Henry Hyndman y la evolución de su pensamiento
con respecto a la India (1877-1919) *
[Henry Hyndman and the evolution of his thought
with regard to India (1877-1919)]
Emiliano Giorgis
(Universidad Nacional de Córdoba)
emigiorgis@gmail.com
Resumen
El presente trabajo aborda la trayectoria de Henry Hyndman, un político inglés de origen radical y Tory, que luego se convertiría al socialismo y fundaría la Social Democratic Federation (SDF), uno de los partidos socialistas británicos afiliados a la Segunda Internacional. En este estudio de caso se pretende dar cuenta de la evolución de sus posturas con respecto a la colonia británica de la India, las cuales son analizadas en el marco de su militancia y actividad política. Se propone un tipo de análisis que reconstruya su militancia y trayectoria política en el marco de un conjunto diverso de ideas sobre la India que circulaban en Gran Bretaña.
Palabras claves: Socialismo; Imperialismo; Segunda Internacional; India; Movimiento Nacionalista Indio.
Abstract
This paper approaches Henry Hyndman´s trajectory, an English politician of radical and Tory origin, whom later would convert to socialism and found the Social Democratic Federation (SDF), one of the British socialist party affiliated to the Second International. In this case study, it is intended to give an account of the evolution of his positions regarding India, which are analyzed in the framework of his militancy and political activity. It is proposed a type of analysis that reconstructs its militancy and political trajectory within the framework of a diverse set of ideas about India that circulated in Great Britain.
Keywords: Socialism; Imperialism; Second International; India; Indian National Movement.
Recibido: 18/02/2020 Evaluación: 09/05/2020 Aceptado: 05/08/2020 |
Henry Hyndman (1842-1921) fue un político inglés de origen radical y Tory, que luego se convertiría al socialismo y fundaría la Social Democratic Federation (SDF), el primer partido en declararse socialista en Gran Bretaña y uno de los partidos socialistas británicos afiliados a la Segunda Internacional. Fue una figura central en el socialismo británico y llegó a ser clave en el resurgimiento de este en las últimas dos décadas del siglo XIX. Asimismo, se destacó tanto por sus agudas críticas a la administración británica en la India como por militar en su causa nacionalista a finales del siglo XIX y principios del XX.
En este estudio de caso se pretende dar cuenta de la evolución de sus posiciones en relación a la India, una de las colonias más importantes del Imperio Británico. Se propone un tipo de análisis de sus posturas que reconstruya su militancia y trayectoria política en el marco del conjunto diverso de ideas sobre la India que circulaban en Gran Bretaña. En este sentido, el presente artículo se diferencia de gran parte de los trabajos que han abordado a esta figura política. Por un lado, autores previos como Crick (1988) han tendido a dar una visión simplificada y estática de sus posturas, al asimilar sus posiciones antisemitas y a favor del armamentismo británico con una postura a favor del mantenimiento y expansión del Imperio. Por otro lado, autores como Morris (2014), Bevir (1991) o Etherington (2009) han acertado en identificar en el pensamiento de Hyndman la evolución de una postura anticolonialista a una antiimperialista, pero sus análisis se han restringido a reseñar meramente este cambio, dándole también menor importancia a su activismo político.
Así, la hipótesis que guía a este trabajo es que las posturas de Hyndman con respecto a la administración británica de la India y al actor político encargado de solucionar los problemas allí se modificaron conforme evolucionaron sus posiciones político-partidistas. De este modo, mientras sostuvo una postura radical, Hyndman confió en que el gobierno británico reformase su administración colonial en la India; en cambio, en su fase socialista, depositó su confianza en la clase trabajadora inglesa y en el pueblo indio para modificar la situación de esa colonia. En este sentido, el trabajo se estructura en cuatro instancias: en un primer momento, se realizan algunas consideraciones sobre la historia de la India y el espectro de ideas con respecto a esta que predominaban en la política británica en el siglo XIX. En un segundo momento, se examinan las primeras posiciones de Hyndman a favor del mantenimiento de un Imperio, incluyendo sus críticas a la administración británica de esta colonia. En un tercer momento, en el marco de la fundación de la Democratic Federation, se analiza el modo en que combina sus nuevas posiciones socialistas con sus posturas a favor del sostenimiento de un Imperio y cómo estas impactaron en su visión de la India. Por último, ya militando dentro de la SDF, se estudia la radicalización de sus posturas, su participación en los congresos de la Segunda Internacional, y las relaciones de este partido con el nacionalismo indio. A fin de explorar estas cuestiones , el presente artículo se basa en el análisis de fuentes primarias, principalmente artículos en publicaciones de la época y libros.
La India en el período victoriano
La historia de la colonización británica de la India tiene sus inicios en el año 1600, cuando fue fundada la Compañía británica de las Indias Orientales, una de las tantas organizaciones comerciales europeas que tenían una presencia económica allí. Desde 1617, la Compañía estableció distintas factorías en algunas ciudades costeras de la región, lo que le permitió ganar mayor preeminencia en la competencia comercial con el resto de las compañías europeas. En la medida que el Imperio Mogol, que por ese entonces gobernaba la India, se debilitaba y el comercio ganaba mayor rentabilidad, la Compañía británica se vio cada vez más tentada a obtener ventajas sobre sus rivales europeos (Metcalf y Metcalf, 2006, pp. 47-49). La oportunidad para esto se dio en el marco de la Guerra de los Siete Años (1756-1763), cuando las fuerzas de la Compañía británica, principalmente formadas por soldados mercenarios indios llamados cipayos, derrotaron a las francesas. Así, desde 1757 la Compañía obtuvo el control de la provincia de Bengala y se aseguró los derechos de recaudación de ingresos en dicho espacio (Metcalf y Metcalf, 2006, pp. 53-55). Hacia finales del siglo XVIII, la posición de la Compañía estaba claramente consolidada, pero solo existía como uno entre los varios poderes de la región. Esta situación cambiaría en las primeras décadas del siglo XIX, cuando la Compañía, tras ampliar enormemente su poderío militar, impulsó una serie de conquistas que, junto con un sistema de alianzas subsidiarias, le aseguraron desde 1818 el control de la India (Metcalf y Metcalf, 2006, pp. 68-69).
Una vez bajo su control, la India se transformó en una de las colonias más importantes del Imperio británico. Desde un punto de vista geopolítico, esta representó un bastión contra las pretensiones imperiales de Rusia sobre Asia (Fromkin, 1980, pp. 937-938), y su control fue fundamental en el mantenimiento de rutas comerciales y en la integración del mercado asiático a escala mundial (Roy, 2015, pp. 217-218). Desde un punto de vista económico, la India proveyó a lo largo de todo el siglo XIX de materias primas a las industrias británicas, a la par que fue un mercado clave para sus manufacturas. Para consolidar estos intercambios económicos fueron necesarias grandes inversiones de capitales británicos en la colonia, que permitieron la construcción de un vasto sistema ferroviario que aseguró un mayor alcance de los productos británicos en la región y un sólido acceso a materias primas de origen indio (Metcalf y Metcalf, 2006, pp. 96-97).
