COMUNICACIÓN
Análisis de la evolución del clima y los pastizales naturales en el noroeste de la provincia de Chubut, Argentina, durante el período 2000-2014: identificación de variables asociadas a la disminución de las existencias ganaderas en la región
García Martínez, G.C.; G. Ciari, J. Gaitan, C. Caruso, N. Nagahama, W. Opazo, V. Nakamatsu, C. Lloyd, C. Cotut, G. Irisarri y J. Escobar
G.C. García martínez, G. Ciari, C. Caruso, W. Opazo, C. Lloyd y C. Cotut: INTA EEA Esquel, Chacabuco 513, Esquel, Chubut, Argentina. J. Gaitan: Instituto de Suelos INTA Castelar, Instituto de Suelos. N. Nagahama: CONICET, INTA EEA Esquel. V. Nakamatsu, J. Escobar: INTA EEA Chubut. G. Irisarri: Laboratorio de Análisis Regional y Teledetección (LART), C. Forrajicultura, IFEVA, Facultad de Agronomía, Universidad de Buenos Aires-CONICET. Correspondencia a: garcia.guillermo@inta.gob.ar
RESUMEN
Una elevada proporción del territorio argentino corresponde a tierras secas y una tercera parte de éstas se hallan en la Patagonia. Esta región históricamente ha sufrido procesos de deterioro del pastizal. Generalmente, la degradación es atribuida al uso ganadero; sin embargo, el efecto del clima sobre estos sistemas ha sido poco analizado. El objetivo de este trabajo fue analizar la evolución del clima y de los pastizales naturales, a través de la identificación de variables que permitan comprender los posibles cambios en las existencias ganaderas para el noroeste de la provincia de Chubut, en el período 2000-2014. Para ello se analizaron diferentes tipos de datos: climáticos, índice verde normalizado (NDVI), lecturas de monitores MARAS y existencias ganaderas. Los resultados indican incrementos de temperatura y tendencias negativas de la productividad y estructura del pastizal. Asimismo se observó una disminución de las existencias ganaderas. El incremento de las temperaturas podría estar relacionado con balances hídricos desfavorables, los cuales, combinados con el sobrepastoreo, pueden ser factores claves en los procesos de deterioro del pastizal. Resulta fundamental continuar con el monitoreo de las diferentes variables que caracterizan a estos sistemas y diseñar estrategias que permitan mitigar los procesos descriptos.
Palabras clave: Ganadería; Imágenes satelitales; Monitores ambientales (MARAS); Patagonia
Analysis of the evolution of climate and natural grasslands in northwest Chubut province, Argentina, between 2000 and 2014: identification of variables associated with livestock decrease in the region
SUMMARY
Most of Argentina territory is classified as dry lands, one third of them is located in Patagonia. The grasslands in this region have been historically affected by deterioration. This degradation has been associated to excessive grazing. However, little attention has been paid to the effect of climate on these systems. The aim of this work was to examine the evolution of climate and grasslands in NW Chubut between 2000-2014, identifying variables that allow a better understanding of the causes of changes in livestock numbers. Different types of data have been analysed: weather statistics, normalized difference vegetation index (NDVI), information from MARAS monitors and livestock numbers. Results show a temperature increase and negative trends of grasslands productivity and structure during the period. Additionally, a decline in the livestock numbers was observed. Rising temperatures could negatively affect hydric balance which, along with overgrazing, could be key factors affecting grassland deterioration. It is of fundamental importance to keep monitoring these variables and to devise mitigation strategies against the processes described.
Key words: Animal husbandry; Remote sensing; Ambiental monitors (MARAS); Patagonia.
Fecha de recepción: 29/07/2016;
fecha de aceptación: 31/03/2017
INTRODUCCIÓN
Las tierras secas (zonas áridas, semiáridas y
subhúmedas-secas) cubren aproximadamente el
41% de la superficie del planeta Tierra y allí reside
más del 38% de la población mundial. Debido a las
restricciones climáticas, sólo el 25% de las tierras
secas del mundo están dedicadas a la agricultura;
sin embargo, son de vital importancia para la
ganadería, ya que el 65% son utilizadas para el
pastoreo de ganado doméstico sobre la vegetación
natural (Millennium Ecosystem Assessment, 2005).
