en torno al desarrollo
local pueden ser vinculados con las biblio-
tecas, como se expone en las siguientes líneas.
En primera instancia, el análisis de lo local se
enfoca en un territorio proxémico, esto signi-
fica, el empleo que los individuos hacen de su
espacio físico y de cómo y con quién lo
utilizan (Boisier, 2001). Las bibliotecas son
espacios culturales, de información, de lectura
y de aprendizaje; espacios comunitarios de
convivencia y encuentro que propician la
cohesión e integración social.
encuentra en un nivel de productividad inter-
medio (IP<1) y sólo un 4% alcanzó un nivel de
productividad alto (IP=>1). La distribución
encontrada es la esperada según el postulado
de Lotka, tal como se observa en la Tabla 2.
En la Figura 1 pueden apreciarse con mayor
claridad los niveles de producción alcanzados.
Filiación geográfica
Casi la mitad de la producción recabada se
realiza en colaboración nacional (46,51%).
Esta situación puede observarse con mayor
claridad en la Figura 2. Los países que la suce-
den entre los más productivos son Francia
(8,84%), Estados Unidos (8,14%) y España
(5,12%). En estas filiaciones geográficas se
encuentra la concentración más alta de firmas,
mientras que el resto de los países presentes
poseen una participación que no supera el 5%.
Filiación institucional
Mediante el análisis de la filiación institu-
cional se detectó la participación de 120 insti-
tuciones. En la Tabla 3 se observa que la
frecuencia de aparición más alta corresponde a
CONICET con un total de 124 firmas, lo cual
constituye el 23,44% del universo estudiado.
La fuerte presencia de CONICET coincide
con los altos niveles de filiación nacional
descriptos en el apartado anterior. Asimismo,
Argentina nuclea la mayor cantidad de institu-
ciones participantes en la producción estudia-
da (29 instituciones) Tabla 3.
Atendiendo a la importante presencia de
CONICET en las firmas de los artículos estu-
diados, se analizaron las procedencias institu-
cionales de los investigadores del IIB, a fin de
determinar cuántos de ellos poseen filiación
CONICET, UNMdP y/u otros organismos.
La figura 4 muestra que más de la mitad de los
autores firmaron con filiación institucional
IIB-CONICET (66%). Le siguen en orden de
aparición un 28% de investigadores que firma-
ron sus trabajos sólo con filiación IIB. El resto
de las firmas detectadas (6%) pertenecen a
autores con doble y triple filiación, y corres-
ponden al INTA, al INTEMA y a la UNMdP.
Coautoría
El índice de coautoría arrojó como resulta-
do un promedio de 5,62 firmas por artículo,
sobre un total de 1260 firmas. Se ha detectado
un trabajo de hasta 72 autores, aunque la con-
centración más alta de artículos (78,6%) posee
entre 3 y 7 firmas, Tabla 4.
Redes de colaboración
Colaboración entre autores: esta red se
arconsiderando un umbral de representa-
ción de tres o más firmas dentro del universo
estudiado (n 3). Se detectaron ocho clusters
que concentran la mayor cantidad de firmas.
El tamaño de los nodos refleja el grado de
presencia de los autores. En este sentido, se
destacan aquellos que lideran los grupos de
investigación del IIB conformando los princi-
pales actores de la red: Lorenzo Lamattina (n
= 68), Rosana De-Castro (n = 23), Gustavo
Daleo (n = 22), Laura De-La-Canal (n = 21),
Claudia Casalongue (n = 21), Eduardo Zaba-
letta (n = 20), Adriana Andreu (n = 18), María
Gabriela Guevara (n = 16) y Andreina Cesari
(n = 14). La presencia de estos autores en los
resultados se condice con el trabajo que desa-
rrollan dentro del IIB, dado que cada uno de
ellos se encuentra, al momento de redacción
de esta tesis, dirigiendo un grupo de investiga-
ción del Instituto. Son pocos los autores por
fuera del IIB que forman parte de esta red de
colaboración. Por su grado de presencia
(número de firmas) se destacan Erika A.
Wolski (n = 6), Federico Hozbor (n = 6), Hans
Peter Braun (n = 6), Marcela Silvia Simontac-
chi (n = 6), Martín Javier Eguaras (n = 5), Jan
A. L. Van-Kan (n = 5), Matías Maggi (n = 5),
R. H. Alberio (n = 5), Daniel O. Caldiz (n = 4)
y Michael R. Blatt (n = 4), F0igura 5.
Colaboración institucional
Las particularidades de la colaboración
internacional permiten esclarecer el panorama
de investigación para adentrarse en el análisis
de la colaboración institucional; los niveles de
presencia de los distintos países participantes
en la red se reflejan en las instituciones que los
representan.
El tamaño del nodo que representa Argen-
tina en la Figura 7 se explica, principalmente,
por el importante nivel de colaboración de
instituciones nacionales con el IIB. Particular-
mente, se destaca la participación de investiga-
dores con doble filiación con CONICET.
Como se analizó anteriormente, casi la totali-
dad de los investigadores argentinos trabajan
en vinculación con este organismo, lo cual
explica la magnitud del nodo que lo represen-
ta. La concentración de firmas con filiación
nacional coincide con la importante participa-
ción de instituciones argentinas en esta colabo-
ración.
Conclusiones
La colaboración científica en el IIB coinci-
de con los niveles de internacionalización
alcanzados por otras instituciones en áreas
disciplinares similares (IUNE, 2018).
El trabajo realizado permite afirmar que
este instituto publica la mayoría de su produc-
ción en la corriente principal. En base a esto,
cabe preguntarse cuál es el su grado de presen-
cia en la denominada corriente periférica de la
ciencia. Se plantea este interrogante como un
posible disparador para la propuesta de estu-
dios a futuro que analicen la colaboración del
IIB por fuera de la corriente principal, de cara
a establecer una comparativa en este sentido.
El IIB posee un gran nivel de colaboración
con otras instituciones del interior del país. De
las 120 instituciones detectadas en el análisis
de la filiación institucional, 29 de ellas se
encuentran en Argentina (Tabla 6), siendo
éste el país con mayor presencia institucional
en la producción analizada. Los países que la
suceden entre los más productivos (Francia,
Estados Unidos y España) no superan el 9% de
producción en el universo estudiado.
Otro aspecto a destacar de este estudio son las
filiaciones institucionales simples, dobles y
triples. Más de la mitad de los autores (67%)
firmaron con una única filiación institucional.
De los autores argentinos que firmaron con
doble filiación, un 66% de las firmas corres-
ponden a IIB-CONICET. Esto lleva a pensar
que es este organismo el que impulsa a los
investigadores en el área de las Ciencias Exac-
tas a publicar en la corriente principal. La
presencia de CONICET en la colaboración
científica se ha observado en estudios realiza-
dos con características similares (Hidalgo,
2018; Miguel, de Moya-Anegón & Herre-
ro-Solana, 2006; Sleimen, 2015).
El análisis de la productividad permite
observar la concentración de firmas entre un
reducido grupo de investigadores: de un total
de 512 autores estudiados, sólo 63 de ellos
concentran el 50% de las firmas en el universo
analizado. En este sentido, el cálculo del IP
determinó que sólo un 4% de los autores
poseen un nivel de productividad alto. Cabe
preguntarse, en base a dichos resultados, cuál
es la trayectoria de estos investigadores, ya que
esto podría explicar el gran nivel de productivi-
dad que poseen en relación con el resto de los
autores.
De esta investigación se desprende un diag-
nóstico claro y preciso sobre la colaboración
científica en el área de las Ciencias Básicas, a
partir del análisis de uno de los institutos con
mayor trayectoria en la UNMdP como es el
IIB. Los aportes de este estudio podrán ser
tomados como base para decisiones institucio-
nales y de evaluación científica. La colabora-
ción científica es una perspectiva poco releva-
da en Argentina, por lo que se espera que esta
contribución ofrezca una muestra que impulse
nuevos estudios en esta dirección.
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Las bibliotecas desde la mirada del desarrollo local
Revista Prefacio, 2021, vol.5, n°7, ISSN 2591-3905
Universidad Nacional de Córdoba- Facultad de Filosofía y Humanidades. Escuela de Bibliotecología
Tabla 3. Conceptualización de biblioteca pública de 1990 a 2009
Autor Año y concepto
UNESCO-IFLA
1994
“Centro de información que facilita a los usuarios todo tipo de datos y
conocimiento. Presta sus servicios sobre la base de la igualdad de acceso de
todas las personas, independiente de su edad, raza, sexo, religión,
nacionalidad, idioma o condición social” (UNESCO, 1994).
Escuela
Interamericana
de
Bibliotecología
1999
“Una institución de carácter social (incluye lo educativo, informativo y
cultural), financiada y reglamentada por el Estado, cuya finalidad es
posibilitar el libre acceso a la información registrada en soporte documental,
que responda a unos criterios de selección y adquisición, para la satisfacción
de necesidades en el plano educativo, informativo, cultural y de uso del
tiempo libre. Busca, con ello, contribuir al mejoramiento de la calidad de
vida de todas las personas que hacen parte de una comunidad (municipio,
vereda o barrio), para la construcción y articulación de relaciones
democráticas, por medio de servicios y programas gratuitos y coordinados
por profesionales del área” (CERLALC-UNESCO, 2012: 33)
IFLA
2001
“Organización establecida, respaldada y financiada por la comunidad, ya
sea por conducto de una autoridad u órgano local, regional o nacional,
mediante cualquier otra forma de organización colectiva. Brinda acceso al
conocimiento, la información y las obras de la imaginación gracias a toda
una serie de recursos y servicios y está a disposición de todos los miembros
de la comunidad por igual” (IFLA, 2001: 8).
Fuente: elaboración propia con base en UNESCO (1994), IFLA (2001) y CERLALC-UNESCO (2012)
En los espacios de la biblioteca se crea en
comunidad y se crea comunidad, se colabora,
se comparten conocimientos y saberes. A su
vez, para el desarrollo local, la acción, interac-
ción y proximidad son elementos clave
(Carrizo, 2001). En ese sentido, en las biblio-
tecas públicas se dan interacciones y dinámicas
de confianza donde niños y jóvenes pueden
realizar actividades de forma tranquila, segura
y gratuita durante las vacaciones de verano;
pero también han servido como centros de
acopio o refugios temporales para salvaguardar
a la población ante los daños provocados por
fenómenos naturales. Por otro lado, el desa-
rrollo es un proceso de naturaleza intangible
donde los capitales intangibles deben ser articu-
lados, potenciados y direccionados (Boisier,
2001). El capital intangible es la diferencia
entre los activos intangibles (es decir, los
activos no monetarios y sin apariencia física
disponibles para producir bienes o prestar
servicios) y los pasivos intangibles (que son las
Introducción:
La colaboración científica ha sido uno de
los rasgos más distintivos en la evolución del
trabajo científico a lo largo de las últimas déca-
das. Se puede definir como “la interacción
entre dos o más científicos, la cual tiene lugar
dentro de un contexto social y permite com-
partir significado y completar tareas con
respecto a una meta superior mutuamente
compartida” (Sanchez, Schmidt & Obiol,
2016: 37). En este fenómeno inciden una serie
de factores vinculados fundamentalmente al
carácter de institución social que posee la cien-
cia donde su avance se vincula, en gran
medida, a las interacciones entre los actores
involucrados. En los últimos años la colabora-
ción en ciencia ha crecido notablemente, espe-
cialmente en las ciencias experimentales y
naturales. La actividad científica en colabora-
ción es vinculada con un mayor éxito en la
investigación, medido a través del prestigio de
las revistas en donde son publicados los avan-
ces, y de la cantidad de citas que reciben.
Existe una amplia bibliografía dedicada al
estudio de este fenómeno mereciendo la aten-
ción de numerosos autores (Katz & Martin,
1997; González Alcaide & Gómez Ferri, 2014;
Villanueva-Felez, Fernández-Zubieta & Palo-
mares-Montero, 2014; Aguado-López & Bece-
rril-García, 2016; Sebastián, 2004; Cummins
& Kiesler, 2005; Hara, Solomon, Kim & Son-
nenwald, 2003). A continuación se ofrece una
síntesis de las principales motivaciones que
mueven a los científicos a desarrollar su traba-
jo de manera colaborativa:
La existencia de políticas (ya sea a nivel
instColaboración institucional
Las particularidades de la colaboración
internacional permiten esclarecer el panorama
de investigación para adentrarse en el análisis
de la colaboración institucional; los niveles de
presencia de los distintos países participantes
en la red se reflejan en las instituciones que los
representan.itucional o estatal) que promue-
ven que las actividades científicas se realicen
en colaboración con otros investigadores,
grupos, organismos o países;
El deseo de los investigadores de incre-
mentar su visibilidad y prestigio en el campo
disciplinar que les compete;
La creciente demanda de ajuste y racio-
nalización de la mano de obra científica;
El cambio en las fuentes de financia-
ción;
La complejidad y el costo del equipa-
miento para investigar, lo cual lleva a los cien-
tíficos a compartir insumos;
El avance de las disciplinas científicas
en términos de especialización y profesionali-
zación, que torna necesario para el investiga-
dor adquirir más conocimientos para poder
hacer avances significativos, lo cual es factible
de lograr compartiendo conocimiento con
otros investigadores;
La formación de recursos humanos,
que lleva a los jóvenes investigadores a publi-
car trabajos con científicos que poseen una
trayectoria ya consolidada;
El surgimiento de campos de trabajo
interdisciplinarios, que impulsa a los investiga-
dores a trabajar en colaboración con otros
provenientes de diferentes ámbitos de la cien-
cia;
El interés de los científicos por alcanzar
un fin común de forma rápida y eficiente;
El reconocimiento de una comunidad
global a partir de la internacionalización de
determinadas problemáticas científicas;
La inclusión de nuevas plataformas de
comunicación virtual en línea; a partir de la
década del 2000 los autores que han trabajado
el tema comienzan a hablar de “ciberinfraes-
tructura” y plataformas eScience para la inves-
tigación en colaboración entre autores situa-
dos geográficamente en lugares remotos (Birn-
holtz, 2007).
La madurez de un campo científico se
acentúa en la medida en que los investigadores
interactúan y generan nuevos conocimientos
en conjunto. Por tal motivo, la colaboración
científica es un indicador esencial para estable-
cer el nivel de desarrollo de las áreas discipli-
nares. Asimismo, permite identificar el grado
de coordinación entre los actores participantes
en la actividad científica (Sánchez, Schmidt &
Obiol, 2016; Miguel, Chinchilla-Rodríguez,
González & Moya-Anegón, 2012).
Dentro de los sistemas de ciencia y tecno-
logía, la evaluación de los grados e intensidad
de la colaboración comienza a ser un factor
cada vez más importante de cara a establecer
la calidad de la investigación, su grado de
apertura y niveles de visibilidad (Ortoll et al.,
2014; Sanz-Casado, De-Filippo & Marugán,
2014). La colaboración científica implica un
entramado de investigadores, grupos de traba-
jo, organismos y actividades que interactúan
dinámicamente y en relación con su entorno
(disciplinar, geográfico, institucional, etcéte-
ra). En un contexto de toma de decisiones,
identificar los actores y dinámicas de colabora-
ción es fundamental para definir dónde se
encuentran las fortalezas y las debilidades de
un sistema científico.
Los trabajos que analizan la colaboración
científica brindan la posibilidad de visualizar
la red de instituciones y grupos de investigado-
res que forman parte de la actividad científica.
Katz & Martin (1997) mencionan las ventajas
del análisis de la coautoría como indicador de
la colaboración científica. Primero, al ser un
dato invariable y verificable, cualquiera puede
repetir los resultados y cerciorar su fiabilidad.
Segundo, es relativamente poco costoso y muy
práctico a la hora de analizar cuantitativamen-
te la colaboración científica. Además, el estu-
dio de la coautoría puede comprender grandes
volúmenes de datos, siendo sus resultados
mucho más significativos que los arrojados por
estudios de caso. Por último, estos trabajos
podrían incidir en la colaboración científica a
largo plazo. Es destacable la importancia de
este tipo de estudios si se tiene en cuenta que la
colaboración a nivel internacional está cam-
biando radicalmente la estratificación estruc-
tural de las ciencias (Leydesdorff, Wagner,
Park & Adams, 2013). Desde la bibliotecolo-
gía y las disciplinas que conforman el grupo
dedicado a las métricas de la información
(bibliometría, cienciometría e informetría) se
han desarrollado una serie de indicadores
específicos y técnicas de estudio abordados a
partir de la construcción de matrices de datos
como resultado del análisis de las publicacio-
nes, su uso, visibilidad e impacto en la comuni-
dad científica. Los indicadores bibliométricos
constituyen una de las herramientas más utili-
zadas para la medición del producto de la
investigación científica, porque las publicacio-
nes (independientemente del tipo de soporte)
son el vehículo más prolífico y exitoso para la
transferencia del conocimiento científico, con-
juntamente con su transferencia oral por
medio de conferencias y comunicaciones
personales (Moya Anegón & Arencibia Jorge,
2008). Esta investigación aborda la colabora-
ción desde un enfoque bibliotecológico apli-
cando técnicas bibliométricas que permiten la
construcción de los datos intervinientes, el
cálculo de indicadores y su representaciones
gráficas, y el desarrollo de un análisis en
función de los rasgos característicos de la
comunicación científica y la comunidad cientí-
fica estudiada.
El Instituto de Investigaciones
Biológicas (IIB)
El IIB es un centro de investigación aboca-
do a la generación de conocimiento científico,
la innovación y el desarrollo tecnológico en
bioquímica y biología celular y molecular, por
medio de actividades de investigación, transfe-
Página
13
rencia, docencia y formación de Recursos
Humanos. Este organismo se encarga de afian-
zar en la ciudad de Mar del Plata desarrollos
científicos vinculados principalmente con la
investigación biológica básica y formar recur-
sos humanos en el ámbito de la enseñanza
universitaria de grado y post-grado. Fue
creado en el año 1978 con dependencia inicial
del Rectorado de la UNMdP y luego de la
Facultad de Ciencias Exactas y Naturales
(FCEyN), funcionando como unidad sub-aca-
démica de la misma. La labor docente de este
instituto comprende la formación de jóvenes
investigadores que se encuentren realizando
tesis doctorales o cursos de posgrado, además
de dictar varias materias en el ámbito de
grado, en las Licenciaturas en Ciencias Bioló-
gicas y Ciencias Químicas e Ingeniería de
alimentos de la ya mencionada Facultad.
A partir del año 2006, desde CONICET se
promueve la creación de nuevas UE (con la
sugerencia de denominarlas institutos) que en
lo posible se conformaran como entidades de
doble dependencia junto a universidades
nacionales u organismos de ciencia y tecnolo-
gía nacionales e internacionales (Res. CONI-
CET 995). En este contexto, el 27 de
diciembre de ese año el CONICET y la
UNMDP firmaron un convenio de comple-
mentación recíproca (OCS 2201/07) para la
promoción y ejecución de tareas de investiga-
ción. En el marco de dicho convenio, el 19 de
junio de 2007 se aprobó la creación del IIB
como Unidad Ejecutora de doble dependen-
cia, UNMDP-CONICET.
Actualmente, el Instituto está conformado
por 7 grupos de investigación reconocidos por
la FCEyN: Degradación de Proteínas; Bioquí-
mica y Biología Molecular de Microorganis-
mos y Espermatozoides; Bioquímica Vegetal;
Biología Molecular; Fisiología Molecular e
Integrativa; y Fisiología del Estrés en Plantas y
Biología de Mitocondrias. Las líneas de inves-
tigación actuales corresponden a la Bioquími-
ca y Biología Molecular, la Biología Molecular
de Plantas, la Biología Celular, la Microbiolo-
gía y Microbiología Ambiental y las Molécu-
las Bioactivas, entre otros. La financiación de
sus actividades corre por cuenta de la UNMdP
y por los subsidios que reciben los investigado-
res de diversas agencias de promoción científi-
ca nacionales e internacionales mediante
proyectos y becas de investigación. Sleimen
(2015) detecta, como organismos financiado-
res de la actividad del IIB, a la propia UNMdP,
el CONICET, la CIC, la Fundación Antor-
chas, la Agencia Nacional de Promoción
Científica y Tecnológica, y la International
Foundation for Science de Suecia, principal-
mente.
Metodología
Para analizar la producción científica en
colaboración del IIB se utilizó la fuente de
datos de corriente principal Web of Science
(WoS) de Clarivate Analytics, incluyendo en la
búsqueda a todas las bases de datos. Los datos
se extrajeron del campo AD= (Dirección) que
proporciona información específica sobre los
indicadores utilizados, junto con búsquedas
complementarias que, por refinamiento y
observación manual, permitieron establecer la
selección de registros publicados dentro del
período de estudio. La ecuación ejecutada en
el motor de búsqueda fue la siguiente:
AD=(IIB OR CONICET-UNMdP OR
Inst Invest Biol OR Univ Nacl Mar Plata
OR Funes 3250 OR Univ Nac Mar del
Plata) AND AD=(Argentina OR Mar del
Plata)
En base a este proceso se obtuvo un total
de 224 artículos con 512 autores, y se estimó
un margen de error del 2% en base a los auto-
res que no fueron considerados en la produc-
ción. Para el estudio se seleccionaron indica-
dores que permitieran determinar las particu-
laridades de la colaboración científica del IIB:
Filiaciones institucional y geográfica
Índice de co-autoria (IC)
Análisis de co-firmas
(redes de colaboración)
Productividad
Una vez exportados los registros, se proce-
dió a crear una estructura de datos ad hoc en
Microsoft Excel versión 2010 para su valida-
ción y depuración, diseñada en base a los indi-
cadores planteados anteriormente. En el con-
trol de autoridades se desestimaron trabajos
no pertinentes a este estudio por su tipología
documental, particularmente libros y capítulos
de libros. Además, se identificaron artículos
pertenecientes a otras instituciones con nom-
bres similares al pertinente a esta investiga-
ción: el Instituto de Investigaciones Biotecno-
lógicas (IIB-INTECH), el Instituto de Investi-
gaciones Biomédicas de España (IIBM), el
Instituto de Biología de Brasil (IB) y el Institu-
to de Investigaciones Biológicas Clemente
Estable de Uruguay (IIBCE). Para la normali-
zación de los autores se utilizaron, principal-
mente, los datos aportados por las firmas de
los artículos y por los campos detallados en los
registros WoS; complementariamente, se
emplearon los buscadores de Google y Google
Scholar para identificar todos aquellos datos
que no pudieron ser ubicados en las fuentes
mencionadas. Por otra parte, se controlaron
los datos de las revistas fuente mediante la
base de datos Sherpa Romeo y el Master Jour-
nal List, de Clarivate Analytics.
Para el cálculo se indicadores se utilizó el
software BibExcel, desarrollado por Olle
Person (2017), en su versión 2016-02-20. Las
co-autorías se representaron mediante el Aná-
lisis de Redes Sociales (ARS), empleando el
software de representación gráfica de redes
VosViewer, versión 1.6.9. Para la interpreta-
ción de los resultados se tuvieron en considera-
ción, como parámetro de referencia, los infor-
mes de la actividad científica en universidades
españolas desarrollados por el observatorio
IUNE (2018). Éstos analizan la colaboración
internacional en instituciones públicas y priva-
das. Entre las áreas que estudian se encuentra
Ciencias de la Vida, campo disciplinar en el
cual se inscribe el IIB.