Debido a su importancia, predominó a lo largo del siglo XIX en Gran Bretaña una actitud imperial que apoyaba el mantenimiento de la India a toda costa, actitud que fue de la mano de la idea de la superioridad del gobierno británico y de la convicción de que los indios eran una raza inferior, débil y primitiva. Estos supuestos estuvieron asociados a la corriente de pensamiento utilitarista, que dominó la política británica en esta colonia desde la década de 1820. Uno de sus principales referentes fue James Mill, quien en 1817 escribió The History of British India, un extenso libro en donde se explayaba sobre la historia y la cultura de los hindúes, solo para demostrar que la India se encontraba entre las naciones “más degeneradas del mundo” (Misra, 1984, pp. 17-19). A diferencia de la corriente de pensamiento orientalista que veneraba los logros de la antigua India, para Mill, esta era un Estado primitivo y bárbaro, sustentado en el despotismo de su gobierno nativo (Stokes, 1959, pp. 68-69). Para reformar a la colonia y lograr su modernización, abogó entonces por una serie de políticas que sirvieran para reorganizar su aparato administrativo, tales como: el establecimiento de un gobierno centralizado y controlado por británicos, la incorporación de todas las leyes en un conjunto de códigos organizados, una reorganización y expansión completa del sistema judicial, la encuesta y el registro de todas las propiedades y una evaluación científica de los ingresos de la tierra para el establecimiento del valor de los impuestos. Estos principios dominaron la política inglesa hacia esta colonia y, para la década de 1870, la India poseía una estructura política que sustancialmente realizaba los ideales del gobierno de Mill (Stokes, 1959, pp. 78-80).
Un acontecimiento bisagra en la historia de la ocupación británica de la India fue la rebelión de los cipayos entre 1857 y 1858, rebelión que sacudió las bases del gobierno británico y marcó el fin del mandato de la Compañía. La revuelta nació como un motín militar, producto de las quejas de soldados indios contratados por la Compañía en la región de Bengala. A este motín, se sumarían rápidamente otros sectores de la sociedad como campesinos, mercaderes, terratenientes y algunos príncipes, que estaban disconformes con algunas políticas de la Compañía. Debido a esto, la revuelta adquirió mayores dimensiones, afectando todo el norte de la India y algunas regiones del centro. Aunque fue finalmente acallada, el precio a pagar por los ingleses fue muy alto. En 1858, la Compañía británica de las Indias Orientales agotó sus fondos y el Parlamento decidió transferir el control de la India a la Corona británica, lo que dio inicio al período que se conoce como el Raj británico (Metcalf y Metcalf, 2006, pp. 100-104).
El paso del control de la India de la Compañía a la Corona supuso una reestructuración burocrática del gobierno. Por un lado, los asuntos coloniales pasaron a ser objeto de escrutinio en el Parlamento británico, designándose también a un miembro del gabinete, el Secretario de Estado de la India, con la autoridad del gobierno de dicha colonia. En la India, la autoridad recayó en la figura de un Virrey, que era asesorado por un consejo ejecutivo y por miembros selectos de la aristocracia local. La designación de esta figura política significó un pequeño paso en lo que fue todo un proceso de elaboración de estructuras burocráticas y técnicas en la colonia, con la creación de consejos encargados de asuntos específicos como las finanzas, la sanidad, la policía e incluso la forestería (Metcalf y Metcalf, 2006, p. 104).
En Gran Bretaña, el paso de la administración de la India de la Compañía a la Corona se dio de manera paralela a la difusión de un sentimiento imperialista en todas las clases sociales inglesas. Esto ocurrió ya que el conservadurismo adoptó al imperialismo como una causa nacional, actitud que persistió desde ese entonces en las siguientes administraciones británicas (Harcourt, 2014, pp. 88-89). Asimismo, ganó cada vez más fuerza la idea de una “confederación imperial” que pudiera facilitar un mayor acercamiento entre las colonias y la metrópolis. El ferviente nacionalismo de la época se combinó con nociones del darwinismo social, por lo que la idea de una supuesta superioridad de la raza anglosajona sobre el resto tomó cada vez más fuerza. Las instituciones británicas, el lenguaje inglés y el anglosajonismo fueron considerados como los principios sobre los cuales se debía forjar esta confederación (Koebner y Schmidt, 1964, p. 105).
Pese a este clima generalizado a favor del mantenimiento del dominio sobre la India, distintos políticos e intelectuales a lo largo del siglo XIX cuestionaron su administración. A continuación, destacaremos las críticas de una corriente política radical, las ideas de Marx y Engels y también las de una corriente positivista. Estas posturas sostuvieron críticas que coincidieron con muchos de los planteamientos del propio Hyndman, tal como se verá más adelante.
En primer lugar, desde 1820 tuvo lugar en Gran Bretaña una corriente de políticos radicales, con figuras como James Silk Buckingham o Joseph Hume, que criticaron distintos aspectos del gobierno de la Compañía en la India.
Un primer foco de las críticas fue el monopolio inglés de la administración judicial. James Silk Buckingham, editor del Calcutta Journal, escribiría con vehemencia en contra del desempeño de los magistrados ingleses, quienes actuaban como jueces imponiendo sentencias sin apelación ni supervisión. Para remediar esta situación, abogaría por la incorporación de indios en los jurados para el asesoramiento de magistrados y por el establecimiento del habeas corpus en la India (Bayly, 2012, pp. 62- 64). Otro de los puntos que atacó esta corriente fue la censura de la prensa en esa colonia. Desde 1823, la Compañía había impulsado una política que limitaba la libertad de expresión en la prensa y el periódico editado por Buckingham fue censurado por su tono crítico a la administración. A raíz de esto, Buckingham fue deportado de la India, por lo que inició una feroz campaña contra el gobierno de la Compañía, dando conferencias en distintas ciudades británicas en donde criticaba sus políticas. Del mismo modo, Joseph Hume se manifestó en contra de la censura en la India, señalando que esta impedía la difusión de los “principios liberales e ilustrados”. Para él, al impedir el crecimiento de la “opinión ilustrada”, la Compañía actuaba como el Papa o los reyes de España y Portugal, quienes recientemente habían impuesto restricciones similares a la prensa (Taylor, 2007, pp. 293-295). Asimismo, esta corriente radical se posicionó a favor de la representación del pueblo indio en el Parlamento británico. Joseph Hume presentó en 1831 una petición ante el Parlamento para adicionar 19 parlamentarios que representasen a las colonias, de los cuales cuatro corresponderían a la India. Estos serían elegidos por un electorado compuesto por el servicio de jurado de cada colonia y se sentarían en el Parlamento por un período garantizado de tres años (Taylor, 2007, p. 285).
Si bien esta última petición, al igual que muchos de los reclamos de estos radicales, serían rechazados en el Parlamento, su importancia no debe subestimarse en la medida que sentaron un antecedente de toda una serie de demandas que tendrían una larga persistencia entre otros críticos de la administración británica de la India y también en muchos intelectuales indios que lucharon por su independencia (Bayly, 2012, p. 104).
En segundo lugar, Marx y Engels desarrollaron un notable trabajo periodístico para el New York Daily Tribune entre los años 1853 y 1861, cuyo objeto de estudio fue también esta colonia. Así, publicaron una serie de artículos que cubrieron distintos aspectos, tales como: análisis sociológicos e históricos, la historia de la colonización de la India desde el siglo XVIII y el levantamiento de los cipayos de 1857 (Kumar, 1992, p. 492).
