Estrategias de militancia. El largo exilio de Carlos Pastore y el Partido Liberal paraguayo (1942-1974)
[Strategies of Militancy. The Long Exile of Carlos Pastore and the Paraguayan’s Liberal Party (1942-1974)]
Matías Borba Eguren
(Universidad de la República)
El presente artículo se propone analizar la red de vínculos de Carlos Pastore –jurista, político e historiador paraguayo perteneciente al Partido Liberal– durante su largo exilio en Montevideo (1942-1974), focalizando en las distintas estrategias de oposición a los gobiernos autoritarios de Paraguay. A través de su archivo personal, conservado en la Academia Paraguaya de la Historia (APH), se realiza un análisis de red egocentrada con el fin de establecer las características y el funcionamiento de su estructura relacional para el desarrollo de actividades políticas realizadas desde el exilio. Se procura establecer cuáles fueron las principales estrategias de militancia política de Pastore y otros liberales paraguayos exiliados en las distintas coyunturas nacionales e internacionales.
Palabras Clave: Exilio Paraguayo; Análisis de Red Egocentrada; Militancia Política
Abstract
This article analyzes the network of Carlos Pastore –Paraguayan jurist, politician, historian and member of the Liberal Party– during his long exile in Montevideo (1942-1974), focusing on the different strategies of opposition to the authoritarian governments of Paraguay. Through Pastore's personal archive –kept at the Paraguayan Academy of History (APH)– the article does an egocentric network analysis to establish the characteristics of the relational structure and its functioning for the political activities development from exile. It aims to establish the main strategies of political militancy of Pastore and other exiled Paraguayan Liberals in different national and international contexts.
Keywords: Paraguayan’s Exile; Egocentric Network Analysis; Political Militancy
Recibido: 17/09/2023
Evaluación: 29/11/2023
Aceptado: 19/02/2024
Estrategias de militancia. El largo exilio de Carlos Pastore y el Partido Liberal paraguayo
(1942-1974)
Carlos Pastore nació el 16 de mayo de 1907 en Mbuyapey, Paraguay. Se formó en el Colegio Nacional y se graduó como abogado por la Universidad Nacional de Asunción (UNA). Integrante del Partido Liberal, fue subsecretario de la Presidencia de José Patricio Guggiari (1928-1932) y, durante la Guerra del Chaco, se destacó como jefe de la Sección Correos y Claves del Comando del Ejército. Durante la presidencia de José Félix Estigarribia (1939-1940), fue director del Departamento de Tierras y Colonización, desde donde impulsó una reforma agraria que quedó plasmada en el Estatuto Agrario de 1940. Sin embargo, la muerte del presidente paraguayo y el posterior ascenso del General Higinio Morínigo truncó este proyecto. En 1940, Pastore debió abandonar el país con el inicio de la dictadura y, tras pasar por distintas provincias argentinas, se radicó en Montevideo en 1942.
En la capital uruguaya se desempeñó como abogado, a la par de continuar su militancia política. Se vinculó con destacados políticos e intelectuales, lo que le permitió ser miembro correspondiente del Instituto Histórico y Geográfico del Uruguay, así como ser iniciado en la Gran Logia de la Masonería del Uruguay (GLMU) en 1952. [1] Su militancia lo llevó a realizar viajes constantes a Buenos Aires y a distintas provincias fronterizas con Paraguay. En 1946, incursionó en la radio con el programa “La hora de la liberación paraguaya”, transmitida por Radio Ariel y El Espectador, gracias a su buena relación con Luis Batlle Berres –líder de la Lista 15 del Partido Colorado uruguayo–.
Como historiador se destacó por su obra La lucha por la tierra en el Paraguay , publicada en 1949, y con una segunda edición ampliada y corregida en 1972. Tomás Sansón Corbo (2018, pp. 41-43) inscribe a Pastore como parte del “grupo de historiadores liberales paraguayos”, [2] junto a Justo Pastor Benítez (1895-1963), Efraím Cardozo (1906-1973), Antonio Ramos (1907-1984) y Julio César Chaves (1907-1989). El autor explica que todos se formaron en el Colegio Nacional y en la UNA. Fueron miembros del Partido Liberal y participaron en la Guerra del Chaco en tareas de asesoramiento y apoyo logístico. Se desempeñaron en distintos cargos políticos, diplomáticos y administrativos y, a partir de 1940, sufrieron el exilio –en distintos momentos y diversos períodos– debido a los gobiernos de Morínigo y Stroessner. Las investigaciones históricas de estos historiadores liberales se ocuparon de cuestiones sociopolíticas y económicas, sin dejar de lado temáticas más tradicionales referidas a la vida política del Paraguay. Concebían el estudio del pasado como una herramienta fundamental para comprender los problemas del país, así como para “desmitificar” el uso ideológico y político de la Historia.
La llegada de Pastore a Uruguay en 1942 coincidió con un proceso de realineaciones de las hegemonías políticas al interior y un cambio de postura en las relaciones internacionales (Ruíz, 2010; Caetano, 2016). Las consecuencias de la Segunda Guerra Mundial se cristalizaron en un alineamiento decidido con Estados Unidos y la causa aliada (Marchesi y Markarian, 2016). El abandono de la neutralidad por parte de Uruguay y la lucha contra la amenaza “nazifascista” en el continente americano se articuló con la oposición a Morínigo de distintos exiliados paraguayos liberales, del Partido Revolucionario Febrerista (PRF) y del Partido Comunista Paraguayo (PCP).
La participación de Pastore en distintos actos públicos, la difusión de información en la prensa y las audiciones radiales llevadas a cabo encontraron en Montevideo una caja de resonancia privilegiada. Como explica Gerardo Caetano (2019), la situación geopolítica del Uruguay lo colocó como un espacio de “frontera”, así como un “factor de equilibro” en la región. Esto posibilitó el tránsito de intelectuales, políticos, sindicalistas y exiliados de diversa índole, que hallaron un refugio seguro para continuar con sus actividades político-intelectuales.
Posteriormente, las actividades de Pastore y exiliados liberales se acompasaron a las circunstancias del período de la Guerra Fría: el creciente anticomunismo, el aumento de la violencia política y la restructuración de las derechas (Broquetas, 2014; Bertonha y Bohoslavsky, 2016; Broquetas y Caetano, 2022). La caída de Morínigo en 1948, la inestabilidad de los posteriores gobiernos del Partido Colorado en Paraguay y la dictadura de Stroessner en 1954 marcaron el inicio de una nueva etapa de su exilio. Las relaciones del Estado uruguayo con Paraguay fueron vigiladas de cerca, así como su posición ante la Revolución Cubana (García y Ayala, 2014; García y Girona, 2020; de León, 2022; Girona, 2022). El triunfo de Fidel Castro implicó una transformación en las estrategias políticas de los exiliados paraguayos, buscando evitar el apoyo de la Alianza para el Progreso a la dictadura stronista.
Entre 1961 y 1962, Pastore fue presidente del Directorio del Partido Liberal, a pesar de seguir viviendo en el exilio. Debió hacer frente a las divisiones internas de su partido ante la posibilidad de participar en las elecciones organizadas por Stroessner (Boccia Paz, 2016). Los años posteriores fueron de intensa actividad política, denunciando el terror de la Dictadura y las violaciones de derechos humanos. El fin del período del exilio de Pastore estuvo marcado por la crisis interna del Partido Liberal, que lo fueron alejando progresivamente de la actividad política. Tras el golpe de Estado en Uruguay en 1973, Pastore decidió retornar a Asunción. En 1978 sería expulsado nuevamente, volviendo a Montevideo por unos meses, para retornar definitivamente al territorio paraguayo bajo una estricta vigilancia.
Este breve repaso de la vida de Pastore en Montevideo abarca más de treinta años. Su situación de destierro fue el marco general de su vida en Uruguay, siendo un caso de análisis relevante. El largo período permite observar las transformaciones en las dinámicas del exilio latinoamericano que Luis Roniger (2014) ha descripto y que otros autores han indagado en distintos casos de estudio (García y Ayala, 2014; Badan y Ayala, 2022; Girona, 2022; Jensen y Lastra, 2023). En este sentido, el propio Roniger señala la necesidad de profundizar el estudio del exilio paraguayo como un caso poco trabajado.
En el presente trabajo se ha dividido el marco cronológico en tres períodos, determinados por las dictaduras de Morínigo y Stroessner, separadas por los gobiernos colorados entre 1948 y 1954. En cada coyuntura, Pastore y su red de vínculos practicaron distintas formas de oponerse, protestar, denunciar y luchar ante los gobiernos autoritarios en Paraguay. Las distintas actividades políticas de los liberales paraguayos exiliados pueden englobarse en tres grandes estrategias: a) Reorganización de la estructura partidaria; b) Presión y propaganda internacional; y c) Lucha armada y sublevación militar.
Es menester señalar que, si bien el foco está puesto en las estrategias impulsadas por Pastore y sus correligionarios, otros exiliados paraguayos y de diversas nacionalidades coinciden en las distintas actividades identificadas. Para comprender mejor la diversidad de actores que intervienen en la estructura relacional se procede a realizar un análisis de red egocentrada. Esto refiere a la reconstrucción de los vínculos en torno a un individuo en particular, que funge como punto de partida para observar una red de contacto más amplia (Granovetter, 1973; Lux y Cook, 1998; Ímizcoz, 2003; Ímizcoz y Arroyo, 2011).
En este sentido, los intercambios epistolares son una fuente privilegiada para este tipo de análisis. A partir del catálogo correspondiente a la “Colección Documental y Bibliográfica Carlos Pastore” (Colección Pastore), realizado bajo la asesoría técnica de Liliana Brezzo (2011), se seleccionaron las cajas donde se constataba la mayor cantidad de correspondencia entre 1942 y 1974. [3] El recorte cronológico responde al inicio del exilio de Pastore en Montevideo, y se extiende hasta el momento que decide retornar a Asunción. [4]
Se construyó una base de datos compuesta por 22 variables, [5] ingresando cada carta enviada/recibida como un registro único. La misma se compone de un total de 918 casos, y es procesada con el software R, [6] utilizando el paquete igraph. [7] El gráfico resultante se compone de un nodo para cada individuo –ya sea receptor o emisor– enlazados por una línea direccionada por comunicación enviada/recibida. A mayor cantidad de comunicaciones, los nodos se verán enlazados con mayor densidad, ubicándose más cerca entre sí. Esta visualización es el punto de partida para este análisis, observando distintos parámetros para encontrar los grupos de mayor cercanía a Pastore para definir sus características, temas de interés y las funciones de los actores.
Es necesario señalar las limitaciones de este tipo de análisis. La correspondencia se toma como prueba de conexión efectiva entre dos actores. No obstante, por sí sola no define la existencia de un vínculo, ni da cuenta de sus características. Es necesario complementar y contrastar con otro tipo de información (Ímizcoz y Arroyo, 2011; Borba Eguren, 2020). Por otro lado, la base se compone de la selección de cajas con mayor cantidad de correspondencia para el período. [8] La representatividad de estas comunicaciones está mediada no solo por su conservación, sino también por el recorte cronológico del tema de este trabajo. La base responde al trabajo actual de relevamiento y procesamiento de datos, quedando sujeta a nuevos hallazgos documentales. Por esta razón se enfatiza que este análisis es el punto de partida, una brújula para la reconstrucción de la red de Pastore durante su exilio.
