Resumen de tesis:

“Entre Historia y Arqueología Visual: un análisis de los rituales andinos en las ilustraciones de la Primer nueva corónica y buen gobierno de Felipe Guaman Poma de Ayala (ca. 1615)”[1]

 

 

Paula Rossi

(Universidad Nacional de Mar del Plata)

rossi.paula28@gmail.com

 

Con el propósito de contribuir a la comprensión de la religiosidad andina prehispánica y a las interpretaciones que se tenía de ella en el siglo XVII, esta investigación versa sobre las prácticas rituales ilustradas en la Primer nueva corónica y buen gobierno de Felipe Guaman Poma de Ayala (ca. 1615). La problemática es abordada a partir de la vinculación entre perspectivas historiográficas, arqueológicas y antropológicas que se han renovado en el último tiempo y que permiten complejizar los estudios acerca del mundo andino prehispánico dilucidando rupturas y continuidades que trajo el proceso de conquista. El documento fue escrito entre las décadas de 1580 y 1610, y tuvo la intención de ser una carta destinada a Felipe III, rey de España entre 1582 y 1621. Allí el cronista narra la historia andina desde los orígenes hasta el presente colonial, ofreciendo fuertes críticas al sistema de explotación y coacción impuesto por la corona española (Adorno, 2016). El valor documental de la crónica radica en su fecha de elaboración, en el origen multiétnico del autor, en sus lecturas y estudios previos, y en la articulación de imagen y prosa como estrategia narrativa.

Guaman Poma era descendiente de la dinastía Yarovilca de Huánuco por parte paterna y de los incas por su madre. Además, sirvió como intérprete de Cristóbal de Albornoz, visitador eclesiástico a cargo de algunas de las campañas de extirpación de idolatrías. Por estos motivos, se puede afirmar que el cronista se encontraba en una zona intermediaria o de contacto entre dos culturas y mundos disímiles (Adorno, 2016). Estudiar su trayectoria permite comprender de qué modo su origen indígena, su fe católica y su rol como funcionario de la corona española determinaron los sentidos y significados de los dibujos.

La crónica está compuesta por 398 dibujos acompañados por un epígrafe y párrafos que complementan las temáticas graficadas. Las ilustraciones son el texto primario de la obra porque preceden al verbal anticipando el contenido del libro. En este sentido, ofrecen una visión abarcadora de la lógica andina, que se articula con la prosa (Adorno, 2002 y 2016). Las imágenes son utilizadas en numerosos trabajos para ejemplificar temáticas estudiadas a partir de otros documentos coloniales o desde el registro arqueológico, y en menor medida son objeto de análisis en sí. Éstos últimos son de utilidad para nuestra investigación, aún con sus diferencias temáticas, porque colaboran a nutrir la interpretación acerca del documento desde múltiples perspectivas (Adorno, 2016; Martínez Cereceda et al., 2014; Quispe Agnoli, 2014; González Díaz, 2012, entre otros). Dado que en los Andes las imágenes son parte fundamental de un discurso visual de larga trayectoria, y una de las maneras predilectas de comunicar y plasmar discursos y significados (Martínez Cereceda et al., 2014), consideramos que su análisis como fuente documental permitirá generar información única sobre las prácticas rituales.

Las ilustraciones muestran detalles de la cultura material, de los agentes –humanos y no humanos– y de los paisajes que son parte central de las prácticas que Guaman Poma narra en su crónica. De este modo, el estudio de las ilustraciones permite abordar aquello que él comprendía de la sociedad andina pero que no puso en palabras (Burke, 2005). En este sentido, ellas son un testimonio en el que se articula su identidad y su forma de entender el mundo. Para analizarlas se debe atender al ojo de la época (Pérez Vejo, 2012), o al ojo vivo (Rodríguez de la Flor, 2009), y reconstruir la mirada de quien las creó y de sus destinatarios.

Se parte de la hipótesis que considera que el cronista, influenciado por sus creencias y lecturas católicas, tildó a ciertos rituales andinos como “idolatrías”, por lo tanto las ilustraciones de la crónica son una síntesis de algunas prácticas religiosas andinas que conjugan simbologías católicas y occidentales. Estos dibujos ofrecen información significativa acerca de la realidad andina, al tiempo que incorporan elementos de la mirada cristiano-colonial.

La crónica se divide en treinta y nueve capítulos y, según Adorno (2002), existen tres posibles niveles de organización de la misma con grados de complejidad y profundidad distintos. El que será retomado en esta investigación divide la fuente en diez segmentos, de los que serán analizados los primeros cinco, dado que en este trabajo se analizan los dibujos en los que el cronista ilustró prácticas rituales contextualizadas en momentos previos a la conquista: 1- La creación o primera edad del mundo (capítulos 1-3); 2- La historia del papado de la Iglesia católica (capítulo 4); 3- La “primera edad” de los “yndios que Dios trajo al Nuevo Mundo” (capítulo 5); 4- La “quinta edad” de los indios del mundo, (capítulos 6-18); y 5- “CONquista”, incluye la lista de los virreyes y entidades del “buen gobierno” (capítulos 19-20) (Adorno, 2002).