Del mismo modo, estos autores criticaron ciertos aspectos de la administración británica de esa colonia, como, por ejemplo, el sistema tributario. Los impuestos, decía Marx (2010 [1858], p. 578), no solo: “aplastan al pueblo indio, al punto que para su exacción se debe recurrir a infamias como la tortura”, sino que eran empleados para solventar guerras en Birmania, China, Persia, Afganistán y Rusia (Marx, 2010 [1857], p. 352). Sin embargo, así como Marx condenaba la “infinitamente más intensa” miseria infligida por Gran Bretaña en la India, también elogiaba su rol como “la inconsciente herramienta de la historia” para destruir las formas de vida tradicionales de la India tales como las comunidades de aldea, que constituían “la sólida base del despotismo oriental” (Marx, 2010a [1853], p. 132). De hecho, Marx (2010b [1853], pp. 217-218) señaló que Gran Bretaña debía: “completar una doble misión en la India: una destructiva, la otra regenerativa –la aniquilación de la vieja sociedad asiática y el establecimiento de las bases materiales para sociedad occidental en Asia”.
En este sentido, Marx rescataría positivamente algunos elementos de la India introducidos por la clase capitalista inglesa, como el establecimiento de un ejército nativo, el telégrafo, la libertad de prensa y los ferrocarriles. Estos últimos cumplirían un rol fundamental al “ser el precursor de la industria moderna”, terminando por eliminar “las divisiones hereditarias del trabajo, sobre las cuales descansan las castas indias, (…) [que constituyen] impedimentos decisivos para el progreso y el poder indios” (Marx, 2010b [1853], pp. 220-221). Así, mientras claramente criticó a la explotación colonial, los planteamientos de Marx no eran antiimperialistas en sí. Más bien lo contrario, concibió al imperialismo como un estadio necesario en el desarrollo del capitalismo que aceleraría de este modo la marcha de la historia global al socialismo. Bajo el gobierno británico la India se industrializaría, conduciendo a la disolución del sistema de castas y, finalmente, a “la regeneración de ese gran e interesante país” (Claeys, 2010, p. 132). Sin embargo, Marx (2010b [1853], pp. 220-221) advirtió que: “Los indios no cosecharán los frutos de los nuevos elementos de la sociedad esparcidos entre ellos por la burguesía británica, hasta que en la misma Gran Bretaña las clases dominantes hayan sido suplantadas por el proletariado industrial, o hasta que los propios hindúes hayan crecido lo suficientemente fuerte para deshacerse del yugo inglés por completo”.
Por último, una corriente de pensamiento positivista en Inglaterra también desarrolló una crítica severa y consistente al imperialismo británico y particularmente a la India. En esta tarea jugó un rol fundamental la figura de James Geddes (1842-1880), un magistrado en el servicio civil en Bengala y el primer líder de la Sociedad Positivista de Calcuta. Geddes viajó a India en 1861, donde se vio involucrado en trabajos de ayuda hacia las víctimas de la hambruna de Orissa en 1866, en donde cerca de 1.5 millones de personas murieron. Luego de esta experiencia, publicó una serie de artículos y panfletos donde denunciaba que, mientras la clase gobernante en Inglaterra se beneficiaba, los campesinos en la India sufrían hambrunas dado un sistema injusto de impuestos que los obligaba a vender sus cultivos que antes eran destinados para su alimentación (Forbes, 2003, p. 158). Asimismo, Geddes criticaba las inversiones públicas impulsadas por Gran Bretaña en la India, considerando que los ferrocarriles y los sistemas de irrigación eran “lujos que estaban más allá de las posibilidades de los indios” y que producían resultados desalentadores. Por último, entendía que la realidad vivida en la India repercutiría, en última instancia, en Gran Bretaña: “cuando incluso los pacientes hindúes se nieguen a ser multados por la cada vez mayor carga de intereses [y] cuando el proletariado de Inglaterra se niegue a matar al campesinado rebelde de la India (...) la rebelión en el extranjero será la oportunidad de la revolución en casa” (Claeys, 2010, p. 68).
Hyndman y sus primeras críticas a la administración de la India (1866-1880)
En 1866 Hyndman tuvo su primer contacto con los avatares indios. Por ese tiempo, conocería a James Geddes y leería su panfleto “The Logic of Indian Deficit”, que culpabilizaba de la situación en India a la clase comercial inglesa. Sin embargo, la lectura de esta obra no puso en cuestión sus convicciones. En su autobiografía, recordó:
En ese período, aunque era un demócrata y un radical en materia de asuntos coloniales, mantenía la profunda convicción de que el gobierno británico en la India era beneficioso para sus gentes; que la represión del motín, aunque desfigurada por horribles crímenes ingleses, era en general justificable; y que era deseable tomar las medidas más fuertes posibles para alejar de Hindostán la amenaza de la agresión rusa (Hyndman, 1911, p. 153).
El suceso que cuestionó sus convicciones de una administración justa y estable de la India fue más bien su encuentro con Tom Palmer a comienzos de la década de 1870. Oriundo de esa colonia e hijo de un banquero inglés y de una princesa de Delhi, Palmer se radicó en Londres para lograr ante el gobierno británico la restauración de algunos territorios al Nizam de Hyderabad. En 1875, le pidió a Hyndman que redactase un informe que resumiese sus proposiciones para poder presentarlas ante la justicia británica. Así, este redactó y presentó el documento titulado “Indian Policy and English Justice”, pero el pedido fue rechazado bajo el argumento de que la población india se encontraba mucho mejor bajo el gobierno británico que bajo un gobierno nativo. Ante dicha respuesta, que contrastaba con las posiciones de su allegado Palmer, se dedicó a una actividad de continuo estudio de la colonia, principalmente a partir de la lectura de informes oficiales y de obras históricas, dentro de las cuales se incluyeron los escritos de Geddes. El estudio de esta colonia lo cautivó profundamente, al punto de que, recordó Hyndman (1911, pp. 158-159): “cada minuto de mi tiempo libre era dedicado a la India, y los volúmenes de los libros azules [i.e. registros oficiales del gobierno británico] llenaron mi casa”. En este sentido, el encuentro con Palmer resultó significativo, ya que lo impulsó a estudiar más detalladamente las relaciones británicas con el Imperio y a reconsiderar sus antiguas posiciones con respecto a la benevolencia de la administración británica.
Entre 1876 y 1879, una serie de hambrunas azotaron a la India y costaron la muerte de entre 6,1 y 10,3 millones de nativos de acuerdo a distintas estimaciones (Davis, 2001, p. 7). Perplejo ante esa situación, Hyndman redactó el panfleto “The Indian famine and the crisis in India”, cuyo propósito era:
(...) que se considere todo el tema [i.e. la administración de la India] desde un punto de vista imparcial, para que se puedan apreciar plenamente tanto las ganancias como los retrocesos de nuestro gobierno. A largo plazo, Inglaterra es responsable de la deuda india, y cualquier desgracia que le ocurra a la India, estamos seguros, en última instancia, se sentirá aquí. Por lo tanto, la razón más importante es que en un momento como el presente ya no debería haber ninguna duda para investigar los puntos débiles de nuestra administración, con el objeto de fortalecerlos en la mayor medida posible (Hyndman, 1877, p. 8).