Hecha las aclaraciones, el gráfico obtenido a través de R es el siguiente:
Gráfico 1. Red egocentrada en Pastore y detalle de los nodos centrales, elaborado con igraph en R, a partir de la base construida con la correspondencia entre 1942 y 1974 relevada en la APH.
Como se puede apreciar, al tratarse de una red egocentrada el nodo principal corresponde a Pastore. En torno a él se identifican un grupo relacional denso cuyas características son: a) mayoría de interlocutores paraguayos; b) la mayoría de estos pertenecen al Partido Liberal, aunque también se aprecian integrantes del PRF; c) entre los paraguayos liberales se destaca la presencia del “grupo de historiadores liberales”; d) entre los liberales es posible identificar varias generaciones de militantes, algunos que integraron organismos partidarios, otros relacionados a la militancia universitaria; y e) muchos de los interlocutores que conforman este grupo más cercano a Pastore sufrieron la experiencia del exilio, en distintos momentos y por diversos períodos.
En este sentido, las temáticas de la correspondencia permiten profundizar en estas características:
Gráfico 2. Porcentajes de cartas que refieren a las distintas temáticas en los 918 casos. Las categorías temáticas no son excluyentes, ya que una carta puede abarcar más de un tema.
Las temáticas de mayor peso corresponden a la de Militancia, Paraguay e Historiografía. Dada la nacionalidad de la mayoría de los interlocutores, el tema Paraguay da cuenta de la preocupación constante con respecto al país. Despejando esto, las actividades políticas y la investigación histórica componen el interés principal en la correspondencia relevada. En un tercer lugar aparecen los temas relacionados con la situación de Latinoamérica y, finalmente, temáticas relacionadas con rebeliones, movimientos guerrilleros y subversiones –tanto en Paraguay como en otros países–. La categoría final de Otros engloba aspectos de la vida cotidiana y cuestiones comerciales que, si bien no son el foco de este análisis, se dejó constancia de su existencia en la construcción de la base de datos.
Dado el amplio período, se realiza una mirada diacrónica de la evolución de temática de la correspondencia. Como se mencionó, la base responde al procesamiento actual de los datos. Por esta razón, el gráfico posee años donde la presencia de comunicaciones es reducida o nula, lo que no significa que no existan. [9]
Gráfico 3. Cantidad de cartas relevadas que abordan cada tema por año, entre 1942 y 1974. Las temáticas no son excluyentes, una misma carta puede abordar más de un tema.
Como se puede observar, existen ciertos períodos donde la correspondencia se intensifica –1944-1946, 1948-1953, 1955-1958, y 1961-1966–, lo que marca coyunturas distintas. La militancia ocupa un lugar preponderante en cada uno de estos períodos, es sobrepasada solamente entre 1949 y 1954, que corresponde al segundo período del exilio de Pastore donde se dedica mayormente a la investigación histórica. En el tercer período, con el inicio del Stronato, la actividad política ocupa la centralidad de los temas abordados. Con respecto a los movimientos revolucionarios, aparecen con menor frecuencia, pero sus picos también coinciden con coyunturas identificables: intentos subversivos de liberales y febreristas en el inicio del Stronato; el impacto de la Revolución Cubana; y el surgimiento del Movimiento 14 de Mayo (M-14) y el Frente Unido de Liberación Nacional (FULNA) (Céspedes y Paredes, 2004; Nickson, 2013).
En paralelo, hay un aumento importante en los temas relacionados con Latinoamérica en la década de 1960. Al georreferenciar la correspondencia, es posible dar cuenta de cómo la red en torno a Pastore fue internacionalizándose hacia la segunda mitad de la década de 1950. Para esto se procesó la base de datos con Palladio, [10] segmentándola en dos períodos: 1942-1954 en color azul, y 1955-1974 en color verde.
Mapa 1. Comunicaciones enviadas/recibidas relevadas de la Colección Pastore construido a través de Palladio. A la izquierda corresponde al período 1942-1954 y a la derecha al período 1955-1974.
Si bien en ambos casos el espacio principal de las comunicaciones relevadas es la región rioplatense, se constata la ampliación a otros países del continente. Se destaca el fuerte flujo con países del Caribe, en particular Costa Rica. La estrecha relación que mantuvieron Pastore con figuras como Francisco Orlich, José Figueres, Santiago Polanco Abreu, entre otros, explican este fenómeno. De igual manera, los cursos impartidos por el Instituto Interamericano de Educación Política (IIEP) y la Escuela Interamericana de Educación Democrática (EIED) señalan una intensa circulación para este período (Iber, 2013).
El crecimiento de la temática sobre Latinoamérica también responde a los contactos entre exiliados paraguayos con otros partidos políticos del continente. En 1959, el Partido Liberal y el PRF conformaron un frente opositor llamado Unión Nacional Paraguaya (UNP). Entre sus actividades, participaron de variadas instancias internacionales que congregaron a representantes de distintos partidos como Acción Democrática (Venezuela), APRA (Perú), Partido de Liberación Nacional (Costa Rica), Partido Popular Democrático (Puerto Rico) y Partido Radical (Chile), entre otros.
Estas características permiten identificar un primer período de oposición contra el régimen de Morínigo entre 1942 y 1948, donde la investigación histórica y la militancia confluyen en un clima de lucha contra el fascismo. Un segundo período comienza en 1948 con el fin de la dictadura, pero que no redunda en un retorno democrático. La inestabilidad política, sumado a la desorganización del Partido Liberal, hicieron que Pastore se dedicara a sus investigaciones antes que a la esfera partidaria. Finalmente, en el inicio de la dictadura de Stroessner hay un crecimiento importante de la actividad política, así como una internacionalización de la correspondencia relevada. Tras las divisiones del liberalismo, Pastore progresivamente se va alejando de la militancia activa, retornando a sus indagaciones históricas.
El inicio del exilio de Pastore en Montevideo coincide con la disolución del Partido Liberal por parte del gobierno de Morínigo, a través del decreto-ley N° 12.546 del 25 de abril de 1942. Esto significó la clandestinidad formal de los liberales, optando buena parte por el exilio en distintas regiones del Río de la Plata, principalmente en Buenos Aires y en distintas provincias argentinas fronterizas con Paraguay.
Sin embargo, el exilio de la mayoría de los dirigentes y principales políticos liberales comenzó en 1940 con el ascenso del nuevo gobierno, provocando la desorganización de la estructura partidaria. Desde el destierro buscaron conformar una nueva organización en el exterior. Efraím Cardozo, en carta enviada a Pastore el 11 de octubre de 1941, comentaba desde Buenos Aires sobre las negociaciones para la conformación de un Comité Central en el exilio. Sin embargo, señalaba que las diferencias con “el grupo de Guggiari” truncaron el proyecto original. [11]
Las divisiones internas del liberalismo continuaron en el exilio. Como señala Gustavo Laterza (2011), estas respondían más a cuestiones generacionales que a fundamentos ideológicos; en particular, la elección de Estigarribia como candidato liberal en 1939 –alguien que venía de las Fuerzas Armadas y no de la militancia política– . La generación de Pastore y el “grupo de historiadores liberales” apoyaron –en distintos grados– a Estigarribia, mientras la generación de Guggiari, Belisario Rivarola y Gerónimo Zubizarreta, entre otros, miraron con recelo su elección. Tras su muerte, estas diferencias latentes se manifestaron en la búsqueda por reorganizar el Partido.
A pesar de esta situación, en Buenos Aires se conformó el Comité Ejecutivo del Partido Liberal en el Destierro entre 1941 y 1942. Su funcionamiento buscó aglutinar a los correligionarios dispersos y funcionó como rector de los Comités liberales formados en distintas provincias argentinas y en Montevideo. La nueva estructura partidaria también fue acompañada de intentos de lucha armada, en su mayoría infructuosos. El 26 de enero de 1944, un levantamiento concebido por Arturo Bray y otros liberales fracasó en la toma del Cuartel de Seguridad y la Policía de Asunción (Gómez Florentin, 2011).
Sin embargo, fue bajo el contexto internacional del triunfo aliado en la Segunda Guerra Mundial que las acciones de liberales exiliados tuvieran mayor peso en la opinión pública. La adhesión del Comité Ejecutivo y los Comités locales en distintas actividades públicas contra el fascismo y el nazismo dinamizaron el funcionamiento partidario. Se dedicaron intensamente a denunciar el régimen de Morínigo a través de publicaciones de folletos, manifiestos y artículos en la prensa, señalándolo como representante del nazismo en el continente. Dos ejemplos resultan ilustrativos en el año 1945. El primero, el acto de solidaridad con la UNA realizado en marzo, organizado por la Confederación Americana de Magisterio presidida por Otto Niemann. La correspondencia de Pastore da cuenta de su vínculo con el referido pedagogo, conservando en su archivo toda la documentación sobre la organización de este acto donada por el propio Niemann. [12]
El segundo, la misión periodística llevada a cabo por El País de Montevideo, tras la denuncia de la existencia de “campos de concentración” realizada por el militante universitario paraguayo Bradi Yampey. Tras su fuga hacia la capital uruguaya, denunció las condiciones de reclusión y la tortura sufrida por los opositores políticos. El representante del Gobierno paraguayo en Montevideo, Natalicio González, invitó a El País a viajar a territorio paraguayo para demostrar la falsedad de las denuncias. El periódico aceptó, y el 27 de julio envió al periodista Carlos Borche y al fotógrafo Alberto Rodríguez para dicha empresa. Entre agosto y septiembre se publicaron distintas notas donde se narraba y retrataba la situación paraguaya (Borche, 1946). Esto generó un gran impacto en la prensa rioplatense, particularmente en Montevideo.
Sin embargo, la necesidad de mejorar la organización del Partido continuó preocupando a Pastore. En carta a Justo Pastor Benítez del 4 de agosto de 1945, señalaba que estuvo en la capital argentina y que los correligionarios de allí se encuentran “intranquilos”. Expresaba que el deseo de sus compatriotas era volver a organizar el Partido en territorio paraguayo y reorganizar la directiva en el exilio, pero no se ha actuado para lograrlo. Entendía que la desorganización partidaria podría ser “[…] una de las causas de la permanencia en el gobierno del Paraguay de la pandilla nazi. Parece que el Comité comprende el problema, pero hasta ahora no actúa. Quizás los hechos y la presión les obligue a actuar y a plantear el problema político en sus verdaderos términos”. [13]
Dentro del territorio paraguayo, el 5 de septiembre de 1945 se conformó el Club Liberal Alón, por iniciativa de un grupo de estudiantes universitarios liberales. Señala Alfredo Boccia Paz (2016, pp. 32-37) que la influencia del liberalismo en el movimiento estudiantil era importante en este período; este grupo de jóvenes, sin integrar la estructura partidaria, deseaban formarse políticamente y colaborar en la lucha contra la dictadura.