En la Argentina aproximadamente el 75% del
territorio corresponde a tierras secas; de ellas, una
tercera parte se hallan en la región patagónica. La
principal actividad agropecuaria en la Patagonia
es la ganadería extensiva, donde los pastizales
naturales son utilizados como fuente de forraje
para el ganado doméstico (Golluscio et al.,
1998), por lo que su estado y tendencia resulta fundamental en términos de sustentabilidad y
desarrollo. Históricamente, los pastizales naturales
en gran parte de la Patagonia han sufrido
procesos de deterioro (Escobar, 1997; Perelman et al., 1997; Bertiller et al., 2002; Golluscio et al.,
2009), con graves implicancias en la producción
secundaria. Dichos cambios han sido atribuidos
principalmente al uso ganadero (Soriano, 1956a;
Ares et al., 1990; Perelman et al., 1997; Oñatibia & Aguiar, 2016). Sin embargo, el efecto climático ha
sido escasamente considerado en estos análisis.
Una de las razones es la falta de monitoreo de
las condiciones meteorológicas y el estado de
la vegetación, de forma continua y extendida en
grandes superficies. Es posible que muchos de los
cambios observados en estos sistemas ocurran
en respuesta a actividades humanas y también a
cambios en las variables ambientales (Brown et al.,
1997).
En los últimos años se han desarrollado metodologías para el monitoreo de tierras basadas
en el uso de índices de vegetación, derivados
de sensores remotos, como estimadores de
atributos estructurales y funcionales de los
ecosistemas. Entre estos índices, el índice verde
normalizado (NDVI) (Tucker, 1979) es uno de los
más ampliamente utilizados, dado que en diversos
estudios se han encontrado relaciones significativas
entre este índice y aspectos claves de la estructura
y funcionalidad de los ecosistemas, como la
biomasa (Tucker et al., 1985), el índice de área
foliar (Turner et al., 1999), la productividad primaria
neta aérea (Paruelo et al., 1997) y la cobertura
vegetal (Gaitán et al., 2013). El uso de este tipo
de información permitió determinar la existencia,
en los últimos años, de signos de deterioro en la
vegetación en diferentes zonas del hemisferio sur
(Zhao & Running, 2010) e inclusive de la Patagonia
(Gaitán et al., 2015). Varios estudios han mostrado
que la integral del NDVI (NDVI-I) es un buen
indicador de la productividad primaria neta aérea
(PPNA) en los pastizales naturales de regionesáridas y semiáridas (Paruelo et al., 1997; Jobbágy et al., 2002).
En la última década se han instalado en la
Patagonia 350 sitios de monitoreo a largo plazo
del suelo y la vegetación, denominados Monitores
Ambientales para Regiones Áridas y Semiáridas
(MARAS) (Oliva et al., 2009; Oliva et al., 2011).
Estos monitores permiten evaluar la evolución del
pastizal a través de variables biofísicas como la
cobertura del suelo, la estructura de parches y la
estabilidad/función de los interparches, con una
frecuencia de relectura de 5 años. Recientemente,
en el noroeste de la provincia de Chubut, se han
realizado las primeras relecturas de MARAS luego
de su instalación inicial en el año 2008. Diversos
trabajos han descripto la pérdida de receptividad
ganadera en los pastizales patagónicos y la
consecuente caída de la carga animal a lo largo
del siglo pasado (Escobar, 1997; Golluscio et al.,
1998); sin embargo, los análisis para períodos
más recientes son escasos. La combinación
de diferentes fuentes de información sobre la
evolución del clima, los pastizales y las existencias
ganaderas resulta importante para comprender a
los sistemas de una manera integral que considere
gran parte de la complejidad que abarcan.
El presente trabajo tiene por objetivo analizar
conjuntamente la evolución del clima y de los
pastizales naturales, identificando variables que
permitan comprender mejor los posibles cambios
en las existencias ganaderas para el noroeste de
la provincia de Chubut, en el período 2000-2014.
MATERIALES Y METODOS
Área de estudio
El área de estudio abarca parte de los distritos
Patagónico Subandino, Patagónico Occidental y
Patagónico Central de la Provincia Fitogeográfica
Patagónica (Soriano, 1956b). El clima es templado
a templado frío, con vientos dominantes del oeste.