Resultados y discusión
Productividad
La distribución de la productividad mues-
tra que, del total de los 512 investigadores
presentes en la producción analizada, sólo 63
de ellos concentran el 50% de las firmas de los
artículos (633 firmas de un total de 1260.
Tabla 1).
El cálculo del índice de Lotka arrojó como
resultado una gran cantidad de autores (63%)
con un nivel de productividad bajo (IP=0),
mientras que el 33% de los investigadores se
constituye el 23,44% del universo estudiado.
La fuerte presencia de CONICET coincide
con los altos niveles de filiación nacional
descriptos en el apartado anterior. Asimismo,
Argentina nuclea la mayor cantidad de institu-
ciones participantes en la producción estudia-
da (29 instituciones) Tabla 3.
Atendiendo a la importante presencia de
CONICET en las firmas de los artículos estu-
diados, se analizaron las procedencias institu-
cionales de los investigadores del IIB, a fin de
determinar cuántos de ellos poseen filiación
CONICET, UNMdP y/u otros organismos.
La figura 4 muestra que más de la mitad de los
autores firmaron con filiación institucional
IIB-CONICET (66%). Le siguen en orden de
aparición un 28% de investigadores que firma-
ron sus trabajos sólo con filiación IIB. El resto
de las firmas detectadas (6%) pertenecen a
autores con doble y triple filiación, y corres-
ponden al INTA, al INTEMA y a la UNMdP.
Coautoría
El índice de coautoría arrojó como resulta-
do un promedio de 5,62 firmas por artículo,
sobre un total de 1260 firmas. Se ha detectado
un trabajo de hasta 72 autores, aunque la con-
centración más alta de artículos (78,6%) posee
entre 3 y 7 firmas, Tabla 4.
Redes de colaboración
Colaboración entre autores: esta red se
arconsiderando un umbral de representa-
ción de tres o más firmas dentro del universo
estudiado (n 3). Se detectaron ocho clusters
que concentran la mayor cantidad de firmas.
El tamaño de los nodos refleja el grado de
presencia de los autores. En este sentido, se
destacan aquellos que lideran los grupos de
investigación del IIB conformando los princi-
pales actores de la red: Lorenzo Lamattina (n
= 68), Rosana De-Castro (n = 23), Gustavo
Daleo (n = 22), Laura De-La-Canal (n = 21),
Claudia Casalongue (n = 21), Eduardo Zaba-
letta (n = 20), Adriana Andreu (n = 18), María
Gabriela Guevara (n = 16) y Andreina Cesari
(n = 14). La presencia de estos autores en los
resultados se condice con el trabajo que desa-
rrollan dentro del IIB, dado que cada uno de
ellos se encuentra, al momento de redacción
de esta tesis, dirigiendo un grupo de investiga-
ción del Instituto. Son pocos los autores por
fuera del IIB que forman parte de esta red de
colaboración. Por su grado de presencia
(número de firmas) se destacan Erika A.
Wolski (n = 6), Federico Hozbor (n = 6), Hans
Peter Braun (n = 6), Marcela Silvia Simontac-
chi (n = 6), Martín Javier Eguaras (n = 5), Jan
A. L. Van-Kan (n = 5), Matías Maggi (n = 5),
R. H. Alberio (n = 5), Daniel O. Caldiz (n = 4)
y Michael R. Blatt (n = 4), F0igura 5.
Colaboración institucional
Las particularidades de la colaboración
internacional permiten esclarecer el panorama
de investigación para adentrarse en el análisis
de la colaboración institucional; los niveles de
presencia de los distintos países participantes
en la red se reflejan en las instituciones que los
representan.
El tamaño del nodo que representa Argen-
tina en la Figura 7 se explica, principalmente,
por el importante nivel de colaboración de
instituciones nacionales con el IIB. Particular-
mente, se destaca la participación de investiga-
dores con doble filiación con CONICET.
Como se analizó anteriormente, casi la totali-
dad de los investigadores argentinos trabajan
en vinculación con este organismo, lo cual
explica la magnitud del nodo que lo represen-
ta. La concentración de firmas con filiación
nacional coincide con la importante participa-
ción de instituciones argentinas en esta colabo-
ración.
Conclusiones
La colaboración científica en el IIB coinci-
de con los niveles de internacionalización
alcanzados por otras instituciones en áreas
disciplinares similares (IUNE, 2018).
El trabajo realizado permite afirmar que
este instituto publica la mayoría de su produc-
ción en la corriente principal. En base a esto,
cabe preguntarse cuál es el su grado de presen-
cia en la denominada corriente periférica de la
ciencia. Se plantea este interrogante como un
posible disparador para la propuesta de estu-
dios a futuro que analicen la colaboración del
IIB por fuera de la corriente principal, de cara
a establecer una comparativa en este sentido.
El IIB posee un gran nivel de colaboración
con otras instituciones del interior del país. De
las 120 instituciones detectadas en el análisis
de la filiación institucional, 29 de ellas se
encuentran en Argentina (Tabla 6), siendo
éste el país con mayor presencia institucional
en la producción analizada. Los países que la
suceden entre los más productivos (Francia,
Estados Unidos y España) no superan el 9% de
producción en el universo estudiado.
Otro aspecto a destacar de este estudio son las
filiaciones institucionales simples, dobles y
triples. Más de la mitad de los autores (67%)
firmaron con una única filiación institucional.
De los autores argentinos que firmaron con
doble filiación, un 66% de las firmas corres-
ponden a IIB-CONICET. Esto lleva a pensar
que es este organismo el que impulsa a los
investigadores en el área de las Ciencias Exac-
tas a publicar en la corriente principal. La
presencia de CONICET en la colaboración
científica se ha observado en estudios realiza-
dos con características similares (Hidalgo,
2018; Miguel, de Moya-Anegón & Herre-
ro-Solana, 2006; Sleimen, 2015).
El análisis de la productividad permite
observar la concentración de firmas entre un
reducido grupo de investigadores: de un total
de 512 autores estudiados, sólo 63 de ellos
concentran el 50% de las firmas en el universo
analizado. En este sentido, el cálculo del IP
determinó que sólo un 4% de los autores
poseen un nivel de productividad alto. Cabe
preguntarse, en base a dichos resultados, cuál
es la trayectoria de estos investigadores, ya que
esto podría explicar el gran nivel de productivi-
dad que poseen en relación con el resto de los
autores.
De esta investigación se desprende un diag-
nóstico claro y preciso sobre la colaboración
científica en el área de las Ciencias Básicas, a
partir del análisis de uno de los institutos con
mayor trayectoria en la UNMdP como es el
IIB. Los aportes de este estudio podrán ser
tomados como base para decisiones institucio-
nales y de evaluación científica. La colabora-
ción científica es una perspectiva poco releva-
da en Argentina, por lo que se espera que esta
contribución ofrezca una muestra que impulse
nuevos estudios en esta dirección.
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obligaciones con las partes interesadas,
también de carácter no monetario ni físico).
Uno de los activos intangibles es el capital
intelectual, es decir, el conocimiento que crea
o produce valor (Simó y Sayán, 2008: 72).
Dado que las bibliotecas resguardan,
conservan, organizan y brindan acceso al
conocimiento y al capital intelectual de las
comunidades, constituyen uno de los canales
de acceso a información, al autoaprendizaje y
a oportunidades sociales, lo que facilita los
procesos de transformación de información en
conocimiento (Di Domenico, 2013: 14). Lo
anterior se asocia con el proceso de desarrollo
local, durante el cual se genera una demanda
permanente de saber, que da pie al incremento
del conocimiento e información que se generan
localmente (Arocena, 1995: 153-154).
El desarrollo local implica concertación, nego-
ciación e interacción entre actores locales. El
actor local está ligado a la noción de desa-
rrollo, no solo por el entorno social en el que se
desarrolla la acción, sino por el aporte de esa
acción al desarrollo local. Para que haya desa-
rrollo local, debe haber un fuerte componente
identitario, que se vuelve factor de desarrollo
en la medida que potencia las capacidades y
propicia nuevas formas de movilización de los
actores (Arocena, 1995). En medio de la
constante difusión de información falsa, las
bibliotecas brindan acceso a recursos que per-
miten a los actores “desafiar a los asesores
políticos y a los medios de comunicación, para
llevar el control de sus propios destinos y
construir sus propias ideas” (Allendez, 2009:
3). A través de la puesta a disposición del patri-
monio cultural, documental y bibliográfico, los
individuos tienen acceso a la historia y
memoria colectiva que les permite conocer y
profundizar acerca de su identidad cultural,
además de organizarse y participar colectiva-
mente en la recuperación, defensa, conser-
vación y difusión de la riqueza cultural local.
La presencia de las bibliotecas incluso puede
contribuir al sentido de pertenencia (BOP
Consulting, 2014).
Por otra parte, los procesos de desarrollo
económico local son una variable dependiente
de los procesos de construcción social, esto im-
plica que el proceso de desarrollo local debe
potenciar lo existente a partir del territorio. En
ese sentido, las actividades que los habitantes
realizan en la biblioteca, apoyan directa o indi-
rectamente a otras actividades, actores y agen-
tes ubicados en los espacios circunvecinos
(BOP Consulting, 2014).
Por su posición y su capacidad para
concertar, los actores políticos pueden ser clave
en este proceso a través del relacionamiento y
la influencia (Gallicchio, 2004). A ese respec-
to, Suaiden (2018: 1138) postula que “la
infraestructura informacional existente impacta
en la calidad de la educación y en el desarro-
llo”, esto se debe a que la lectura incide en la
participación social.
Para identificar si hay o no hay desarrollo, se
necesitan indicadores que deben ser concre-
tados y aplicados en el territorio para evaluar
los objetivos y resultados que definen el desa-
rrollo local (Del Río, 1994). En el caso de las
bibliotecas, las Directrices IFLA/UNESCO
para el desarrollo del servicio de bibliotecas
públicas (2007), resaltan que la prestación de
servicios bibliotecarios debe darse en función
de las necesidades locales, las cuales deben
evaluarse periódicamente. Deben conocerse los
cambios demográficos, los niveles de escola-
ridad y otras características socioeconómicas
locales. Además, generar indicadores para pla-
near y formular políticas bibliotecarias.
Las dimensiones del proceso de desarrollo
local corresponden a diversos ámbitos. Autores
como Arocena (1995), Sanchís (1998) y
Gallicchio (2004) proponen distintas formas de
dimensionar dicho proceso. En el ámbito polí-
tico, Sanchís (1998) distingue dos dimensiones:
la instrumental, que contempla la resolución de
los problemas de diseño y gestión, y la
institucional, relacionada con la adminis-
tración pública, encargada de controlar y ase-
gurar la coordinación de los agentes locales.
Las bibliotecas desde la mirada del desarrollo local
Revista Prefacio, 2021, vol.5, n°7, ISSN 2591-3905
Universidad Nacional de Córdoba- Facultad de Filosofía y Humanidades. Escuela de Bibliotecología
Introducción:
La colaboración científica ha sido uno de
los rasgos más distintivos en la evolución del
trabajo científico a lo largo de las últimas déca-
das. Se puede definir como “la interacción
entre dos o más científicos, la cual tiene lugar
dentro de un contexto social y permite com-
partir significado y completar tareas con
respecto a una meta superior mutuamente
compartida” (Sanchez, Schmidt & Obiol,
2016: 37). En este fenómeno inciden una serie
de factores vinculados fundamentalmente al
carácter de institución social que posee la cien-
cia donde su avance se vincula, en gran
medida, a las interacciones entre los actores
involucrados. En los últimos años la colabora-
ción en ciencia ha crecido notablemente, espe-
cialmente en las ciencias experimentales y
naturales. La actividad científica en colabora-
ción es vinculada con un mayor éxito en la
investigación, medido a través del prestigio de
las revistas en donde son publicados los avan-
ces, y de la cantidad de citas que reciben.
Existe una amplia bibliografía dedicada al
estudio de este fenómeno mereciendo la aten-
ción de numerosos autores (Katz & Martin,
1997; González Alcaide & Gómez Ferri, 2014;
Villanueva-Felez, Fernández-Zubieta & Palo-
mares-Montero, 2014; Aguado-López & Bece-
rril-García, 2016; Sebastián, 2004; Cummins
& Kiesler, 2005; Hara, Solomon, Kim & Son-
nenwald, 2003). A continuación se ofrece una
síntesis de las principales motivaciones que
mueven a los científicos a desarrollar su traba-
jo de manera colaborativa:
La existencia de políticas (ya sea a nivel
instColaboración institucional
Las particularidades de la colaboración
internacional permiten esclarecer el panorama
de investigación para adentrarse en el análisis
de la colaboración institucional; los niveles de
presencia de los distintos países participantes
en la red se reflejan en las instituciones que los
representan.itucional o estatal) que promue-
ven que las actividades científicas se realicen
en colaboración con otros investigadores,
grupos, organismos o países;
El deseo de los investigadores de incre-
mentar su visibilidad y prestigio en el campo
disciplinar que les compete;
La creciente demanda de ajuste y racio-
nalización de la mano de obra científica;
El cambio en las fuentes de financia-
ción;
La complejidad y el costo del equipa-
miento para investigar, lo cual lleva a los cien-
tíficos a compartir insumos;
El avance de las disciplinas científicas
en términos de especialización y profesionali-
zación, que torna necesario para el investiga-
dor adquirir más conocimientos para poder
hacer avances significativos, lo cual es factible
de lograr compartiendo conocimiento con
otros investigadores;
La formación de recursos humanos,
que lleva a los jóvenes investigadores a publi-
car trabajos con científicos que poseen una
trayectoria ya consolidada;
El surgimiento de campos de trabajo
interdisciplinarios, que impulsa a los investiga-
dores a trabajar en colaboración con otros
provenientes de diferentes ámbitos de la cien-
cia;
El interés de los científicos por alcanzar
un fin común de forma rápida y eficiente;
El reconocimiento de una comunidad
global a partir de la internacionalización de
determinadas problemáticas científicas;
La inclusión de nuevas plataformas de
comunicación virtual en línea; a partir de la
década del 2000 los autores que han trabajado
el tema comienzan a hablar de “ciberinfraes-
tructura” y plataformas eScience para la inves-
tigación en colaboración entre autores situa-
dos geográficamente en lugares remotos (Birn-
holtz, 2007).
La madurez de un campo científico se
acentúa en la medida en que los investigadores
interactúan y generan nuevos conocimientos
en conjunto. Por tal motivo, la colaboración
científica es un indicador esencial para estable-
cer el nivel de desarrollo de las áreas discipli-
nares. Asimismo, permite identificar el grado
de coordinación entre los actores participantes
en la actividad científica (Sánchez, Schmidt &
Obiol, 2016; Miguel, Chinchilla-Rodríguez,
González & Moya-Anegón, 2012).
Dentro de los sistemas de ciencia y tecno-
logía, la evaluación de los grados e intensidad
de la colaboración comienza a ser un factor
cada vez más importante de cara a establecer
la calidad de la investigación, su grado de
apertura y niveles de visibilidad (Ortoll et al.,
2014; Sanz-Casado, De-Filippo & Marugán,
2014). La colaboración científica implica un
entramado de investigadores, grupos de traba-
jo, organismos y actividades que interactúan
dinámicamente y en relación con su entorno
(disciplinar, geográfico, institucional, etcéte-
ra). En un contexto de toma de decisiones,
identificar los actores y dinámicas de colabora-
ción es fundamental para definir dónde se
encuentran las fortalezas y las debilidades de
un sistema científico.
Los trabajos que analizan la colaboración
científica brindan la posibilidad de visualizar
la red de instituciones y grupos de investigado-
res que forman parte de la actividad científica.
Katz & Martin (1997) mencionan las ventajas
del análisis de la coautoría como indicador de
la colaboración científica. Primero, al ser un
dato invariable y verificable, cualquiera puede
repetir los resultados y cerciorar su fiabilidad.
Segundo, es relativamente poco costoso y muy
práctico a la hora de analizar cuantitativamen-
te la colaboración científica. Además, el estu-
dio de la coautoría puede comprender grandes
volúmenes de datos, siendo sus resultados
mucho más significativos que los arrojados por
estudios de caso. Por último, estos trabajos
podrían incidir en la colaboración científica a
largo plazo. Es destacable la importancia de
este tipo de estudios si se tiene en cuenta que la
colaboración a nivel internacional está cam-
biando radicalmente la estratificación estruc-
tural de las ciencias (Leydesdorff, Wagner,
Park & Adams, 2013). Desde la bibliotecolo-
gía y las disciplinas que conforman el grupo
dedicado a las métricas de la información
(bibliometría, cienciometría e informetría) se
han desarrollado una serie de indicadores
específicos y técnicas de estudio abordados a
partir de la construcción de matrices de datos
como resultado del análisis de las publicacio-
nes, su uso, visibilidad e impacto en la comuni-
dad científica. Los indicadores bibliométricos
constituyen una de las herramientas más utili-
zadas para la medición del producto de la
investigación científica, porque las publicacio-
nes (independientemente del tipo de soporte)
son el vehículo más prolífico y exitoso para la
transferencia del conocimiento científico, con-
juntamente con su transferencia oral por
medio de conferencias y comunicaciones
personales (Moya Anegón & Arencibia Jorge,
2008). Esta investigación aborda la colabora-
ción desde un enfoque bibliotecológico apli-
cando técnicas bibliométricas que permiten la
construcción de los datos intervinientes, el
cálculo de indicadores y su representaciones
gráficas, y el desarrollo de un análisis en
función de los rasgos característicos de la
comunicación científica y la comunidad cientí-
fica estudiada.
El Instituto de Investigaciones
Biológicas (IIB)
El IIB es un centro de investigación aboca-
do a la generación de conocimiento científico,
la innovación y el desarrollo tecnológico en
bioquímica y biología celular y molecular, por
medio de actividades de investigación, transfe-
Página
14
rencia, docencia y formación de Recursos
Humanos. Este organismo se encarga de afian-
zar en la ciudad de Mar del Plata desarrollos
científicos vinculados principalmente con la
investigación biológica básica y formar recur-
sos humanos en el ámbito de la enseñanza
universitaria de grado y post-grado. Fue
creado en el año 1978 con dependencia inicial
del Rectorado de la UNMdP y luego de la
Facultad de Ciencias Exactas y Naturales
(FCEyN), funcionando como unidad sub-aca-
démica de la misma. La labor docente de este
instituto comprende la formación de jóvenes
investigadores que se encuentren realizando
tesis doctorales o cursos de posgrado, además
de dictar varias materias en el ámbito de
grado, en las Licenciaturas en Ciencias Bioló-
gicas y Ciencias Químicas e Ingeniería de
alimentos de la ya mencionada Facultad.
A partir del año 2006, desde CONICET se
promueve la creación de nuevas UE (con la
sugerencia de denominarlas institutos) que en
lo posible se conformaran como entidades de
doble dependencia junto a universidades
nacionales u organismos de ciencia y tecnolo-
gía nacionales e internacionales (Res. CONI-
CET 995). En este contexto, el 27 de
diciembre de ese año el CONICET y la
UNMDP firmaron un convenio de comple-
mentación recíproca (OCS 2201/07) para la
promoción y ejecución de tareas de investiga-
ción. En el marco de dicho convenio, el 19 de
junio de 2007 se aprobó la creación del IIB
como Unidad Ejecutora de doble dependen-
cia, UNMDP-CONICET.
Actualmente, el Instituto está conformado
por 7 grupos de investigación reconocidos por
la FCEyN: Degradación de Proteínas; Bioquí-
mica y Biología Molecular de Microorganis-
mos y Espermatozoides; Bioquímica Vegetal;
Biología Molecular; Fisiología Molecular e
Integrativa; y Fisiología del Estrés en Plantas y
Biología de Mitocondrias. Las líneas de inves-
tigación actuales corresponden a la Bioquími-
ca y Biología Molecular, la Biología Molecular
de Plantas, la Biología Celular, la Microbiolo-
gía y Microbiología Ambiental y las Molécu-
las Bioactivas, entre otros. La financiación de
sus actividades corre por cuenta de la UNMdP
y por los subsidios que reciben los investigado-
res de diversas agencias de promoción científi-
ca nacionales e internacionales mediante
proyectos y becas de investigación. Sleimen
(2015) detecta, como organismos financiado-
res de la actividad del IIB, a la propia UNMdP,
el CONICET, la CIC, la Fundación Antor-
chas, la Agencia Nacional de Promoción
Científica y Tecnológica, y la International
Foundation for Science de Suecia, principal-
mente.
Metodología
Para analizar la producción científica en
colaboración del IIB se utilizó la fuente de
datos de corriente principal Web of Science
(WoS) de Clarivate Analytics, incluyendo en la
búsqueda a todas las bases de datos. Los datos
se extrajeron del campo AD= (Dirección) que
proporciona información específica sobre los
indicadores utilizados, junto con búsquedas
complementarias que, por refinamiento y
observación manual, permitieron establecer la
selección de registros publicados dentro del
período de estudio. La ecuación ejecutada en
el motor de búsqueda fue la siguiente:
AD=(IIB OR CONICET-UNMdP OR
Inst Invest Biol OR Univ Nacl Mar Plata
OR Funes 3250 OR Univ Nac Mar del
Plata) AND AD=(Argentina OR Mar del
Plata)
En base a este proceso se obtuvo un total
de 224 artículos con 512 autores, y se estimó
un margen de error del 2% en base a los auto-
res que no fueron considerados en la produc-
ción. Para el estudio se seleccionaron indica-
dores que permitieran determinar las particu-
laridades de la colaboración científica del IIB:
Filiaciones institucional y geográfica
Índice de co-autoria (IC)
Análisis de co-firmas
(redes de colaboración)
Productividad
Una vez exportados los registros, se proce-
dió a crear una estructura de datos ad hoc en
Microsoft Excel versión 2010 para su valida-
ción y depuración, diseñada en base a los indi-
cadores planteados anteriormente. En el con-
trol de autoridades se desestimaron trabajos
no pertinentes a este estudio por su tipología
documental, particularmente libros y capítulos
de libros. Además, se identificaron artículos
pertenecientes a otras instituciones con nom-
bres similares al pertinente a esta investiga-
ción: el Instituto de Investigaciones Biotecno-
lógicas (IIB-INTECH), el Instituto de Investi-
gaciones Biomédicas de España (IIBM), el
Instituto de Biología de Brasil (IB) y el Institu-
to de Investigaciones Biológicas Clemente
Estable de Uruguay (IIBCE). Para la normali-
zación de los autores se utilizaron, principal-
mente, los datos aportados por las firmas de
los artículos y por los campos detallados en los
registros WoS; complementariamente, se
emplearon los buscadores de Google y Google
Scholar para identificar todos aquellos datos
que no pudieron ser ubicados en las fuentes
mencionadas. Por otra parte, se controlaron
los datos de las revistas fuente mediante la
base de datos Sherpa Romeo y el Master Jour-
nal List, de Clarivate Analytics.
Para el cálculo se indicadores se utilizó el
software BibExcel, desarrollado por Olle
Person (2017), en su versión 2016-02-20. Las
co-autorías se representaron mediante el Aná-
lisis de Redes Sociales (ARS), empleando el
software de representación gráfica de redes
VosViewer, versión 1.6.9. Para la interpreta-
ción de los resultados se tuvieron en considera-
ción, como parámetro de referencia, los infor-
mes de la actividad científica en universidades
españolas desarrollados por el observatorio
IUNE (2018). Éstos analizan la colaboración
internacional en instituciones públicas y priva-
das. Entre las áreas que estudian se encuentra
Ciencias de la Vida, campo disciplinar en el
cual se inscribe el IIB.