Hacia 1946, el gobierno de Morínigo comenzó a perder el apoyo popular y del Ejército, por lo que apeló a conseguir aliados dentro del Partido Colorado. Explica Carlos Gómez Florentín (2011) que la creciente presión internacional llevó al Gobierno a plantear una progresiva democratización. Esto no evitó que las críticas y campañas en contra de la represión en Paraguay continuaran. En este contexto, Pastore comenzó con su audición “La hora de la liberación paraguaya”. Gracias al estrecho vínculo con Batlle Berres, el programa fue emitido por Radio Ariel–perteneciente a la Lista 15 del Partido Colorado uruguayo–. La correspondencia da cuenta de la recepción de este programa, en particular tras la repetición en radio El Espectador . [14] Una selección de las audiciones de Pastore fueron publicadas posteriormente bajo el título El Paraguay y la tiranía de Morínigo(1947). En reiteradas ocasiones, las alocuciones realizadas hablan a los militares paraguayos, señalando el deber y la importancia de las Fuerzas Armadas para defender el orden constitucional y democrático. La audición del 30 de enero de 1946, transcripta bajo el título “Fundamentos de la disciplina y de la obediencia en el Ejército”, pedía a las Fuerzas Armadas “[…] limpia[r] el territorio de la patria de campos de concentración” (1947, p. 15), y cumplir con la Ley y la moral de la institución. Desde la visión de Pastore, el apoyo militar era indispensable para poner fin a la dictadura.
En Paraguay, los militares nucleados en torno al grupo conocido como Frente de Guerra –aliados moriniguista– fueron desplazados. Los principales puestos de las Fuerzas Armadas fueron ocupados por militares que presionaron a Morínigo por la conformación de un gobierno de coalición entre Colorados y Febreristas. Se abrió así el período conocido como la “Primavera Democrática”, donde se posibilitó el retorno de la gran mayoría de los exiliados liberales; Pastore retornó hacia mediados de 1946. Sin embargo, las diferencias entre febreristas y colorados desembocaron finalmente en la Guerra Civil de 1947. Esto implicó un nuevo exilio masivo de paraguayos, repitiendo destinos similares en Argentina, Uruguay y Brasil (Flores Colombino, 1972; Boccia Paz, 2016).
De nuevo los principales dirigentes liberales se encontraban en el exilio, reactivando muchas de las estructuras establecidas anteriormente. Se destaca en este momento, y ante un aumento importante del número de exiliados, las iniciativas de colaboración con compatriotas. El 29 de enero de 1948, Pastore informaba a Ramón Sellitti –exiliado liberal en Posadas– sobre la creación de la “casa de los paraguayos” dirigida por el Partido. Explicaba que en la calle 18 de Julio N° 1698, apartamento 4, vivían 22 paraguayos “de todos los partidos” donde podían tener techo y comida mientras buscaban trabajo. [15]
Uno de los resultados de la Guerra Civil de 1947 fue la “coloradización” del Estado, destacándose las figuras de Natalicio González –líder de la facción Guion Rojo– y Federico Chávez –encabezando el sector de los “democráticos”–. Las tácticas violentas de los “guiones” le dieron el control del Partido Colorado, y se logró imponer como candidato para las elecciones convocadas para febrero de 1948. Tras ocho años, Morínigo abandonó el poder, asumió González como nuevo presidente. Sin embargo, su gobierno fue breve y, tras un golpe de Estado, la Junta de Gobierno del Partido Colorado asumió el poder.
2. Inestabilidad política y desorganización partidaria (1948-1954)
Tras el fin del gobierno de Morínigo y de Natalicio, lo sucedieron los breves mandatos de Raimundo Rolón y Felipe Molas López. En noviembre de 1949, Federico Chávez fue electo como presidente sin la participación de otros partidos políticos. Su gobierno continuó con las medidas de represión y desaliento a cualquier tipo de oposición. Sin embargo, algunos presos políticos fueron liberados y lentamente se abrió la posibilidad para el regreso de algunos exiliados.
Los liberales vieron con cierta cautela estos acontecimientos. A medida que el gobierno de Chávez habilitó el retorno de ciertos dirigentes, explica Boccia Paz (2016, pp. 26-27), comenzó a generarse una división entre los liberales “de afuera” y los “de adentro”, dificultándose la coordinación entre ambos. Como se mencionó, esta desorganización implicó que Pastore se dedicara con mayor ahínco a tareas de indagación histórica, que por momentos también dialogaron con su militancia.
El contexto internacional en los albores de la Guerra Fría dio un nuevo marco para los liberales exiliados. La abierta oposición al gobierno de Juan Domingo Perón en Argentina fue una constante para la posición del Partido Liberal en el exilio. Como explican Sánchez y Roniger (2010), el gobierno peronista permitió la residencia de exiliados paraguayos siempre y cuando no organizaran en suelo argentino su retorno a la lucha política. Los autores señalan que el Gobierno argentino había apoyado a las fuerzas militares de Morínigo en la Guerra Civil de 1947 y, cuando los paraguayos desterrados se propusieron retornar a la militancia política, procedió a su expulsión.
Estas restricciones dificultaron el funcionamiento de los Comités liberales que lentamente retomaban sus actividades. Sin embargo, la década de 1950 fue un momento de debate en torno a las directrices partidarias. En octubre de 1951, se convocó el Congreso Doctrinario en Corrientes. La correspondencia de Pastore permite observar la importancia dada a esta instancia, donde el “grupo de historiadores liberales” se preocupó por intercambiar sus pareceres. Sin embargo, el Congreso debió suspenderse debido al intento de golpe de Estado en Argentina el 28 de septiembre de 1951.
El 29 de octubre, el excombatiente del Chaco, Manuel T. Aponte, escribió a Pastore agradeciendo que le haya permitido leer su informe realizado para la reunión en Corrientes. Desconociendo la suspensión, Aponte expresaba su deseo de que el Congreso siguiera los postulados de su compatriota, pues coincidía con su análisis. Indicaba que en la situación paraguaya y del Partido se observa: “1) La mediocridad desesperante de las minorías dirigentes de nuestro país; 2) La inercia, la pereza y estupidez de las masas; 3) Que entre varios males, forzados a elegir, debe elegirse el menor”. [16] Expresaba que se debía: “[…] inculcar a la minoría dirigente del Partido Liberal que es necesario abandonar la manía del golpismo, el aferrarse al faldón de la levita de los militares para usufructuar el poder por la fuerza, pues es así como se desemboca en las tiranías y se precipita al país a los insucesos [sic] que hoy divide y anarquiza el pueblo paraguayo”. [17]
A la par de estas inquietudes, el Partido Liberal sufrió el fallecimiento de su presidente, Gerónimo Zubizarreta, el 14 de mayo de 1952. Guggiari fue electo por unanimidad para terminar el mandato. Las inquietudes en torno a la doctrina del Partido continuaron durante todo el año, siendo Pastore uno de los principales propulsores de una renovación y el abandono de viejas formas de hacer política. Esto lo llevó a tener diferencias con la conducción del propio Guggiari. En carta enviada a Benítez el 7 de octubre de 1952, criticaba el “método político del guggiarismo”. Señalaba que su forma de conducción llevó al Partido Liberal a su decadencia, dejando “[…] abiertas las puertas a los acontecimientos que desde 1936 han llevado a la desdicha a nuestra tierra”. [18]
Continuaba comentando sobre la actitud del Directorio frente a la juventud liberal, principalmente del Club Liberal Alón. Como explica Boccia Paz (2016, pp. 32-37), a pesar del resultado adverso de la Guerra Civil de 1947, los alonianos tuvieron gran peso en los centros universitarios y una amplia presencia en el interior del país. Ante el destierro de las principales figuras del liberalismo, el Alón paleó la ausencia de organizaciones partidarias, lo cual despertó recelos en los dirigentes exiliados. En 1951, el Directorio limitó la edad de pertenencia a este club a 30 años, medida que generó polémica al tratarse de una disposición sobre una organización que oficialmente no formaba parte del Partido. En noviembre de ese año toda la dirigencia aloniana fue deportada a Clorinda. Muchos de los desterrados propusieron la creación de una nueva comisión directiva, con Enzo A. Doldán al frente. Sin embargo, en enero de 1952, un sumario terminó declarando nula esta iniciativa (Boccia Paz, 2016, p. 37).
La situación social y económica en Paraguay, a pesar de los esfuerzos de Chávez, continuaba siendo precaria. Gobierno y oposición eran conscientes de la inestabilidad política, y de las diferencias del mandatario con las Fuerzas Armadas y la Junta de Gobierno colorada. En octubre de 1953 se concretó finalmente el Congreso Doctrinario del liberalismo en Corrientes. En esta instancia Pastore reclamó: “Nuevos planteamientos de los problemas políticos y sociales, asentados sobre la experiencia recogida, las condiciones sociales del presente y las necesidades del porvenir, han de ser las conclusiones que el Congreso ofrezca al Partido y al país” (Boccia Paz, 2016, p. 30).
Sin embargo, las acciones liberales poco influyeron en los acontecimientos internos del Paraguay. Iniciado el nuevo período constitucional en 1954, Chávez desplazó de sus cargos a importantes figuras del Partido Colorado. Explican Neri Farina y Boccia Paz (2010) que el único sostén del presidente tras la ruptura con la cúpula del coloradismo era la Caballería, al mando del Coronel Nestor Ferreira. La relación entre Chávez y Ferreira activó las alarmas del comandante en jefe, Alfredo Stroessner. El 3 de mayo Ferreira destituyó al mayor Virgilio Candia de su puesto frente al Regimiento de Caballería N° 3, lo cual fue aprobado por el presidente, pero no informado a Stroessner, saltándose la jerarquía militar.
El 4 de mayo de 1954, el comandante en jefe puso fin al gobierno de Chávez con un golpe de Estado. La constitución de 1940 no preveía la figura del vicepresidente por lo que, tras un acuerdo con la dirigencia colorada, se designó a Tomás Romero Pereira como gobernante interino. Se pactaron elecciones para el 11 de julio, cuyo único candidato fue Stroessner, quien asumió el 15 de agosto de 1954 (Neri Farina y Boccia Paz, 2010, pp. 21-22).
3. El Stronato, las divisiones del liberalismo y la oposición desde el exilio (1954-1974)
La represión desatada desde el inicio del gobierno de Stroessner se expandió a todo intento de oposición política y militar, incluso a la interna del Partido Colorado. El Partido Liberal poco pudo hacer ante el inicio de una nueva Dictadura. La imposibilidad de actuar públicamente, sumado a la presencia de buena parte de sus cuadros en el exterior, limitaron su capacidad de respuesta. Explica Boccia Paz (2016, p. 43) que, bajo estas circunstancias, el Partido Liberal vio en la insurgencia la mejor forma de luchar por el poder y lograr una apertura política. En su organización interna, el Directorio fue estableciendo comités, direcciones o secretarías específicas para la planificación y concreción de actividades partidarias. Si bien estos también estaban presentes durante la oposición a Morínigo, durante el Stronato adquirieron un papel destacado en la coordinación de las acciones desde el destierro.
El año 1956 resulta clave para el Partido Liberal. Los primeros levantamientos armados en 1955 habían fracasado, mostrando la debilidad de una lucha armada que ingresara desde el exterior sin apoyos militares internos. Un año más tarde se dieron las primeras tratativas de negociación entre el Gobierno y los liberales. Esta fue propiciada por el nuncio apostólico Luigi Punzolo, entablando un puente de diálogo entre representantes colorados y el gobierno –Tomás Romero Pereira, presidente de la Junta de Gobierno, y Edgard L. Insfrán, ministro del Interior–, con dirigentes liberales. Las negociaciones fueron seguidas de cerca por Pastore y sus vínculos más cercanos, dejando entrever inconformidades.