Las precipitaciones poseen un régimen estacional,
concentrándose entre otoño e invierno (Paruelo et al., 1998a; Paruelo et al., 1998b). El relieve, la
circulación general de la atmósfera y la influencia
de la masa polar marítima del océano Pacífico
determinan un fuerte gradiente de precipitaciones
oeste-este (Barros et al., 1979). Esta condición
determina, a su vez, un gradiente de tipos de
vegetación desde bosques hasta semidesiertos,
atravesando la estepa graminosa, arbustivagraminosa y arbustiva (Soriano, 1956b). Los
detritos glaciales y los materiales volcánicos son
los materiales parentales más importantes de los
suelos patagónicos. En las porciones occidentales
más húmedas y frías pueden desarrollarse suelos
mólicos; hacia el este y con el aumento de la
aridez, los suelos de los órdenes Aridisol y Entisol
dominan el paisaje. Éstos suelen presentar una
gruesa capa calcárea cementada entre los 40 y 50
cm de profundidad (Del Valle, 1998).
El área de estudio abarca cuatro departamentos
del NO de Chubut: Cushamen, Futaleufú,
Languiñeo y Tehuelches (Figura 1). Entre los
cuatro suman el 49,68% de los establecimientos
ganaderos de la provincia y cuentan con el 29% de
las existencias ovinas, el 67% de las bovinas y 57%
de las caprinas. A su vez, el stock ganadero ovino
representa el 9% del total nacional. Por otro lado,
el 2% de la población vive en forma directa de la
producción agropecuaria y otro tanto de servicios
relacionados. El sector ganadero ovino en Chubut
sostiene alrededor de 3500 establecimientos sin
tener en cuenta los valles bajo riego. Si bien la
actividad no representa una proporción elevada del
total de la actividad económica provincial, posee
gran implicancia geopolítica, por su presencia
en todo el territorio, con especial énfasis en los
pueblos del interior de la provincia, donde genera
impactos sociales importantes (Iglesias, 2013).
Figura 1: Ubicación de los cuatro departamentos, estaciones meteorológicas y MARAS considerados. Se indica el número o letra
correspondiente a la identificación de las estaciones meteorológicas o MARAS respectivamente, en coincidencia con las tablas 1 y 2.
Datos elaborados para la presente edición.
Variables analizadas
Para realizar este trabajo se analizaron cuatro grupos de variables diferentes: climáticas, NDVI, monitores de vegetación MARAS y existencias ganaderas. Dada la diferente escala espacial y temporal entre cada una de las variables, y con el objetivo de evitar la pérdida de información valiosa, se definieron algunos criterios al momento de los análisis. En lo temporal se decidió analizar la ventana de tiempo más amplia de cada variable en el período 2000-2014. Si bien para algunas variables no se disponía de la información de todos los años entre el 2000 y el 2014, se utilizó la mayor cantidad de datos disponibles en dicho período. En lo espacial, para cada variable se realizaron análisis de cada una de las unidades mínimas (estación meteorológica, MARA, pixel) y posteriormente se integró la información regionalmente obteniendo tasas de cambio relativas promedio para el área de estudio o porcentaje de unidades (estación meteorológica, MARA, pixel) que mostraron tendencias positivas, negativas o neutras.
Climáticas
Las variables climáticas evaluadas fueron:
precipitación anual (pp) y temperatura media anual
(tma) de 13 estaciones meteorológicas distribuidas
en el área de estudio. De las 13 estaciones, 7
disponían de datos de precipitación y temperatura,
5 solo precipitación y 1 solo temperatura. Se evaluó la tendencia de estas variables entre los años 2000
y 2014.
NDVI-I de la serie 2000-2014 a partir de datos
de MODIS
Se analizó la tendencia de la integral anual
del índice NDVI (NDVI-I) del sensor MODIS
(producto MOD13Q1) para el período 2000-2014. La metodología de procesamiento de las
imágenes satelitales ha sido descripta por Gaitán et al. (2015): para cada pixel se obtuvo NDVI-I
de las 14 temporadas comprendidas entre 2000-2001 y 2013-2014, considerando la temporada
de crecimiento entre el 1 de julio del año n y el
30 de junio del año n+1. El período considerado
para obtener la NDVI-I está vinculado a la fuerte
estacionalidad del crecimiento de la vegetación
en la región determinado por la dinámica de
precipitación y temperatura (Fabricante et al.,
2009; Gaitan et al., 2015). Posteriormente se
realizaron regresiones entre el tiempo (temporadas
de crecimiento) y la NDVI-I para cada pixel, y se
construyeron mapas de tendencias.