De este modo, a partir del empleo de fuentes estadísticas de libros oficiales, Hyndman analizó diversos aspectos de la administración británica. Sus críticas a esta terminaron siendo severas y versaron sobre diversos puntos. En primer lugar, denunció una alta sobrecarga de impuestos a la población india; señalaba que: “mientras en Gran Bretaña, los impuestos significan un 7% de los ingresos de las personas, en los campesinos indios, que vivían en una situación de mayor pobreza, se les extraía el 11% de sus ingresos” (Hyndman, 1877, p. 9). En segundo lugar, recalcó que otro agravante para la población campesina india era la disminución de la productividad del suelo, debido a una reducción del número total de bueyes. En tono crítico, destacaba que la culpable de esta situación era en parte la administración británica porque:
[absorbió] las tierras baldías, que se utilizaron con fines pastorales (...) y porque el Gobierno ahora cobra una pequeña renta por el pastoreo que solía ser gratis para todos. Esta disminución del ganado es incluso una cuestión muy grave en un país donde el principal deseo es el estiércol, y donde también en grandes extensiones la gente es tan pobre que no puede comprar madera y usar el estiércol, que debería utilizarse como combustibles en sus campos (Hyndman, 1877, p. 10).
Otro punto fuerte de su crítica eran las inversiones realizadas en el ferrocarril y en los sistemas de riegos, los cuales no eran eficientes y endeudaban a los campesinos nativos:
(...) (si) hubiesen sido estos trenes construidos por un menor precio (...), como fácilmente podrían mediante un ancho de vía más pequeño, ellos podrían haber sido una inversión rentable, en cambio son una enorme carga para los recursos de la India (...) el peso de los impuestos pudo haberse reducido, mientras la gente hubiese obtenido el mismo beneficio que las presentes costosas líneas de tren (...) es todavía muy probable que estemos ahora cometiendo un error similar con los enormes trabajos de riego que se llevan a cabo bajo la dirección del gobierno (Hyndman, 1877, p. 13).
En su conjunto, la situación de la India era crítica, al existir una errónea distribución de los gastos:
(...) los ingresos totales para 1876-7 fueron de £51,220,713, pero solo £10,055,161, quedaron para toda la administración civil de 200,000,000 de personas en la India, siendo el resto invertidos en el mantenimiento de un enorme ejército, el pago de intereses de deuda, pago de jubilaciones a administradores ingleses y trabajos públicos que son “no remunerativos” (Hyndman, 1877, p.14).
De hecho, el sector que más dinero absorbía, y otro de los puntos más débiles de la administración, era el ejército, cuyo mantenimiento en 1877 significó el gasto de 15 millones de libras, casi un tercio de los ingresos de la colonia. Para Hyndman, el gasto no solo era ridículo porque se estaba en tiempos de paz, sino también porque el único peligro de levantamiento durante todo el período de ocupación de la India provino de las tropas mercenarias contratadas por la Compañía, cuando se rebelaron en 1857 (Hyndman, 1877, p. 15).
Pese a esta crítica, Hyndman destacaba distintos beneficios del gobierno británico para los indios, como la libertad religiosa, el aseguramiento de la propiedad privada, la eliminación de bandas de ladrones, la eliminación del infanticidio, el aumento del comercio gracias a la extensión del ferrocarril y la estabilidad de la administración de la justicia. Concluía este escrito resaltando que la solución para la India pasaba tanto por mantener una confianza en que las causas naturales menguaran los efectos de las hambrunas, como por reducir el gasto público y el peso de los impuestos. Esto último, se alcanzaría mediante una administración más prudente de la colonia, garantizada por el acercamiento entre indios y británicos, para lo cual deberían “restablecerse y fortalecerse los antiguos consejos de las aldeas nativas, los que asistirían en todos los asuntos de impuestos y gastos locales” (Hyndman, 1877, pp. 24-31).
En 1878, Hyndman conoció a Dadabhai Naoroji, futuro fundador y presidente del Indian National Congress (INC), quien le causó una profunda impresión y tuvo gran importancia en el refinamiento de sus posiciones con respecto a la India. Asimismo, le tuvo una alta estima y logró mantener con él una relación muy estrecha durante el resto de su vida. En una carta a Marx en 1881, Hyndman comentaba que le gustaría que conociese a Naoroji, con quien estaba “en deuda por los hechos e ideas con respecto a India” (Morris, 2014, p. 297).
Entre 1878 y 1880, publicó una serie de artículos en la revista literaria The Nineteenth Century [1]. En estos, Hyndman ya no rescataba los aspectos positivos del gobierno inglés en la India, puesto que consideraba que la influencia británica en esta colonia fue simplemente destructiva. Asimismo, reactualizó sus análisis de la expoliación de la India por parte del gobierno británico a partir de nuevas estadísticas sobre las condiciones económicas en las que se encontraba la colonia. Uno de sus artículos, titulado “The Bankruptcy of India”, tuvo una repercusión muy alta y fue traducido inmediatamente a casi todos los idiomas europeos y a algunas lenguas de la India (Hyndman, 1911, p. 160). En ese trabajo se evidencia una mayor agresividad en la crítica a la administración británica:
Cuando los pobres cultivadores de una parte de la India son cargados con impuestos para apoyar a los campesinos afectados por hambrunas en otra parte de la India, quienes a su vez deben pagar impuestos por el mismo servicio, todo el país siendo drenado mientras grandes gastos militares, gastos [i.e. británicos], intereses, remesas y pérdidas por el tipo de cambio, no se necesita un gran economista, ni un estadista con visión de futuro para predecir que un colapso es inevitable. Las hambrunas que han devastado últimamente a la India son principalmente hambrunas financieras. Hombres y mujeres no pueden obtener alimento porque no tienen la capacidad de comprarlo. Aun así, seguimos gravando con cada vez más impuestos (Hyndman, 1878).
A diferencia de su escrito “The Indian famine and the crisis in India”, Hyndman ya no depositaba su confianza en “causas naturales” para que el problema de las hambrunas se solucionase. Las mismas eran vistas ahora estrictamente como un problema del gobierno británico, que drenaba a la economía del pueblo indio mediante numerosos gravámenes. En este artículo, Hyndman aventuraba un pronóstico para la India:
Los remedios están en mano, pero nos tomará veinticinco años al menos de habilidad política continua e incansable para reparar los errores que hemos cometido. Reducción de gastos en el ejército, suspensión de obras públicas, sustitución constante de nativos por europeos en el gobierno y en la administración, un asentamiento permanente realmente ligero en cada parte de la India y reducción de los impuestos (...) son algunos de los pasos que se han vuelto absolutamente esenciales (Hyndman, 1878).