El 9 de septiembre de 1956, Justo Prieto –exiliado en Buenos Aires– escribió a Pastore señalando sus diferencias con las negociaciones llevadas adelante por los liberales Gerónimo Riart y Cipriano Codas. Expresaba que estas debían hacerse de forma oficial a través del Directorio y no en carácter de conversación informal. Reclamaba que los representantes en estas instancias debieron ser elegidos en asamblea, y con pautas claras de qué aceptar o imponer en la negociación. Prieto explicaba que esto “[…] hiere el decoro y la dignidad del Partido, ya que los colorados han logrado intervenir, en una forma o en otra, en la constitución de la delegación del Partido Liberal. De esta manera concurrimos a las conversaciones despojados de toda autoridad”. [19] Continuaba diciendo que la imposición del Gobierno de que él no participara en este diálogo, así como la prohibición para que ingresara a Paraguay, ejemplificaba lo antes dicho. Planteaba, de este modo, la posibilidad de publicar un manifiesto dando a conocer su opinión.
Pastore respondió a su compatriota el 13 de septiembre, señalando que la representación de los liberales es a título del Partido y no una conversación informal. Recomendaba no publicar ningún manifiesto y actuar de acuerdo con el Directorio. Aclaraba que las negociaciones no implicaban abandonar la lucha, sino poder realizarla en mejores condiciones, y finalizaba expresando: “Es necesario estudiar un plan de acción de acuerdo con las nuevas condiciones. Hay que dar plazo a las actuales tratativas con la horda. Hay que organizar los elementos de la lucha. Hay que fijar una estrategia y una táctica de la lucha. Hay que analizar las condiciones internacionales”. [20]
En paralelo a estas negociaciones, Pastore también estuvo en contacto con la militancia estudiantil, en particular en la UNA. La correspondencia relevada da cuenta de un intenso intercambio de “memorándums secretos” con Miguelángel Ferrara. En estos es posible observar cómo la juventud del Partido Liberal, la mayoría nucleados en el Club Alón, llevó su militancia política al ámbito interno de la Federación Universitaria de Paraguay (FUP). Las diferencias que se dejan entrever no son exclusivamente con los militantes colorados, sino también con febreristas. Al mismo tiempo, se constatan vínculos entre la Federación de Estudiantes Universitarios del Uruguay (FEUU) y los liberales en la FUP en la correspondencia de Pastore. [21]
El 7 de septiembre, Ferrara escribió a Pastore comentando sobre las próximas elecciones universitarias. También le daba un informe sobre las negociaciones entre liberales y el Gobierno, explicando que estas se venían desarrollando en términos cordiales. Comentaba que desde el Gobierno atacaron duramente a los liberales en la frontera argentina, siendo indispensable que el Partido tomara medidas “[…] para frenar a esa gente y después pretender algo concreto”. [22] La presencia de liberales en provincias como Chaco, Corrientes, Formosa y Misiones fue objeto de preocupación para el gobierno de Stroessner. Desde allí se planificaron varias incursiones armadas, así como se emitía propaganda en contra del régimen. Estas actividades tensaron las negociaciones con el gobierno, las cuales quedaron rotas a partir de los incidentes del 1 y 2 de noviembre de 1956.
Señala Boccia Paz que desde el exilio se organizó un levantamiento armado, contando con la participación de militares afines al liberalismo que todavía quedaban en el Ejército –táctica reclamada en la lucha contra Morínigo–. Sin el conocimiento oficial del Directorio, se planificó la insurrección para el 4 de noviembre, dirigida por el coronel Alfredo Ramos en territorio paraguayo. El autor indica que los líderes civiles de este movimiento fueron Benjamín Vargas Peñas y el propio Pastore, ambos desde el exilio (2016, pp. 46-47). Si bien en su archivo no se halló documentación directamente relacionada con este intento de golpe, la correspondencia de días previos da cuenta de su posición ante las negociaciones y la falta de acción por parte del Directorio.
El 26 de octubre de 1956, Pastore escribió a Evelio Fernández, quien se encontraba en Asunción. Comentaba sobre la “[…] necesidad de plantear y ejecutar la gran conspiración nacional que movilice toda la actividad del país”. [23] Con respecto a las negociaciones de “normalización institucional”, estas habían quedado prácticamente suspendidas por la represión sufrida hacia los alonianos el 18 de octubre. [24] Esperaba que esto fuera una experiencia para no repetir errores, y para evitar que los “contactos con la delincuencia” produjeran grietas en filas liberales. Y se preguntaba:
¿Se podía haber parado la lucha durante las conversaciones con representantes de la delincuencia política? ¿Se podía intentar el apaciguamiento de la delincuencia sin la irreductible posición de la virtud cívica y del patriotismo? ¿Se podía pensar en la reconquista de la libertad sin la organización partidaria para la lucha pública o clandestina y sin sacrificios personales y colectivos? Parece indudable que la delincuencia no será vencida con guantes blancos, ni con buenas maneras. Y si no fuera posible dar al derecho la fuerza que necesita para imponerse sobre la delincuencia, por lo menos, nos resta siempre la virtud de ser inflexibles en la lucha contra la barbarie. [25]
El plan revolucionario fue descubierto tres días antes, lo que desató una intensa persecución por parte del Gobierno y poniendo fin a las negociaciones. Roberto Céspedes y Roberto Paredes (2004, pp. 24-25) califican este intento de levantamiento armado como “resistencia tradicional”: a pesar de los contactos con militares, se destaca el elemento civil que apela al golpe de Estado como forma de derrocar al gobierno, restaurar las libertades, terminar con las persecuciones y, principalmente, desplazar al Partido Colorado del poder.
Stroessner aprovechó este acontecimiento para magnificar el peligro de liberales y justificar sus medidas represivas con cualquier persona sospechosa. [26] La documentación conservada en el Archivo Administrativo de la Cancillería uruguaya da cuenta de los pedidos de asilos de muchos ciudadanos paraguayos en noviembre de 1956. [27] Del mismo modo, indica Andrés Flores Colombino (1972) que a partir de este momento el exilio paraguayo aumentó significativamente, en particular de estudiantes universitarios. Se destacó el caso del Luis A. Kallsen, líder del Club Alón, quien fue encarcelado y torturado en noviembre de 1956, pero que logró escapar hacia Brasil a fines de enero de 1957. La correspondencia muestra los esfuerzos de los liberales en el exilio por colaborar para que se traslade a Montevideo y luego a Buenos Aires, así como la difusión en la prensa de su travesía tras la fuga. [28]
En mayo de 1957 se planificó un nuevo intento de golpe contra la Dictadura, urdido por jóvenes liberales que habían cumplido el servicio militar obligatorio, suboficiales del Ejército, y liberales civiles y militares radicados en la frontera argentina (Boccia Paz, 2016, p. 51). Sin embargo, el plan fue descubierto el 10 de mayo por la Policía de Asunción, lo que desató una nueva ola represiva. La correspondencia de Pastore señala algunos aspectos de este nuevo intento organizado por “liberales en la frontera”, aunque no queda explícitamente manifiesta su participación.
Stroessner fue reelecto como presidente el 9 de febrero de 1958. A pesar de las negociaciones infructuosa, la Dictadura buscó lentamente una cierta apertura para una oposición controlada. En un contexto de expansión de la hegemonía estadounidense, desde el gobierno norteamericano se advertía la necesidad de una normalización de la situación política del país. A mediados de 1958, dirigentes liberales entablaron conversaciones con el Gobierno para la concreción de una Convención partidaria en Asunción. Si bien despertó ánimos en muchos liberales en el territorio, todavía persistió la desconfianza de los dirigentes exiliados en Argentina y Uruguay (Boccia Paz, 2016, pp. 54-55).
Un grupo de liberales plantearon la necesidad de que los delegados fueran elegidos por voto popular y no nominados por los Comités regionales del territorio o el exilio. Conocidos como Movimiento Renovación, bajo el liderazgo de Carlos Levy Ruffinelli, [29] despertaron preocupación en los dirigentes tradicionales. Su planteo no tuvo eco, ni lograron representación en el Directorio, pero se abría una nueva posición en la ya dividida interna liberal. La Convención se realizó el 27 de julio, se eligió a Alejandro Arce como presidente del Directorio y a Pastore como uno de sus miembros.
En paralelo, la resistencia armada continuó siendo una estrategia posible para derrocar al régimen. El 24 de octubre de 1958, alrededor de cien liberales, dirigidos por el Cnel. Eliseo Salinas, buscaron cruzar la frontera desde Formosa a través del Puerto Bouvier. Sin embargo, los planes fueron abortados por la gendarmería argentina, tras haberse empantanado los camiones antes de llegar al cruce (Boccia Paz, 2016, p. 57). El Gobierno paraguayo intensificó la persecución de posibles aliados en el país, lo que generando una nueva emigración política. Tras estos hechos ocurrió un intercambio entre Pastore y Justo Prieto que da cuenta del duro revés que significaron. El plan y ejecución de este levantamiento buscó ser desvinculado del Directorio, apelando a contactos en Argentina y una estrategia sobre qué declarar en caso de que fracasara la operación. Sin embargo, las explicaciones de Prieto y Pastore divergen en cómo fue organizado y justificado el incidente.
El 28 de noviembre, Prieto escribió a su compatriota respondiendo a una nota del 24 del mismo mes –no se encontró el ejemplar de esta comunicación–. Explicaba que desconocía que él era el autor del “plan básico” del levantamiento, creía que solo había colaborado con Cardozo para su redacción. También aclaraba que nunca dijo que el Partido no tuviese que ver con el incidente, sino que el Directorio central no había tenido participación; pero señaló que “[…] nadie podría impedir que los exiliados liberales se levanten para luchar por la libertad de su patria”. [30] Prieto comentaba sobre la “extralimitación” de “Salmun Feijoó” –no se logró identificar de quién se trata–, donde señalaba a Pastore como responsable de esta operación. Explicaba que, a sugerencia de Prieto, Pastore aceptó ser el responsable de esta incursión, con el fin de no vincular a otros liberales.
El 5 de diciembre, Pastore respondió criticando duramente a su compatriota. Señalaba que Prieto conocía muy bien que él era autor del plan básico, y le cita una carta del 4 de febrero de 1956 como prueba. Con respecto a su responsabilidad por el incidente, le señalaba que Prieto –en presencia de otros liberales– expresó que, si “el conductor del vehículo” se veía obligado a declarar, dijera que transportaba la “mercancía” a pedido de Pastore. Continuaba explicando que, ante su silencio, Prieto le preguntó si le parecía bien, y que en ese momento aceptó. Sin embargo, le recrimina que nunca le mencionó la existencia de “Salmun Feijoó”, y que este no tenía permiso para nombrarlo. Indicaba que tanto Prieto como el Directorio negaron su participación en esta operación, al mismo tiempo que él era señalado como el único responsable. Reclamaba que Prieto debía asumir su responsabilidad o reconocer que existía más de un promotor de dicha incursión. [31]
Este intercambio permite inferir algunas características de la postura de Pastore y el Partido Liberal. En primer lugar, el intento por desvincular la acción de los exiliados con los liberales en el territorio, ya que eran estos últimos quienes pagaban las consecuencias de la persecución. En segundo lugar, los dirigentes en el exilio no estaban por fuera de las instituciones partidarias dentro del territorio. Tras la Convención y la instalación del Directorio en Asunción, las acciones y responsabilidades que se recriminaban Prieto y Pastore se articularon con Comités, Secretarías, Comisiones, entre otros organismos partidarios. Copias de ambas comunicaciones fueron enviadas al Directorio, e incluso Pastore expresaba que estaba dispuesto a someter este asunto al Tribunal de Honor del Partido.