Resultados y discusión
Productividad
La distribución de la productividad mues-
tra que, del total de los 512 investigadores
presentes en la producción analizada, sólo 63
de ellos concentran el 50% de las firmas de los
artículos (633 firmas de un total de 1260.
Tabla 1).
El cálculo del índice de Lotka arrojó como
resultado una gran cantidad de autores (63%)
con un nivel de productividad bajo (IP=0),
mientras que el 33% de los investigadores se
encuentra en un nivel de productividad inter-
medio (IP<1) y sólo un 4% alcanzó un nivel de
productividad alto (IP=>1). La distribución
encontrada es la esperada según el postulado
de Lotka, tal como se observa en la Tabla 2.
En la Figura 1 pueden apreciarse con mayor
claridad los niveles de producción alcanzados.
Filiación geográfica
Casi la mitad de la producción recabada se
realiza en colaboración nacional (46,51%).
Esta situación puede observarse con mayor
claridad en la Figura 2. Los países que la suce-
den entre los más productivos son Francia
(8,84%), Estados Unidos (8,14%) y España
(5,12%). En estas filiaciones geográficas se
encuentra la concentración más alta de firmas,
mientras que el resto de los países presentes
poseen una participación que no supera el 5%.
Filiación institucional
Mediante el análisis de la filiación institu-
cional se detectó la participación de 120 insti-
tuciones. En la Tabla 3 se observa que la
frecuencia de aparición más alta corresponde a
CONICET con un total de 124 firmas, lo cual
Arocena (1995) hace alusión a la autonomía y
la eficiencia de la gestión local, la gestión
público-privada, la agenda pública sobre desa-
rrollo local y la planificación local. Mientras
Gallicchio (2004) apunta a la gobernabilidad
y un proyecto colectivo, autónomo y susten-
tado en los actores locales.
Gallicchio (2004) unifica la dimensión
social y la cultural e identifica como elemen-
tos de ambas: la calidad de vida, la equidad y
la integración social. En cambio, Arocena
(1995) separa la dimensión social de la iden-
titaria y señala como elementos de la primera:
la superación de carencias básicas, la inte-
gración social, la participación y la organiza-
ción social. Como componentes de la dimen-
sión identitaria enuncia: la identidad colec-
tiva, la cultura de la iniciativa, y la cultura de
la información que aumente el nivel de
conocimientos e información generados en la
localidad. Desde la perspectiva de Sanchís
(1998), la dimensión social está compuesta
por la creación de puestos de trabajo. Mien-
tras en la dimensión cooperativa incluye la
colaboración de organismos y colectivos.
Un par de dimensiones son consideradas
dentro del proceso de desarrollo local por
Gallicchio (2004) y Arocena (1995). El prime-
ro hace referencia a la dimensión ambiental
en el territorio. A su vez, el segundo mencio-
na la dimensión sistémica, constituida por
dos tipos de integración: la horizontal del
sistema, en la que figuran la negociación y
cooperación de actores locales; y la vertical y
autonomía, donde se requiere el aprove-
chamiento de los recursos locales y los apo-
yos nacionales.
La dimensión ambiental del desarrollo se
aborda a profundidad en los textos de
Enrique Leff. Desde su perspectiva, de las
condiciones sociales y ecológicas del entorno
emanan conocimientos que posibilitan la bús-
queda y proposición de alternativas para re-
vertir las causas y efectos de la explotación de
recursos y de la degradación de la calidad am-
biental. Así, el saber ambiental es una de las
premisas para el desarrollo local (Leff, 1986).
Las propuestas antes expuestas se plantean
desde la postura económico-ambiental de Leff
(1986), la perspectiva sociológica (Arocena,
1995), la visión económica de Sanchís (1998)
y Boisier (1999), y la de Gallicchio (2004),
especialista en desarrollo local. A partir de sus
planteamientos se revisan brevemente las si-
guientes dimensiones del desarrollo local:
Dimensión social: integrada por los
actores locales, el capital humano y las
prácticas de formación de adultos, la creación
de puestos de trabajo, capital social, calidad
de vida, equidad, integración e inclusión so-
cial, participación y organización social.
Dimensión cultural: formada por los
procesos constitutivos de identidad colectiva,
visión general compartida sobre el desarrollo
de la localidad, cultura de la iniciativa, cultu-
ra de la información, y la colaboración de
organismos y colectivos en el proceso de
desarrollo.
Dimensión política: asociada a la
gobernabilidad del territorio y la definición
del proyecto colectivo, la autonomía y la
eficiencia en la gestión local, la agenda
pública sobre desarrollo local, la planificación
local, la gestión público-privada, el asegura-
miento de la coordinación de los agentes
implicados y la resolución de los problemas
de diseño y gestión que surjan durante el
proceso.
Dimensión económica: compuesta por
la dinámica de creación, acumulación y
distribución de la riqueza, la capitalización
económica, el tejido empresarial local, la tec-
nología, inversión y desarrollo, los servicios a
particulares y a empresas, la integración rural-
urbana y la realización de iniciativas eco-
nómicas rentables y eficientes.
Dimensión ambiental: se refiere a los
recursos naturales disponibles, a la susten-
tabilidad y al impacto ambiental de las prác-
ticas productivas en la comunidad.
IIB-CONICET (66%). Le siguen en orden de
aparición un 28% de investigadores que firma-
ron sus trabajos sólo con filiación IIB. El resto
de las firmas detectadas (6%) pertenecen a
autores con doble y triple filiación, y corres-
ponden al INTA, al INTEMA y a la UNMdP.
Coautoría
El índice de coautoría arrojó como resulta-
do un promedio de 5,62 firmas por artículo,
sobre un total de 1260 firmas. Se ha detectado
un trabajo de hasta 72 autores, aunque la con-
centración más alta de artículos (78,6%) posee
entre 3 y 7 firmas, Tabla 4.
Redes de colaboración
Colaboración entre autores: esta red se
arconsiderando un umbral de representa-
ción de tres o más firmas dentro del universo
estudiado (n 3). Se detectaron ocho clusters
que concentran la mayor cantidad de firmas.
El tamaño de los nodos refleja el grado de
presencia de los autores. En este sentido, se
destacan aquellos que lideran los grupos de
investigación del IIB conformando los princi-
pales actores de la red: Lorenzo Lamattina (n
= 68), Rosana De-Castro (n = 23), Gustavo
Daleo (n = 22), Laura De-La-Canal (n = 21),
Claudia Casalongue (n = 21), Eduardo Zaba-
letta (n = 20), Adriana Andreu (n = 18), María
Gabriela Guevara (n = 16) y Andreina Cesari
(n = 14). La presencia de estos autores en los
resultados se condice con el trabajo que desa-
rrollan dentro del IIB, dado que cada uno de
ellos se encuentra, al momento de redacción
de esta tesis, dirigiendo un grupo de investiga-
ción del Instituto. Son pocos los autores por
fuera del IIB que forman parte de esta red de
colaboración. Por su grado de presencia
(número de firmas) se destacan Erika A.
Wolski (n = 6), Federico Hozbor (n = 6), Hans
Peter Braun (n = 6), Marcela Silvia Simontac-
chi (n = 6), Martín Javier Eguaras (n = 5), Jan
A. L. Van-Kan (n = 5), Matías Maggi (n = 5),
R. H. Alberio (n = 5), Daniel O. Caldiz (n = 4)
y Michael R. Blatt (n = 4), F0igura 5.
Colaboración institucional
Las particularidades de la colaboración
internacional permiten esclarecer el panorama
de investigación para adentrarse en el análisis
de la colaboración institucional; los niveles de
presencia de los distintos países participantes
en la red se reflejan en las instituciones que los
representan.
El tamaño del nodo que representa Argen-
tina en la Figura 7 se explica, principalmente,
por el importante nivel de colaboración de
instituciones nacionales con el IIB. Particular-
mente, se destaca la participación de investiga-
dores con doble filiación con CONICET.
Como se analizó anteriormente, casi la totali-
dad de los investigadores argentinos trabajan
en vinculación con este organismo, lo cual
explica la magnitud del nodo que lo represen-
ta. La concentración de firmas con filiación
nacional coincide con la importante participa-
ción de instituciones argentinas en esta colabo-
ración.
Conclusiones
La colaboración científica en el IIB coinci-
de con los niveles de internacionalización
alcanzados por otras instituciones en áreas
disciplinares similares (IUNE, 2018).
El trabajo realizado permite afirmar que
este instituto publica la mayoría de su produc-
ción en la corriente principal. En base a esto,
cabe preguntarse cuál es el su grado de presen-
cia en la denominada corriente periférica de la
ciencia. Se plantea este interrogante como un
posible disparador para la propuesta de estu-
dios a futuro que analicen la colaboración del
IIB por fuera de la corriente principal, de cara
a establecer una comparativa en este sentido.
El IIB posee un gran nivel de colaboración
con otras instituciones del interior del país. De
las 120 instituciones detectadas en el análisis
de la filiación institucional, 29 de ellas se
encuentran en Argentina (Tabla 6), siendo
éste el país con mayor presencia institucional
en la producción analizada. Los países que la
suceden entre los más productivos (Francia,
Estados Unidos y España) no superan el 9% de
producción en el universo estudiado.
Otro aspecto a destacar de este estudio son las
filiaciones institucionales simples, dobles y
triples. Más de la mitad de los autores (67%)
firmaron con una única filiación institucional.
De los autores argentinos que firmaron con
doble filiación, un 66% de las firmas corres-
ponden a IIB-CONICET. Esto lleva a pensar
que es este organismo el que impulsa a los
investigadores en el área de las Ciencias Exac-
tas a publicar en la corriente principal. La
presencia de CONICET en la colaboración
científica se ha observado en estudios realiza-
dos con características similares (Hidalgo,
2018; Miguel, de Moya-Anegón & Herre-
ro-Solana, 2006; Sleimen, 2015).
El análisis de la productividad permite
observar la concentración de firmas entre un
reducido grupo de investigadores: de un total
de 512 autores estudiados, sólo 63 de ellos
concentran el 50% de las firmas en el universo
analizado. En este sentido, el cálculo del IP
determinó que sólo un 4% de los autores
poseen un nivel de productividad alto. Cabe
preguntarse, en base a dichos resultados, cuál
es la trayectoria de estos investigadores, ya que
esto podría explicar el gran nivel de productivi-
dad que poseen en relación con el resto de los
autores.
De esta investigación se desprende un diag-
nóstico claro y preciso sobre la colaboración
científica en el área de las Ciencias Básicas, a
partir del análisis de uno de los institutos con
mayor trayectoria en la UNMdP como es el
IIB. Los aportes de este estudio podrán ser
tomados como base para decisiones institucio-
nales y de evaluación científica. La colabora-
ción científica es una perspectiva poco releva-
da en Argentina, por lo que se espera que esta
contribución ofrezca una muestra que impulse
nuevos estudios en esta dirección.
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Las bibliotecas desde la mirada del desarrollo local
Revista Prefacio, 2021, vol.5, n°7, ISSN 2591-3905
Universidad Nacional de Córdoba- Facultad de Filosofía y Humanidades. Escuela de Bibliotecología
En medio de la pandemia que azota al mundo entero, han surgido iniciativas de todo tipo
en favor de mantener nuestro sistema de salud, la economía y desarrollo social, en el foco
principal. En el área de la educación e investigación, las bibliotecas no se quedan atrás.
El desarrollo de internet y las distintas plataformas digitales de comunicación han permi-
tido que las Bibliotecas, vinculadas a las escuelas, universidades, organizaciones de investi-
gación, instituciones de diversas disciplinas, tanto pertenecientes al estado o al ámbito priva-
do, tengan presencia en la web utilizando esta herramienta como principal canal de comuni-
cación.
¿Que nos diferencia del trabajo que venimos realizando hasta ahora? No mucho, ya que
difiere en mayor intensidad y más innovación. Sumar ofertas digitales, iniciativas a distan-
cia, marketing de los servicios, elaborar productos digitales y muchísima más comunicación
con nuestros usuarios. En definitiva, aprovechar de mejor manera los servicios que ya tene-
mos, y lo más importante, establecer convenios con otras instituciones nacionales e interna-
cionales para la conformación de redes que nos permitan aprovechar los recursos de otras
instituciones, en favor de la gran diversidad de usuarios que demandan los servicios de nues-
tras bibliotecas.
Por otra parte, ¿Pueden o deben los profesionales bibliotecarios o documentalistas, como
parte de esta innovación, involucrarse en el análisis y determinación del déficit de informa-
ción en alguna área del conocimiento?
En el documento emanado de la Comisión Mundial sobre el Futuro del Trabajo: “trabajar
para un futuro más prometedor”, se dispone que:
“Las organizaciones de trabajadores han de adoptar técnicas de organización innovadoras,
en particular mediante el uso de la tecnología digital, para organizar a los trabajadores. Los
trabajadores de lugares de trabajo y países diversos pueden organizarse a través de medios
digitales y participar en nuevas formas de acción conectada. La tecnología digital ofrece a las
organizaciones de trabajadores el potencial de conectarse con trabajadores fuera de los lugares
de trabajo tradicionales y ofrecer nuevos servicios, como el análisis automático de datos a gran
escala para diseñar estrategias eficaces y el intercambio de información sobre las plataformas
de microtareas o la transferibilidad de las prestaciones sociales.1
Esto nos muestra la importancia que la OIT (Organización Internacional del Trabajo)
concede al uso de la tecnología digital para la acción sindical, que también incluye los servi-
cios que las organizaciones sindicales pueden ofrecer a sus afiliados, entre ellos, informa-
ciones sobre sus derechos y los procesos que se deben usar para hacer valer los mismos.
Para lograr estas técnicas de organización y de difusión masiva de los derechos de los
trabajadores y de las trabajadoras en todo el quehacer laboral y social a través de estas
nuevas formas de comunicación, las organizaciones sindicales también deben contar con
Introducción:
La colaboración científica ha sido uno de
los rasgos más distintivos en la evolución del
trabajo científico a lo largo de las últimas déca-
das. Se puede definir como “la interacción
entre dos o más científicos, la cual tiene lugar
dentro de un contexto social y permite com-
partir significado y completar tareas con
respecto a una meta superior mutuamente
compartida” (Sanchez, Schmidt & Obiol,
2016: 37). En este fenómeno inciden una serie
de factores vinculados fundamentalmente al
carácter de institución social que posee la cien-
cia donde su avance se vincula, en gran
medida, a las interacciones entre los actores
involucrados. En los últimos años la colabora-
ción en ciencia ha crecido notablemente, espe-
cialmente en las ciencias experimentales y
naturales. La actividad científica en colabora-
ción es vinculada con un mayor éxito en la
investigación, medido a través del prestigio de
las revistas en donde son publicados los avan-
ces, y de la cantidad de citas que reciben.
Existe una amplia bibliografía dedicada al
estudio de este fenómeno mereciendo la aten-
ción de numerosos autores (Katz & Martin,
1997; González Alcaide & Gómez Ferri, 2014;
Villanueva-Felez, Fernández-Zubieta & Palo-
mares-Montero, 2014; Aguado-López & Bece-
rril-García, 2016; Sebastián, 2004; Cummins
& Kiesler, 2005; Hara, Solomon, Kim & Son-
nenwald, 2003). A continuación se ofrece una
síntesis de las principales motivaciones que
mueven a los científicos a desarrollar su traba-
jo de manera colaborativa:
La existencia de políticas (ya sea a nivel
instColaboración institucional
Las particularidades de la colaboración
internacional permiten esclarecer el panorama
de investigación para adentrarse en el análisis
de la colaboración institucional; los niveles de
presencia de los distintos países participantes
en la red se reflejan en las instituciones que los
representan.itucional o estatal) que promue-
ven que las actividades científicas se realicen
en colaboración con otros investigadores,
grupos, organismos o países;
El deseo de los investigadores de incre-
mentar su visibilidad y prestigio en el campo
disciplinar que les compete;
La creciente demanda de ajuste y racio-
nalización de la mano de obra científica;
El cambio en las fuentes de financia-
ción;
La complejidad y el costo del equipa-
miento para investigar, lo cual lleva a los cien-
tíficos a compartir insumos;
El avance de las disciplinas científicas
en términos de especialización y profesionali-
zación, que torna necesario para el investiga-
dor adquirir más conocimientos para poder
hacer avances significativos, lo cual es factible
de lograr compartiendo conocimiento con
otros investigadores;
La formación de recursos humanos,
que lleva a los jóvenes investigadores a publi-
car trabajos con científicos que poseen una
trayectoria ya consolidada;
El surgimiento de campos de trabajo
interdisciplinarios, que impulsa a los investiga-
dores a trabajar en colaboración con otros
provenientes de diferentes ámbitos de la cien-
cia;
El interés de los científicos por alcanzar
un fin común de forma rápida y eficiente;
El reconocimiento de una comunidad
global a partir de la internacionalización de
determinadas problemáticas científicas;
La inclusión de nuevas plataformas de
comunicación virtual en línea; a partir de la
década del 2000 los autores que han trabajado
el tema comienzan a hablar de “ciberinfraes-
tructura” y plataformas eScience para la inves-
tigación en colaboración entre autores situa-
dos geográficamente en lugares remotos (Birn-
holtz, 2007).
La madurez de un campo científico se
acentúa en la medida en que los investigadores
interactúan y generan nuevos conocimientos
en conjunto. Por tal motivo, la colaboración
científica es un indicador esencial para estable-
cer el nivel de desarrollo de las áreas discipli-
nares. Asimismo, permite identificar el grado
de coordinación entre los actores participantes
en la actividad científica (Sánchez, Schmidt &
Obiol, 2016; Miguel, Chinchilla-Rodríguez,
González & Moya-Anegón, 2012).
Dentro de los sistemas de ciencia y tecno-
logía, la evaluación de los grados e intensidad
de la colaboración comienza a ser un factor
cada vez más importante de cara a establecer
la calidad de la investigación, su grado de
apertura y niveles de visibilidad (Ortoll et al.,
2014; Sanz-Casado, De-Filippo & Marugán,
2014). La colaboración científica implica un
entramado de investigadores, grupos de traba-
jo, organismos y actividades que interactúan
dinámicamente y en relación con su entorno
(disciplinar, geográfico, institucional, etcéte-
ra). En un contexto de toma de decisiones,
identificar los actores y dinámicas de colabora-
ción es fundamental para definir dónde se
encuentran las fortalezas y las debilidades de
un sistema científico.
Los trabajos que analizan la colaboración
científica brindan la posibilidad de visualizar
la red de instituciones y grupos de investigado-
res que forman parte de la actividad científica.
Katz & Martin (1997) mencionan las ventajas
del análisis de la coautoría como indicador de
la colaboración científica. Primero, al ser un
dato invariable y verificable, cualquiera puede
repetir los resultados y cerciorar su fiabilidad.
Segundo, es relativamente poco costoso y muy
práctico a la hora de analizar cuantitativamen-
te la colaboración científica. Además, el estu-
dio de la coautoría puede comprender grandes
volúmenes de datos, siendo sus resultados
mucho más significativos que los arrojados por
estudios de caso. Por último, estos trabajos
podrían incidir en la colaboración científica a
largo plazo. Es destacable la importancia de
este tipo de estudios si se tiene en cuenta que la
colaboración a nivel internacional está cam-
biando radicalmente la estratificación estruc-
tural de las ciencias (Leydesdorff, Wagner,
Park & Adams, 2013). Desde la bibliotecolo-
gía y las disciplinas que conforman el grupo
dedicado a las métricas de la información
(bibliometría, cienciometría e informetría) se
han desarrollado una serie de indicadores
específicos y técnicas de estudio abordados a
partir de la construcción de matrices de datos
como resultado del análisis de las publicacio-
nes, su uso, visibilidad e impacto en la comuni-
dad científica. Los indicadores bibliométricos
constituyen una de las herramientas más utili-
zadas para la medición del producto de la
investigación científica, porque las publicacio-
nes (independientemente del tipo de soporte)
son el vehículo más prolífico y exitoso para la
transferencia del conocimiento científico, con-
juntamente con su transferencia oral por
medio de conferencias y comunicaciones
personales (Moya Anegón & Arencibia Jorge,
2008). Esta investigación aborda la colabora-
ción desde un enfoque bibliotecológico apli-
cando técnicas bibliométricas que permiten la
construcción de los datos intervinientes, el
cálculo de indicadores y su representaciones
gráficas, y el desarrollo de un análisis en
función de los rasgos característicos de la
comunicación científica y la comunidad cientí-
fica estudiada.
El Instituto de Investigaciones
Biológicas (IIB)
El IIB es un centro de investigación aboca-
do a la generación de conocimiento científico,
la innovación y el desarrollo tecnológico en
bioquímica y biología celular y molecular, por
medio de actividades de investigación, transfe-
Página
15
rencia, docencia y formación de Recursos
Humanos. Este organismo se encarga de afian-
zar en la ciudad de Mar del Plata desarrollos
científicos vinculados principalmente con la
investigación biológica básica y formar recur-
sos humanos en el ámbito de la enseñanza
universitaria de grado y post-grado. Fue
creado en el año 1978 con dependencia inicial
del Rectorado de la UNMdP y luego de la
Facultad de Ciencias Exactas y Naturales
(FCEyN), funcionando como unidad sub-aca-
démica de la misma. La labor docente de este
instituto comprende la formación de jóvenes
investigadores que se encuentren realizando
tesis doctorales o cursos de posgrado, además
de dictar varias materias en el ámbito de
grado, en las Licenciaturas en Ciencias Bioló-
gicas y Ciencias Químicas e Ingeniería de
alimentos de la ya mencionada Facultad.
A partir del año 2006, desde CONICET se
promueve la creación de nuevas UE (con la
sugerencia de denominarlas institutos) que en
lo posible se conformaran como entidades de
doble dependencia junto a universidades
nacionales u organismos de ciencia y tecnolo-
gía nacionales e internacionales (Res. CONI-
CET 995). En este contexto, el 27 de
diciembre de ese año el CONICET y la
UNMDP firmaron un convenio de comple-
mentación recíproca (OCS 2201/07) para la
promoción y ejecución de tareas de investiga-
ción. En el marco de dicho convenio, el 19 de
junio de 2007 se aprobó la creación del IIB
como Unidad Ejecutora de doble dependen-
cia, UNMDP-CONICET.
Actualmente, el Instituto está conformado
por 7 grupos de investigación reconocidos por
la FCEyN: Degradación de Proteínas; Bioquí-
mica y Biología Molecular de Microorganis-
mos y Espermatozoides; Bioquímica Vegetal;
Biología Molecular; Fisiología Molecular e
Integrativa; y Fisiología del Estrés en Plantas y
Biología de Mitocondrias. Las líneas de inves-
tigación actuales corresponden a la Bioquími-
ca y Biología Molecular, la Biología Molecular
de Plantas, la Biología Celular, la Microbiolo-
gía y Microbiología Ambiental y las Molécu-
las Bioactivas, entre otros. La financiación de
sus actividades corre por cuenta de la UNMdP
y por los subsidios que reciben los investigado-
res de diversas agencias de promoción científi-
ca nacionales e internacionales mediante
proyectos y becas de investigación. Sleimen
(2015) detecta, como organismos financiado-
res de la actividad del IIB, a la propia UNMdP,
el CONICET, la CIC, la Fundación Antor-
chas, la Agencia Nacional de Promoción
Científica y Tecnológica, y la International
Foundation for Science de Suecia, principal-
mente.