Los primeros cuatro segmentos historizan las edades del mundo andino: Vari Viracocha Runa, Vari Runa, Purun Runa, Auca Runa e Inca Runa, paralelas a las eras cristianas: Adán y Eva, Noé, Abraham, David y Jesucristo. El último segmento estudia la quinta edad, que implica la conquista y las entidades del buen gobierno, columna vertebral del documento que ofrece soluciones políticas y económicas para la administración real española. Luego de la sistematización y el análisis de los dibujos que componen cada apartado se pudo reconocer que en el segundo y en el quinto segmento no se ilustraron prácticas rituales. Por ese motivo, solo ofrecemos una breve introducción acerca de la temática que problematizan, dado que sus contenidos son sumamente importantes para comprender el hilo argumental del documento y el posicionamiento del cronista.

Los dibujos que componen la crónica son entendidos en esta investigación como textos visuales, a saber, soportes en los que se narra una historia y en los que están presentes símbolos independientes del registro escrito (Martínez Cereceda et al., 2014). En ellos es posible observar los principios socioculturales que le dan sentido a la iconografía. Como las culturas andinas eran ágrafas, su acercamiento al mundo era multisensorial a través de la configuración de complejos sistemas de comunicación y de registro basados en la oralidad, la visualidad, lo sonoro y los movimientos. En este sentido, el análisis de los textos visuales ofrece la posibilidad de integrar la multiplicidad de registros existentes y, de este modo, construir el objeto de estudio.

Para analizar las ilustraciones resultó de central importancia la configuración de una metodología propia y original, resultado de la convergencia de distintas propuestas de análisis. En el nivel teórico-metodológico, los aportes de la sociología de la imagen y de la cultura visual permiten cuestionar y romper con las interpretaciones que naturalizan el eurocentrismo cultural, social y económico y estudiar la etapa colonial con una mirada crítica. Rogoff (2000) analiza la cultura visual a partir de las estructuras de poder que se establecen entre los sujetos en un espacio determinado. Aunque la autora no analiza el período colonial, su aporte puede ser extrapolado para entender la dimensión espacial de la conquista americana.

La sociología de la imagen jerarquiza el estudio de las ilustraciones, en detrimento de la prosa, como una narrativa social que ofrece información acerca del contexto colonial y de la historia andina fiel a su pasado y a sus prácticas (Rivera Cusicanqui, 2015). Además, da cuenta de los valores y concepciones andinos sobre el tiempo-espacio, porque las imágenes manifiestan sentidos de la sociedad indígena prehispánica no censurados por la lengua oficial (Rivera Cusicanqui, 2015). En este sentido, es posible abordar un estudio anticolonialista, crítico y que ponga en valor la importancia de estrategias y formas de comunicación alternativas al lenguaje verbal y escrito.

La arqueología visual (Fiore y Varela, 2009), por su parte, acompaña el análisis de los dibujos en pos de la búsqueda de información y la confección de los datos. El aporte de esta propuesta radica en la sistematicidad de recurrencias en acciones, agentes, cultura material, paisajes, que intervienen en las prácticas rituales. Esta propuesta ofrece elementos analíticos de la arqueología para el estudio de fuentes visuales, dado que considera que en los documentos que exceden al registro escrito es posible encontrar la persistencia de hábitos socioculturales.

Fueron confeccionadas dos bases de datos para sistematizar la información presente en los textos visuales acerca de las prácticas rituales graficadas y los agentes que intervienen. A continuación presento una breve caracterización de cada una de ellas.

A) TABLA DE DATOS DEL DIBUJO: Esta primera tabla sirve para definir las prácticas rituales analizadas, la presencia o ausencia de la materialidad de origen andino o europeo, quiénes portaban los objetos, en qué rituales intervinieron y el rol que las “cosas” cumplieron en los rituales. Nomenclaturas de las columnas: número; capítulo de la crónica en el que se ubica (número de página y de dibujo) y segmento de la crónica definido por Adorno; título de la imagen; tema (práctica ritual); contexto espacial - escenario; ubicación geográfica; materialidad andina; materialidad cristiana y observaciones. En relación con las categorías acerca de la materialidad, es preciso aclarar que se hace referencia a elementos que sean de origen andino u origen cristiano.

 

 N°

Capítulo de la crónica en el que se ubica (número de página y de dibujo) y segmento

Título

de la ima-

gen

Tema (prác-

tica ritual)

Esce-

nario

Ubica-

ción geo-

gráfica

Materia-

lidad andi-

na

Materia-

lidad cristiana

Ob-ser-va-cio-nes

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

B) TABLA DE DATOS SOBRE LOS AGENTES QUE INTERVIENEN: Tiene la finalidad de recabar información acerca de los agentes que intervienen en las prácticas rituales graficadas en la crónica. Esta tabla se diseñó para registrar los agentes (humanos y no humanos) que intervienen en esas prácticas, dando cuenta de sus datos como individuos, sus posiciones, movimientos y la manipulación de la materialidad mencionada en la tabla anterior. Nomenclaturas de las columnas: número de imagen, tema, número de cada individuo graficado, rango etario de los individuos, género identificable de los individuos, objetos manipulados, posiciones y movimientos, agentes no humanos, observaciones.