Bajo la influencia del triunfo de la Revolución Cubana, el año 1959 fue testigo de un cambio en la estrategia de oposición. Si bien la propaganda en contra del Stronato se mantuvo desde el inicio del régimen, esta comenzó a tener un peso mayor en detrimento de la lucha armada. En Buenos Aires, el número de exiliados paraguayos continuaba creciendo, a la vez que el ejemplo cubano abría camino para el surgimiento de movimientos guerrilleros en contra de Stroessner. El 12 de junio de 1959 se lanzó públicamente el M-14, integrado en su mayoría por jóvenes liberales y febreristas, bajo el liderazgo de Benjamín Vargas Peña y Arnaldo Valdovinos. El Directorio, los dirigentes históricos en el exilio y buena parte del Club Alón no apoyaron públicamente la iniciativa del Movimiento.
No obstante, la idea de formar un órgano en conjunto entre liberales y febreristas sí fue recogida, dando nacimiento a la UNP. El 21 de noviembre de 1959 se publicó el Acuerdo para la libertad del pueblo paraguayo , firmado por los representantes febreristas Rafael Franco, Elpidio Yegros y Carlos Caballero Gatti, y por los liberales Justo Prieto, Luis Adolfo Aponte y el propio Pastore. Este manifiesto señalaba que el acuerdo entre ambos partidos tenía por objetivo “[…] encauzar la acción de las fuerzas opositoras a la tiranía hacia un plano de efectivo entendimiento y cooperación que permita alcanzar, para el país, la normalización de las Instituciones democráticas”. [32]
Como organismo constituido en el exilio, sus actividades estuvieron fuertemente vinculadas a la denuncia de la situación paraguaya en el resto del continente. En ese sentido, la estrategia de propaganda siguió algunas pautas ya ensayadas por ambos partidos, como las declaraciones en medios de prensa y la emisión de audiciones radiales. Pero se preocuparon especialmente por dirigirse a distintos organismos internacionales como la OEA, el Instituto Interamericano de DDHH, la Corte Internacional de Justicia, así como a autoridades del Gobierno estadounidense y asociaciones civiles de dicho país. El 17 de febrero de 1960, Rafael Franco emitió un discurso en la radio montevideana El Espectador recordando la Revolución Febrerista, pero también promocionando a la UNP. Aclaraba su definición democrática expresando que rechazaban el comunismo, por ser:
[…] de esencia totalitaria e instrumento de penetración y dominación extranjera. Asistidos por razones que hacen a la vida misma de un orden democrático, rechazamos también a los movimientos de idéntico origen, caratulados como de “liberación” y aquellos de apetencias personalistas que son factores de anarquía, cuya acción solo beneficia a la dictadura, dándole ocasión y pretexto para acentuar la persecución; creando además, en todos los ámbitos, un clima de confusión que obstaculiza la acción coordinada, en una hora eminentemente nacional que exige el esfuerzo mancomunado. [33]
La posición de la UNP no solo respondía a la postura anticomunista de la dirigencia liberal [34] y febrerista, sino también a la necesidad de distanciarse del M-14 como estrategia política –similar acción que tomarán posteriormente con respecto al FULNA y el PCP–. Los intentos de la Dictadura por vincular a la oposición al comunismo fue una estrategia discursiva para desacreditarlos entre los ciudadanos, así como a nivel internacional. Como señala Nickson (2020), el gobierno estadounidense apoyó los gobiernos colorados tras el fin de la Guerra Civil en 1947, y en especial al gobierno de Stroessner en el marco de la lucha contra el comunismo.
La necesidad de distanciarse del comunismo de liberales y febreristas también respondía a obtener la atención del gobierno norteamericano. El 26 de febrero de 1960 la UNP envió una nota al presidente Dwight Eisenhower. Allí destacaban la política exterior panamericanista, tal como se acordó en la reunión de Cancilleres en Santiago de Chile –agosto de 1959, oportunidad en que se creó la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH)–. Sin embargo, advertían la desvirtuación de esta iniciativa a través de la participación de representantes de dictaduras que están al margen de los estatutos de la OEA.
Denunciaban que en Paraguay se violaban los derechos humanos y, a pesar de comprender el principio de no intervención, indicaban que el apoyo económico, técnico y “moral” era una intervención más peligrosa que la militar. Continuaba advirtiendo que se están protegiendo “[…] sistemas totalitarios fundamentalmente similares al que impera en la Rusia Soviética, el mortal enemigo de nuestra civilización occidental cristiana”. [35] Este discurso no fue único en el continente (Iber, 2013; Friedman, 2015), donde muchos partidos latinoamericanos criticaron la política internacional estadounidense a pesar de coincidir con su postura anticomunista.
En 1961, Pastore fue electo como presidente del Directorio del Partido Liberal, a pesar de residir en el exilio. Bajo su dirección se profundizó en esta estrategia de propaganda internacional, favorecida también por el inicio de la administración de J. F. Kennedy. La red de Pastore da cuenta del rol que adquirió la Secretaría de Relaciones Exteriores del Partido a cargo de Walterio Mercado. Desde allí se procuró contactar a distintas instituciones internacionales y representantes de gobiernos latinoamericanos exponiendo la situación paraguaya. Del mismo modo, Pastore estableció un contacto más fluido con distintas figuras políticas de Latinoamérica e instituciones del continente como Frances R. Grant, secretaria de la Asociación Pro Democracia y Libertad, o Ralph A. Leal, vicerrector de la EIED. También con asociaciones estudiantiles como la Coordinadora de Uniones Nacionales de Estudiantes (COSEC) y la Asociación Nacional de Estudiantes de Estados Unidos (USNSA).
En distintas instancias, Pastore y Mercado se encargaron de presentar el “caso paraguayo”. Se hacía énfasis en la necesidad de detener el apoyo económico al gobierno de Stroessner, señalando la violación de derechos humanos, así como las condiciones de vida que imperan en el país. Ambos enfatizaban el peligro que conllevaba la permanencia de la dictadura como antecedente directo para que se replique el modelo cubano. Esta premisa fue reiterada por la UNP a través de manifiestos dados a conocer en la prensa, y en particular a través de audiciones radiales emitidas en Radio Carve de Uruguay.
El papel de Pastore en la coordinación entre liberales, febreristas y la UNP puede ser vista en la misiva enviada a Mercado el 29 de abril de 1962. Expresaba, a partir de la resolución del CIDH de investigar casos de violaciones de derechos humanos en Paraguay, que escribió a distintos liberales en la frontera argentina para que le remitan informes sobre estas denuncias. Del mismo modo, solicitó que el Directorio “de acuerdo o no con otros partidos”, apoyara la investigación; indicaba que habló con Elpidio Yegros –representantes febrerista en la UNP– para que se dirija cuanto antes a la OEA para ofrecer su colaboración. [36] Por último, le solicitaba a Mercado que escriba a Daniel Oduber, Canciller de Costa Rica, para felicitarlo por su nuevo cargo en nombre del Partido. Agregaba: “En carta posterior solicitaremos su colaboración en el caso de la investigación ordenada por la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, si, como es de esperar, el tirano se opusiese a que la Comisión celebre sus sesiones investigadoras en nuestro territorio”. [37] Mercado cumplió con el pedido de Pastore, repitiendo esta dinámica durante toda su presidencia, donde ambos indicaban la necesidad de contactarse con distintos políticos y organismos con el fin de denunciar al régimen. [38]
Los primeros años de 1960 también estuvieron signados por la convocatoria a elecciones de la Dictadura y las divisiones dentro del liberalismo ante la posibilidad de participar. El ya mencionado Movimiento Renovación, liderado por los hermanos Levy Ruffinelli, comenzó a defender públicamente la necesidad de formar parte de los comicios –lo que les valió la expulsión del Partido–. En paralelo, el Gobierno de Stroessner comenzó a recibir mayores presiones de la administración Kennedy para iniciar una reapertura democrática. [39] Desde el inicio de la presidencia de Pastore, la convocatoria del Stronato para las elecciones presidenciales de 1963 fue el tema central en las discrepancias internas del liberalismo.
Desde el exilio, Pastore buscó contrarrestar la propaganda de los “Levirales” –como se llamó despectivamente al Movimiento Renovación–, coordinando la acción de sus correligionarios en Paraguay con la acción de los exiliados. El 24 de abril de 1962 escribió a Enzo Doldán, miembro del Directorio, comentando que, ante "la acción de los baqueanos del tirano metidos en las filas de nuestro partido", realizó una gira por las provincias argentinas con el propósito de "aglutinar" liberales bajo la "posición intransigente". Señalaba que recibió el apoyo de los Comités de Montevideo, Buenos Aires, Formosa, Clorinda, Posadas y Resistencia, así como de liberales que no integran organismos partidarios. Le pedía que transmita esto a los demás miembros del Directorio y que se deje constancia en actas que:
[…] los liberales expatriados en la Argentina y en el Uruguay, adelantan por conducto del Presidente del Directorio, su resolución de apoyar por todos los medios y hasta las últimas consecuencias, la política de enfrentamiento intransigente del Directorio contra el régimen tiránico, y que se transmita esta posición de los liberales que viven en el exterior a los liberales del Paraguay. [40]
A pesar de esto, el Movimiento Renovación obtuvo el reconocimiento por parte de la Dictadura, quedándose con la propiedad del lema “Partido Liberal”. De esta forma, no solo participaron en las elecciones de 1963 –en la cual Stroessner obtuvo el 92% de los votos–, sino que desplazaron al Directorio original de la posibilidad de inscribirse ante la Junta Electoral.
Una nueva Convención del Partido Liberal designó a Gustavo González como presidente, quien no pudo evitar la división del liberalismo. La convocatoria a las elecciones municipales de 1965 volvió a poner el debate sobre la mesa. Continuando con su fachada democrática, la Dictadura amplió la participación de partidos políticos opositores con la inscripción del PRF para estos comicios. [41] Sumado a las divisiones por la posición que se debía adoptar, existieron diferencias personales y generacionales que se acrecentaron entre exiliados en la frontera, Buenos Aires y Montevideo y residentes en Asunción.