Metodología
Para analizar la producción científica en
colaboración del IIB se utilizó la fuente de
datos de corriente principal Web of Science
(WoS) de Clarivate Analytics, incluyendo en la
búsqueda a todas las bases de datos. Los datos
se extrajeron del campo AD= (Dirección) que
proporciona información específica sobre los
indicadores utilizados, junto con búsquedas
complementarias que, por refinamiento y
observación manual, permitieron establecer la
selección de registros publicados dentro del
período de estudio. La ecuación ejecutada en
el motor de búsqueda fue la siguiente:
AD=(IIB OR CONICET-UNMdP OR
Inst Invest Biol OR Univ Nacl Mar Plata
OR Funes 3250 OR Univ Nac Mar del
Plata) AND AD=(Argentina OR Mar del
Plata)
En base a este proceso se obtuvo un total
de 224 artículos con 512 autores, y se estimó
un margen de error del 2% en base a los auto-
res que no fueron considerados en la produc-
ción. Para el estudio se seleccionaron indica-
dores que permitieran determinar las particu-
laridades de la colaboración científica del IIB:
Filiaciones institucional y geográfica
Índice de co-autoria (IC)
Análisis de co-firmas
(redes de colaboración)
Productividad
Una vez exportados los registros, se proce-
dió a crear una estructura de datos ad hoc en
Microsoft Excel versión 2010 para su valida-
ción y depuración, diseñada en base a los indi-
cadores planteados anteriormente. En el con-
trol de autoridades se desestimaron trabajos
no pertinentes a este estudio por su tipología
documental, particularmente libros y capítulos
de libros. Además, se identificaron artículos
pertenecientes a otras instituciones con nom-
bres similares al pertinente a esta investiga-
ción: el Instituto de Investigaciones Biotecno-
lógicas (IIB-INTECH), el Instituto de Investi-
gaciones Biomédicas de España (IIBM), el
Instituto de Biología de Brasil (IB) y el Institu-
to de Investigaciones Biológicas Clemente
Estable de Uruguay (IIBCE). Para la normali-
zación de los autores se utilizaron, principal-
mente, los datos aportados por las firmas de
los artículos y por los campos detallados en los
registros WoS; complementariamente, se
emplearon los buscadores de Google y Google
Scholar para identificar todos aquellos datos
que no pudieron ser ubicados en las fuentes
mencionadas. Por otra parte, se controlaron
los datos de las revistas fuente mediante la
base de datos Sherpa Romeo y el Master Jour-
nal List, de Clarivate Analytics.
Para el cálculo se indicadores se utilizó el
software BibExcel, desarrollado por Olle
Person (2017), en su versión 2016-02-20. Las
co-autorías se representaron mediante el Aná-
lisis de Redes Sociales (ARS), empleando el
software de representación gráfica de redes
VosViewer, versión 1.6.9. Para la interpreta-
ción de los resultados se tuvieron en considera-
ción, como parámetro de referencia, los infor-
mes de la actividad científica en universidades
españolas desarrollados por el observatorio
IUNE (2018). Éstos analizan la colaboración
internacional en instituciones públicas y priva-
das. Entre las áreas que estudian se encuentra
Ciencias de la Vida, campo disciplinar en el
cual se inscribe el IIB.
Resultados y discusión
Productividad
La distribución de la productividad mues-
tra que, del total de los 512 investigadores
presentes en la producción analizada, sólo 63
de ellos concentran el 50% de las firmas de los
artículos (633 firmas de un total de 1260.
Tabla 1).
El cálculo del índice de Lotka arrojó como
resultado una gran cantidad de autores (63%)
con un nivel de productividad bajo (IP=0),
mientras que el 33% de los investigadores se
encuentra en un nivel de productividad inter-
medio (IP<1) y sólo un 4% alcanzó un nivel de
productividad alto (IP=>1). La distribución
encontrada es la esperada según el postulado
de Lotka, tal como se observa en la Tabla 2.
En la Figura 1 pueden apreciarse con mayor
claridad los niveles de producción alcanzados.
Filiación geográfica
Casi la mitad de la producción recabada se
realiza en colaboración nacional (46,51%).
Esta situación puede observarse con mayor
claridad en la Figura 2. Los países que la suce-
den entre los más productivos son Francia
(8,84%), Estados Unidos (8,14%) y España
(5,12%). En estas filiaciones geográficas se
encuentra la concentración más alta de firmas,
mientras que el resto de los países presentes
poseen una participación que no supera el 5%.
Filiación institucional
Mediante el análisis de la filiación institu-
cional se detectó la participación de 120 insti-
tuciones. En la Tabla 3 se observa que la
frecuencia de aparición más alta corresponde a
CONICET con un total de 124 firmas, lo cual
constituye el 23,44% del universo estudiado.
La fuerte presencia de CONICET coincide
con los altos niveles de filiación nacional
descriptos en el apartado anterior. Asimismo,
Argentina nuclea la mayor cantidad de institu-
ciones participantes en la producción estudia-
da (29 instituciones) Tabla 3.
Atendiendo a la importante presencia de
CONICET en las firmas de los artículos estu-
diados, se analizaron las procedencias institu-
cionales de los investigadores del IIB, a fin de
determinar cuántos de ellos poseen filiación
CONICET, UNMdP y/u otros organismos.
La figura 4 muestra que más de la mitad de los
autores firmaron con filiación institucional
ppi en los Estados Unidos, región donde
había un alto nivel de recursos naturales y
bajos índices de bienestar económico, en la
que las bibliotecas tomaron parte en el pro-
ceso de adaptación de la población a las
modificaciones del río Tennessee, para la
construcción de presas y la electrificación
rural, cuando se creó la agencia para generar
energía eléctrica.
Para la década de los 80 del siglo XX,
Gómez (1984) sostiene que el fin máximo del
desa-rrollo debe estar en el ser humano e
interpreta el conocimiento como la infor-
mación del ser humano que, sumado a los
recursos económicos, físicos y sociales dan
como resultado el desarrollo individual y co-
lectivo. En este mismo tenor, Revesz (2001)
plantea que la biblioteca pública en el ámbito
local y regional debe adecuar sus objetivos.
Para ello, entre las líneas de acción que
propone están los
Colaboración institucional
Las particularidades de la colaboración
internacional permiten esclarecer el panorama
de investigación para adentrarse en el análisis
de la colaboración institucional; los niveles de
presencia de los distintos países participantes
en la red se reflejan en las instituciones que los
representan.
El tamaño del nodo que representa Argen-
tina en la Figura 7 se explica, principalmente,
por el importante nivel de colaboración de
instituciones nacionales con el IIB. Particular-
mente, se destaca la participación de investiga-
dores con doble filiación con CONICET.
Como se analizó anteriormente, casi la totali-
dad de los investigadores argentinos trabajan
en vinculación con este organismo, lo cual
explica la magnitud del nodo que lo represen-
ta. La concentración de firmas con filiación
nacional coincide con la importante participa-
ción de instituciones argentinas en esta colabo-
ración.
Conclusiones
La colaboración científica en el IIB coinci-
de con los niveles de internacionalización
alcanzados por otras instituciones en áreas
disciplinares similares (IUNE, 2018).
El trabajo realizado permite afirmar que
este instituto publica la mayoría de su produc-
ción en la corriente principal. En base a esto,
cabe preguntarse cuál es el su grado de presen-
cia en la denominada corriente periférica de la
ciencia. Se plantea este interrogante como un
posible disparador para la propuesta de estu-
dios a futuro que analicen la colaboración del
IIB por fuera de la corriente principal, de cara
a establecer una comparativa en este sentido.
El IIB posee un gran nivel de colaboración
con otras instituciones del interior del país. De
las 120 instituciones detectadas en el análisis
de la filiación institucional, 29 de ellas se
encuentran en Argentina (Tabla 6), siendo
éste el país con mayor presencia institucional
en la producción analizada. Los países que la
suceden entre los más productivos (Francia,
Estados Unidos y España) no superan el 9% de
producción en el universo estudiado.
Otro aspecto a destacar de este estudio son las
filiaciones institucionales simples, dobles y
triples. Más de la mitad de los autores (67%)
firmaron con una única filiación institucional.
De los autores argentinos que firmaron con
doble filiación, un 66% de las firmas corres-
ponden a IIB-CONICET. Esto lleva a pensar
que es este organismo el que impulsa a los
investigadores en el área de las Ciencias Exac-
tas a publicar en la corriente principal. La
presencia de CONICET en la colaboración
científica se ha observado en estudios realiza-
dos con características similares (Hidalgo,
2018; Miguel, de Moya-Anegón & Herre-
ro-Solana, 2006; Sleimen, 2015).
El análisis de la productividad permite
observar la concentración de firmas entre un
reducido grupo de investigadores: de un total
de 512 autores estudiados, sólo 63 de ellos
concentran el 50% de las firmas en el universo
analizado. En este sentido, el cálculo del IP
determinó que sólo un 4% de los autores
poseen un nivel de productividad alto. Cabe
preguntarse, en base a dichos resultados, cuál
es la trayectoria de estos investigadores, ya que
esto podría explicar el gran nivel de productivi-
dad que poseen en relación con el resto de los
autores.
De esta investigación se desprende un diag-
nóstico claro y preciso sobre la colaboración
científica en el área de las Ciencias Básicas, a
partir del análisis de uno de los institutos con
mayor trayectoria en la UNMdP como es el
IIB. Los aportes de este estudio podrán ser
tomados como base para decisiones institucio-
nales y de evaluación científica. La colabora-
ción científica es una perspectiva poco releva-
da en Argentina, por lo que se espera que esta
contribución ofrezca una muestra que impulse
nuevos estudios en esta dirección.
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herramientas digitales y procesos de información que les permitan captar la atención de los
diversos colectivos laborales, atraerlos a la organización o mantener el vínculo creado, al
tiempo de mantenerlos informados adecuadamente para fortalecer la acción. Sin embargo,
no todas las organizaciones sindicales en el continente y de manera especial en el cono sur
de América Latina, cuentan con estas herramientas y con los procesos necesarios para una
comunicación más efectiva con y entre sus afiliados potenciales, así como con el público en
general.
En este sentido, la Biblioteca de la OIT para Chile, Uruguay y Paraguay, con sede en
Chile, lleva a cabo un proyecto innovador en el análisis y colaboración que deberá determi-
nar en qué medida las herramientas digitales puestas a disposición por las instituciones
sindicales, cumplen con el objetivo de dar acceso a la información laboral a sus miembros,
específicamente a aquella relacionada con la publicada por la OIT relativa a las normas
internacionales, derechos de los trabajadores, mercado laboral, seguridad social, trabajo
decente, salud y justicia social, entre otros temas sindicales locales y de relevancia para los
sindicatos.
En este contexto, los profesionales bibliotecarios o documentalistas debemos apuntar a la
innovación, a la difusión de los servicios, pero también a la detección del déficit de informa-
ción específica, sea cual sea, la institución o sector que lo necesite.
Lic. Patricia Bustos
(Bibliotecaria Jefe)
Oficial Nacional de Comunicación y Gestión de la Información
Equipo de Trabajo Decente y Oficina de Países
de la OIT para el Cono Sur de América Latina
Uruguay-Paraguay - Chile
1- La OIT puso en marcha una «Iniciativa relativa al futuro del trabajo» y estableció la Comisión Mundial sobre el
Futuro del Trabajo en agosto de 2017. A este respecto, cabe destacar que dicha Comisión publicó el 22 de enero de 2019
su informe titulado «Trabajar para un futuro más prometedor», que sirvió de base a las discusiones tripartitas que en el año
2019 en que se celebra el Centenario de la fundación de la OIT, se adoptara la Declaración del centenario sobre el futuro
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Dimensión tecnológica: constituida por
los procesos de acceso y uso de las tecnologías
de la
información y la comunicación (TIC)
para beneficio de los habitantes del territorio y
la inclusión digital.
Al constituirse como agentes que interactúan
con otros actores y agentes buscando el bien-
estar de su comunidad, las bibliotecas pueden
incidir en las distintas dimensiones del desa-
rrollo local.
Bibliotecas y Desarrollo Local: una aproxi-
mación
Se ha argumentado sobre el papel que ha
jugado la información en el desarrollo de los
países. Si lo anterior se estructura como silo-
gismo: las bibliotecas brindan acceso a la
información, y la información impulsa el desa-
rrollo, entonces las bibliotecas dan impulso al
desarrollo. Este vínculo se explica en palabras
de Taine (1965: 320):
Las bibliotecas desde la mirada del desarrollo local
Revista Prefacio, 2021, vol.5, n°7, ISSN 2591-3905
Universidad Nacional de Córdoba- Facultad de Filosofía y Humanidades. Escuela de Bibliotecología
En materia de bibliotecología la
importancia de la cooperación entre nacio-
nes surge al darse cuenta del gran valor que
tiene la información, es decir la mercancía
propia de las bibliotecas para el bienestar de
un país. […] más recientemente se ha
empezado a apreciar también la relación que
existe entre la buena circulación de las
informaciones en el progreso nacional.
Según su nivel de desarrollo, cada nación
necesita hoy disponer de una serie de me-
dios y fuentes de información a fin de poder
alcanzar sus propias aspiraciones econó-
micas, políticas y sociales.
Por otra parte, hay indicios de la relación
entre las bibliotecas y el desarrollo regional
desde la década de 1940. En esa época, Mary
U. Rothrock afirmó que la sola presencia de
las bibliotecas en la estructura social propor-
ciona un canal para la difusión de la infor-
mación necesaria para resolver los problemas
regionales y que el énfasis debe residir en rela-
cionar los servicios bibliotecarios con la comu-
nidad. En el artículo Libraries and regional
development (Rothrock, 1942) narra su expe-
riencia en las bibliotecas del Valle de Mississi-
servicios a la ciudadanía: acceso a informa-
ciones y documentación emanados de autori-
dades locales, regionales o nacionales y
archivos de prensa; la conservación de la
memoria de las comunidades: por el acopio
de información y documentación sobre la
vida, la historia y el entorno local y regional;
los servicios a las pequeñas y medianas
empresas (Revesz, 2001: 57).
En lo expuesto se aprecia que en la década
de los 40 y 60, el énfasis estaba en la dimen-
sión económica, dando mayor peso a la crea-
ción de iniciativas económicas y de coope-
ración entre países para el desarrollo econó-
mico local. Esta postura se mantuvo hasta los
años 80, para posteriormente apuntar hacia la
dimensión social del desarrollo a mediados de
la década. Para el siglo XXI, la dimensión
política, la cultural y la tecnológica se vislum-
bran en el discurso sobre el desarrollo.
En lo que respecta a la dimensión social, las
bibliotecas se asocian con la educación social,
la inclusión social, la formación ciudadana y
la calidad de vida (Jaramillo, 2013). De acuer-
do con Di Domenico (2013) de las bibliotecas
contemporáneas, las de mayor vocación social
En medio de la pandemia que azota al mundo entero, han surgido iniciativas de todo tipo
en favor de mantener nuestro sistema de salud, la economía y desarrollo social, en el foco
principal. En el área de la educación e investigación, las bibliotecas no se quedan atrás.
El desarrollo de internet y las distintas plataformas digitales de comunicación han permi-
tido que las Bibliotecas, vinculadas a las escuelas, universidades, organizaciones de investi-
gación, instituciones de diversas disciplinas, tanto pertenecientes al estado o al ámbito priva-
do, tengan presencia en la web utilizando esta herramienta como principal canal de comuni-
cación.
¿Que nos diferencia del trabajo que venimos realizando hasta ahora? No mucho, ya que
difiere en mayor intensidad y más innovación. Sumar ofertas digitales, iniciativas a distan-
cia, marketing de los servicios, elaborar productos digitales y muchísima más comunicación
con nuestros usuarios. En definitiva, aprovechar de mejor manera los servicios que ya tene-
mos, y lo más importante, establecer convenios con otras instituciones nacionales e interna-
cionales para la conformación de redes que nos permitan aprovechar los recursos de otras
instituciones, en favor de la gran diversidad de usuarios que demandan los servicios de nues-
tras bibliotecas.
Por otra parte, ¿Pueden o deben los profesionales bibliotecarios o documentalistas, como
parte de esta innovación, involucrarse en el análisis y determinación del déficit de informa-
ción en alguna área del conocimiento?
En el documento emanado de la Comisión Mundial sobre el Futuro del Trabajo: “trabajar
para un futuro más prometedor”, se dispone que:
“Las organizaciones de trabajadores han de adoptar técnicas de organización innovadoras,
en particular mediante el uso de la tecnología digital, para organizar a los trabajadores. Los
trabajadores de lugares de trabajo y países diversos pueden organizarse a través de medios
digitales y participar en nuevas formas de acción conectada. La tecnología digital ofrece a las
organizaciones de trabajadores el potencial de conectarse con trabajadores fuera de los lugares
de trabajo tradicionales y ofrecer nuevos servicios, como el análisis automático de datos a gran
escala para diseñar estrategias eficaces y el intercambio de información sobre las plataformas
de microtareas o la transferibilidad de las prestaciones sociales.1
Esto nos muestra la importancia que la OIT (Organización Internacional del Trabajo)
concede al uso de la tecnología digital para la acción sindical, que también incluye los servi-
cios que las organizaciones sindicales pueden ofrecer a sus afiliados, entre ellos, informa-
ciones sobre sus derechos y los procesos que se deben usar para hacer valer los mismos.
Para lograr estas técnicas de organización y de difusión masiva de los derechos de los
trabajadores y de las trabajadoras en todo el quehacer laboral y social a través de estas
nuevas formas de comunicación, las organizaciones sindicales también deben contar con
Introducción:
La colaboración científica ha sido uno de
los rasgos más distintivos en la evolución del
trabajo científico a lo largo de las últimas déca-
das. Se puede definir como “la interacción
entre dos o más científicos, la cual tiene lugar
dentro de un contexto social y permite com-
partir significado y completar tareas con
respecto a una meta superior mutuamente
compartida” (Sanchez, Schmidt & Obiol,
2016: 37). En este fenómeno inciden una serie
de factores vinculados fundamentalmente al
carácter de institución social que posee la cien-
cia donde su avance se vincula, en gran
medida, a las interacciones entre los actores
involucrados. En los últimos años la colabora-
ción en ciencia ha crecido notablemente, espe-
cialmente en las ciencias experimentales y
naturales. La actividad científica en colabora-
ción es vinculada con un mayor éxito en la
investigación, medido a través del prestigio de
las revistas en donde son publicados los avan-
ces, y de la cantidad de citas que reciben.
Existe una amplia bibliografía dedicada al
estudio de este fenómeno mereciendo la aten-
ción de numerosos autores (Katz & Martin,
1997; González Alcaide & Gómez Ferri, 2014;
Villanueva-Felez, Fernández-Zubieta & Palo-
mares-Montero, 2014; Aguado-López & Bece-
rril-García, 2016; Sebastián, 2004; Cummins
& Kiesler, 2005; Hara, Solomon, Kim & Son-
nenwald, 2003). A continuación se ofrece una
síntesis de las principales motivaciones que
mueven a los científicos a desarrollar su traba-
jo de manera colaborativa:
La existencia de políticas (ya sea a nivel
instColaboración institucional
Las particularidades de la colaboración
internacional permiten esclarecer el panorama
de investigación para adentrarse en el análisis
de la colaboración institucional; los niveles de
presencia de los distintos países participantes
en la red se reflejan en las instituciones que los
representan.itucional o estatal) que promue-
ven que las actividades científicas se realicen
en colaboración con otros investigadores,
grupos, organismos o países;
El deseo de los investigadores de incre-
mentar su visibilidad y prestigio en el campo
disciplinar que les compete;
La creciente demanda de ajuste y racio-
nalización de la mano de obra científica;
El cambio en las fuentes de financia-
ción;
La complejidad y el costo del equipa-
miento para investigar, lo cual lleva a los cien-
tíficos a compartir insumos;
El avance de las disciplinas científicas
en términos de especialización y profesionali-
zación, que torna necesario para el investiga-
dor adquirir más conocimientos para poder
hacer avances significativos, lo cual es factible
de lograr compartiendo conocimiento con
otros investigadores;
La formación de recursos humanos,
que lleva a los jóvenes investigadores a publi-
car trabajos con científicos que poseen una
trayectoria ya consolidada;
El surgimiento de campos de trabajo
interdisciplinarios, que impulsa a los investiga-
dores a trabajar en colaboración con otros
provenientes de diferentes ámbitos de la cien-
cia;
El interés de los científicos por alcanzar
un fin común de forma rápida y eficiente;
El reconocimiento de una comunidad
global a partir de la internacionalización de
determinadas problemáticas científicas;
La inclusión de nuevas plataformas de
comunicación virtual en línea; a partir de la
década del 2000 los autores que han trabajado
el tema comienzan a hablar de “ciberinfraes-
tructura” y plataformas eScience para la inves-
tigación en colaboración entre autores situa-
dos geográficamente en lugares remotos (Birn-
holtz, 2007).
La madurez de un campo científico se
acentúa en la medida en que los investigadores
interactúan y generan nuevos conocimientos
en conjunto. Por tal motivo, la colaboración
científica es un indicador esencial para estable-
cer el nivel de desarrollo de las áreas discipli-
nares. Asimismo, permite identificar el grado
de coordinación entre los actores participantes
en la actividad científica (Sánchez, Schmidt &
Obiol, 2016; Miguel, Chinchilla-Rodríguez,
González & Moya-Anegón, 2012).
Dentro de los sistemas de ciencia y tecno-
logía, la evaluación de los grados e intensidad
de la colaboración comienza a ser un factor
cada vez más importante de cara a establecer
la calidad de la investigación, su grado de
apertura y niveles de visibilidad (Ortoll et al.,
2014; Sanz-Casado, De-Filippo & Marugán,
2014). La colaboración científica implica un
entramado de investigadores, grupos de traba-
jo, organismos y actividades que interactúan
dinámicamente y en relación con su entorno
(disciplinar, geográfico, institucional, etcéte-
ra). En un contexto de toma de decisiones,
identificar los actores y dinámicas de colabora-
ción es fundamental para definir dónde se
encuentran las fortalezas y las debilidades de
un sistema científico.
Los trabajos que analizan la colaboración
científica brindan la posibilidad de visualizar
la red de instituciones y grupos de investigado-
res que forman parte de la actividad científica.
Katz & Martin (1997) mencionan las ventajas
del análisis de la coautoría como indicador de
la colaboración científica. Primero, al ser un
dato invariable y verificable, cualquiera puede
repetir los resultados y cerciorar su fiabilidad.