MARAS
En los sectores áridos y semiáridos de la región
el cambio en la estructura de la vegetación se
analizó entre los años 2008 y 2014 a través de 22
monitores MARAS (Oliva et al., 2009; Oliva et al.,
2011; Gaitán et al., 2013), ubicados en campos de
productores a partir de los cuales se analizaron
indicadores de vegetación tales como tamaño de los parches de vegetación (TP) y los porcentajes
de: cobertura vegetal (CV), cobertura forrajera
(CF), muerto en pie (MP) y mantillo (M). El tamaño
de parches (TP) es un indicador de estructura del
paisaje capaz de detectar cambios de corto plazo,
al igual que los demás indicadores de atributos de la
vegetación como cobertura vegetal (CV), cobertura
forrajera (CF), muerto en pie (MP) y mantillo (M)
(Oliva et al., 2009; Oliva et al., 2011). Para la
instalación de los monitores MARAS se colocaron
y demarcaron con estacas fjas tres transectas de
50 m de longitud. Cada MARAS fue releída dos
veces con un intervalo de 5 años y respetando la
ubicación exacta de las transectas. En dos de las
transectas se realizaron mediciones de cobertura
vegetal a través del método de intercepción de
puntos (Muller-Dombois & Ellenberg, 1974). En
cada una de esas transectas se registró el tipo de
intercepción cada 20 cm con el objetivo de obtener
información de cobertura vegetal (CV), cobertura
forrajera (CF), muerto en pie (MP) y mantillo (M). En
la tercera transecta se midió el tamaño de parches
de vegetación (TP), entre otras variables.
Para evaluar el porcentaje de cambio anual
de estos indicadores estructurales se aplicó la
siguiente fórmula:
Existencias ganaderas
Las existencias ganaderas se obtuvieron a
partir de la información provista por la Dirección
General de Estadísticas y Censos con los datos
de la “Encuesta ganadera anual provincial”. Cabe
aclarar que no se dispone de datos para todos los
años de la serie. Debido a que el 2005 es el primer
año posterior al 2000 del cual se poseen datos, se
analizó el período 2005-2013. Se transformaron
los datos de cada especie animal a unidades
ganaderas ovinas según el siguiente criterio: 1
ovino = 1 UGO (Unidad Ganadera Ovina); 1 bovino
= 6,3 UGO; 1 equino = 7,5 UGO; 1 caprino = 1
UGO (Escobar, 1997). Se realizó la sumatoria de
UGO de todas las especies animales consideradas
en el censo de los cuatro departamentos de la que
se obtuvo un único valor por temporada.
Análisis de datos
Las tendencias de las variables climáticas, NDVI-I y existencias ganaderas fueron analizadas mediante regresión lineal, donde se consideraron como variables dependientes la PP, TMA, UGOs y NDVI-I y como variable independiente, los años. La pendiente de dicha relación es un descriptor de la velocidad de cambio anual. Para las variables climáticas y de existencias ganaderas, se evaluó la significancia de la regresión observando los límites de confianza de la distribución de datos. Para el NDVI-I, en cambio, a partir del signo de la pendiente y de la significancia estadística del coeficiente de regresión se clasificaron las tendencias de los pixeles en tres grupos: píxeles con tendencia significativa negativa (coeficiente de correlación < -0,53), tendencia significativa positiva (coeficiente de correlación > 0,53) y sin tendencia significativa (coeficiente de correlación entre -0,53 y 0,53) para el período 2000 a 2014 y para los cuatro departamentos del NO de Chubut (Gaitán et al., 2015). Los límites se establecieron según los valores críticos del coeficiente de correlación de Pearson para el nivel de significancia de 0,05 y 14 estaciones de crecimiento (12 GL). A su vez, se calcularon las tasas de disminución o aumento del NDVI-I, lo cual indicaría diferentes velocidades de ocurrencia de procesos de deterioro (tasas más negativas) o recuperación (tasas más positivas). Para ello se calculó la pendiente de la regresión entre los años y NDVI-I y se expresó como porcentaje del valor inicial de la serie (temporada de crecimiento 2000-2001).