La posición de intransigencia contra el régimen fue defendida por Pastore y Mercado. Una serie de comunicados escrito en clave durante todo el año 1963 pareciera indicar la planificación de un atentado o insurrección contra Stroessner. Los códigos conservados en las cajas N° 25, 26 y 27 permiten identificar la compra, traslado y ocultamiento de armamentos y explosivos, con el apoyo de otros liberales en Argentina. Si bien no se concretó esta acción, las conversaciones codificadas permiten inferir que la vía armada continuaba siendo una opción para derrocar al régimen. [42]
En junio de 1963, se conformó el Consejo Superior del Liberalismo en el Exilio, integrado por dirigentes y miembros del Directorio en el exterior. En carta a Carlos Alberto González –secretario del Directorio–, Pastore explicaba que el espíritu de este organismo era la “aglutinación de liberales que viven en el exterior”, para coordinar acción con los correligionarios en Paraguay, “[…] y no con propósito de dispersión de la acción de los mismos”. [43] Expresaba que estaban progresando en este sentido, pero “[…] nuevamente se han manifestado signos de impaciencia en algunos sectores del disperso pueblo paraguayo del exterior, que esperamos poder controlar con las gestiones a cargo del Consejo y con los planteamientos y la posición política defendida por el Directorio….”. [44]
No obstante, las diferencias entre exiliados marcaron un distanciamiento entre la postura defendida por Pastore y el Comité de Montevideo y la de Mercado desde el Comité en Formosa. El primero defendía la necesidad de que el Consejo se subordinara a los estatutos y disposiciones del Directorio, mientras el segundo proponía que el nuevo organismo debía actuar libremente. Distintos sucesos entre 1963 y 1964 fueron generando rispideces entre los exiliados y la autoridad partidaria, a la par que continuaban reclamando la legitimidad como Partido Liberal frente a los “Levirales”.
Tras la inscripción del PRF para participar en las elecciones municipales, el Directorio liberal buscó hacer lo mismo en noviembre de 1964. Sin embargo, la Junta Electoral rechazó la solicitud. Desde el exilio se exigió mantener la intransigencia, siendo Pastore uno de los principales impulsores de esta postura. [45] Sin embargo, en el territorio paraguayo la participación en los comicios fue vista como vía posible de oposición. El intercambio hacia finales de 1964 entre Artemio Mereles y Pastore da cuenta de esta diferencia de visiones con respecto a cómo hacer frente a la dictadura.
Desde Roque Sáenz Peña, Mereles escribía a su compatriota el 20 de noviembre, comentando la información que le trajeron sus familiares de Asunción. Indicaba que, tras hacerse público el pedido del Directorio ante la Junta Electoral, esta posición ha ganado muchos adeptos en el país. Explicaba:
[…] la gente está cansada, cree que es uno de los caminos para conseguir que el partido se vuelva más dinámico, y también porque ya no creen en la acción que tu llamas golpista y que otros denomina[n] "acción revolucionaria". Además, 24 años de fracasos en todos los terrenos y 24 años de crueldades de la tiranía han debilitado a mucha gente. Los de allá dicen que nosotros los del exilio podemos ser "revolucionarios" y practicar toda clase de acciones, porque estamos lejos; pero que son ellos, los de allá adentro, los que sufren por cada intentona de los de afuera. [46]
El 7 de diciembre Pastore respondió a Mereles diciendo que el “cansancio” de la población se debe a la “política de convivencia” con la Dictadura, llevada adelante por Gerónimo Riart, Efraím Cardozo y Gustavo González:
Han hecho creer a alguna gente en los beneficios de la esclavitud, en la paz de los muertos con vida. Todo, como bien sabes, es mentira miserable. Nuestra gente puede y debe estar cansada de los errores políticos, de los planteamientos anárquicos, de la falta de ponderación en la conducción, pero nunca de la acción para conquistar una vida digna de ser vivida. Esa gente es como tú y como yo. Y nosotros no somos distintos de todos. Sólo que ha[n] recogido como cierta la tesis de los entreguistas, de los aventureros, de los que han perdido la fe en la vida del hombre libre. [47]
En mayo de 1965, en Resistencia, el Consejo Superior del Liberalismo en el Exilio convocó a una reunión entre los Comités del exterior, el Club Alón y representantes del Directorio. Según relataba Mereles a Pastore el 18 de junio, Mercado –como presidente del Consejo– criticó duramente al Directorio y a su representante, Justo Prieto. Se llegó a un acuerdo para convocar una nueva reunión con el fin de establecer un Comité Coordinador en el exilio. [48] El 14 y 15 de agosto se concretó el nuevo encuentro en Resistencia. Relataba Mereles que se había conformado un nuevo Consejo Superior del Liberalismo en el Exilio, siendo este una “creación” y no una “continuación” del anterior. [49]
A pesar de estos esfuerzos por recomponer las relaciones entre exiliados y residentes, el gobierno rechazó el pedido del Directorio. Hacia mediados de 1965, reunidos en Montevideo, representantes del PRF y el liberalismo llegaron a un acuerdo para participar en listas comunes (Boccia Paz, 2016, pp. 129-131). El 24 de octubre de 1965 el joven aloniano Ignacio Samaniego Villamayor [50] escribió a Pastore –desde la Embajada uruguaya en Asunción– indicando que algunos miembros del Directorio renunciaron por estar en desacuerdo con esta acción –Ranulfo Gill, Enzo A. Doldán, “Riart”, y “Núñez Carvallo”–. [51] Del mismo modo, señalaba que los alonianos también se oponían a participar en las listas de los febreristas, siendo cada vez más profundas las diferencias con el Directorio por su política de “lucha por la paz”. [52]
En la correspondencia relevada, la juventud del Partido constituía un elemento clave para Pastore. Se preocupó especialmente por estar en contacto con la militancia universitaria a partir de la década de 1950, incentivando su formación política. Las conexiones generadas durante su presidencia del Directorio le permitieron obtener becas para los cursos del IIEP, y posteriormente del EIED, en Costa Rica. El estrecho vínculo entre Pastore y el presidente José Figueres no solo le permitió tener una plataforma para la propaganda en contra de Stroessner, sino también el envío de jóvenes a estudiar en estos institutos.
La correspondencia da cuenta de la participación de jóvenes liberales como Félix María Cáceres, Miguelángel Ferrara, Domingo Laíno, Juan Carlos Saldívar y Denis Estigarribia, entre otros. Patrick Iber (2013) indica que estos institutos o escuelas establecidos en Costa Rica pertenecieron a una estrategia de la CIA por propiciar la “izquierda anticomunista” en el continente, como forma de contrarrestar las posiciones radicales pro Cuba. [53] Hacia 1964, el febrerista Elpidio Yegros fue designado como rector del EIED. Su presencia en la capital costarricense facilitó la obtención de mayor número de becas para estudiantes paraguayos. [54]
El resultado de las elecciones de 1965, a pesar de un relativo éxito de las listas abiertas frente a los Levirales (Boccia Paz, 2016, p. 132), tuvo como gran vencedor al Gobierno, quien amplió su fachada democrática con la participación de tres partidos políticos. No obstante, Stroessner se veía impedido constitucionalmente para ser reelecto de cara a 1968, por lo que la necesidad de una reforma constitucional era crucial para legitimar su permanencia en el poder. Explica Boccia Paz que desde el Directorio se vio la oportunidad de solicitar nuevamente la inscripción del liberalismo de cara a las elecciones de la Asamblea Constituyente.
La convención partidaria del 29 de enero de 1967 reeligió a Gustavo Riart como presidente, y votó a favor de la inscripción para las elecciones. En esta oportunidad la Junta dio el visto bueno, pero ante la existencia de otro “Partido Liberal”, el Directorio se presentó como Partido Liberal Radical (PLR) (Boccia Paz, 2016, pp. 142-144). Stroessner vio con buenos ojos esta participación como forma de ampliar la fachada democrática, aunque no por eso disminuyó en su censura y persecución a todo intento de oposición que fuera más allá de lo permitido.
En la correspondencia de Pastore es posible apreciar un “alejamiento” de la militancia política, a medida que la posición mayoritaria del liberalismo fue inclinándose hacia la participación electoral. Ya con problemas de salud y una progresiva pérdida de la visión, Pastore se preocupó por culminar la reedición de su obra La lucha por la tierra en el Paraguay (1972). La temática de la correspondencia también da cuenta de este aspecto, donde la historiografía lentamente va creciendo hacia el final de su exilio:
Gráfico 4. Comparación de porcentajes de cartas que refieren a las temáticas de Historiografía y de Militancia por año, a partir de la correspondencia relevada entre 1942 y 1974. [55]
Hacia la segunda mitad de la década de 1960, la correspondencia muestra un interés mayor en sus labores de investigación histórica. No obstante, esto no lo hizo ajeno a su preocupación política. [56]
Bajo estas circunstancias, la posición intransigente de Pastore fue mutando. La correspondencia muestra el deseo de retornar a su país, posiblemente influido por su estado de salud. El 18 de julio de 1967, el presidente del PLR, Gustavo A. Riart, escribió a su compatriota para hacer una “[...] personal invitación a reintegrarse al país, si fuese posible, para que unido al esfuerzo común partidario aporte al país su experiencia política, su inteligencia y su tenacidad”. Agregaba:
En mi entrevista con el Sr. Presidente de la República expresé al mismo la necesidad del ingreso al país de los exiliados políticos, respondiendo el Presidente que no conocía que alguno no pudiera ingresar al país; mencionándole específicamente el suyo, respondió: Pero si el Dr. Pastore está en Asunción. Mas luego ante nuestra afirmación negativa dijo: Bueno a mí me dijeron que circula libremente por las calles de Asunción. Entendimos con esto que era una clara afirmación de que usted puede volver, así como otros a quienes estamos pidiendo que ingresen al país. [57]
Pastore respondió dos días más tarde agradeciendo la información y la invitación para trabajar en la “integración partidaria”, y señalando que “[...] puede contar con mi resuelta colaboración para llevar adelante los propósitos de la dirección partidaria expresados en su carta”. [58] Se despide diciendo que espera poder hacer una visita preliminar antes de retornar definitivamente.
No obstante, a pesar de algunos ingresos esporádicos a Paraguay, no pudo volver inmediatamente. Cuando el PLR estaba presentando sus listas para las elecciones de febrero de 1968, colocó a Pastore entre sus candidatos a senadores. Sin embargo, el Gobierno exigió que este fuera removido argumentando que no vivía en el país. Su hija comenta que a partir de esto prácticamente se retiró de la política. [59]
Los últimos años de Pastore en Montevideo estuvieron atravesados por la publicación de la segunda edición de su obra. Pero también fue un período complejo, en particular tras el golpe de Estado en Uruguay. Con su familia fuera del país, decidió retornar a Asunción hacia 1974, viviendo bajo una constante vigilancia –y sufriendo un breve destierro durante algunos meses de 1978– (Pastore Olmedo, 2015, p. 32). A pesar de los intentos por participar en la política paraguaya una vez en el territorio, el aparato represivo del Stronato procuró aislarlo de los demás dirigentes, colocando oficiales que controlaran permanentemente sus movimientos y las visitas que recibía.
A lo largo de este trabajo se realizó un repaso panorámico por las principales actividades políticas de Pastore y su red de vínculos en el exilio. Se puede apreciar cómo las tres principales estrategias de oposición al autoritarismo en Paraguay fueron confluyendo en los tres períodos trabajados. En este sentido, la reorganización de la estructura partidaria estuvo presente durante todo el período: durante Morínigo se buscó restablecer la dirección del Partido desde el destierro, centralizado en el Comité Ejecutivo de Buenos Aires y creando Comisiones para la coordinación de acciones políticas. Durante el Gobierno de Federico Chávez, el debate en torno a la estructura partidaria se centró más en cuestiones ideológicas, sin despreocuparse por la necesidad de dinamizar el funcionamiento de los distintos Comités en el exterior.