En resumen, en estos primeros años, Hyndman retuvo su entusiasmo por mantener a la India dentro del Imperio británico, a la par que publicó una serie de artículos denunciando las deficiencias de la administración imperial. Del mismo modo, su crítica creció en severidad. Hacia 1878 ya no rescataría los aspectos “positivos” del gobierno británico en la India y lo culpabilizaría exclusivamente de las hambrunas en esa colonia. La solución de los problemas de la India recaía en una reestructuración completa del gobierno que implicase la incorporación de funcionarios nativos. Además, en esta etapa, sus publicaciones le dieron mayor renombre a su figura, lo que lo aproximó a Naoroji, con quien sostuvo una relación de amistad y de militancia durante el resto de su vida.
La Federación Imperial y el autogobierno para la India (1880-1884)
Hyndman se convirtió al socialismo a principios de la década de 1880, lo que tuvo un efecto claro en sus planteamientos en relación a la India. Los factores que lo acercaron al socialismo, escribió posteriormente, fueron: sus estudios sobre la India,[2] su desesperanza con respecto al liberalismo y al radicalismo, sus lecturas sobre el movimiento cartista, algunos contactos con revolucionarios extranjeros, pero más importante fue la lectura de El Capital (Hyndman, 1911, pp. 189-192). Sin embargo, esta conversión no se produjo de manera inmediata, ni se tradujo tampoco en la fundación de un partido socialista, por lo que retuvo en su pensamiento muchos aspectos radicales y conservadores. Esto aparece claro en su publicación en 1881 del artículo “The Dawn of a Revolutionary Epoch” en el cual, mediante el análisis del movimiento socialista en los países europeos continentales, anunciaba el comienzo de una época revolucionaria y anticipaba también el renacimiento del socialismo en Gran Bretaña. El artículo no era de ninguna forma un texto revolucionario, ya que: por un lado, atacaba a los socialistas europeos como “fanáticos del nuevo evangelio socialista” y, por el otro, apelaba a las clases gobernantes inglesas para que hicieran concesiones al pueblo a fin de evitar que este se rebelara. En pocas palabras, Hyndman esperaba que los políticos ingleses “lideraran de manera segura una reorganización social”, que podría asegurar “la misma felicidad y disfrute de la vida que ahora solo les pertenecen a unos pocos” (Wolfe, 1975, p. 69).
En coincidencia con este planteamiento, Hyndman se propuso fundar un nuevo partido, el cual no fue en sus orígenes una organización socialista. Así, en junio de 1881 reunió representantes de clubes radicales y de la comunidad irlandesa para organizar una serie de reuniones que dieron lugar a la Democratic Federation. Para la fundación de esta organización, Hyndman redactó el libro England For All, donde planteaba sus principales puntos de vista con respecto a la política inglesa, las colonias y la organización del partido, y dedicaba asimismo dos capítulos a los hallazgos de Marx con respecto al trabajo y al capital (Wilkins, 1959, pp. 206-207). Por su parte, Marx no tuvo una buena recepción del libro, al considerar que Hyndman se había apropiado de sus ideas para sus propios beneficios. El incidente, señaló Hyndman posteriormente, “generó una brecha entre ambos”, a partir de la cual no volverían a ser amigos (Hyndman, 1911, 261).
A partir de las diferentes ediciones que se publicaron de este libro, se puede trazar el cambio en el pensamiento político de Hyndman. Como se mencionó más arriba, las lecturas de Marx habían producido un claro impacto en su concepción de la realidad política, pero a comienzos de 1881 todavía no abandonaba sus posturas más conservadoras. Esto puede ser percibido en la publicación de la primera edición del libro England for All, en junio de 1881, donde todavía hablaba del “demonio del socialismo”, equiparándolo con el anarquismo. Sin embargo, a partir de septiembre de ese año, las siguientes reediciones del libro omitieron este tipo de frases, lo que parece indicar un cambio en sus posturas, que se acercaban cada vez más a un punto de vista revolucionario (Wilkins, 1959, pp. 206-207).
En England for All se asiste a una evolución en sus posturas frente al Imperio y la India, puesto que aparece una combinación entre algunos planteamientos del marxismo con posiciones imperialistas. Lo que Hyndman (1911, pp. 227-228) buscaba era:
(...) formular una política definida para todo el Imperio, dando al mismo tiempo una expresión completa de las ideas del socialismo que el partido procuraba defender (...) las políticas allí expresaban mis opiniones con respecto a los asuntos locales, coloniales, irlandeses, indios y extranjeros.
En el capítulo dedicado a la India, Hyndman reconstruyó la historia de la administración británica desde principios del siglo XIX, rescatando positivamente las figuras de algunos gobernantes conservadores como Metcalfe o Elphinstone. Según Hyndman, ellos habían logrado gobernar a los indios con éxito porque respetaron las costumbres de los nativos que habían sido leales a la Compañía. Contrariamente, criticaba la gobernación del utilitarista Lord Dalhousie, quien fue gobernador-general de la India desde 1848 a 1856. Según Hyndman (1881, p. 135):
La misión de este (...) era derrocar todas las mejores tradiciones de nuestro gobierno en la India, conmocionar toda tradición nativa de justicia o de buena fe, para comenzar ese curso de anexión sin escrúpulos y europeización total por la que nuestro Imperio ahora está sufriendo, y su política condujo a una de las rebeliones más serias que sacudió el poder de cualquier gobierno. El gran motín de 1857 fue el resultado directo de las carreras de violencia y de las artimañas de Lord Dalhousie.
Luego del motín, la situación en la India empeoró. Hyndman señalaba que, en vez de “preparar a la India para que se gobierne a ella misma” y “de reorganizar al gobierno nativo bajo la orientación inglesa”:
Se corrió la voz (...) de que la India había sido descuidada, que lo que ella necesitaba era capital inglés, —intereses garantizados y pagados semestralmente al cinco por ciento— y energía inglesa, pagada con salarios muy altos. La India, de hecho, se convirtió en la salida para los ahorros de las clases altas y medias y una apertura para sus hijos. Ahora comenzó el reinado del capital y con él una presión fiscal, un aumento de las hambrunas, un deterioro del suelo y un empobrecimiento de la masa de la gente sin precedentes en la larga historia de la India (Hyndman, 1881, p. 135).
Así, Hyndman no solo criticó las políticas de europeización llevadas adelante en la colonia, sino que también culpó de la crisis en la India a las inversiones de capitales de las clases inglesas medias y altas. Dicho eso, reiteró en el resto del capítulo sus posiciones centrales de sus anteriores trabajos: las malas inversiones en ferrocarriles y sistema de riegos, los altos salarios de la clase gobernante británica en la India y el enorme ejército mantenido a costa de los impuestos del pueblo indio.