Segundo, es relativamente poco costoso y muy
práctico a la hora de analizar cuantitativamen-
te la colaboración científica. Además, el estu-
dio de la coautoría puede comprender grandes
volúmenes de datos, siendo sus resultados
mucho más significativos que los arrojados por
estudios de caso. Por último, estos trabajos
podrían incidir en la colaboración científica a
largo plazo. Es destacable la importancia de
este tipo de estudios si se tiene en cuenta que la
colaboración a nivel internacional está cam-
biando radicalmente la estratificación estruc-
tural de las ciencias (Leydesdorff, Wagner,
Park & Adams, 2013). Desde la bibliotecolo-
gía y las disciplinas que conforman el grupo
dedicado a las métricas de la información
(bibliometría, cienciometría e informetría) se
han desarrollado una serie de indicadores
específicos y técnicas de estudio abordados a
partir de la construcción de matrices de datos
como resultado del análisis de las publicacio-
nes, su uso, visibilidad e impacto en la comuni-
dad científica. Los indicadores bibliométricos
constituyen una de las herramientas más utili-
zadas para la medición del producto de la
investigación científica, porque las publicacio-
nes (independientemente del tipo de soporte)
son el vehículo más prolífico y exitoso para la
transferencia del conocimiento científico, con-
juntamente con su transferencia oral por
medio de conferencias y comunicaciones
personales (Moya Anegón & Arencibia Jorge,
2008). Esta investigación aborda la colabora-
ción desde un enfoque bibliotecológico apli-
cando técnicas bibliométricas que permiten la
construcción de los datos intervinientes, el
cálculo de indicadores y su representaciones
gráficas, y el desarrollo de un análisis en
función de los rasgos característicos de la
comunicación científica y la comunidad cientí-
fica estudiada.
El Instituto de Investigaciones
Biológicas (IIB)
El IIB es un centro de investigación aboca-
do a la generación de conocimiento científico,
la innovación y el desarrollo tecnológico en
bioquímica y biología celular y molecular, por
medio de actividades de investigación, transfe-
rencia, docencia y formación de Recursos
Humanos. Este organismo se encarga de afian-
zar en la ciudad de Mar del Plata desarrollos
científicos vinculados principalmente con la
investigación biológica básica y formar recur-
sos humanos en el ámbito de la enseñanza
universitaria de grado y post-grado. Fue
creado en el año 1978 con dependencia inicial
del Rectorado de la UNMdP y luego de la
Facultad de Ciencias Exactas y Naturales
(FCEyN), funcionando como unidad sub-aca-
démica de la misma. La labor docente de este
instituto comprende la formación de jóvenes
investigadores que se encuentren realizando
tesis doctorales o cursos de posgrado, además
de dictar varias materias en el ámbito de
grado, en las Licenciaturas en Ciencias Bioló-
gicas y Ciencias Químicas e Ingeniería de
alimentos de la ya mencionada Facultad.
A partir del año 2006, desde CONICET se
promueve la creación de nuevas UE (con la
sugerencia de denominarlas institutos) que en
lo posible se conformaran como entidades de
doble dependencia junto a universidades
nacionales u organismos de ciencia y tecnolo-
gía nacionales e internacionales (Res. CONI-
CET 995). En este contexto, el 27 de
diciembre de ese año el CONICET y la
UNMDP firmaron un convenio de comple-
mentación recíproca (OCS 2201/07) para la
promoción y ejecución de tareas de investiga-
ción. En el marco de dicho convenio, el 19 de
junio de 2007 se aprobó la creación del IIB
como Unidad Ejecutora de doble dependen-
cia, UNMDP-CONICET.
Actualmente, el Instituto está conformado
por 7 grupos de investigación reconocidos por
la FCEyN: Degradación de Proteínas; Bioquí-
mica y Biología Molecular de Microorganis-
mos y Espermatozoides; Bioquímica Vegetal;
Biología Molecular; Fisiología Molecular e
Integrativa; y Fisiología del Estrés en Plantas y
Biología de Mitocondrias. Las líneas de inves-
tigación actuales corresponden a la Bioquími-
ca y Biología Molecular, la Biología Molecular
de Plantas, la Biología Celular, la Microbiolo-
gía y Microbiología Ambiental y las Molécu-
las Bioactivas, entre otros. La financiación de
sus actividades corre por cuenta de la UNMdP
y por los subsidios que reciben los investigado-
res de diversas agencias de promoción científi-
ca nacionales e internacionales mediante
proyectos y becas de investigación. Sleimen
(2015) detecta, como organismos financiado-
res de la actividad del IIB, a la propia UNMdP,
el CONICET, la CIC, la Fundación Antor-
chas, la Agencia Nacional de Promoción
Científica y Tecnológica, y la International
Foundation for Science de Suecia, principal-
mente.
Metodología
Para analizar la producción científica en
colaboración del IIB se utilizó la fuente de
datos de corriente principal Web of Science
(WoS) de Clarivate Analytics, incluyendo en la
búsqueda a todas las bases de datos. Los datos
se extrajeron del campo AD= (Dirección) que
proporciona información específica sobre los
indicadores utilizados, junto con búsquedas
complementarias que, por refinamiento y
observación manual, permitieron establecer la
selección de registros publicados dentro del
período de estudio. La ecuación ejecutada en
el motor de búsqueda fue la siguiente:
AD=(IIB OR CONICET-UNMdP OR
Inst Invest Biol OR Univ Nacl Mar Plata
OR Funes 3250 OR Univ Nac Mar del
Plata) AND AD=(Argentina OR Mar del
Plata)
En base a este proceso se obtuvo un total
de 224 artículos con 512 autores, y se estimó
un margen de error del 2% en base a los auto-
res que no fueron considerados en la produc-
ción. Para el estudio se seleccionaron indica-
dores que permitieran determinar las particu-
laridades de la colaboración científica del IIB:
Filiaciones institucional y geográfica
Índice de co-autoria (IC)
Análisis de co-firmas
(redes de colaboración)
Productividad
Una vez exportados los registros, se proce-
dió a crear una estructura de datos ad hoc en
Microsoft Excel versión 2010 para su valida-
ción y depuración, diseñada en base a los indi-
cadores planteados anteriormente. En el con-
trol de autoridades se desestimaron trabajos
no pertinentes a este estudio por su tipología
documental, particularmente libros y capítulos
de libros. Además, se identificaron artículos
pertenecientes a otras instituciones con nom-
bres similares al pertinente a esta investiga-
ción: el Instituto de Investigaciones Biotecno-
lógicas (IIB-INTECH), el Instituto de Investi-
gaciones Biomédicas de España (IIBM), el
Instituto de Biología de Brasil (IB) y el Institu-
to de Investigaciones Biológicas Clemente
Estable de Uruguay (IIBCE). Para la normali-
zación de los autores se utilizaron, principal-
mente, los datos aportados por las firmas de
los artículos y por los campos detallados en los
registros WoS; complementariamente, se
emplearon los buscadores de Google y Google
Scholar para identificar todos aquellos datos
que no pudieron ser ubicados en las fuentes
mencionadas. Por otra parte, se controlaron
los datos de las revistas fuente mediante la
base de datos Sherpa Romeo y el Master Jour-
nal List, de Clarivate Analytics.
Para el cálculo se indicadores se utilizó el
software BibExcel, desarrollado por Olle
Person (2017), en su versión 2016-02-20. Las
co-autorías se representaron mediante el Aná-
lisis de Redes Sociales (ARS), empleando el
software de representación gráfica de redes
VosViewer, versión 1.6.9. Para la interpreta-
ción de los resultados se tuvieron en considera-
ción, como parámetro de referencia, los infor-
mes de la actividad científica en universidades
españolas desarrollados por el observatorio
IUNE (2018). Éstos analizan la colaboración
internacional en instituciones públicas y priva-
das. Entre las áreas que estudian se encuentra
Ciencias de la Vida, campo disciplinar en el
cual se inscribe el IIB.
Resultados y discusión
Productividad
La distribución de la productividad mues-
tra que, del total de los 512 investigadores
presentes en la producción analizada, sólo 63
de ellos concentran el 50% de las firmas de los
artículos (633 firmas de un total de 1260.
Tabla 1).
El cálculo del índice de Lotka arrojó como
resultado una gran cantidad de autores (63%)
con un nivel de productividad bajo (IP=0),
mientras que el 33% de los investigadores se
encuentra en un nivel de productividad inter-
medio (IP<1) y sólo un 4% alcanzó un nivel de
productividad alto (IP=>1). La distribución
encontrada es la esperada según el postulado
de Lotka, tal como se observa en la Tabla 2.
En la Figura 1 pueden apreciarse con mayor
claridad los niveles de producción alcanzados.
Filiación geográfica
Casi la mitad de la producción recabada se
realiza en colaboración nacional (46,51%).
Esta situación puede observarse con mayor
claridad en la Figura 2. Los países que la suce-
den entre los más productivos son Francia
(8,84%), Estados Unidos (8,14%) y España
(5,12%). En estas filiaciones geográficas se
encuentra la concentración más alta de firmas,
mientras que el resto de los países presentes
poseen una participación que no supera el 5%.
Filiación institucional
Mediante el análisis de la filiación institu-
cional se detectó la participación de 120 insti-
tuciones. En la Tabla 3 se observa que la
frecuencia de aparición más alta corresponde a
CONICET con un total de 124 firmas, lo cual
constituye el 23,44% del universo estudiado.
La fuerte presencia de CONICET coincide
con los altos niveles de filiación nacional
descriptos en el apartado anterior. Asimismo,
Argentina nuclea la mayor cantidad de institu-
ciones participantes en la producción estudia-
da (29 instituciones) Tabla 3.
Atendiendo a la importante presencia de
CONICET en las firmas de los artículos estu-
diados, se analizaron las procedencias institu-
cionales de los investigadores del IIB, a fin de
determinar cuántos de ellos poseen filiación
CONICET, UNMdP y/u otros organismos.
La figura 4 muestra que más de la mitad de los
autores firmaron con filiación institucional
Página
16
IIB-CONICET (66%). Le siguen en orden de
aparición un 28% de investigadores que firma-
ron sus trabajos sólo con filiación IIB. El resto
de las firmas detectadas (6%) pertenecen a
autores con doble y triple filiación, y corres-
ponden al INTA, al INTEMA y a la UNMdP.
Coautoría
El índice de coautoría arrojó como resulta-
do un promedio de 5,62 firmas por artículo,
sobre un total de 1260 firmas. Se ha detectado
un trabajo de hasta 72 autores, aunque la con-
centración más alta de artículos (78,6%) posee
entre 3 y 7 firmas, Tabla 4.
Redes de colaboración
Colaboración entre autores: esta red se
armó considerando un umbral de representa-
ción de tres o más firmas dentro del universo
estudiado (n 3). Se detectaron ocho clusters
que concentran la mayor cantidad de firmas.
El tamaño de los nodos refleja el grado de
presencia de los autores. En este sentido, se
destacan aquellos que lideran los grupos de
investigación del IIB conformando los princi-
pales actores de la red: Lorenzo Lamattina (n
= 68), Rosana De-Castro (n = 23), Gustavo
Daleo (n = 22), Laura De-La-Canal (n = 21),
Claudia Casalongue (n = 21), Eduardo Zaba-
letta (n = 20), Adriana Andreu (n = 18), María
Gabriela Guevara (n = 16) y Andreina Cesari
(n = 14). La presencia de estos autores en los
resultados se condice con el trabajo que desa-
rrollan dentro del IIB, dado que cada uno de
ellos se encuentra, al momento de redacción
de esta tesis, dirigiendo un grupo de investiga-
ción del Instituto. Son pocos los autores por
fuera del IIB que forman parte de esta red de
colaboración. Por su grado de presencia
(número de firmas) se destacan Erika A.
Wolski (n = 6), Federico Hozbor (n = 6), Hans
Peter Braun (n = 6), Marcela Silvia Simontac-
chi (n = 6), Martín Javier Eguaras (n = 5), Jan
A. L. Van-Kan (n = 5), Matías Maggi (n = 5),
R. H. Alberio (n = 5), Daniel O. Caldiz (n = 4)
y Michael R. Blatt (n = 4), F0igura 5.
Colaboración institucional
Las particularidades de la colaboración
internacional permiten esclarecer el panorama
de investigación para adentrarse en el análisis
de la colaboración institucional; los niveles de
presencia de los distintos países participantes
en la red se reflejan en las instituciones que los
representan.
El tamaño del nodo que representa Argen-
tina en la Figura 7 se explica, principalmente,
por el importante nivel de colaboración de
instituciones nacionales con el IIB. Particular-
mente, se destaca la participación de investiga-
dores con doble filiación con CONICET.
Como se analizó anteriormente, casi la totali-
dad de los investigadores argentinos trabajan
en vinculación con este organismo, lo cual
explica la magnitud del nodo que lo represen-
ta. La concentración de firmas con filiación
nacional coincide con la importante participa-
ción de instituciones argentinas en esta colabo-
ración.
Conclusiones
La colaboración científica en el IIB coinci-
de con los niveles de internacionalización
alcanzados por otras instituciones en áreas
disciplinares similares (IUNE, 2018).
El trabajo realizado permite afirmar que
este instituto publica la mayoría de su produc-
ción en la corriente principal. En base a esto,
cabe preguntarse cuál es el su grado de presen-
cia en la denominada corriente periférica de la
ciencia. Se plantea este interrogante como un
posible disparador para la propuesta de estu-
dios a futuro que analicen la colaboración del
IIB por fuera de la corriente principal, de cara
a establecer una comparativa en este sentido.
El IIB posee un gran nivel de colaboración
con otras instituciones del interior del país. De
las 120 instituciones detectadas en el análisis
de la filiación institucional, 29 de ellas se
encuentran en Argentina (Tabla 6), siendo
éste el país con mayor presencia institucional
en la producción analizada. Los países que la
suceden entre los más productivos (Francia,
Estados Unidos y España) no superan el 9% de
producción en el universo estudiado.
Otro aspecto a destacar de este estudio son las
filiaciones institucionales simples, dobles y
triples. Más de la mitad de los autores (67%)
firmaron con una única filiación institucional.
De los autores argentinos que firmaron con
doble filiación, un 66% de las firmas corres-
ponden a IIB-CONICET. Esto lleva a pensar
que es este organismo el que impulsa a los
investigadores en el área de las Ciencias Exac-
tas a publicar en la corriente principal. La
presencia de CONICET en la colaboración
científica se ha observado en estudios realiza-
dos con características similares (Hidalgo,
2018; Miguel, de Moya-Anegón & Herre-
ro-Solana, 2006; Sleimen, 2015).
El análisis de la productividad permite
observar la concentración de firmas entre un
reducido grupo de investigadores: de un total
de 512 autores estudiados, sólo 63 de ellos
concentran el 50% de las firmas en el universo
analizado. En este sentido, el cálculo del IP
determinó que sólo un 4% de los autores
poseen un nivel de productividad alto. Cabe
preguntarse, en base a dichos resultados, cuál
es la trayectoria de estos investigadores, ya que
esto podría explicar el gran nivel de productivi-
dad que poseen en relación con el resto de los
autores.
De esta investigación se desprende un diag-
nóstico claro y preciso sobre la colaboración
científica en el área de las Ciencias Básicas, a
partir del análisis de uno de los institutos con
mayor trayectoria en la UNMdP como es el
IIB. Los aportes de este estudio podrán ser
tomados como base para decisiones institucio-
nales y de evaluación científica. La colabora-
ción científica es una perspectiva poco releva-
da en Argentina, por lo que se espera que esta
contribución ofrezca una muestra que impulse
nuevos estudios en esta dirección.
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herramientas digitales y procesos de información que les permitan captar la atención de los
diversos colectivos laborales, atraerlos a la organización o mantener el vínculo creado, al
tiempo de mantenerlos informados adecuadamente para fortalecer la acción. Sin embargo,
no todas las organizaciones sindicales en el continente y de manera especial en el cono sur
de América Latina, cuentan con estas herramientas y con los procesos necesarios para una
comunicación más efectiva con y entre sus afiliados potenciales, así como con el público en
general.
En este sentido, la Biblioteca de la OIT para Chile, Uruguay y Paraguay, con sede en
Chile, lleva a cabo un proyecto innovador en el análisis y colaboración que deberá determi-
nar en qué medida las herramientas digitales puestas a disposición por las instituciones
sindicales, cumplen con el objetivo de dar acceso a la información laboral a sus miembros,
específicamente a aquella relacionada con la publicada por la OIT relativa a las normas
internacionales, derechos de los trabajadores, mercado laboral, seguridad social, trabajo
decente, salud y justicia social, entre otros temas sindicales locales y de relevancia para los
sindicatos.
En este contexto, los profesionales bibliotecarios o documentalistas debemos apuntar a la
innovación, a la difusión de los servicios, pero también a la detección del déficit de informa-
ción específica, sea cual sea, la institución o sector que lo necesite.
Lic. Patricia Bustos
(Bibliotecaria Jefe)
Oficial Nacional de Comunicación y Gestión de la Información
Equipo de Trabajo Decente y Oficina de Países
de la OIT para el Cono Sur de América Latina
Uruguay-Paraguay - Chile
1- La OIT puso en marcha una «Iniciativa relativa al futuro del trabajo» y estableció la Comisión Mundial sobre el
Futuro del Trabajo en agosto de 2017. A este respecto, cabe destacar que dicha Comisión publicó el 22 de enero de 2019
su informe titulado «Trabajar para un futuro más prometedor», que sirvió de base a las discusiones tripartitas que en el año
2019 en que se celebra el Centenario de la fundación de la OIT, se adoptara la Declaración del centenario sobre el futuro
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son las públicas. No obstante, sin importar el
tipo de biblioteca del que se trate, todas
“forman parte de un gran sistema de
información para la adquisición, el acceso, el
consumo y la transferencia de informa-
ción” (Bornacelly; Quintero; Cuartas, 2014:
15) y a través de estos, se da su aportación a la
sociedad. Cada sociedad le otorga un lugar a
la información. En algunos países latino-
americanos se piensa en la información como
factor de desarrollo social, mientras en otros,
a través del uso de la información para la
creación y la transmisión de conocimiento, se
pone atención “en la economía basada en
conocimiento para el logro del desarrollo
económico en primer lugar, seguido por el
social” (Sánchez, 2017: 132).
Una de las aportaciones de la biblioteca
pública como institución de carácter social, es
la de complementar la educación formal. Otra
contribución es la formación de adultos, el
capital humano que da cabida al capital
social. La biblioteca participa en la construc-
ción de capital humano a partir de servicios
como la alfabetización (informacional y digi-
tal), las relaciones personales y de confianza
que se crean entre los usuarios, y la capacidad
para desarrollarse individualmente mediante
el acceso a la información. Ambos conceptos,
el capital humano entendido como los
conocimientos y las habilidades que los indivi-
duos poseen, y el capital social, “parte del
capital humano que permite a los miembros
de una sociedad dada, confiar el uno en el
otro y cooperar en la formación de nuevos
grupos y asociaciones” (Coleman, 1990: 304),
están a su vez ligados a la dimensión econó-
mica, ya que los conocimientos son consi-
derados como un factor de producción
(Boisier, 1999).
Para señalar lo que corresponde a la
dimensión cultural, las bibliotecas son agentes
locales encargados de conservar, proteger,
brindar acceso y difundir el patrimonio cultu-
ral, las colecciones relevantes a nivel local y
los materiales en idiomas nativos que forman
parte de los acervos para las generaciones
presentes y futuras.
De hecho, durante la Cumbre Mundial sobre
la Sociedad de la Información se señaló que
“la preservación del patrimonio cultural es un
elemento crucial de la identidad del individuo
y del conocimiento de mismo, y a su vez,
enlaza a una comunidad con su pasado” (UIT,
2005: 20). La incidencia de las bibliotecas en
las comunidades se dirige a fortalecer el capital
cultural local, el cual es un factor del desarrollo
que se define como “el acervo de tradiciones,
mitos y creencias, lenguaje, relaciones sociales,
modos de producción y productos inmateriales
(literatura, pintura, danza, música) y
materiales específicos a una determinada
comunidad” (Boisier, 1999: 284). Además, Di
Domenico (2013) señala que las bibliotecas se
constituyen como lugares de reunión donde se
producen experiencias sociales y culturales. En
ese sentido, las bibliotecas públicas, a través de
actividades culturales, pueden compensar la
falta de acceso de las familias de bajos y
medianos ingresos que difícilmente pueden
costear el acceso a actividades, como funciones
de teatro, cine o conciertos (Benavente y
Grazzi, 2017).
En la dimensión política, se identifica que
todos los actores locales, incluido el gobierno,
la sociedad civil y la empresa se apoyan en la
biblioteca como proveedora de información,
que favorece la elaboración de propuestas para
aprovechar mejor las potencialidades locales.
En cuanto a la agenda pública sobre desarrollo
local y planificación local, es recomendable
que las bibliotecas se incluyan en los planes de
desarrollo para determinar las prioridades y los
gastos gubernamentales en los programas co-
rrespondientes (Bornacelly; Quintero; Cuartas,
2014; IFLA, 2015). De acuerdo con Suaiden
(2018) si las bibliotecas no son visibles para la
administración pública, no se les integrará en
la agenda gubernamental ni se contará con los
recursos necesarios.
La democracia es un concepto que se
menciona reiteradamente en las definiciones
de biblioteca pública. Chomsky y Barsamian
(1997: 72) afirman que “en términos generales,
una sociedad es democrática en la medida en
que sus integrantes tienen oportunidad de
Revista Prefacio, 2021, vol.5, n°7, ISSN 2591-3905
Universidad Nacional de Córdoba- Facultad de Filosofía y Humanidades. Escuela de Bibliotecología
Las bibliotecas desde la mirada del desarrollo local
Introducción:
La colaboración científica ha sido uno de
los rasgos más distintivos en la evolución del
trabajo científico a lo largo de las últimas déca-
das. Se puede definir como “la interacción
entre dos o más científicos, la cual tiene lugar
dentro de un contexto social y permite com-
partir significado y completar tareas con
respecto a una meta superior mutuamente
compartida” (Sanchez, Schmidt & Obiol,
2016: 37). En este fenómeno inciden una serie
de factores vinculados fundamentalmente al
carácter de institución social que posee la cien-
cia donde su avance se vincula, en gran
medida, a las interacciones entre los actores
involucrados. En los últimos años la colabora-
ción en ciencia ha crecido notablemente, espe-
cialmente en las ciencias experimentales y
naturales. La actividad científica en colabora-
ción es vinculada con un mayor éxito en la
investigación, medido a través del prestigio de
las revistas en donde son publicados los avan-
ces, y de la cantidad de citas que reciben.
Existe una amplia bibliografía dedicada al
estudio de este fenómeno mereciendo la aten-
ción de numerosos autores (Katz & Martin,
1997; González Alcaide & Gómez Ferri, 2014;
Villanueva-Felez, Fernández-Zubieta & Palo-
mares-Montero, 2014; Aguado-López & Bece-
rril-García, 2016; Sebastián, 2004; Cummins
& Kiesler, 2005; Hara, Solomon, Kim & Son-
nenwald, 2003). A continuación se ofrece una
síntesis de las principales motivaciones que
mueven a los científicos a desarrollar su traba-
jo de manera colaborativa:
La existencia de políticas (ya sea a nivel
instColaboración institucional
Las particularidades de la colaboración
internacional permiten esclarecer el panorama
de investigación para adentrarse en el análisis
de la colaboración institucional; los niveles de
presencia de los distintos países participantes
en la red se reflejan en las instituciones que los
representan.itucional o estatal) que promue-
ven que las actividades científicas se realicen
en colaboración con otros investigadores,
grupos, organismos o países;
El deseo de los investigadores de incre-
mentar su visibilidad y prestigio en el campo
disciplinar que les compete;
La creciente demanda de ajuste y racio-
nalización de la mano de obra científica;
El cambio en las fuentes de financia-
ción;
La complejidad y el costo del equipa-
miento para investigar, lo cual lleva a los cien-
tíficos a compartir insumos;
El avance de las disciplinas científicas
en términos de especialización y profesionali-
zación, que torna necesario para el investiga-
dor adquirir más conocimientos para poder
hacer avances significativos, lo cual es factible
de lograr compartiendo conocimiento con
otros investigadores;
La formación de recursos humanos,
que lleva a los jóvenes investigadores a publi-
car trabajos con científicos que poseen una
trayectoria ya consolidada;
El surgimiento de campos de trabajo
interdisciplinarios, que impulsa a los investiga-
dores a trabajar en colaboración con otros
provenientes de diferentes ámbitos de la cien-
cia;
El interés de los científicos por alcanzar
un fin común de forma rápida y eficiente;
El reconocimiento de una comunidad
global a partir de la internacionalización de
determinadas problemáticas científicas;
La inclusión de nuevas plataformas de
comunicación virtual en línea; a partir de la
década del 2000 los autores que han trabajado
el tema comienzan a hablar de “ciberinfraes-
tructura” y plataformas eScience para la inves-
tigación en colaboración entre autores situa-
dos geográficamente en lugares remotos (Birn-
holtz, 2007).