Análisis complementarios
Tanto para el clima como para la carga ganadera contamos con datos previos al año 2000. Del total de estaciones meteorológicas, nueve disponen de datos desde 1960, una desde 1964 y una desde 1973. En el caso de la carga se dispone de 16 años de datos desde 1937. Se analizó la tendencia de estas variables para el período comprendido entre el inicio de cada una de estas series y el año 2014. La inclusión de un período más prolongado, aunque solo sea para algunas variables (clima y existencias ganaderas), permitió interpretar de forma más adecuada lo que ocurrió en el período más reciente (2000-2014). Del mismo modo permitió comprender mejor en qué medida los cambios observados entre el 2000 y el 2014 son parte de una tendencia histórica o producto de un patrón más reciente.
RESULTADOS Y DISCUSIÓN
El presente trabajo permitió abordar de una manera más integral la problemática del deterioro de los pastizales en el noroeste del Chubut. Se presentaron datos sobre las tendencias observadas para diferentes grupos de variables como el clima, la NDVI-I, los monitores de vegetación MARAS y las existencias ganaderas. Dada la diversidad de variables y de las escalas temporales y espaciales de cada una de ellas, solo es posible realizar un diagnóstico inicial y es necesario ser prudentes en la interpretación de los resultados. Asimismo, en futuros trabajos sería enriquecedor indagar sobre los vínculos entre las variables analizadas y otras posibles variables a considerar.
Tendencia climática
Entre el año 2000 y 2014 la mayor parte de las estaciones no mostraron tendencias significativas en cuanto a las precipitaciones. Se observó una estación con tendencia significativa positiva y una negativa (Tabla 1). En lo que respecta a la temperatura se observan incrementos significativos en seis de las ocho estaciones analizadas. Dichos incrementos tuvieron un rango entre 0,65 y 1,87% anual respecto al valor medio de TMA del sitio (tabla 1).
Tabla 1: Identificación (correspondencia con Figura 1), ubicación (departamento al que pertenecen y latitud/longitud), año de inicio de
la serie, valores promedio de precipitaciones anuales (pp) y temperatura media anual (tma) con su coeficiente de variación indicado
entre paréntesis y el porcentaje de cambio anual de ambas variables para cada estación meteorológica. Se indica con un * aquellas
estaciones meteorológicas que muestran tendencias significativas en el período considerado. El porcentaje de cambio anual se obtuvo
expresando el valor de la pendiente del análisis de tendencia como porcentaje del valor promedio de la variable (pp o tma). Se muestra
el período histórico y el período 2000-2014. Datos elaborados para la presente edición.
Aun cuando no existan cambios en las precipitaciones totales, es posible que un incremento en la temperatura, como el observado en el 75% de las estaciones evaluadas, genere incrementos en la evapotranspiración y, como consecuencia, el balance hídrico sea menos favorable, incrementando el estrés hídrico en algunos momentos del año. En el contexto del cambio climático existen evidencias que indican que incrementos en las temperaturas pueden generar, en algunos sistemas, un efecto de sequía con consecuencias negativas sobre la productividad (Zhao & Running, 2010).
Tendencia del NDVI-I de la serie 2000-2014 a partir de datos de MODIS
En los departamentos Cushamen, Languiñeo y Tehuelches la mayoría de los píxeles mostró tendencias negativas de la NDVI-I, mientras que en el departamento Futaleufú la mayor parte mostró tendencias neutras, aunque con un valor elevado de píxeles con tendencias negativas. Asimismo, la ocurrencia de píxeles con tendencias positivas en todos los departamentos, fue muy pequeña y no mayor al 5% (Figura 2). Al promediar el valor de la pendiente de la regresión entre los años y NDVI-I, expresada como porcentaje del valor inicial de la serie, de todos los pixeles de cada departamento se observaron tendencias decrecientes de 0,37; 0,65; 0,76 y 0,85% anual para los departamentos Futaleufú, Tehuelches, Cushamen y Languiñeo, respectivamente. Si consideramos los cuatro departamentos juntos los píxeles con tendencias negativas de la NDVI-I resultaron el 53,3%, aquellos con tendencias neutras el 44,2% y aquellos con tendencias positivas, el 2,5%. Esto debe representar una clara señal de alarma para aquellas personas involucradas en la toma de decisiones. Si bien es común la asociación entre precipitación y productividad tanto en el tiempo como en el espacio (Sala et al., 1988; 2012), en este trabajo no se puede argumentar que los cambios observados en el NDVI-I se deban solo a cambios en las precipitaciones. Por el contrario, de las variables climáticas analizadas en las diferentes estaciones meteorológicas, fue la temperatura, y no la precipitación, la que presentó tendencias que podrían explicar las tendencias observadas en la NDVI-I.