Por otra parte, una diferencia clara con sus planteos anteriores era que abogaba por el autogobierno en la India: “tenemos que preparar a los pueblos de la India para el autogobierno, mediante un proceso de descentralización, construyendo los viejos Estados nuevamente donde sea posible, y eliminando la multitud de europeos que se alimentan de la prosperidad del país” (Hyndman, 1881, p. 149). Este pedido no implicaba la independencia de la India, la cual seguiría bajo una “ligera supervisión” de Gran Bretaña, sino más bien: “la restauración a los nativos, al menos en cierto grado, del control de sus gobiernos y de su propiedad” (Hyndman, 1881, p. 150). Para lograr estas reformas, abogó por una mayor representación del pueblo indio: “nuestro actual sistema parlamentario ha probado ser bastante inapropiado para afrontar esta gran crisis. Si la India va a ser retenida, ella debe tener una voz directa en nuestra administración, tanto en Inglaterra como en la India” (Hyndman, 1881, p. 151). Si bien Hyndman no fue el primero en declararse a favor de la representación del pueblo indio en el Parlamento británico –reclamo que ya había sido realizado por Joseph Hume–; su postura a favor del “autogobierno”, entendido este como la restitución a los indios de cierto grado de su gobierno y su propiedad, resultó ser un elemento novedoso que lo diferenciaría de gran parte de los políticos ingleses socialistas y no socialistas de la época. Recién en 1885 otros políticos ingleses harían nuevos llamamientos para alguna forma de autogobierno: Sir Henry Cotton lo solicitó en New India, mientras que Wilfrid Blunt hizo lo mismo en My Ideas about India (Morris, 2014, p. 299).
Otro de sus argumentos en England for All era la necesidad de conformar una federación entre las colonias, que diese lugar a un mayor acercamiento entre las dependencias e Inglaterra, y que sirviese de base para alcanzar el socialismo a nivel global. La misma se lograría mediante el establecimiento de una “unión aduanera” o mediante la representación colonial en el Parlamento (Etherington, 2009, pp. 90-91). Entre los pasos preliminares para alcanzar el socialismo destacaba: una distribución más equitativa de las riquezas y la resolución común de acuerdos con respecto a las tarifas y al comercio. En este sentido, Hyndman no encontraba ninguna contradicción entre abogar por un orden internacional y, al mismo tiempo, defender un Imperio británico fuerte. En realidad, este último era simplemente un paso previo para alcanzar el socialismo a nivel global:
De seguro que aquellos que están a favor de la unión de todas las personas, que sostienen que en el futuro cercano hombres que hasta ahora han trabajado para otros verán que en la acción común reside la esperanza por la humanidad, no pueden dejar de entender que el primer paso para este noble objetivo es una unión más cercana de personas de la misma raza, lenguaje, tradiciones políticas, trabajando juntos para el bien de todas las partes de esta noble federación (Hyndman, 1881, p. 151).
Posteriormente, Hyndman (1911) recordaría que: “lo que esperaba ver era una Inglaterra que, habiéndose reorganizado y abandonado la mera dominación imperialista en el exterior, estuviese capacitada para ir al frente, con su federación de comunidades libres, como la abanderada de la libertad nacional, la democracia y el socialismo, en Europa y en todo el mundo” (p. 228). En este aspecto, England for All resultó de gran importancia porque anticipó posteriores programas políticos de otras organizaciones socialistas, como la Fabian Society. De hecho, la posibilidad de alcanzar el socialismo mediante alguna forma imperial sería, de allí hasta finales del siglo XIX, un tópico constantemente debatido en el movimiento socialista inglés (Etherington, 2009, pp. 90-92).
En definitiva, a partir de 1880 se asiste a un cambio de las posturas de Hyndman frente a la India y al Imperio. Su conversión al socialismo modificó sus perspectivas en varios sentidos: en primer lugar, lo llevó a conjeturar la posibilidad de que la conformación de una Federación Imperial permitiese un salto al socialismo internacional; en segundo lugar, lo llevó a establecer una relación de causalidad directa entre las inversiones de capital en la India y su situación de crisis alimentaria y económica. En este sentido, su crítica ya no se dirigió exclusivamente a la clase gobernante, sino también a la clase capitalista. De igual importancia resulta su postura a favor del autogobierno en esa colonia, aspecto en el que se destacó del resto de los políticos del momento.
La SDF ante la India (1884-1907)
En 1884, la Democratic Federation se transformó en una organización abiertamente socialista. Modificó su título por el de Social Democratic Federation y adoptó un nuevo programa a favor de la “producción de la riqueza regulada por la sociedad en interés común” y de que “los medios de producción, distribución y de cambio sean declarados y tratados colectivamente o como propiedad común” (Bevir, 1992, p. 219). Fue un partido relativamente pequeño, si se lo compara con el resto de los partidos socialistas europeos, teniendo, para 1886, unos 10.000 afiliados, lo que lo condenó a una relativa marginalidad en las actividades políticas inglesas, puesto que no logró alcanzar una representación en el Parlamento. Pese a esto, participó activamente de los congresos de la Segunda Internacional y mantuvo un gran activismo político a través de un trabajo de propaganda y organización notable, que incluyó publicaciones regulares: un periódico, Justice, y una revista teórica, llamada The Social Democrat. En otro aspecto, la SDF tuvo un contacto fuerte con los círculos extranjeros de Inglaterra, principalmente debido a las condiciones de relativa libertad que ofrecía Gran bretaña frente a la persecución política en sus países de origen. La presencia de socialistas rusos y del este de Europa, que, desde 1880 hasta 1918, llegarían a Londres, fue importante y muchos de ellos, como Theodore Rothstein, Zelda y Boris Kahan, llegaron a ser dirigentes del partido (Young, 2003, pp. 198-200).
El partido estuvo desde sus inicios al tanto de los asuntos imperiales, y se posicionó en contra de la expoliación financiera de Egipto y a favor del autogobierno en Irlanda y en la India. Del mismo modo, sería el único partido socialista inglés en instalar secciones en las colonias, incluyendo tres en Sudáfrica, una en Gibraltar y una en la India. Además, gran parte de los militantes de la SDF había vivido y trabajado en las colonias, e incluso algunos habían militado activamente en sus respectivos movimientos obreros. Este contacto cercano con el Imperio facilitó que la idea de conformar una Federación Imperial fuese la retórica común del partido hasta finales de siglo (Morris, 2014, pp. 306-307).
Hyndman siguió manteniendo su posición crítica con respecto a la administración británica en la India y encontraba ahora un destino común entre el proletariado inglés y el pueblo indio. En 1884, en el periódico del partido, Justice, sentenciaba: “no es de ninguna manera improbable que la liberación de nuestro propio proletariado se produzca después de todo directa o indirectamente, de la gran dependencia [india] a la que nuestro despreciable gobierno de la clase media ha arruinado”. Hyndman consideraba que “un levantamiento o una invasión de la India necesariamente produciría cambios en Inglaterra y beneficiaría a la clase trabajadora inglesa”, ya que esta: “no tiene la menor intención en gastar su sangre y dinero en acallar una insurrección o repeler una invasión ya que los nativos son robados anualmente más y más para el beneficio de las clases medias y altas” (Singh, 2018, pp. 34-35) [3].
En 1886 publicó el libro The Bankruptcy of India, el cual constituye una recopilación de algunos artículos escritos entre 1878 y 1880 y otros escritos en 1886. En estos últimos reactualizó sus análisis sobre la explotación de la India, y, en concordancia con su idea de un destino común entre el proletariado inglés y el pueblo indio, ya no se dirigió a la clase política inglesa para lograr una mejora en las condiciones de la colonia, sino a la clase trabajadora:
Apelo, por lo tanto, en este asunto no a los interesados en mantener a la nociva y ruinosa dominación en la India, sino a las clases trabajadores de mi país, quienes son ahora los verdaderos señores de la India, para que ellos digan si están contentos de que esa ruina sea forjada en su nombre; ya sea por el bien de los intereses, pensiones e ingresos de la minoría inglesa no productora, quienes tienen la intención que 224 millones de personas deban sangrar lentamente hasta morir; ya sea en nombre del imperialismo bastardo (Hyndman, 1886, p. 195).