La madurez de un campo científico se
acentúa en la medida en que los investigadores
interactúan y generan nuevos conocimientos
en conjunto. Por tal motivo, la colaboración
científica es un indicador esencial para estable-
cer el nivel de desarrollo de las áreas discipli-
nares. Asimismo, permite identificar el grado
de coordinación entre los actores participantes
en la actividad científica (Sánchez, Schmidt &
Obiol, 2016; Miguel, Chinchilla-Rodríguez,
González & Moya-Anegón, 2012).
Dentro de los sistemas de ciencia y tecno-
logía, la evaluación de los grados e intensidad
de la colaboración comienza a ser un factor
cada vez más importante de cara a establecer
la calidad de la investigación, su grado de
apertura y niveles de visibilidad (Ortoll et al.,
2014; Sanz-Casado, De-Filippo & Marugán,
2014). La colaboración científica implica un
entramado de investigadores, grupos de traba-
jo, organismos y actividades que interactúan
dinámicamente y en relación con su entorno
(disciplinar, geográfico, institucional, etcéte-
ra). En un contexto de toma de decisiones,
identificar los actores y dinámicas de colabora-
ción es fundamental para definir dónde se
encuentran las fortalezas y las debilidades de
un sistema científico.
Los trabajos que analizan la colaboración
científica brindan la posibilidad de visualizar
la red de instituciones y grupos de investigado-
res que forman parte de la actividad científica.
Katz & Martin (1997) mencionan las ventajas
del análisis de la coautoría como indicador de
la colaboración científica. Primero, al ser un
dato invariable y verificable, cualquiera puede
repetir los resultados y cerciorar su fiabilidad.
Segundo, es relativamente poco costoso y muy
práctico a la hora de analizar cuantitativamen-
te la colaboración científica. Además, el estu-
dio de la coautoría puede comprender grandes
volúmenes de datos, siendo sus resultados
mucho más significativos que los arrojados por
estudios de caso. Por último, estos trabajos
podrían incidir en la colaboración científica a
largo plazo. Es destacable la importancia de
este tipo de estudios si se tiene en cuenta que la
colaboración a nivel internacional está cam-
biando radicalmente la estratificación estruc-
tural de las ciencias (Leydesdorff, Wagner,
Park & Adams, 2013). Desde la bibliotecolo-
gía y las disciplinas que conforman el grupo
dedicado a las métricas de la información
(bibliometría, cienciometría e informetría) se
han desarrollado una serie de indicadores
específicos y técnicas de estudio abordados a
partir de la construcción de matrices de datos
como resultado del análisis de las publicacio-
nes, su uso, visibilidad e impacto en la comuni-
dad científica. Los indicadores bibliométricos
constituyen una de las herramientas más utili-
zadas para la medición del producto de la
investigación científica, porque las publicacio-
nes (independientemente del tipo de soporte)
son el vehículo más prolífico y exitoso para la
transferencia del conocimiento científico, con-
juntamente con su transferencia oral por
medio de conferencias y comunicaciones
personales (Moya Anegón & Arencibia Jorge,
2008). Esta investigación aborda la colabora-
ción desde un enfoque bibliotecológico apli-
cando técnicas bibliométricas que permiten la
construcción de los datos intervinientes, el
cálculo de indicadores y su representaciones
gráficas, y el desarrollo de un análisis en
función de los rasgos característicos de la
comunicación científica y la comunidad cientí-
fica estudiada.
El Instituto de Investigaciones
Biológicas (IIB)
El IIB es un centro de investigación aboca-
do a la generación de conocimiento científico,
la innovación y el desarrollo tecnológico en
bioquímica y biología celular y molecular, por
medio de actividades de investigación, transfe-
rencia, docencia y formación de Recursos
Humanos. Este organismo se encarga de afian-
zar en la ciudad de Mar del Plata desarrollos
científicos vinculados principalmente con la
investigación biológica básica y formar recur-
sos humanos en el ámbito de la enseñanza
universitaria de grado y post-grado. Fue
creado en el año 1978 con dependencia inicial
del Rectorado de la UNMdP y luego de la
Facultad de Ciencias Exactas y Naturales
(FCEyN), funcionando como unidad sub-aca-
démica de la misma. La labor docente de este
instituto comprende la formación de jóvenes
investigadores que se encuentren realizando
tesis doctorales o cursos de posgrado, además
de dictar varias materias en el ámbito de
grado, en las Licenciaturas en Ciencias Bioló-
gicas y Ciencias Químicas e Ingeniería de
alimentos de la ya mencionada Facultad.
A partir del año 2006, desde CONICET se
promueve la creación de nuevas UE (con la
sugerencia de denominarlas institutos) que en
lo posible se conformaran como entidades de
doble dependencia junto a universidades
nacionales u organismos de ciencia y tecnolo-
gía nacionales e internacionales (Res. CONI-
CET 995). En este contexto, el 27 de
diciembre de ese año el CONICET y la
UNMDP firmaron un convenio de comple-
mentación recíproca (OCS 2201/07) para la
promoción y ejecución de tareas de investiga-
ción. En el marco de dicho convenio, el 19 de
junio de 2007 se aprobó la creación del IIB
como Unidad Ejecutora de doble dependen-
cia, UNMDP-CONICET.
Actualmente, el Instituto está conformado
por 7 grupos de investigación reconocidos por
la FCEyN: Degradación de Proteínas; Bioquí-
mica y Biología Molecular de Microorganis-
mos y Espermatozoides; Bioquímica Vegetal;
Biología Molecular; Fisiología Molecular e
Integrativa; y Fisiología del Estrés en Plantas y
Biología de Mitocondrias. Las líneas de inves-
tigación actuales corresponden a la Bioquími-
ca y Biología Molecular, la Biología Molecular
de Plantas, la Biología Celular, la Microbiolo-
gía y Microbiología Ambiental y las Molécu-
las Bioactivas, entre otros. La financiación de
sus actividades corre por cuenta de la UNMdP
y por los subsidios que reciben los investigado-
res de diversas agencias de promoción científi-
ca nacionales e internacionales mediante
proyectos y becas de investigación. Sleimen
(2015) detecta, como organismos financiado-
res de la actividad del IIB, a la propia UNMdP,
el CONICET, la CIC, la Fundación Antor-
chas, la Agencia Nacional de Promoción
Científica y Tecnológica, y la International
Foundation for Science de Suecia, principal-
mente.
Metodología
Para analizar la producción científica en
colaboración del IIB se utilizó la fuente de
datos de corriente principal Web of Science
(WoS) de Clarivate Analytics, incluyendo en la
búsqueda a todas las bases de datos. Los datos
se extrajeron del campo AD= (Dirección) que
proporciona información específica sobre los
indicadores utilizados, junto con búsquedas
complementarias que, por refinamiento y
observación manual, permitieron establecer la
selección de registros publicados dentro del
período de estudio. La ecuación ejecutada en
el motor de búsqueda fue la siguiente:
AD=(IIB OR CONICET-UNMdP OR
Inst Invest Biol OR Univ Nacl Mar Plata
OR Funes 3250 OR Univ Nac Mar del
Plata) AND AD=(Argentina OR Mar del
Plata)
En base a este proceso se obtuvo un total
de 224 artículos con 512 autores, y se estimó
un margen de error del 2% en base a los auto-
res que no fueron considerados en la produc-
ción. Para el estudio se seleccionaron indica-
dores que permitieran determinar las particu-
laridades de la colaboración científica del IIB:
Filiaciones institucional y geográfica
Índice de co-autoria (IC)
Análisis de co-firmas
(redes de colaboración)
Productividad
Una vez exportados los registros, se proce-
dió a crear una estructura de datos ad hoc en
Microsoft Excel versión 2010 para su valida-
ción y depuración, diseñada en base a los indi-
cadores planteados anteriormente. En el con-
trol de autoridades se desestimaron trabajos
no pertinentes a este estudio por su tipología
documental, particularmente libros y capítulos
de libros. Además, se identificaron artículos
pertenecientes a otras instituciones con nom-
bres similares al pertinente a esta investiga-
ción: el Instituto de Investigaciones Biotecno-
lógicas (IIB-INTECH), el Instituto de Investi-
gaciones Biomédicas de España (IIBM), el
Instituto de Biología de Brasil (IB) y el Institu-
to de Investigaciones Biológicas Clemente
Estable de Uruguay (IIBCE). Para la normali-
zación de los autores se utilizaron, principal-
mente, los datos aportados por las firmas de
los artículos y por los campos detallados en los
registros WoS; complementariamente, se
emplearon los buscadores de Google y Google
Scholar para identificar todos aquellos datos
que no pudieron ser ubicados en las fuentes
mencionadas. Por otra parte, se controlaron
los datos de las revistas fuente mediante la
base de datos Sherpa Romeo y el Master Jour-
nal List, de Clarivate Analytics.
Para el cálculo se indicadores se utilizó el
software BibExcel, desarrollado por Olle
Person (2017), en su versión 2016-02-20. Las
co-autorías se representaron mediante el Aná-
lisis de Redes Sociales (ARS), empleando el
software de representación gráfica de redes
VosViewer, versión 1.6.9. Para la interpreta-
ción de los resultados se tuvieron en considera-
ción, como parámetro de referencia, los infor-
mes de la actividad científica en universidades
españolas desarrollados por el observatorio
IUNE (2018). Éstos analizan la colaboración
internacional en instituciones públicas y priva-
das. Entre las áreas que estudian se encuentra
Ciencias de la Vida, campo disciplinar en el
cual se inscribe el IIB.
Resultados y discusión
Productividad
La distribución de la productividad mues-
tra que, del total de los 512 investigadores
presentes en la producción analizada, sólo 63
de ellos concentran el 50% de las firmas de los
artículos (633 firmas de un total de 1260.
Tabla 1).
El cálculo del índice de Lotka arrojó como
resultado una gran cantidad de autores (63%)
con un nivel de productividad bajo (IP=0),
mientras que el 33% de los investigadores se
encuentra en un nivel de productividad inter-
medio (IP<1) y sólo un 4% alcanzó un nivel de
productividad alto (IP=>1). La distribución
encontrada es la esperada según el postulado
de Lotka, tal como se observa en la Tabla 2.
En la Figura 1 pueden apreciarse con mayor
claridad los niveles de producción alcanzados.
Filiación geográfica
Casi la mitad de la producción recabada se
realiza en colaboración nacional (46,51%).
Esta situación puede observarse con mayor
claridad en la Figura 2. Los países que la suce-
den entre los más productivos son Francia
(8,84%), Estados Unidos (8,14%) y España
(5,12%). En estas filiaciones geográficas se
encuentra la concentración más alta de firmas,
mientras que el resto de los países presentes
poseen una participación que no supera el 5%.
Filiación institucional
Mediante el análisis de la filiación institu-
cional se detectó la participación de 120 insti-
tuciones. En la Tabla 3 se observa que la
frecuencia de aparición más alta corresponde a
CONICET con un total de 124 firmas, lo cual
constituye el 23,44% del universo estudiado.
La fuerte presencia de CONICET coincide
con los altos niveles de filiación nacional
descriptos en el apartado anterior. Asimismo,
Argentina nuclea la mayor cantidad de institu-
ciones participantes en la producción estudia-
da (29 instituciones) Tabla 3.
Atendiendo a la importante presencia de
CONICET en las firmas de los artículos estu-
diados, se analizaron las procedencias institu-
cionales de los investigadores del IIB, a fin de
determinar cuántos de ellos poseen filiación
CONICET, UNMdP y/u otros organismos.
La figura 4 muestra que más de la mitad de los
autores firmaron con filiación institucional
IIB-CONICET (66%). Le siguen en orden de
aparición un 28% de investigadores que firma-
ron sus trabajos sólo con filiación IIB. El resto
de las firmas detectadas (6%) pertenecen a
autores con doble y triple filiación, y corres-
ponden al INTA, al INTEMA y a la UNMdP.
Coautoría
Página
17
El índice de coautoría arrojó como resulta-
do un promedio de 5,62 firmas por artículo,
sobre un total de 1260 firmas. Se ha detectado
un trabajo de hasta 72 autores, aunque la con-
centración más alta de artículos (78,6%) posee
entre 3 y 7 firmas, Tabla 4.
Redes de colaboración
Colaboración entre autores: esta red se
armó considerando un umbral de representa-
ción de tres o más firmas dentro del universo
estudiado (n 3). Se detectaron ocho clusters
que concentran la mayor cantidad de firmas.
El tamaño de los nodos refleja el grado de
presencia de los autores. En este sentido, se
destacan aquellos que lideran los grupos de
investigación del IIB conformando los princi-
pales actores de la red: Lorenzo Lamattina (n
= 68), Rosana De-Castro (n = 23), Gustavo
Daleo (n = 22), Laura De-La-Canal (n = 21),
Claudia Casalongue (n = 21), Eduardo Zaba-
letta (n = 20), Adriana Andreu (n = 18), María
Gabriela Guevara (n = 16) y Andreina Cesari
(n = 14). La presencia de estos autores en los
resultados se condice con el trabajo que desa-
rrollan dentro del IIB, dado que cada uno de
ellos se encuentra, al momento de redacción
de esta tesis, dirigiendo un grupo de investiga-
ción del Instituto. Son pocos los autores por
fuera del IIB que forman parte de esta red de
colaboración. Por su grado de presencia
(número de firmas) se destacan Erika A.
Wolski (n = 6), Federico Hozbor (n = 6), Hans
Peter Braun (n = 6), Marcela Silvia Simontac-
chi (n = 6), Martín Javier Eguaras (n = 5), Jan
A. L. Van-Kan (n = 5), Matías Maggi (n = 5),
R. H. Alberio (n = 5), Daniel O. Caldiz (n = 4)
y Michael R. Blatt (n = 4), F0igura 5.
Colaboración institucional
Las particularidades de la colaboración
internacional permiten esclarecer el panorama
de investigación para adentrarse en el análisis
de la colaboración institucional; los niveles de
presencia de los distintos países participantes
en la red se reflejan en las instituciones que los
representan.
El tamaño del nodo que representa Argen-
tina en la Figura 7 se explica, principalmente,
por el importante nivel de colaboración de
instituciones nacionales con el IIB. Particular-
mente, se destaca la participación de investiga-
dores con doble filiación con CONICET.
Como se analizó anteriormente, casi la totali-
dad de los investigadores argentinos trabajan
en vinculación con este organismo, lo cual
explica la magnitud del nodo que lo represen-
ta. La concentración de firmas con filiación
nacional coincide con la importante participa-
ción de instituciones argentinas en esta colabo-
ración.
Conclusiones
La colaboración científica en el IIB coinci-
de con los niveles de internacionalización
alcanzados por otras instituciones en áreas
disciplinares similares (IUNE, 2018).
El trabajo realizado permite afirmar que
este instituto publica la mayoría de su produc-
ción en la corriente principal. En base a esto,
cabe preguntarse cuál es el su grado de presen-
cia en la denominada corriente periférica de la
ciencia. Se plantea este interrogante como un
posible disparador para la propuesta de estu-
dios a futuro que analicen la colaboración del
IIB por fuera de la corriente principal, de cara
a establecer una comparativa en este sentido.
El IIB posee un gran nivel de colaboración
con otras instituciones del interior del país. De
las 120 instituciones detectadas en el análisis
de la filiación institucional, 29 de ellas se
encuentran en Argentina (Tabla 6), siendo
éste el país con mayor presencia institucional
en la producción analizada. Los países que la
suceden entre los más productivos (Francia,
Estados Unidos y España) no superan el 9% de
producción en el universo estudiado.
Otro aspecto a destacar de este estudio son las
filiaciones institucionales simples, dobles y
triples. Más de la mitad de los autores (67%)
firmaron con una única filiación institucional.
De los autores argentinos que firmaron con
doble filiación, un 66% de las firmas corres-
ponden a IIB-CONICET. Esto lleva a pensar
que es este organismo el que impulsa a los
investigadores en el área de las Ciencias Exac-
tas a publicar en la corriente principal. La
presencia de CONICET en la colaboración
científica se ha observado en estudios realiza-
dos con características similares (Hidalgo,
2018; Miguel, de Moya-Anegón & Herre-
ro-Solana, 2006; Sleimen, 2015).
El análisis de la productividad permite
observar la concentración de firmas entre un
reducido grupo de investigadores: de un total
de 512 autores estudiados, sólo 63 de ellos
concentran el 50% de las firmas en el universo
analizado. En este sentido, el cálculo del IP
determinó que sólo un 4% de los autores
poseen un nivel de productividad alto. Cabe
preguntarse, en base a dichos resultados, cuál
es la trayectoria de estos investigadores, ya que
esto podría explicar el gran nivel de productivi-
dad que poseen en relación con el resto de los
autores.
De esta investigación se desprende un diag-
nóstico claro y preciso sobre la colaboración
científica en el área de las Ciencias Básicas, a
partir del análisis de uno de los institutos con
mayor trayectoria en la UNMdP como es el
IIB. Los aportes de este estudio podrán ser
tomados como base para decisiones institucio-
nales y de evaluación científica. La colabora-
ción científica es una perspectiva poco releva-
da en Argentina, por lo que se espera que esta
contribución ofrezca una muestra que impulse
nuevos estudios en esta dirección.
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participar en la definición de las políticas
públicas”. Esto conduce al papel de las
bibliotecas en la participación ciudadana, que
Jaramillo (2013) plantea como dimensión
ciudadana de la biblioteca pública, donde la
información y el conocimiento son medios
esenciales para ejercer la ciudadanía.
En la dimensión económica, las bibliotecas,
a través de la transferencia de información
pueden apoyar a los actores locales para
generar iniciativas económicas y ampliar sus
conocimientos en alguna materia que les
permita acceder a mejores oportunidades de
empleo. Esta afirmación se sostiene también
porque “en una sociedad en donde el cono-
cimiento es una ventaja competitiva, el acceso
a esto y a herramientas aplicables al mundo
académico o laboral, pueden marcar significa-
tivas diferencias entre las personas en términos
económicos” (CERLALC-UNESCO, 2012:
63). A través de la técnica de Retorno de la
Inversión (ROI, por sus siglas en inglés), que
se refiere al ingreso o valor recibido como
resultado de una cantidad invertida, en este
caso, de fondos públicos en las bibliotecas, se
llevó a cabo un estudio para estimar el valor de
las bibliotecas públicas y los beneficios que
brindan a la comunidad de un condado en
Carolina del Norte. En este estudio, Eric
Caratao (2010) identifica que las bibliotecas
proporcionan dos tipos de beneficios a tres
tipos de beneficiarios. Por un lado, se encuen-
tran los beneficios directos, que son los servi-
cios que brindan las bibliotecas y que pueden
ser cuantificados, como el número de présta-
mos en un periodo determinado. Por otro
lado, están los beneficios indirectos, que son
los resultados no cuantificables del uso de
bibliotecas, por ejemplo, el conocimiento obte-
nido al leer un libro.
Los tres tipos de beneficiarios de las bibliotecas
públicas son: los individuos, los negocios loca-
les y la comunidad. Entre los beneficios direc-
tos para los individuos está el costo del prés-
tamo frente a la compra de materiales biblio-
gráficos; para los negocios locales, las compras
de los usuarios cada vez que visitan la biblio-
teca; y uno de los beneficios indirectos para la
comunidad es la oportunidad de permanecer
informada, alfabetizada e instruida (Caratao,
2010).
Para continuar, basados en la propuesta que
Leff (1986) formula en su texto Los problemas
del conocimiento y la perspectiva ambiental
del desarrollo, la implicación de las bibliotecas
en la dimensión ambiental puede encontrarse
en la demanda e integración de información
para la producción de nuevos conocimientos
técnicos y científicos que permitan diseñar
estrategias para prevenir, reducir y corregir los
impactos de las actividades productivas, así
como de explotación, extracción, cultivo y
transformación de los recursos naturales dispo-
nibles en la comunidad. Además, para lograr
el aprovechamiento racional de dichos recur-
sos, satisfacer las necesidades de la población y
mejorar su calidad de vida, se requieren datos
demográficos e inventarios de recursos natura-
les locales que las bibliotecas pueden dar a
conocer, también para facilitar la prospección
de la disponibilidad de recursos y participar en
la promoción de estrategias para el cambio en
el manejo y reducción de la producción de
residuos y desechos contaminantes, así como
alertar sobre las repercusiones de los hábitos
de producción y consumo, o bien, sobre la
propagación de enfermedades contagiosas.
También pueden ser de utilidad las actividades
de difusión de las condiciones naturales, como
estrategia de prevención, o del potencial pro-
ductivo de los ecosistemas en la comunidad,
que puedan dar origen a iniciativas produc-
tivas locales. Incluso, dos de los ámbitos
sugeridos durante la Cumbre Mundial sobre la
Sociedad de la Información para tomar medi-
das en el marco de las ciberestrategias nacio-
nales, son la ciberecología, que contempla el
uso de las TIC para la protección del ambiente
y “la utilización sostenible de los recursos
naturales” (UIT, 2005: 43), y la ciberagri-
cultura, que se traduce en la difusión de
información relacionada con las actividades
primarias, a través de las TIC. En ambas estra-
tegias, las bibliotecas pueden contribuir para
Las bibliotecas desde la mirada del desarrollo local
Revista Prefacio, 2021, vol.5, n°7, ISSN 2591-3905
Universidad Nacional de Córdoba- Facultad de Filosofía y Humanidades. Escuela de Bibliotecología
Introducción:
La colaboración científica ha sido uno de
los rasgos más distintivos en la evolución del
trabajo científico a lo largo de las últimas déca-
das. Se puede definir como “la interacción
entre dos o más científicos, la cual tiene lugar
dentro de un contexto social y permite com-
partir significado y completar tareas con
respecto a una meta superior mutuamente
compartida” (Sanchez, Schmidt & Obiol,
2016: 37). En este fenómeno inciden una serie
de factores vinculados fundamentalmente al
carácter de institución social que posee la cien-
cia donde su avance se vincula, en gran
medida, a las interacciones entre los actores
involucrados. En los últimos años la colabora-
ción en ciencia ha crecido notablemente, espe-
cialmente en las ciencias experimentales y
naturales. La actividad científica en colabora-
ción es vinculada con un mayor éxito en la
investigación, medido a través del prestigio de
las revistas en donde son publicados los avan-
ces, y de la cantidad de citas que reciben.