Figura 2: Tendencias de la NDVI-I para el área de estudio en el
período 2000-2014. Se muestra además el porcentaje de píxeles
con tendencias negativas (rojo), positivas (verde) o neutras (gris)
de acuerdo al criterio mencionado en los materiales y métodos.
En líneas negras se muestra el límite de los departamentos
Cushamen, Futaleufú, Languiñeo y Tehuelches. En azul se indica
la ubicación de espejos de agua. Datos elaborados para la
presente edición.
La mayor parte de los píxeles con tendencias negativas se concentraron en el centro-este de la región de estudio, dominando las tendencias neutras hacia el oeste (Figura 2). La concentración de píxeles con tendencias negativas en el centro-este del área pareciera indicar un patrón oeste-este asociado al gradiente de precipitación existente en la región. A futuro sería importante indagar con mayor precisión este patrón y relacionar los cambios con otras variables ambientales.
MARAS
Para el conjunto de las 22 MARAS evaluadas, el tamaño de parches disminuyó en 15 de los casos evaluados (68%); la cobertura vegetal disminuyó en 17 (77%) y la cobertura forrajera disminuyó en 19 (86%). A su vez, MP aumentó en 15 de los casos (68%) y M, en 11 (50%) (Tabla 2). Si analizamos los valores promedios de porcentaje de cambio anual de todas las MARAS para cada variable, en cobertura vegetal, cobertura forrajera y muerto en pie se observaron los mayores niveles de cambio anual, con valores de -4,7, -5,6 y 10,8% respectivamente.
Tabla 2: Identificación (correspondencia con Figura 1), ubicación (departamento al que pertenecen y latitud/longitud) y porcentaje de
cambio anual (%/año) de indicadores de estado de la vegetación, tamaño de parche (TP), cobertura vegetal (CV), cobertura forrajera
(CF), muerto en pie (MP) y mantillo (M). Los valores en la tabla indican la diferencia porcentual entre la primera y la segunda medición
dividido por el número de años transcurridos entre ambas mediciones (fórmula 1).
Las plantas de estepa están adaptadas a estos ambientes secos con grandes variaciones climáticas interanuales y son capaces de permanecer latentes y rebrotar en años con condiciones favorables. Sin embargo, la sequía altera la disponibilidad de forraje habitual del campo y puede agravar las consecuencias de un pastoreo inadecuado en cuanto a momento, frecuencia e intensidad, pudiendo llegar a agotar las reservas de algunas plantas, provocando su muerte (Teague et al., 2013). El incremento mencionado en la cobertura de muerto en pie podría estar indicando una mortandad muy alta que puede llevar a los pastizales a una condición umbral de muy difícil retorno.
Tendencias de las existencias ganaderas
En el período 2005-2013 la tendencia de las
existencias ganaderas en el total de los cuatro
departamentos analizados fue signifcativamente
(p<0,05) negativa. Asimismo la tasa de disminución
de animales fue de 66.024 UGOs al año, lo cual
representa una disminución de 3% anual referido
al valor inicial de la serie.
Si bien no es posible realizar inferencias respecto
a la heterogeneidad espacial de la tendencia
observada en las existencias ganaderas dentro
del área de estudio, su magnitud debe representar
una luz de alarma para la región. La disminución
del stock ganadero coincide con la caída anual de
la NDVI-I, que entre 2000 y 2014 mantuvo una tasa
negativa de 0,66% anual. Esta caída en el NDVI-I
posiblemente esté vinculada a disminuciones en
la cantidad y calidad forrajera disponible para
los animales, lo cual está fuertemente asociado al
desempeño reproductivo de los animales (Texeira et al., 2012). En este sentido la disminución de las
existencias ganaderas puede ser explicada por un
ajuste decidido por los productores o bien debido
a que las tasas reproductivas de las majadas
y rodeos no son suficientes para mantener el
stock en la región, provocando su disminución
progresiva (Golluscio et al., 1998). Es posible que
la conjunción de ambas razones esté explicando
lo observado, por lo que estos resultados deben
ser tenidos en cuenta al momento de fijar objetivos
ganaderos tanto a escala predial como regional.