Hyndman encontraba en el proletariado inglés el motor de cambio para la India. Sin embargo, su papel se restringiría a presionar a las clases altas para llevar a cabo reformas, tales como una: “inmediata reducción al menos a la mitad del drenaje de capitales de la India, una reconstrucción deliberada del gobierno nativo, una substitución de europeos por nativos en todos los departamentos administrativos” (Hyndman, 1886, pp. 196-197).
La SDF y el nacionalismo indio
Desde fines de siglo XIX, la causa nacionalista india era impulsada principalmente por el Indian National Congress (INC), una plataforma política fundada en 1885, que poseía un comité en Inglaterra llamado British Committee of the Indian National Congress. En sus primeros veinte años de existencia, el INC estuvo dominado por un conjunto de políticos de postura moderada, figuras como Gopal Krishna Gokhale, Pherozeshah Mehta o Dadabhai Naoroji buscaban el apoyo en políticos liberales para poder impulsar en el Parlamento distintas reformas como: la reorganización administrativa, la indianización de los servicios y la admisión de indios en los consejos legislativos (Sen, 1997, pp. 69-70).
Por su parte, Hyndman criticó severamente esta alianza entre el INC y el liberalismo, dado que consideraba que esta estrategia era extremadamente moderada. En 1898 le preguntó a Naoroji: “¿Qué ganan ustedes con su moderación? ¡A simple vista, e incluso viéndolo por microscopio, nada! Ellos [i.e. las clases gobernantes] simplemente los patean (...) y mienten sobre ustedes, incluso más de lo que hacen con nosotros” (Shanker, 2005, p. 1045). A partir de esto, llevaría adelante a finales de siglo XIX toda una serie de reuniones en distintas ciudades de Inglaterra para informar sobre la situación de la India, porque creía que existía algún tipo de conspiración de silencio en la prensa inglesa sobre lo que ocurría allí (Morris, 2014, pp. 297-298).
A pesar de esta alianza con el liberalismo, existió dentro del INC un sector minoritario de políticos radicales que se mostró cauteloso con respecto al acercamiento con los liberales y a la estrategia de demandar reformas para la India en el Parlamento (Singh, 2018, p. 51). Uno de ellos fue Lajpat Rai, quien estuvo a favor de entablar lazos de colaboración con Hyndman y la SDF. En efecto, él participaría en algunas movilizaciones de este último partido a favor de la causa india. Según su propio testamento, Lajpat Rai se conmovió ante el tamaño de la audiencia interesada en el tema, lo que contrastaba con el poco interés manifestado por el bienestar de los indios en la Cámara de los Comunes (Singh, 2018, p. 82).
Este contacto entre la SDF y este sector minoritario del INC también se manifestó en una relación de colaboración periodística entre Justice y otras editoriales indias. Así, en Justice aparecieron artículos escritos tanto por nacionalistas indios como por miembros del partido donde se criticó a la administración británica en dicha colonia. Por ejemplo, el ya mencionado Lajpat Rai redactó en 1905 un artículo titulado “The Debate on the Indian Budget”, donde acusaba a la apatía del Parlamento hacia la India, al no existir un debate real sobre el presupuesto de esta colonia, a pesar del enorme efecto que los aumentos en los gastos militares tendrían sobre los contribuyentes indios (Singh, 2018, p. 58). Ese mismo año, Justice publicó otro artículo, “Nearing the Crash in India” donde el partido felicitaba a los nacionalistas indios por su iniciativa del Movimiento Swadeshi [4] (Singh, 2018 , p. 90).
Del mismo modo, las ideas de Hyndman con respecto a la correspondencia entre el destino de los trabajadores ingleses y de las masas indias fueron reproducidas por algunas editoriales en la India. Una de ellas, Panjabee, en un artículo titulado “India and British Democracy”, publicado en 1905, encargaba a sus lectores luchar con la clase obrera inglesa y los demócratas irlandeses para encontrar la “liberación común” para aquellos que habían sido pisoteados por las mismas clases que habían condenado a los indios como “bestias de cargas y una raza de siervos y de ilotas” (Singh, 2018, p. 58). Otro periódico, The Indian Sociologist, que demandaba el autogobierno para la colonia de la India, reprodujo artículos de Hyndman cuyos argumentos fueron invocados para respaldar las ideas de expoliación británica en la India y el derecho al levantamiento contra ella por parte de quienes la sufrían (Owen, 2007, p. 63).
Un evento que marcó un cambio en las posturas ante el Imperio de Hyndman, pero que no se vinculó con la India, fue la Guerra en Sudáfrica en 1899. La violencia que implicó este acontecimiento le mostró, y también al resto de la SDF, que cualquier forma de Imperio, ya sea bajo la idea de una Federación Imperial o bajo el dominio colonial británico, solo podía mantenerse mediante el derramamiento de sangre y mediante el abandono de las libertades políticas que la administración británica supuestamente había traído (Morris, 2014, pp. 311-312). A partir de allí, Hyndman abandonó su postura esencialmente anticolonialista, que criticaba a la administración británica en las colonias y consideraba posible el advenimiento del socialismo mediante el Imperio, por una posición que era antiimperialista y criticaba toda forma imperial (Morris, 2014, p. 307). Así, ni Hyndman ni ningún otro miembro prominente de la SDF apoyaría en adelante políticas imperialistas. Este cambio de posturas se manifestó claramente en sus exposiciones sobre la India en la Segunda Internacional.
Los congresos de la Segunda Internacional
Hyndman expuso el problema de la India en los congresos de la Segunda Internacional impulsados en Ámsterdam (1904) y Stuttgart (1907), donde el problema del imperialismo fue un tópico de debate permanente. En su reporte presentado en el congreso de Ámsterdam, Hyndman (1904) señaló su propósito: “Las resoluciones que se presentaran al Congreso condenan todo el sistema de colonización y conquista modernas como perjudiciales para los trabajadores, y una resolución especial en relación a la India que insta a los trabajadores de Gran Bretaña a exigir a su Gobierno el restablecimiento del gobierno nativo”.
Nuevamente, reiteró sus severas críticas a la administración inglesa en esa colonia, centrándose en el drenaje de sus riquezas por parte de la clase capitalista británica. Apuntaba que: “Durante solo 150 años (...) los desafortunados habitantes del Hindostán han sido sometidos en un creciente grado bajo el control del codicioso explotador europeo”. Asimismo, denunciaba que, por medio del drenaje de capitales, el gobierno británico fabrica “deliberadamente el hambre para alimentar la avaricia de nuestras clases prósperas en Inglaterra”, lo que ha llevado a que la población india sea “universalmente reconocida como la más pobre del mundo”. El gobierno británico habría perpetuado así “el mayor crimen que ha ennegrecido los anales de la raza humana”, y “el ejemplo más grande y terrible de la crueldad, la codicia y la miopía de la clase capitalista, de la que la historia tiene algún registro” (Hyndman, 1904).