Existe una amplia bibliografía dedicada al
estudio de este fenómeno mereciendo la aten-
ción de numerosos autores (Katz & Martin,
1997; González Alcaide & Gómez Ferri, 2014;
Villanueva-Felez, Fernández-Zubieta & Palo-
mares-Montero, 2014; Aguado-López & Bece-
rril-García, 2016; Sebastián, 2004; Cummins
& Kiesler, 2005; Hara, Solomon, Kim & Son-
nenwald, 2003). A continuación se ofrece una
síntesis de las principales motivaciones que
mueven a los científicos a desarrollar su traba-
jo de manera colaborativa:
La existencia de políticas (ya sea a nivel
instColaboración institucional
Las particularidades de la colaboración
internacional permiten esclarecer el panorama
de investigación para adentrarse en el análisis
de la colaboración institucional; los niveles de
presencia de los distintos países participantes
en la red se reflejan en las instituciones que los
representan.itucional o estatal) que promue-
ven que las actividades científicas se realicen
en colaboración con otros investigadores,
grupos, organismos o países;
El deseo de los investigadores de incre-
mentar su visibilidad y prestigio en el campo
disciplinar que les compete;
La creciente demanda de ajuste y racio-
nalización de la mano de obra científica;
El cambio en las fuentes de financia-
ción;
La complejidad y el costo del equipa-
miento para investigar, lo cual lleva a los cien-
tíficos a compartir insumos;
El avance de las disciplinas científicas
en términos de especialización y profesionali-
zación, que torna necesario para el investiga-
dor adquirir más conocimientos para poder
hacer avances significativos, lo cual es factible
de lograr compartiendo conocimiento con
otros investigadores;
La formación de recursos humanos,
que lleva a los jóvenes investigadores a publi-
car trabajos con científicos que poseen una
trayectoria ya consolidada;
El surgimiento de campos de trabajo
interdisciplinarios, que impulsa a los investiga-
dores a trabajar en colaboración con otros
provenientes de diferentes ámbitos de la cien-
cia;
El interés de los científicos por alcanzar
un fin común de forma rápida y eficiente;
El reconocimiento de una comunidad
global a partir de la internacionalización de
determinadas problemáticas científicas;
La inclusión de nuevas plataformas de
comunicación virtual en línea; a partir de la
década del 2000 los autores que han trabajado
el tema comienzan a hablar de “ciberinfraes-
tructura” y plataformas eScience para la inves-
tigación en colaboración entre autores situa-
dos geográficamente en lugares remotos (Birn-
holtz, 2007).
La madurez de un campo científico se
acentúa en la medida en que los investigadores
interactúan y generan nuevos conocimientos
en conjunto. Por tal motivo, la colaboración
científica es un indicador esencial para estable-
cer el nivel de desarrollo de las áreas discipli-
nares. Asimismo, permite identificar el grado
de coordinación entre los actores participantes
en la actividad científica (Sánchez, Schmidt &
Obiol, 2016; Miguel, Chinchilla-Rodríguez,
González & Moya-Anegón, 2012).
Dentro de los sistemas de ciencia y tecno-
logía, la evaluación de los grados e intensidad
de la colaboración comienza a ser un factor
cada vez más importante de cara a establecer
la calidad de la investigación, su grado de
apertura y niveles de visibilidad (Ortoll et al.,
2014; Sanz-Casado, De-Filippo & Marugán,
2014). La colaboración científica implica un
entramado de investigadores, grupos de traba-
jo, organismos y actividades que interactúan
dinámicamente y en relación con su entorno
(disciplinar, geográfico, institucional, etcéte-
ra). En un contexto de toma de decisiones,
identificar los actores y dinámicas de colabora-
ción es fundamental para definir dónde se
encuentran las fortalezas y las debilidades de
un sistema científico.
Los trabajos que analizan la colaboración
científica brindan la posibilidad de visualizar
la red de instituciones y grupos de investigado-
res que forman parte de la actividad científica.
Katz & Martin (1997) mencionan las ventajas
del análisis de la coautoría como indicador de
la colaboración científica. Primero, al ser un
dato invariable y verificable, cualquiera puede
repetir los resultados y cerciorar su fiabilidad.
Segundo, es relativamente poco costoso y muy
práctico a la hora de analizar cuantitativamen-
te la colaboración científica. Además, el estu-
dio de la coautoría puede comprender grandes
volúmenes de datos, siendo sus resultados
mucho más significativos que los arrojados por
estudios de caso. Por último, estos trabajos
podrían incidir en la colaboración científica a
largo plazo. Es destacable la importancia de
este tipo de estudios si se tiene en cuenta que la
colaboración a nivel internacional está cam-
biando radicalmente la estratificación estruc-
tural de las ciencias (Leydesdorff, Wagner,
Park & Adams, 2013). Desde la bibliotecolo-
gía y las disciplinas que conforman el grupo
dedicado a las métricas de la información
(bibliometría, cienciometría e informetría) se
han desarrollado una serie de indicadores
específicos y técnicas de estudio abordados a
partir de la construcción de matrices de datos
como resultado del análisis de las publicacio-
nes, su uso, visibilidad e impacto en la comuni-
dad científica. Los indicadores bibliométricos
constituyen una de las herramientas más utili-
zadas para la medición del producto de la
investigación científica, porque las publicacio-
nes (independientemente del tipo de soporte)
son el vehículo más prolífico y exitoso para la
transferencia del conocimiento científico, con-
juntamente con su transferencia oral por
medio de conferencias y comunicaciones
personales (Moya Anegón & Arencibia Jorge,
2008). Esta investigación aborda la colabora-
ción desde un enfoque bibliotecológico apli-
cando técnicas bibliométricas que permiten la
construcción de los datos intervinientes, el
cálculo de indicadores y su representaciones
gráficas, y el desarrollo de un análisis en
función de los rasgos característicos de la
comunicación científica y la comunidad cientí-
fica estudiada.
El Instituto de Investigaciones
Biológicas (IIB)
El IIB es un centro de investigación aboca-
do a la generación de conocimiento científico,
la innovación y el desarrollo tecnológico en
bioquímica y biología celular y molecular, por
medio de actividades de investigación, transfe-
rencia, docencia y formación de Recursos
Humanos. Este organismo se encarga de afian-
zar en la ciudad de Mar del Plata desarrollos
científicos vinculados principalmente con la
investigación biológica básica y formar recur-
sos humanos en el ámbito de la enseñanza
universitaria de grado y post-grado. Fue
creado en el año 1978 con dependencia inicial
del Rectorado de la UNMdP y luego de la
Facultad de Ciencias Exactas y Naturales
(FCEyN), funcionando como unidad sub-aca-
démica de la misma. La labor docente de este
instituto comprende la formación de jóvenes
investigadores que se encuentren realizando
tesis doctorales o cursos de posgrado, además
de dictar varias materias en el ámbito de
grado, en las Licenciaturas en Ciencias Bioló-
gicas y Ciencias Químicas e Ingeniería de
alimentos de la ya mencionada Facultad.
A partir del año 2006, desde CONICET se
promueve la creación de nuevas UE (con la
sugerencia de denominarlas institutos) que en
lo posible se conformaran como entidades de
doble dependencia junto a universidades
nacionales u organismos de ciencia y tecnolo-
gía nacionales e internacionales (Res. CONI-
CET 995). En este contexto, el 27 de
diciembre de ese año el CONICET y la
UNMDP firmaron un convenio de comple-
mentación recíproca (OCS 2201/07) para la
promoción y ejecución de tareas de investiga-
ción. En el marco de dicho convenio, el 19 de
junio de 2007 se aprobó la creación del IIB
como Unidad Ejecutora de doble dependen-
cia, UNMDP-CONICET.
Actualmente, el Instituto está conformado
por 7 grupos de investigación reconocidos por
la FCEyN: Degradación de Proteínas; Bioquí-
mica y Biología Molecular de Microorganis-
mos y Espermatozoides; Bioquímica Vegetal;
Biología Molecular; Fisiología Molecular e
Integrativa; y Fisiología del Estrés en Plantas y
Biología de Mitocondrias. Las líneas de inves-
tigación actuales corresponden a la Bioquími-
ca y Biología Molecular, la Biología Molecular
de Plantas, la Biología Celular, la Microbiolo-
gía y Microbiología Ambiental y las Molécu-
las Bioactivas, entre otros. La financiación de
sus actividades corre por cuenta de la UNMdP
y por los subsidios que reciben los investigado-
res de diversas agencias de promoción científi-
ca nacionales e internacionales mediante
proyectos y becas de investigación. Sleimen
(2015) detecta, como organismos financiado-
res de la actividad del IIB, a la propia UNMdP,
el CONICET, la CIC, la Fundación Antor-
chas, la Agencia Nacional de Promoción
Científica y Tecnológica, y la International
Foundation for Science de Suecia, principal-
mente.
Metodología
Para analizar la producción científica en
colaboración del IIB se utilizó la fuente de
datos de corriente principal Web of Science
(WoS) de Clarivate Analytics, incluyendo en la
búsqueda a todas las bases de datos. Los datos
se extrajeron del campo AD= (Dirección) que
proporciona información específica sobre los
indicadores utilizados, junto con búsquedas
complementarias que, por refinamiento y
observación manual, permitieron establecer la
selección de registros publicados dentro del
período de estudio. La ecuación ejecutada en
el motor de búsqueda fue la siguiente:
AD=(IIB OR CONICET-UNMdP OR
Inst Invest Biol OR Univ Nacl Mar Plata
OR Funes 3250 OR Univ Nac Mar del
Plata) AND AD=(Argentina OR Mar del
Plata)
En base a este proceso se obtuvo un total
de 224 artículos con 512 autores, y se estimó
un margen de error del 2% en base a los auto-
res que no fueron considerados en la produc-
ción. Para el estudio se seleccionaron indica-
dores que permitieran determinar las particu-
laridades de la colaboración científica del IIB:
Filiaciones institucional y geográfica
Índice de co-autoria (IC)
Análisis de co-firmas
(redes de colaboración)
Productividad
Una vez exportados los registros, se proce-
dió a crear una estructura de datos ad hoc en
Microsoft Excel versión 2010 para su valida-
ción y depuración, diseñada en base a los indi-
cadores planteados anteriormente. En el con-
trol de autoridades se desestimaron trabajos
no pertinentes a este estudio por su tipología
documental, particularmente libros y capítulos
de libros. Además, se identificaron artículos
pertenecientes a otras instituciones con nom-
bres similares al pertinente a esta investiga-
ción: el Instituto de Investigaciones Biotecno-
lógicas (IIB-INTECH), el Instituto de Investi-
gaciones Biomédicas de España (IIBM), el
Instituto de Biología de Brasil (IB) y el Institu-
to de Investigaciones Biológicas Clemente
Estable de Uruguay (IIBCE). Para la normali-
zación de los autores se utilizaron, principal-
mente, los datos aportados por las firmas de
los artículos y por los campos detallados en los
registros WoS; complementariamente, se
emplearon los buscadores de Google y Google
Scholar para identificar todos aquellos datos
que no pudieron ser ubicados en las fuentes
mencionadas. Por otra parte, se controlaron
los datos de las revistas fuente mediante la
base de datos Sherpa Romeo y el Master Jour-
nal List, de Clarivate Analytics.
Para el cálculo se indicadores se utilizó el
software BibExcel, desarrollado por Olle
Person (2017), en su versión 2016-02-20. Las
co-autorías se representaron mediante el Aná-
lisis de Redes Sociales (ARS), empleando el
software de representación gráfica de redes
VosViewer, versión 1.6.9. Para la interpreta-
ción de los resultados se tuvieron en considera-
ción, como parámetro de referencia, los infor-
mes de la actividad científica en universidades
españolas desarrollados por el observatorio
IUNE (2018). Éstos analizan la colaboración
internacional en instituciones públicas y priva-
das. Entre las áreas que estudian se encuentra
Ciencias de la Vida, campo disciplinar en el
cual se inscribe el IIB.
Resultados y discusión
Productividad
La distribución de la productividad mues-
tra que, del total de los 512 investigadores
presentes en la producción analizada, sólo 63
de ellos concentran el 50% de las firmas de los
artículos (633 firmas de un total de 1260.
Tabla 1).
El cálculo del índice de Lotka arrojó como
resultado una gran cantidad de autores (63%)
con un nivel de productividad bajo (IP=0),
mientras que el 33% de los investigadores se
encuentra en un nivel de productividad inter-
medio (IP<1) y sólo un 4% alcanzó un nivel de
productividad alto (IP=>1). La distribución
encontrada es la esperada según el postulado
de Lotka, tal como se observa en la Tabla 2.
En la Figura 1 pueden apreciarse con mayor
claridad los niveles de producción alcanzados.
Filiación geográfica
Casi la mitad de la producción recabada se
realiza en colaboración nacional (46,51%).
Esta situación puede observarse con mayor
claridad en la Figura 2. Los países que la suce-
den entre los más productivos son Francia
(8,84%), Estados Unidos (8,14%) y España
(5,12%). En estas filiaciones geográficas se
encuentra la concentración más alta de firmas,
mientras que el resto de los países presentes
poseen una participación que no supera el 5%.
Filiación institucional
Mediante el análisis de la filiación institu-
cional se detectó la participación de 120 insti-
tuciones. En la Tabla 3 se observa que la
frecuencia de aparición más alta corresponde a
CONICET con un total de 124 firmas, lo cual
constituye el 23,44% del universo estudiado.
La fuerte presencia de CONICET coincide
con los altos niveles de filiación nacional
descriptos en el apartado anterior. Asimismo,
Argentina nuclea la mayor cantidad de institu-
ciones participantes en la producción estudia-
da (29 instituciones) Tabla 3.
Atendiendo a la importante presencia de
CONICET en las firmas de los artículos estu-
diados, se analizaron las procedencias institu-
cionales de los investigadores del IIB, a fin de
determinar cuántos de ellos poseen filiación
CONICET, UNMdP y/u otros organismos.
La figura 4 muestra que más de la mitad de los
autores firmaron con filiación institucional
IIB-CONICET (66%). Le siguen en orden de
aparición un 28% de investigadores que firma-
ron sus trabajos sólo con filiación IIB. El resto
de las firmas detectadas (6%) pertenecen a
autores con doble y triple filiación, y corres-
ponden al INTA, al INTEMA y a la UNMdP.
Coautoría
Página
18
.
El índice de coautoría arrojó como resulta-
do un promedio de 5,62 firmas por artículo,
sobre un total de 1260 firmas. Se ha detectado
un trabajo de hasta 72 autores, aunque la con-
centración más alta de artículos (78,6%) posee
entre 3 y 7 firmas, Tabla 4.
Redes de colaboración
Colaboración entre autores: esta red se
armó considerando un umbral de representa-
ción de tres o más firmas dentro del universo
estudiado (n 3). Se detectaron ocho clusters
que concentran la mayor cantidad de firmas.
El tamaño de los nodos refleja el grado de
presencia de los autores. En este sentido, se
destacan aquellos que lideran los grupos de
investigación del IIB conformando los princi-
pales actores de la red: Lorenzo Lamattina (n
= 68), Rosana De-Castro (n = 23), Gustavo
Daleo (n = 22), Laura De-La-Canal (n = 21),
Claudia Casalongue (n = 21), Eduardo Zaba-
letta (n = 20), Adriana Andreu (n = 18), María
Gabriela Guevara (n = 16) y Andreina Cesari
(n = 14). La presencia de estos autores en los
resultados se condice con el trabajo que desa-
rrollan dentro del IIB, dado que cada uno de
ellos se encuentra, al momento de redacción
de esta tesis, dirigiendo un grupo de investiga-
ción del Instituto. Son pocos los autores por
fuera del IIB que forman parte de esta red de
colaboración. Por su grado de presencia
(número de firmas) se destacan Erika A.
Wolski (n = 6), Federico Hozbor (n = 6), Hans
Peter Braun (n = 6), Marcela Silvia Simontac-
chi (n = 6), Martín Javier Eguaras (n = 5), Jan
A. L. Van-Kan (n = 5), Matías Maggi (n = 5),
R. H. Alberio (n = 5), Daniel O. Caldiz (n = 4)
y Michael R. Blatt (n = 4), F0igura 5.
Colaboración institucional
Las particularidades de la colaboración
internacional permiten esclarecer el panorama
de investigación para adentrarse en el análisis
de la colaboración institucional; los niveles de
presencia de los distintos países participantes
en la red se reflejan en las instituciones que los
representan.
El tamaño del nodo que representa Argen-
tina en la Figura 7 se explica, principalmente,
por el importante nivel de colaboración de
instituciones nacionales con el IIB. Particular-
mente, se destaca la participación de investiga-
dores con doble filiación con CONICET.
Como se analizó anteriormente, casi la totali-
dad de los investigadores argentinos trabajan
en vinculación con este organismo, lo cual
explica la magnitud del nodo que lo represen-
ta. La concentración de firmas con filiación
nacional coincide con la importante participa-
ción de instituciones argentinas en esta colabo-
ración.
Conclusiones
La colaboración científica en el IIB coinci-
de con los niveles de internacionalización
alcanzados por otras instituciones en áreas
disciplinares similares (IUNE, 2018).
El trabajo realizado permite afirmar que
este instituto publica la mayoría de su produc-
ción en la corriente principal. En base a esto,
cabe preguntarse cuál es el su grado de presen-
cia en la denominada corriente periférica de la
ciencia. Se plantea este interrogante como un
posible disparador para la propuesta de estu-
dios a futuro que analicen la colaboración del
IIB por fuera de la corriente principal, de cara
a establecer una comparativa en este sentido.
El IIB posee un gran nivel de colaboración
con otras instituciones del interior del país. De
las 120 instituciones detectadas en el análisis
de la filiación institucional, 29 de ellas se
encuentran en Argentina (Tabla 6), siendo
éste el país con mayor presencia institucional
en la producción analizada. Los países que la
suceden entre los más productivos (Francia,
Estados Unidos y España) no superan el 9% de
producción en el universo estudiado.
Otro aspecto a destacar de este estudio son las
filiaciones institucionales simples, dobles y
triples. Más de la mitad de los autores (67%)
firmaron con una única filiación institucional.
De los autores argentinos que firmaron con
doble filiación, un 66% de las firmas corres-
ponden a IIB-CONICET. Esto lleva a pensar
que es este organismo el que impulsa a los
investigadores en el área de las Ciencias Exac-
tas a publicar en la corriente principal. La
presencia de CONICET en la colaboración
científica se ha observado en estudios realiza-
dos con características similares (Hidalgo,
2018; Miguel, de Moya-Anegón & Herre-
ro-Solana, 2006; Sleimen, 2015).
El análisis de la productividad permite
observar la concentración de firmas entre un
reducido grupo de investigadores: de un total
de 512 autores estudiados, sólo 63 de ellos
concentran el 50% de las firmas en el universo
analizado. En este sentido, el cálculo del IP
determinó que sólo un 4% de los autores
poseen un nivel de productividad alto. Cabe
preguntarse, en base a dichos resultados, cuál
es la trayectoria de estos investigadores, ya que
esto podría explicar el gran nivel de productivi-
dad que poseen en relación con el resto de los
autores.
De esta investigación se desprende un diag-
nóstico claro y preciso sobre la colaboración
científica en el área de las Ciencias Básicas, a
partir del análisis de uno de los institutos con
mayor trayectoria en la UNMdP como es el
IIB. Los aportes de este estudio podrán ser
tomados como base para decisiones institucio-
nales y de evaluación científica. La colabora-
ción científica es una perspectiva poco releva-
da en Argentina, por lo que se espera que esta
contribución ofrezca una muestra que impulse
nuevos estudios en esta dirección.
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co-autoría de artículos científicos. Revista
Española de Documentación Científica,
37(4). Recuperado de Doi: http://dx.-
doi.org/10.3989/redc.2014.4.1145
una mejor comprensión de la dinámica am-
biental que beneficie a la comunidad. Asi-
mismo, en situaciones de emergencia genera-
das por la presencia de fenómenos naturales
de intensidades extraordinarias (sismos y
huracanes), no pocas bibliotecas han llegado a
funcionar como albergues o centros de acopio.
Lo anterior conduce al uso de la tecnología
para facilitar el proceso de desarrollo. En la
dimensión tecnológica, destaca como antece-
dente la Declaración de Principios de la
Cumbre Mundial sobre la Sociedad de la
Información (CMSI), que se llevó a cabo en
Ginebra en 2003, en la que se plantean las
acciones centradas en la persona y orientadas
al desarrollo, para aprovechar las posibilidades
de las TIC. Posteriormente en 2005, en Túnez,
surge la Agenda de Túnez para la Sociedad de
la Información, en la que se aborda el tema de
la financiación de las TIC para favorecer el
desarrollo (UIT, 2005). Los Principios de la
CMSI están directamente vinculados con la
promoción de los objetivos de la Declaración
del Milenio (ONU, 2000), los cuales, a su vez,
se relacionan con los Objetivos de Desarrollo
Sostenible (ODS) de la Agenda 2030.
En estos acuerdos y objetivos internacionales
se considera que el libre acceso y el derecho a
la información son factores determinantes
para el desarrollo. También se propone elimi-
nar la desigual distribución de las TIC entre
naciones, promover el intercambio de cono-
cimientos a nivel mundial, eliminar los facto-
res que obstaculizan el acceso equitativo a la
información y con ello aminorar la brecha
digital. Dentro de los objetivos acordados a
nivel internacional, las bibliotecas se contem-
plan de manera puntual:
a) como puntos de acceso público a las TIC,
para garantizar el acceso a la información,
b) como promotoras de la preservación de
recursos documentales y del acceso libre y
equitativo a la información,
c) como apoyo para la alfabetización en el uso
de las TIC, la educación continua y de
adultos, así como la enseñanza a distancia,
Revista Prefacio, 2021, vol.5, n°7, ISSN 2591-3905
Universidad Nacional de Córdoba- Facultad de Filosofía y Humanidades. Escuela de Bibliotecología
Las bibliotecas desde la mirada del desarrollo local
d) utilizar las TIC para conectar bibliotecas
públicas,
e) proporcionar y mejorar la conectividad a las
TIC en las bibliotecas,
f) crear bibliotecas públicas digitales y
bibliotecas híbridas,
g) fomentar la cooperación mundial entre
bibliotecas,
h) aprovechar las instalaciones de las
bibliotecas para establecer centros locales de
capacitación para el uso de las nuevas tecno-
logías,
i) formular políticas para garantizar que las
bibliotecas desempeñen su función de provee-
doras de contenido, abarcando incluso los co-
nocimientos tradicionales,
j) apoyar las actividades de desarrollo y
utilización de las TIC para la conservación del
patrimonio natural y cultural en las bibliotecas,
como memoria de la humanidad,
k) digitalizar el patrimonio educativo, científico
y cultural y hacerlo accesible.
A partir de estas consideraciones, se advierte la
conjunción de aspectos de todas las dimen-
siones con la dimensión tecnológica del desa-
rrollo, lo que hace notar la importancia del
proceso complejo que emana de las interac-
ciones que se dan entre ellas. De la misma
forma, no es posible aislar a las bibliotecas y
estudiar su rol dentro de una comunidad desde
una sola perspectiva. A lo largo de este trabajo,
se ha ponderado el papel de la biblioteca pública
en el proceso de desarrollo local. No obstante,
existe un buen número de análisis desde
diversos enfoques. Se han estudiado desde la
perspectiva económica Fraser; Nelson; Mc-
Clure, 2003; Ferreira, 2010; Arroyo; Hernán-
dez; Villoldo, 2011; Villoldo; Hernández; Arro-
yo, 2011). Hampâté (1997) las estudia como
agentes de desarrollo cultural; Jaramillo (2012)
como factores del desarrollo social y Rodríguez
(2004) como factores para mejorar la calidad de
vida. No obstante, valdría la pena hacer un es-
fuerzo por analizarlas desde un enfoque más
integral, donde todas estas perspectivas se con-
junten y permitan determinar el papel de las
bibliotecas en el desarrollo de una localidad.