Período histórico. Clima y existencias ganaderas
Si se considera el análisis histórico (1960-2014), en tres de las estaciones meteorológicas analizadas se observaron tendencias significativas en las precipitaciones. En dos estaciones se observaron tendencias positivas y sólo en una estación se observó una tendencia negativa. A partir del análisis de datos históricos de temperatura (1960-2014), sólo un caso muestra tendencia significativa, la cual fue positiva (Tabla 1). Estos resultados contrastan con el elevado porcentaje de estaciones meteorológicas (75%) que mostraron incrementos de temperaturas en el período 2000-2014.
Figura 3: Existencias ganaderas por año para la suma de los cuatro departamentos del NO de Chubut considerados en este trabajo
expresado en unidades ganaderas ovinas (UGO). Se muestran regresiones correspondientes a los períodos 1937-2013 y 2005-2013.
En lo que respecta a las existencias ganaderas, las tendencias fueron significativamente (p<0,05) negativas para el período histórico (1937-2013). La tasa de disminución de animales fue de 13.860 UGOs al año para el período 1937-2013, lo cual representa una disminución de 0,45% anual referido al valor inicial de la serie. Considerando los resultados mencionados en los párrafos anteriores es posible especular que el sistema ganadero sufre un proceso de deterioro histórico que en este trabajo queda registrado en la disminución de las existencias y de acuerdo a otros trabajos posee un correlato en el deterioro de los pastizales (Escobar, 1997; Perelman et al., 1997; Golluscio et al., 1998). Asimismo, se puede decir que el proceso se agravó en los últimos años con caídas más abruptas en el stock ganadero, lo cual coincide con incrementos en las temperaturas, deterioro de la estructura del pastizal y disminución de la productividad.
CONCLUSIONES
Los resultados de este trabajo permitieron
realizar un diagnóstico de la evolución del clima,
el pastizal y las existencias ganaderas en una
amplia zona de Chubut para el período 2000-2014. En términos generales en el período
mencionado se observan cambios en algunas
variables climáticas, principalmente incrementos de temperatura, y tendencias negativas en lo que
hace a la productividad y estructura del pastizal, lo
cual podría ser responsable de la disminución del
stock ganadero.
A partir de este trabajo surgen posibles líneas
de investigación en lo referido al vínculo entre
las variables analizadas y otras que se pudieran
incorporar al análisis. Sería importante indagar
en qué medida los cambios en temperatura
pudieran tener un efecto en el balance hídrico, o
si a pesar de no existir tendencias claras en las
precipitaciones se observan o no cambios en
su estacionalidad. Del mismo modo resultaría
importante generar un sistema de monitoreo de
la estructura y funcionamiento de la vegetación
similar a los monitores MARAS para áreas de
bosque y mallines.
Según informes de panoramas climáticos
futuros como el desarrollado por Fundación Di Tella
(2006), tendencias climáticas como las observadas
en este trabajo se prolongarán en el tiempo,
por lo que sería esperable que se profundicen
los procesos de degradación. En los últimos
años y con el fin de desacelerar las pérdidas de
stock ganadero se difundió la suplementación
estratégica, la implantación de pasturas, el
mejoramiento de mallines, los ajustes de carga
mediante evaluaciones forrajeras, la diversificación
productiva y el monitoreo satelital de los recursos.
Los resultados mostrados en este trabajo ponen en
relieve la complejidad y fragilidad de los pastizales,
y la gran importancia de realizar un uso sustentable
basados en la planificación continua, información
objetiva y considerando los diferentes elementos de su estructura y funcionamiento. Dichos criterios
deben ser considerados no solo a escala predial
sino también a escala regional.
AGRADECIMIENTOS
Los autores agradecen a la Subsecretaría de Recursos Hídricos de la Nación por la información climática disponible en su sitio web y al Ministerio de la Producción de la provincia del Chubut por la información de existencias ganaderas. A los productores ganaderos que permitieron instalar monitores MARAS en sus establecimientos y/o brindaron información meteorológica incorporada en este trabajo.
Anexo 1: Número de animales por año de cada especie para
la suma de los cuatro departamentos del NO de Chubut
considerados en este trabajo.
BIBLIOGRAFÍA
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