Para Hyndman, la situación en esta colonia resultaba tan grave que planteaba que el “socialismo en sí mismo para toda la Europa occidental es menos importante que la prevención de esta atrocidad [la de la India] a gran escala”. Finalizaba, en un tono antiimperialista, con el siguiente planteamiento: “Es el deber de la Internacional Socialista, el único partido internacional no capitalista, denunciar y, siempre que sea posible, evitar la extensión de la colonización y la conquista, dejando a cada raza, credo y color la oportunidad plena de desarrollarse” (Hyndman, 1904).
Asimismo, Hyndman desarrollaba en este congreso una crítica más consistente a la clase capitalista británica, en tanto consideraba al desarrollo del colonialismo británico como un producto directo de sus intereses:
Pero en nuestros tiempos el impulso económico directo ha sido más evidente
que nunca, y el curso seguido por el poder de colonización y conquista más
exitoso de todos, a saber, Gran Bretaña, se ha debido desde el principio al
deseo directo de ganancia personal. (...) El sentimiento imperial llegó
mucho más tarde (…) todas las colonias británicas y dependencias de valor,
excepto las adquiridas como incidentes de guerras con naciones extranjeras,
han sido fundadas por empresas privadas; (...) Primero el pionero, luego el
comerciante, luego el administrador, luego el colonizador y el colono,
después de ellos unos pocos policías y un tribunal de justicia, por último,
y a veces nunca, los militares. Tal ha sido el desarrollo general del
Imperio Británico. Esto (…) es una inversión de los métodos empleados por
otros Estados (Hyndman, 1904).
En este sentido, el imperialismo de Gran Bretaña conocía un desarrollo histórico diferente al del resto de los países europeos, cuyos sistemas de expansión no eran tan favorables para el desarrollo capitalista: “El crecimiento extraordinario de las Colonias y Dependencias británicas durante los últimos tres siglos muestra, por lo tanto, que la expansión del comercio y los asentamientos con su ganancia pecuniaria para la clase capitalista en el país [Gran Bretaña], es más favorecida por este sistema, que por el sistema militarizado y burocrático adoptado por otras naciones” (Hyndman, 1904).
En el congreso de Stuttgart en 1907, Hyndman presentó nuevamente el caso de la India y avanzó hacia un pronóstico que anticipaba la pérdida de la colonia:
Ya no hay ninguna esperanza de mejora por medios pacíficos o constitucionales (...) Incluso se están haciendo intentos (...) para mantener nuestra dominación, tal como se estableció originalmente, mediante el método de estimular animosidades internas (...). Pero esta vergonzosa política no tendrá éxito y ni el fanatismo musulmán ni los rifles y la artillería europea podrán mantener de manera permanente un despotismo extranjero que ha demostrado ser un fracaso en todas direcciones. El gobierno capitalista blanco, ahora condenado a un derrocamiento temprano, parecerá una pesadilla corta y espantosa en la larga y gloriosa vida de la India (Hyndman, 1978 [1907]).
En definitiva, en esta última etapa, se asiste a una mayor radicalización de sus posturas en relación a la India. Hasta entonces siempre había sostenido la posibilidad de mantenerla dentro del Imperio y de reparar los daños producidos por la administración inglesa. Sin embargo, ahora mantuvo una posición antiimperialista, y destacó la necesidad de un abandono inmediato de la colonia. Junto con esto, hay un viraje en el actor central encargado de mejorar la situación de la India. Mientras que antes confiaba en que los políticos ingleses podían reparar sus errores en la India, ahora destacaba la necesidad de una “liberación común” del pueblo indio y de la clase trabajadora británica.
En sus años finales, Hyndman abandonaría el partido luego de que sus posturas nacionalistas y a favor de participar en la Primera Guerra Mundial fuesen derrotadas en una conferencia en 1916. El grupo que siguió a Hyndman conformó el National Socialist Party (NSP), una fuerza política socialista nacionalista que, en 1918, se incorporaría al Labour Party (Bevir, 1991, p. 144). Del mismo modo, Hyndman desarrolló un mayor interés por el estudio del este asiático. Dos años antes de su muerte, en 1919, publicó el libro The awakening of Asia, en donde reconstruía la historia de los países asiáticos a la par que criticaba el imperialismo europeo sobre este continente. Particularmente, reiteraba sus críticas al gobierno británico en la India y se posicionaba a favor del movimiento nacionalista que allí se estaba gestando. Advirtió en esa obra que: “el descontento [en la India] crecerá más a menos que el gobierno británico garantice a los indios lo que sus líderes ahora demandan” (Hyndman, 1919, p. 219). Concluyó este escrito abogando por “el abandono de los intentos de forzar el capitalismo y el comercio en los países asiáticos” y “la aceptación general por parte de los europeos del principio de: Asia para los Asiáticos” (Hyndman, 1919, pp. 272-273).
Conclusión
El presente artículo reseñó la evolución de las posturas de Hyndman frente a la India conforme sus posiciones político-partidistas fueron modificándose. Sus posturas, lejos de ser estáticas, sobresalen por su complejidad y por haberse centrado tanto en aspectos económicos como políticos. En este sentido, varios son los cambios que se perciben. En primer lugar, pasó de criticar las deficiencias de la administración británica de la colonia, a elaborar una crítica más consistente a la clase capitalista británica en la India. En segundo lugar, sus planteamientos evolucionaron, primero, hacia una posición a favor de una Federación Imperial que permitiese el salto al socialismo y, más tarde, hacia una posición antiimperialista en contra de toda forma de ocupación colonial de la India. En tercer lugar, y concomitante con lo anterior, existió un viraje en el actor encargado de llevar adelante el cambio en la India, este pasó de ser la clase gobernante británica a ser la clase trabajadora británica actuando junto con el pueblo indio. Por último, Hyndman abandonó las visiones positivas de las políticas europeizadoras y del anglosajonismo, y adoptó, en cambio, posiciones de gran radicalidad para la época, como lo fueron estar a favor del autogobierno indio y, más adelante, defender el retiro de los ingleses de la India.
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Notas
[ * ] El trabajo se realizó en el marco de la “Beca Estímulo a las Vocaciones Científicas” del Consejo InteruniversitarioNacional (CIN). Las traducciones de citas a textos de Hyndman son propias.
[1] Tres de estos artículos, “The Condition of India”, ”Controversy” y “Bleeding to Death” serían reeditados y formarían parte de su libro The Bankruptcy of India, publicado en 1886.
[2] En este sentido, Hyndman forma parte de un conjunto mayor de políticos e intelectuales ingleses que señalaron su descontento con la política exterior inglesa como uno de los factores que los impulsaron al socialismo. Ver: Claeys (2010, p. 125).
[3] “India and England”, citado en Singh (2018).
[4] El movimiento Swadeshi fue una campaña iniciada en la India en 1905 para oponerse a la decisión del Raj Británico de dividir la región de Bengala. Esta campaña consistía en alentar el consumo de productos locales y boicotear las importaciones británicas (Metcalf y Metcalf, 2006, p. 156).
Para citar este artículo: Giorgis, Emiliano (2020). Henry Hyndman y la evolución de su pensamiento con respecto a la India (1877-1919). Anuario de la Escuela de Historia Virtual, 18, 208-228. |