Introducción:
La colaboración científica ha sido uno de
los rasgos más distintivos en la evolución del
trabajo científico a lo largo de las últimas déca-
das. Se puede definir como “la interacción
entre dos o más científicos, la cual tiene lugar
dentro de un contexto social y permite com-
partir significado y completar tareas con
respecto a una meta superior mutuamente
compartida” (Sanchez, Schmidt & Obiol,
2016: 37). En este fenómeno inciden una serie
de factores vinculados fundamentalmente al
carácter de institución social que posee la cien-
cia donde su avance se vincula, en gran
medida, a las interacciones entre los actores
involucrados. En los últimos años la colabora-
ción en ciencia ha crecido notablemente, espe-
cialmente en las ciencias experimentales y
naturales. La actividad científica en colabora-
ción es vinculada con un mayor éxito en la
investigación, medido a través del prestigio de
las revistas en donde son publicados los avan-
ces, y de la cantidad de citas que reciben.
Existe una amplia bibliografía dedicada al
estudio de este fenómeno mereciendo la aten-
ción de numerosos autores (Katz & Martin,
1997; González Alcaide & Gómez Ferri, 2014;
Villanueva-Felez, Fernández-Zubieta & Palo-
mares-Montero, 2014; Aguado-López & Bece-
rril-García, 2016; Sebastián, 2004; Cummins
& Kiesler, 2005; Hara, Solomon, Kim & Son-
nenwald, 2003). A continuación se ofrece una
síntesis de las principales motivaciones que
mueven a los científicos a desarrollar su traba-
jo de manera colaborativa:
La existencia de políticas (ya sea a nivel
instColaboración institucional
Las particularidades de la colaboración
internacional permiten esclarecer el panorama
de investigación para adentrarse en el análisis
de la colaboración institucional; los niveles de
presencia de los distintos países participantes
en la red se reflejan en las instituciones que los
representan.itucional o estatal) que promue-
ven que las actividades científicas se realicen
en colaboración con otros investigadores,
grupos, organismos o países;
El deseo de los investigadores de incre-
mentar su visibilidad y prestigio en el campo
disciplinar que les compete;
La creciente demanda de ajuste y racio-
nalización de la mano de obra científica;
El cambio en las fuentes de financia-
ción;
La complejidad y el costo del equipa-
miento para investigar, lo cual lleva a los cien-
tíficos a compartir insumos;
El avance de las disciplinas científicas
en términos de especialización y profesionali-
zación, que torna necesario para el investiga-
dor adquirir más conocimientos para poder
hacer avances significativos, lo cual es factible
de lograr compartiendo conocimiento con
otros investigadores;
La formación de recursos humanos,
que lleva a los jóvenes investigadores a publi-
car trabajos con científicos que poseen una
trayectoria ya consolidada;
El surgimiento de campos de trabajo
interdisciplinarios, que impulsa a los investiga-
dores a trabajar en colaboración con otros
provenientes de diferentes ámbitos de la cien-
cia;
El interés de los científicos por alcanzar
un fin común de forma rápida y eficiente;
El reconocimiento de una comunidad
global a partir de la internacionalización de
determinadas problemáticas científicas;
La inclusión de nuevas plataformas de
comunicación virtual en línea; a partir de la
década del 2000 los autores que han trabajado
el tema comienzan a hablar de “ciberinfraes-
tructura” y plataformas eScience para la inves-
tigación en colaboración entre autores situa-
dos geográficamente en lugares remotos (Birn-
holtz, 2007).
La madurez de un campo científico se
acentúa en la medida en que los investigadores
interactúan y generan nuevos conocimientos
en conjunto. Por tal motivo, la colaboración
científica es un indicador esencial para estable-
cer el nivel de desarrollo de las áreas discipli-
nares. Asimismo, permite identificar el grado
de coordinación entre los actores participantes
en la actividad científica (Sánchez, Schmidt &
Obiol, 2016; Miguel, Chinchilla-Rodríguez,
González & Moya-Anegón, 2012).
Dentro de los sistemas de ciencia y tecno-
logía, la evaluación de los grados e intensidad
de la colaboración comienza a ser un factor
cada vez más importante de cara a establecer
la calidad de la investigación, su grado de
apertura y niveles de visibilidad (Ortoll et al.,
2014; Sanz-Casado, De-Filippo & Marugán,
2014). La colaboración científica implica un
entramado de investigadores, grupos de traba-
jo, organismos y actividades que interactúan
dinámicamente y en relación con su entorno
(disciplinar, geográfico, institucional, etcéte-
ra). En un contexto de toma de decisiones,
identificar los actores y dinámicas de colabora-
ción es fundamental para definir dónde se
encuentran las fortalezas y las debilidades de
un sistema científico.
Los trabajos que analizan la colaboración
científica brindan la posibilidad de visualizar
la red de instituciones y grupos de investigado-
res que forman parte de la actividad científica.
Katz & Martin (1997) mencionan las ventajas
del análisis de la coautoría como indicador de
la colaboración científica. Primero, al ser un
dato invariable y verificable, cualquiera puede
repetir los resultados y cerciorar su fiabilidad.
Segundo, es relativamente poco costoso y muy
práctico a la hora de analizar cuantitativamen-
te la colaboración científica. Además, el estu-
dio de la coautoría puede comprender grandes
volúmenes de datos, siendo sus resultados
mucho más significativos que los arrojados por
estudios de caso. Por último, estos trabajos
podrían incidir en la colaboración científica a
largo plazo. Es destacable la importancia de
este tipo de estudios si se tiene en cuenta que la
colaboración a nivel internacional está cam-
biando radicalmente la estratificación estruc-
tural de las ciencias (Leydesdorff, Wagner,
Park & Adams, 2013). Desde la bibliotecolo-
gía y las disciplinas que conforman el grupo
dedicado a las métricas de la información
(bibliometría, cienciometría e informetría) se
han desarrollado una serie de indicadores
específicos y técnicas de estudio abordados a
partir de la construcción de matrices de datos
como resultado del análisis de las publicacio-
nes, su uso, visibilidad e impacto en la comuni-
dad científica. Los indicadores bibliométricos
constituyen una de las herramientas más utili-
zadas para la medición del producto de la
investigación científica, porque las publicacio-
nes (independientemente del tipo de soporte)
son el vehículo más prolífico y exitoso para la
transferencia del conocimiento científico, con-
juntamente con su transferencia oral por
medio de conferencias y comunicaciones
personales (Moya Anegón & Arencibia Jorge,
2008). Esta investigación aborda la colabora-
ción desde un enfoque bibliotecológico apli-
cando técnicas bibliométricas que permiten la
construcción de los datos intervinientes, el
cálculo de indicadores y su representaciones
gráficas, y el desarrollo de un análisis en
función de los rasgos característicos de la
comunicación científica y la comunidad cientí-
fica estudiada.
El Instituto de Investigaciones
Biológicas (IIB)
El IIB es un centro de investigación aboca-
do a la generación de conocimiento científico,
la innovación y el desarrollo tecnológico en
bioquímica y biología celular y molecular, por
medio de actividades de investigación, transfe-
rencia, docencia y formación de Recursos
Humanos. Este organismo se encarga de afian-
zar en la ciudad de Mar del Plata desarrollos
científicos vinculados principalmente con la
investigación biológica básica y formar recur-
sos humanos en el ámbito de la enseñanza
universitaria de grado y post-grado. Fue
creado en el año 1978 con dependencia inicial
del Rectorado de la UNMdP y luego de la
Facultad de Ciencias Exactas y Naturales
(FCEyN), funcionando como unidad sub-aca-
démica de la misma. La labor docente de este
instituto comprende la formación de jóvenes
investigadores que se encuentren realizando
tesis doctorales o cursos de posgrado, además
de dictar varias materias en el ámbito de
grado, en las Licenciaturas en Ciencias Bioló-
gicas y Ciencias Químicas e Ingeniería de
alimentos de la ya mencionada Facultad.
A partir del año 2006, desde CONICET se
promueve la creación de nuevas UE (con la
sugerencia de denominarlas institutos) que en
lo posible se conformaran como entidades de
doble dependencia junto a universidades
nacionales u organismos de ciencia y tecnolo-
gía nacionales e internacionales (Res. CONI-
CET 995). En este contexto, el 27 de
diciembre de ese año el CONICET y la
UNMDP firmaron un convenio de comple-
mentación recíproca (OCS 2201/07) para la
promoción y ejecución de tareas de investiga-
ción. En el marco de dicho convenio, el 19 de
junio de 2007 se aprobó la creación del IIB
como Unidad Ejecutora de doble dependen-
cia, UNMDP-CONICET.
Actualmente, el Instituto está conformado
por 7 grupos de investigación reconocidos por
la FCEyN: Degradación de Proteínas; Bioquí-
mica y Biología Molecular de Microorganis-
mos y Espermatozoides; Bioquímica Vegetal;
Biología Molecular; Fisiología Molecular e
Integrativa; y Fisiología del Estrés en Plantas y
Biología de Mitocondrias. Las líneas de inves-
tigación actuales corresponden a la Bioquími-
ca y Biología Molecular, la Biología Molecular
de Plantas, la Biología Celular, la Microbiolo-
gía y Microbiología Ambiental y las Molécu-
las Bioactivas, entre otros. La financiación de
sus actividades corre por cuenta de la UNMdP
y por los subsidios que reciben los investigado-
res de diversas agencias de promoción científi-
ca nacionales e internacionales mediante
proyectos y becas de investigación. Sleimen
(2015) detecta, como organismos financiado-
res de la actividad del IIB, a la propia UNMdP,
el CONICET, la CIC, la Fundación Antor-
chas, la Agencia Nacional de Promoción
Científica y Tecnológica, y la International
Foundation for Science de Suecia, principal-
mente.
Metodología
Para analizar la producción científica en
colaboración del IIB se utilizó la fuente de
datos de corriente principal Web of Science
(WoS) de Clarivate Analytics, incluyendo en la
búsqueda a todas las bases de datos. Los datos
se extrajeron del campo AD= (Dirección) que
proporciona información específica sobre los
indicadores utilizados, junto con búsquedas
complementarias que, por refinamiento y
observación manual, permitieron establecer la
selección de registros publicados dentro del
período de estudio. La ecuación ejecutada en
el motor de búsqueda fue la siguiente:
AD=(IIB OR CONICET-UNMdP OR
Inst Invest Biol OR Univ Nacl Mar Plata
OR Funes 3250 OR Univ Nac Mar del
Plata) AND AD=(Argentina OR Mar del
Plata)
En base a este proceso se obtuvo un total
de 224 artículos con 512 autores, y se estimó
un margen de error del 2% en base a los auto-
res que no fueron considerados en la produc-
ción. Para el estudio se seleccionaron indica-
dores que permitieran determinar las particu-
laridades de la colaboración científica del IIB:
Filiaciones institucional y geográfica
Índice de co-autoria (IC)
Análisis de co-firmas
(redes de colaboración)
Productividad
Una vez exportados los registros, se proce-
dió a crear una estructura de datos ad hoc en
Microsoft Excel versión 2010 para su valida-
ción y depuración, diseñada en base a los indi-
cadores planteados anteriormente. En el con-
trol de autoridades se desestimaron trabajos
no pertinentes a este estudio por su tipología
documental, particularmente libros y capítulos
de libros. Además, se identificaron artículos
pertenecientes a otras instituciones con nom-
bres similares al pertinente a esta investiga-
ción: el Instituto de Investigaciones Biotecno-
lógicas (IIB-INTECH), el Instituto de Investi-
gaciones Biomédicas de España (IIBM), el
Instituto de Biología de Brasil (IB) y el Institu-
to de Investigaciones Biológicas Clemente
Estable de Uruguay (IIBCE). Para la normali-
zación de los autores se utilizaron, principal-
mente, los datos aportados por las firmas de
los artículos y por los campos detallados en los
registros WoS; complementariamente, se
emplearon los buscadores de Google y Google
Scholar para identificar todos aquellos datos
que no pudieron ser ubicados en las fuentes
mencionadas. Por otra parte, se controlaron
los datos de las revistas fuente mediante la
base de datos Sherpa Romeo y el Master Jour-
nal List, de Clarivate Analytics.
Para el cálculo se indicadores se utilizó el
software BibExcel, desarrollado por Olle
Person (2017), en su versión 2016-02-20. Las
co-autorías se representaron mediante el Aná-
lisis de Redes Sociales (ARS), empleando el
software de representación gráfica de redes
VosViewer, versión 1.6.9. Para la interpreta-
ción de los resultados se tuvieron en considera-
ción, como parámetro de referencia, los infor-
mes de la actividad científica en universidades
españolas desarrollados por el observatorio
IUNE (2018). Éstos analizan la colaboración
internacional en instituciones públicas y priva-
das. Entre las áreas que estudian se encuentra
Ciencias de la Vida, campo disciplinar en el
cual se inscribe el IIB.
Resultados y discusión
Productividad
La distribución de la productividad mues-
tra que, del total de los 512 investigadores
presentes en la producción analizada, sólo 63
de ellos concentran el 50% de las firmas de los
artículos (633 firmas de un total de 1260.
Tabla 1).
El cálculo del índice de Lotka arrojó como
resultado una gran cantidad de autores (63%)
con un nivel de productividad bajo (IP=0),
mientras que el 33% de los investigadores se
encuentra en un nivel de productividad inter-
medio (IP<1) y sólo un 4% alcanzó un nivel de
productividad alto (IP=>1). La distribución
encontrada es la esperada según el postulado
de Lotka, tal como se observa en la Tabla 2.
En la Figura 1 pueden apreciarse con mayor
claridad los niveles de producción alcanzados.
Filiación geográfica
Casi la mitad de la producción recabada se
realiza en colaboración nacional (46,51%).
Esta situación puede observarse con mayor
claridad en la Figura 2. Los países que la suce-
den entre los más productivos son Francia
(8,84%), Estados Unidos (8,14%) y España
(5,12%). En estas filiaciones geográficas se
encuentra la concentración más alta de firmas,
mientras que el resto de los países presentes
poseen una participación que no supera el 5%.
Filiación institucional
Mediante el análisis de la filiación institu-
cional se detectó la participación de 120 insti-
tuciones. En la Tabla 3 se observa que la
frecuencia de aparición más alta corresponde a
CONICET con un total de 124 firmas, lo cual
constituye el 23,44% del universo estudiado.
La fuerte presencia de CONICET coincide
con los altos niveles de filiación nacional
descriptos en el apartado anterior. Asimismo,
Argentina nuclea la mayor cantidad de institu-
ciones participantes en la producción estudia-
da (29 instituciones) Tabla 3.
Atendiendo a la importante presencia de
CONICET en las firmas de los artículos estu-
diados, se analizaron las procedencias institu-
cionales de los investigadores del IIB, a fin de
determinar cuántos de ellos poseen filiación
CONICET, UNMdP y/u otros organismos.
La figura 4 muestra que más de la mitad de los
autores firmaron con filiación institucional
IIB-CONICET (66%). Le siguen en orden de
aparición un 28% de investigadores que firma-
ron sus trabajos sólo con filiación IIB. El resto
de las firmas detectadas (6%) pertenecen a
autores con doble y triple filiación, y corres-
ponden al INTA, al INTEMA y a la UNMdP.
Coautoría
Página
19
El índice de coautoría arrojó como resulta-
do un promedio de 5,62 firmas por artículo,
sobre un total de 1260 firmas. Se ha detectado
un trabajo de hasta 72 autores, aunque la con-
centración más alta de artículos (78,6%) posee
entre 3 y 7 firmas, Tabla 4.
Redes de colaboración
Colaboración entre autores: esta red se
armó considerando un umbral de representa-
ción de tres o más firmas dentro del universo
estudiado (n 3). Se detectaron ocho clusters
que concentran la mayor cantidad de firmas.
El tamaño de los nodos refleja el grado de
presencia de los autores. En este sentido, se
destacan aquellos que lideran los grupos de
investigación del IIB conformando los princi-
pales actores de la red: Lorenzo Lamattina (n
= 68), Rosana De-Castro (n = 23), Gustavo
Daleo (n = 22), Laura De-La-Canal (n = 21),
Claudia Casalongue (n = 21), Eduardo Zaba-
letta (n = 20), Adriana Andreu (n = 18), María
Gabriela Guevara (n = 16) y Andreina Cesari
(n = 14). La presencia de estos autores en los
resultados se condice con el trabajo que desa-
rrollan dentro del IIB, dado que cada uno de
ellos se encuentra, al momento de redacción
de esta tesis, dirigiendo un grupo de investiga-
ción del Instituto. Son pocos los autores por
fuera del IIB que forman parte de esta red de
colaboración. Por su grado de presencia
(número de firmas) se destacan Erika A.
Wolski (n = 6), Federico Hozbor (n = 6), Hans
Peter Braun (n = 6), Marcela Silvia Simontac-
chi (n = 6), Martín Javier Eguaras (n = 5), Jan
A. L. Van-Kan (n = 5), Matías Maggi (n = 5),
R. H. Alberio (n = 5), Daniel O. Caldiz (n = 4)
y Michael R. Blatt (n = 4), F0igura 5.
Colaboración institucional
Las particularidades de la colaboración
internacional permiten esclarecer el panorama
de investigación para adentrarse en el análisis
de la colaboración institucional; los niveles de
presencia de los distintos países participantes
en la red se reflejan en las instituciones que los
representan.
El tamaño del nodo que representa Argen-
tina en la Figura 7 se explica, principalmente,
por el importante nivel de colaboración de
instituciones nacionales con el IIB. Particular-
mente, se destaca la participación de investiga-
dores con doble filiación con CONICET.
Como se analizó anteriormente, casi la totali-
dad de los investigadores argentinos trabajan
en vinculación con este organismo, lo cual
explica la magnitud del nodo que lo represen-
ta. La concentración de firmas con filiación
nacional coincide con la importante participa-
ción de instituciones argentinas en esta colabo-
ración.
Conclusiones
La colaboración científica en el IIB coinci-
de con los niveles de internacionalización
alcanzados por otras instituciones en áreas
disciplinares similares (IUNE, 2018).
El trabajo realizado permite afirmar que
este instituto publica la mayoría de su produc-
ción en la corriente principal. En base a esto,
cabe preguntarse cuál es el su grado de presen-
cia en la denominada corriente periférica de la
ciencia. Se plantea este interrogante como un
posible disparador para la propuesta de estu-
dios a futuro que analicen la colaboración del
IIB por fuera de la corriente principal, de cara
a establecer una comparativa en este sentido.
El IIB posee un gran nivel de colaboración
con otras instituciones del interior del país. De
las 120 instituciones detectadas en el análisis
de la filiación institucional, 29 de ellas se
encuentran en Argentina (Tabla 6), siendo
éste el país con mayor presencia institucional
en la producción analizada. Los países que la
suceden entre los más productivos (Francia,
Estados Unidos y España) no superan el 9% de
producción en el universo estudiado.
Otro aspecto a destacar de este estudio son las
filiaciones institucionales simples, dobles y
triples. Más de la mitad de los autores (67%)
firmaron con una única filiación institucional.
De los autores argentinos que firmaron con
doble filiación, un 66% de las firmas corres-
ponden a IIB-CONICET. Esto lleva a pensar
que es este organismo el que impulsa a los
investigadores en el área de las Ciencias Exac-
tas a publicar en la corriente principal. La
presencia de CONICET en la colaboración
científica se ha observado en estudios realiza-
dos con características similares (Hidalgo,
2018; Miguel, de Moya-Anegón & Herre-
ro-Solana, 2006; Sleimen, 2015).
El análisis de la productividad permite
observar la concentración de firmas entre un
reducido grupo de investigadores: de un total
de 512 autores estudiados, sólo 63 de ellos
concentran el 50% de las firmas en el universo
analizado. En este sentido, el cálculo del IP
determinó que sólo un 4% de los autores
poseen un nivel de productividad alto. Cabe
preguntarse, en base a dichos resultados, cuál
es la trayectoria de estos investigadores, ya que
esto podría explicar el gran nivel de productivi-
dad que poseen en relación con el resto de los
autores.
De esta investigación se desprende un diag-
nóstico claro y preciso sobre la colaboración
científica en el área de las Ciencias Básicas, a
partir del análisis de uno de los institutos con
mayor trayectoria en la UNMdP como es el
IIB. Los aportes de este estudio podrán ser
tomados como base para decisiones institucio-
nales y de evaluación científica. La colabora-
ción científica es una perspectiva poco releva-
da en Argentina, por lo que se espera que esta
contribución ofrezca una muestra que impulse
nuevos estudios en esta dirección.
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Las bibliotecas desde la mirada del desarrollo local
Agradecimientos
A Israel Morales Becerra por la lectura atenta
de este texto y sus comentarios para mejorarlo.
Al Instituto de Investigaciones Bibliotecológi-
cas y de la Información de la Universidad
Nacional Autónoma de México por las facili-
dades y atenciones brindadas y a la biblioteca
del mismo por brindar acceso a la bibliografía.
Al CONACyT por la beca otorgada para la
realización el Doctorado en Ciencias en Desa-
rrollo Regional y Tecnológico en el Tecno-
lógico Nacional de México campus Oaxaca.
Referencias
Conclusiones
En los esfuerzos para mejorar el desarrollo de
una localidad y la calidad de vida de sus
habitantes, las bibliotecas pueden posicionarse
como factores que inciden en el proceso, el
cual se planea y proyecta para aprovechar
mejor los recursos disponibles en el entorno
tomando como base las necesidades y proble-
mas en la comunidad. Durante todo el proceso
se requieren conocimientos e información.
Brindar el acceso, difundirlos y conservarlos es
labor de las bibliotecas. Esto permite a su vez
que ambos (la información y su transformación
en conocimiento), se extiendan y deriven en el
fortalecimiento de la identidad colectiva, el
sentido de pertenencia, la integración social, el
ejercicio de la ciudadanía, la participación so-
cial, la generación de iniciativas económicas,
una mayor y mejor comprensión de la dinámi-
ca ambiental en la comunidad, el aprovecha-
miento de las tecnologías para el intercambio
de información, entre otros beneficios.
El conocimiento avanza y se transforma a
partir de la información. Como producto de
esa transformación emergen avances en la
ciencia y la tecnología con los que se persigue
mejorar las condiciones de vida de los indi-
viduos. De la introducción de avances cientí-
ficos surge información que origina modifica-
ciones en las agendas públicas del desarrollo,
las cuales demandan nueva información sobre
el entorno y el ciclo vuelve a iniciar.
Desde la perspectiva del desarrollo local, la
incidencia de las bibliotecas en la sociedad se
manifiesta en el plano social, cultural, político,
económico, ambiental y tecnológico, los cuales
forman parte de un todo que debe ser analiza-
do de forma integral para reunir la información
necesaria que permita conocer las particu-
laridades de un territorio y las necesidades de
los actores que lo conforman para actuar en
consecuencia.
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