Durante el período de Stroessner, la estructura del Partido se vio afectada nuevamente por la masividad del exilio. Se continuó con la estrategia de conformar Comités Liberales en el exterior, pero que respondieran al Directorio. No obstante, las diferencia en torno a encauzar la lucha por las armas o participar de las elecciones como forma de oposición fueron rompiendo la unidad partidaria. Esto no solo se ve en la obtención del reconocimiento como Partido Liberal por parte del Movimiento Renovación, sino también en el establecimiento de organismos nacidos desde el exilio que procuraban aglutinar a los liberales “de afuera”, y por momentos actuar sin subordinarse al Directorio en Asunción. La inscripción en 1967 como PLR no agotó la discusión, pero sí marcó en la experiencia de Pastore el alejamiento de la militancia activa, y la decisión de retornar a su país.
En paralelo a estas discusiones, la propaganda contra Morínigo y Stroessner se vio atravesada por las coyunturas internacionales. Durante la Segunda Guerra Mundial y la inmediata posguerra, la denuncia de los exiliados liberales se centró en el carácter “nazifascista” del régimen de Morínigo, encontrando en Montevideo una caja de resonancia que colocó el tema en el debate público. En la primera mitad de la década de 1950 la denuncia en la prensa sobre la situación paraguaya no tuvo el peso anterior, algo que cambiará radicalmente a partir de 1954. Con la Dictadura de Stroessner se reactivaron las estrategias propagandísticas, apelando a la prensa rioplatense, y a los contactos en Montevideo para conseguir espacios radiales. Del mismo modo, los exiliados liberales confluyeron con el PRF en la conformación de la UNP, en respuesta al M-14.
Si bien liberales y febreristas habían realizado incursiones armadas, estos fueron infructuosos, tanto contra Morínigo como contra Stroessner. La influencia de la Revolución Cubana hizo repensar la estrategia, ante el surgimiento de una lucha influida por el foquismo y la guerra de guerrillas. La aparición del M-14 y del FULNA hizo que los exiliados liberales buscaran distanciarse, apelando a la publicación de manifiestos, artículos periodísticos y audiciones radiales –tanto desde la UNP como desde el Directorio– que dejaran clara su posición anticomunista. Esto no invalidó la posibilidad de una incursión armada que, a pesar de no concretarse, era un tema de debate entre los liberales en el destierro; este punto marcaría una división creciente entre los “de adentro” y los “de afuera”, siendo los primeros quienes pagaban las consecuencias de las acciones de los segundos.
De esta manera, la propaganda internacional del liberalismo en la década de 1960 se caracterizó por la denuncia de las violaciones de los derechos humanos en Paraguay, así como la advertencia sobre lo que implicaba el apoyo económico y técnico que recibía el Stronato. La permanencia del régimen constituía un factor de peligro en la lucha contra la URSS, pues se entendía que las condiciones materiales que generaba eran propicias para que se replicara lo sucedido en Cuba. En este sentido, Pastore y Mercado jugaron un papel destacado gracias a sus vínculos con otros políticos del continente y representantes de organismos internacionales. Estos lazos también permitieron la participación en encuentros internacionales de partidos políticos, así como la formación de liberales en institutos como la IIEP y la EIED.
La experiencia de Pastore permite observar estas mutaciones en las estrategias de oposición ensayadas por los exiliados en los distintos períodos señalados. El final de su destierro estuvo marcado por un progresivo deterioro de su salud y una moderación de su intransigencia. La intención de retornar a Asunción desde finales de la década de 1960 se concretó finalmente a mediados de 1970, debiendo padecer la vigilancia y control del Stronato por más de veinte años.
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[1] Diploma de Apr∴ M∴ de Carlos Pastore, nov. 10, 1952. Archivo del Departamento Histórico de la Gran Logia de la Masonería del Uruguay (ADH-GLMU-Uy), Montevideo, Log ∴ Renacimiento N° 78; “Diploma de Diploma de Apr∴ M∴ de Carlos Pastore”, 10/11/1952; APH, Colección Pastore, Caja N° 28.
[2] El carácter de “liberales” corresponde a la adscripción al Partido Liberal, no a la corriente ideológica.
[3] La Colección Pastore posee la particularidad de conservar no solo las cartas recibidas, sino también las enviadas. Esto da cuenta la tarea consciente de construcción del archivo por su propietario original (Brezzo y Micheletti, 2023). Los materiales conservados corresponden a una decisión de Pastore por preservarlos, no solo para un uso práctico –en tanto poseer registros completos de sus comunicaciones–, sino también en la construcción discursiva de su actividad en el exilio. No obstante, la actual colección consultada no es exclusivamente producto de estas decisiones; el corpus documental sufrió transformaciones por las vicisitudes del traslado de Montevideo a Asunción (Pastore Olmedo, 2015, pp. 32-33), así como por la selección de los materiales para concretar su adquisición por parte del Estado paraguayo en 1996 y su conservación en a la APH.
[4] La fecha de cierre del período de análisis es tomada a partir de la documentación relevada, siendo 1974 el año de las últimas cartas escritas desde su residencia en Montevideo. Del mismo modo, la documentación muestra distintos trámites para su reconocimiento como veterano de Guerra del Chaco ante la Unión Paraguaya de Excombatientes –el cual logra en julio de 1975–, así como el Placet Quitte ante la GLMU para desvincularse de la institución. No corresponde a este análisis el breve retorno a Montevideo que sufrió hacia 1978, tras ser expulsado por intentar participar públicamente en las filas del Partido Liberal Radical, según narra su hijo Carlos Pastore Olmedo (2015, pp. 33-35).
[5] Estas son: id; remitente; institución remitente; receptor; institución receptora; nacionalidad remitente; nacionalidad receptor; fecha; anni; lugar remitente; latlong remitente; lugar receptor; latlong receptor; texto; copia; tipo carta; tema historiografía; tema paraguay; tema militancia; tema latinoamérica; tema revolución; tema otros.
[6] Sobre R, ver https://www.r-project.org/about.html
[7] Sobre igraph, ver https://igraph.org/r/
[8] APH, Colección Pastore, Cajas N° 9, 10, 13, 15, 20, 25, 26, 27, 28, 29, 30, 31, 32, 33 y 34.
[9] Si bien esto no es representativo, sí existe en las cajas relevadas una tendencia en la disminución de la correspondencia de Pastore hacia el final de su exilio. No necesariamente quiere decir que escribiera menos, sino que simplemente no fueron conservadas por él o en su traslado a Asunción. No obstante, el alejamiento de Pastore de la actividad política hacia el final de su exilio, sumado al fallecimiento de muchos de sus interlocutores más frecuentes –en su mayoría, correligionarios que compartieron con él su primer exilio–, es un aspecto para tener en cuenta.
[10] Sobre Palladio, ver https://hdlab.stanford.edu/palladio/
[11] APH, Colección Pastore, Caja N° 31, “Carta de Efraím Cardozo a Carlos Pastore”, 11/10/1941.
[12] APH, Colección Pastore, Caja N° 32.
[13] APH, Colección Pastore, Caja N° 34, “Carta de Carlos Pastore a Justo Pastor Benítez”, 04/08/1945.
[14] Una carta del 5 de marzo de 1946 fechada en el departamento uruguayo de Treinta y Tres, cuyo autor no pudo ser identificado, comentaba a Pastore que “[…] en la estancia nos reunimos todos a la hora 22:30 para escuchar ‘La hora de la liberación paraguaya’”. Expresaba que es reconfortante escuchar “una voz luchadora”, y que tiene la seguridad que “[…] donde haya un paraguayo demócrata, resida él en cualquier rincón del país, ‘La hora de la liberación Paraguaya’ será escuchada como la auténtica y verdadera voz Paraguay que sufre y lucha por su liberación de las garras del nazi-fascismo internacional que en estos momentos desgobierna al país”. Ver APH, Colección Pastore, Caja N° 20, “Carta de s/d a Carlos Pastore”, 05/03/1946.
[15] APH, Colección Pastore, Caja N° 32, “Carta de Carlos Pastore a Ramón Sellitti”, 29/01/1948.
[16] APH, Colección Pastore, “Carta de Manuel T. Aponte a Carlos Pastore”, Caja N° 13, 29/10/1951.
[17] APH, Colección Pastore, “Carta de Manuel T. Aponte a Carlos Pastore”, Caja N° 13, 29/10/1951.
[18] APH, Colección Pastore, “Carta de Carlos Pastore a Justo Pastor Benítez”, Caja N° 29, 07/10/1952.
[19] APH, Colección Pastore, “Carta de Justo Prieto a Carlos Pastore”, Caja N° 13, 09/09/1956.
[20] APH, Colección Pastore, “Carta de Carlos Pastore a Justo Prieto”, Caja N° 13, 13/09/1956.
[21] APH, Colección Pastore, Caja N° 13.
[22] APH, Colección Pastore, “Memorándum secreto de RA [Miguelángel Ferrara] a RE [Carlos Pastore]”, Caja N° 13, 07/09/1956.
[23] APH, Colección Pastore, “Carta de Carlos Pastore a Evelio Fernández”, Caja N° 13, 26/10/1956.
[24] En el marco del aniversario del 18 de Octubre de 1891, los alonianos organizaron un acto público que terminó con una dura represión del Gobierno. Estos hechos permiten comprender mejor el cambio de posición de Pastore si se compara con la respuesta dada a Prieto. Ver APH, Colección Pastore, “Copia de las declaraciones de Cristóbal Caniza en La Prensa de Buenos Aires”, Caja N° 13, 26/10/1956.
[25] APH, Colección Pastore, “Carta de Carlos Pastore a Evelio Fernández”, Caja N° 13, 26/10/1956.
[26] La Junta de Gobierno del Partido Colorado publicó, en el mismo mes de los acontecimientos, un folleto titulado La tenebrosa conjura Neo-Legionario del 4 de noviembre ante la conciencia republicana . Claudio Fuentes Armadans analiza el discurso de este material, indicando el uso del pasado y la figura del “legionario” como articulador del relato histórico nacionalista, colocando a la oposición como traidores y enemigos del Paraguay (2018, pp. 147-148).
[27] El 18 de noviembre, el Embajador uruguayo, Álvaro Vázquez, escribió al Canciller paraguayo, Raúl Sapena Pastor, informando sobre el pedido de asilo político de Baudillo Palmas Doncert. Tras relatar los sucesos que llevaron a este pedido, y la intención del ciudadano de abandonar el país, reitera “[...] la necesidad de urgir en lo que sea posible, los procedimientos para la expedición de los salvoconductos de los asilados, que ya suman 25 personas”. En los días posteriores, el número de asilados políticos continuó aumentando. Ver Ministerio de Relaciones Exteriores del Uruguay, Archivo Administrativo, Fondo Embajada uruguaya en Paraguay, Caja N° 1 – “Paraguay 1951-1967”, Serie Notas enviadas y recibidas (1956) , “Copia de nota enviada por el Embajador uruguayo en Paraguay al Ministro de Relaciones Exteriores de Paraguay”, 18/11/1956.
[28] Ver APH, Colección Pastore, Caja N° 13.
[29] Entre sus integrantes también se encontraban su hermano Fernando, Alberto Nicanor Duarte, Miguel Ángel Martínez Yaryes, Emilio Negrete y Guido M. Sisa (Boccia Paz, 2016, p. 55).