 

Tema (prácti-ca  ritual)

Número de individuos graficados

Rango etario

Género identifi-cable

Objetos manipula-dos

Posiciones y movimientos

Agentes no humanos

Ob-

ser-va-cio-nes

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Ambas tablas se encuentran íntimamente relacionadas a partir del número de dibujo y tema. Además, la segunda base de datos amplía la información relativa a aquellos agentes que intervienen en las prácticas rituales mencionadas en la tabla A, sus posiciones y movimientos, la manipulación de objetos rituales y su rol en cada ritual. La información sistematizada en las tablas fue utilizada para describir los dibujos rituales, haciendo énfasis en los agentes humanos y no humanos que intervienen, sus posiciones y movimientos. En los casos en los que los agentes portan objetos y materialidad que cumple un rol significativo en la práctica desarrollada, se añade bibliografía específica que sirva para comprender el rol y el sentido de esas “cosas”. En otros casos, los párrafos que acompañan a los dibujos resultaron de utilidad para buscar en ellos claves de interpretación del registro visual (Martínez Cereceda et al. 2014).

Respecto de los resultados obtenidos en esta investigación inicial, consideramos que uno de los aportes más significativos radica en haber desarrollado una investigación histórica a partir del análisis de fuentes alternativas a las que priman en la cultura logocéntrica. De este modo, la propuesta metodológica cobra un rol central en la tesina porque permitió llevar adelante una investigación con objetivos, hipótesis y fuentes históricas a partir de una metodología interdisciplinar, vinculando los aportes de distintas ciencias sociales, como la historia, la arqueología y la sociología. Además, el estudio de una crónica colonial lleva a analizar la discursividad subjetiva y personal que ha sido configurada en relación con su contexto de producción.

Tomando en consideración que en los Andes las narraciones visuales eran una de las principales formas de registro, y que a través de ellas se expresaban sentidos y lógicas no censuradas por la lengua oficial y por la política colonial, este estudio intentó ofrecer una mirada anticolonialista y desde una perspectiva descolonizadora. En las imágenes se transmitían ideas y narraciones que de ningún modo podrían haber estado presentes de forma escrita (Rivera Cusicanqui, 2015). Poner en valor las formas ancestrales de comunicación, y realizar el estudio en base a ese criterio, ha sido un desafío pero ante todo una convicción de que de esa forma se podían alcanzar otras interpretaciones significativas de ese pasado.

 

Referencias bibliográficas

 

Adorno, R. (2002). Un testigo de sí mismo: la integridad del manuscrito autógrafo de El primer Nueva Corónica y buen gobierno de Felipe Guaman Poma de Ayala (1615/1616). Fund og Forskning, 41, 7-96.

Adorno, R. (2016). Nueva introducción a la Nueva Corónica y Buen Gobierno y su teoría sobre el fin de la historia. En C. Bernand et al., Letras incaicas (pp. 5-81). Buenos Aires: Biblioteca Nacional Mariano Moreno.

Burke, P. (2005). Visto y no visto. El uso de la imagen como documento histórico. Barcelona: Crítica.

Fiore, D. y Varela, M. L. (2009). Memorias de papel. Una arqueología visual de las fotografías de pueblos originarios fueguinos. Buenos Aires: Editorial Dunken.

González Díaz, S. (2012). Guaman Poma y el repertorio anónimo (1554): una nueva fuente para las edades del mundo en la Nueva corónica y buen gobierno. Chungara, Revista de Antropología Chilena, 44 (3), 377-388.

Martínez Cereceda, J. L. et al. (2014). Comparando las crónicas y los textos visuales andinos. Elementos para un análisis. Chungara, Revista de Antropología Chilena, 46 (1), 91-113.

Pérez Vejo, T. (2012) ¿Se puede escribir historia a partir de imágenes? El historiador y las fuentes icónicas. Memoria y Sociedad, 16 (32), 17-30.

Quispe Agnoli, R. (2014) El silencio de Guamán Poma de Ayala ante Supay: de duende, espíritu y fantasma a diablo. Letras-Lima, 85 (121), 47-61.

Rivera Cusicanqui, S. (2015). Sociología de la imagen. Miradas ch´ixi desde la historia andina. Buenos Aires: Tinta Limón.

Rodríguez de la Flor, F. (2009). Imago: la cultura visual y figurativa del Barroco. Madrid: Abada editores.

Rogoff, I. (2000). Studying visual culture. En Terra Infirma: Geography's Visual Culture (pp. 24-36). London: Taylor & Francis Ltd.



[1] Tesina de Licenciatura en Historia defendida el 2 de agosto de 2022 en la Universidad Nacional de Mar del Plata, dirigida por la Dra. Verónica Puente. Financiada con becas de SECyT UNMdP. Miembros del jurado evaluador: Dra. Verónica Puente (UNMdP), Dr. Oscar Humberto Aelo (UNMdP) y Mag. Darío Rafael Lorenzo (UNMdP). Calificación obtenida: 10 (diez).