[30] APH, Colección Pastore, “Carta de Justo Prieto a Carlos Pastore”, Caja N° 32, 28/11/1958.
[31] APH, Colección Pastore, “Carta de Carlos Pastore a Justo Prieto”, Caja N° 32, 05/12/1958.
[32] APH, Colección Pastore, “Unión Nacional Paraguaya. Acuerdo para la libertad del pueblo paraguayo”, Caja N° 13, 21/11/1959.
[33] APH, Colección Pastore, “Por la liberación integral del pueblo paraguayo. Discurso de Rafael Franco en radio El Epectador”, Caja N° 13, 17/02/1960.
[34] Andrew Nickson reproduce el informe elevado por Justo Pastor Benítez hijo el 4 de diciembre de 1959 –desde Buenos Aires– al Directorio, donde indicaba la necesidad de medidas disciplinarias para los liberales que participan en el movimiento. Expresaba: “Con la carátula de afiliados del Partido, mimetizan su condición de “bolches” por convicción y métodos, y han podido crear una enorme confusión entre los afiliados liberales. Han copiado algunas organizaciones para desarrollar un plan típicamente comunista, al cual responden algunos afiliados del partido. Sin perjuicio de que oportunamente se llenen los recaudos sumariales es importante e imprescindible que el Directorio del Partido adopte con la mayor urgencia las medidas disciplinarias que correspondan y que se hagan conocer a todos los Comités del interior y especialmente del exterior. No se puede demorar un segundo en esta cuestión” (2013, p. 110).
[35] APH, Colección Pastore, “Nota de la UNP al presidente de EE.UU., Dwight E. Eisenhower”, Caja N° 13, 26/02/1960.
[36] También existieron diferencias entre febreristas y liberales dentro la UNP, en particular en torno a corrientes que veían con buenos ojos el modelo cubano como forma de derrocar al régimen. Así se lo hacía saber Félix María Cáceres a Pastore en una carta codificada el 29 de marzo de 1963, donde comentaba las reacciones dentro del Directorio ante las elecciones internas del PRF. Expresaba que en la última sesión de la autoridad partidaria el Dr. Rafael Eladio Velázquez propuso “al pasar” la disolución de la UNP. Si bien no tuvo mayor repercusión, era una muestra de la preocupación ante “[…] el probable triunfo de la línea revolucionaria del febrerismo en las presentes elecciones de ese partido. Velázquez sostuvo que, si triunfan Acosta Mena y sus amigos de la juventud, la Unión no tendría razón de existir por cuanto que estaríamos - agregó - aliados con comunistas del febrerismo. No hicimos ningún comentario sobre este delicado asunto por no estar en el orden del día, y, además, por no tenerse todavía los últimos resultados”. El trabajo de Paul H. Lewis (1968) resulta ineludible para profundizar sobre este tema. Ver APH, Colección Pastore, “Carta de Félix María Cáceres a Carlos Pastore”, Caja N° 26, 29/03/1962.
[37] APH, Colección Pastore, “Carta de Carlos Pastore a Walterio Mercado”, Caja N° 26, 29/04/1962.
[38] Un ejemplo interesante, y que merece un estudio en particular, es la oposición a la designación de Raúl Sapena Pastor –ministro de Relaciones Exteriores– como representante paraguayo en la Corte Interamericana de Justicia en mayo de 1963. La correspondencia da cuenta de las múltiples notas enviadas a distintos políticos e integrantes de organismos internacionales para protestar la designación del Canciller del Stronato. Entre las instituciones que se hicieron eco, se destaca la nota de la Log∴ Río de la Plata N° 121 del 25 de julio de 1963 a la Gran Secretaría del Interior de la GLMU. Cabe recordar que Pastore fue uno de sus fundadores, la cual se caracterizó por la recepción de emigrados de distintos países de la región. La nota expresa el desgrado de la Logia ante la designación del Canciller paraguayo para la Corte Interamericana de Justicia, indicando que “[…] ha decidido ponerse en pie de lucha para evitar tal designación”, y da por descontado que las autoridades de la Orden habrán realizados gestiones al respecto. Ver ADH-GLMU-Uy, “Nota de la Log∴ Río de la Plata N° 121 a la Gran Secretaría del Interior de la GLMU”, Fondo Log∴ Río de la Plata N° 121, 25/07/1963.
[39] Nickson (2014, p. 35) indica que el 13 de junio de 1961 el gobierno de Estados Unidos envió al embajador Adlai Stevenson para negociar los términos de la implementación de la Alianza para el Progreso en Paraguay. Explica el autor que se señaló a Stroessner que el apoyo dependería de la presencia de la oposición en el Parlamento, a través de elecciones libres. El día anterior, Pastore y Rafael Franco intentaron cruzar desde la frontera con Argentina para llegar hasta Stevenson, pero fueron expulsados por el Gobierno.
[40] APH, Colección Pastore, “Carta de Carlos Pastore a Enzo A. Doldán”, Caja N° 26, 24/04/1962.
[41] Señala Boccia Paz (2016, pp. 124-125) que el PRF recibió el apoyo de los “Levirales” como forma de legitimar el camino de la participación electoral. Lewis (1968) analiza la discusión en la interna febrerista entre los sectores que apoyaban la legalización ante la Junta Electoral y los sectores intransigentes, casi en paralelo al momento en que se desarrollando.
[42] Un ejemplo interesante es la carta que Florencio Notario, liberal exiliado en Formosa, envía a Pastore el 22 de mayo de 1963. Expresaba que el "carpintero" [ejecutor] fue hasta "lla" [Asunción] por el "asunto de Constantino”, tratando de llevar el "ropero" [granada de mano]. Le informa que "Canuto" [Cayetano Alfieri] estará en "Enero" [domingo] en Rosario, y allí espera conversar con "Aguayo" y con "Caballero" sobre las "mesas" [trotyl o TNT], las "mesitas de luz" [mechas], "perchas" [armas automáticas] y "biblioteca" [revolver o pistola] que figuraban en el "catálogo". Sobre el viaje señala que Cayetano Alfieri confirmará por teléfono o telegrama a "Caballero". Ver APH, Colección Pastore, “Carta de Florencio Notario a Carlos Pastore”, Caja N° 26, 22/05/1963; APH, Colección Pastore, “Códigos y Claves”, Caja N° 26 y 27.
[43] APH, Colección Pastore, “Carta de Carlos Pastore a Carlos Alberto González”, Caja N° 26, 07/06/1963.
[44] APH, Colección Pastore, “Carta de Carlos Pastore a Carlos Alberto González”, Caja N° 26, 07/06/1963.
[45] El 10 de mayo de 1965 el diario uruguayo Acción publicó una nota a Pastore. Allí denunciaba las condiciones en que se desarrollarían las elecciones, destacando el clima de terror y negación de los derechos humanos. Ver BN-Uy, Pastore, Carlos, «Elecciones en Paraguay… Bajo el Terror es Difícil “Elegir”», Acción , Montevideo, 10/05/1965, p. 5.
[46] APH, Colección Pastore, “Carta de Artemio Mereles a Carlos Pastore”, Caja N° 25, 20/11/1964.
[47] APH, Colección Pastore, “Carta de Carlos Pastore a Artemio Mereles”, Caja N° 25, 07/12/1964.
[48] APH, Colección Pastore, “Carta de Artemio Mereles a Carlos Pastore”, Caja N° 25, 18/06/1965.
[49] Mereles también destacaba la molestia que generó la “súplica” ante Stroessner por la inscripción ante la Junta Electoral. El 10 de julio de 1965, ante la negativa de la Junta Electoral y de la Corte Suprema de Justicia, el Directorio presidido por Gustavo González envió una nota oficial a Stroessner. Boccia Paz (2016, pp. 128-129) analiza y reproduce parte de la comunicación, donde destaca el énfasis en la posición anticomunista del Partido Liberal con que se presentaba ante el “Jefe Supremo del Estado”. Ver APH, Colección Pastore, “Carta de Artemio Mereles a Carlos Pastore”, Caja N° 25, 18/08/1965.
[50] Es mencionado como asilado político en la Embajada uruguaya en Asunción por Alberto Meyer, en una carta confidencial enviada a Pastore el 30 de julio de 1965. Ver APH, Colección Pastore, “Carta confidencial de Alberto Meyer a Carlos Pastore”, Caja N° 25, 30/07/1965.
[51] No se tiene certeza si se trata de Gerónimo Riart o de Gustavo Riart. Del mismo modo, no se tiene la certeza que se trate de Gabriel Núñez Carvallo.
[52] APH, Colección Pastore, “Carta confidencial de Ignacio Samaniego Villamayor a Carlos Pastore”, Caja N° 25, 24/10/1965.
[53] Iber destaca el papel de Sacha Volman en la conformación del IIEP y del EIED, así como la edición de la revista Combate. El autor destaca sus contactos con políticos latinoamericanos como Juan Bosch, Rómulo Bentancourt, José Figueres, Luis Alberto Monge, Víctor Alba, entre otros; la correspondencia de Pastore no solo comparte estos vínculos con Volman, sino que en reiteradas oportunidades distintos liberales coincidieron con él en encuentros de partidos políticos latinoamericanos. Explica Iber que los cursos versaban sobre geografía, historia y demografía latinoamericana, así como temas más específicos sobre reforma agraria (2013, p. 1006).
[54] El 19 de septiembre de 1964 Yegros escribió a Pastore informando que, “en atención a su pedido”, propuso al Consejo Ejecutivo de la Escuela la concesión de más becas para paraguayos. Explica que se preveían solamente tres, pero “[…] hemos puesto todo el interés que corresponde para que la cuota asignada al Paraguay llegue a cuatro becas”. Ver APH, Colección Pastore, “Carta Elpidio Yegros a Carlos Pastore”, Caja N° 25, 19/09/1964.
[55] Como se mencionó al inicio de este trabajo, el relevamiento y procesamiento de datos continúa siendo actualizado, siendo la causa de que para el año 1969 no haya información. No obstante, la tendencia en la fluctuación temática de la correspondencia se correlaciona con la acción política e intelectual de Pastore durante su exilio: un interacción constante entre sus actividades historiográficas y de militancia en su primer exilio; una mayor dedicación a la investigación histórica en la primera mitad de la década de 1950; una dedicación predominante a la actividad política desde el inicio del Stronato hasta mediados de 1960; y, finalmente, un lento retorno a la historiografía hacia el final de su exilio.
[56] Es menester recordar que, a partir de las negociaciones entre Paraguay y Brasil por los Saltos del Guairá, y la posterior construcción de la Itaipú, el debate político giró en torno a las relaciones entre ambos países. En este sentido, el interés por el pasado de este territorio fue un objeto de estudio recurrente por la intelectualidad paraguaya, donde se destacó la figura de Efraím Cardozo en su doble papel de historiador y de representante político del PLR.
[57] APH, Colección Pastore, “Carta Gustavo A. Riart a Carlos Pastore”, Caja N° 26, 18/07/1967.
[58] APH, Colección Pastore, “Carta Carlos Pastore a Gustavo A. Riart”, Caja N° 26, 20/07/1967.
[59] Pastore Olmedo, S. (2019, septiembre 6). Entrevista a Susana Pastore Olmedo …, 22:19’ – 27:54’.