INTEGRACIÓN Y CONOCIMIENTO

N° 6

 

ISSN 2347 - 0658

Vol. 1 Año 2017

 

 

INTERACCIONES ENTRE INTERNACIONALIZACIÓN INTERCAMBIOS Y CULTURAS INSTITUCIONALES

Sergio Ricardo Quiroga1 Instituto Cultural Argentino de Educación Superior sergioricardoquiroga@gmail.com

RECIBIDO: 24/06/2016

ACEPTADO: 25/02/2017

RESUMEN

Las tendencias de internacionalización conectan a las universidades y a las instituciones de

Educación Superior. Las comunidades universitarias debieran promover espacios institucionales que favorezcan una cultura del diálogo, la colaboración, el intercambio docente y académico en un marco de transparencia, apertura y promoción de la participación. Se trata de repensar una cultura institucional que cree conciencia y favorezca el intercambio, la cooperación y se reconozca la dimensión de la internacionalización. La presencia de la comunidad universitaria en los proyectos de intercambio y constitución de redes puede mejorar la calidad de la educación y las prácticas docentes, el desarrollo de la investigación y la mayor formación de estudiantes, a partir del reconocimiento de la homogeneidad, la diversidad y la heterogeneidad universitaria.

1 Coordinador de Investigación – Instituto Cultural Argentino de Educación Superior (ICAES). Integrante Colaborador Proyecto “Cambios y Tensiones en la Universidad Argentina en el marco del centenario de la Reforma de 1918” UNSL.

Palabras claves: Internacionalización, Educación Superior, Universidad, culturas institucionales.

INTERACTIONS BETWEEN INTERNATIONALIZATION, EXCHANGES AND INSTITUTIONAL CULTURES.

ABSTRACT

Internationalization trends connect universities and higher education institutions. The university communities should promote institutional spaces to promote a culture of dialogue, collaboration, and academic and academic exchange within a framework of transparency, openness and the promotion of participation. It is a question of rethinking an institutional culture that creates awareness and encourages exchange and cooperation and recognizes the dimension of internationalization. The presence of the university community in the projects of exchange

and networking can improve the quality of 252 education and teaching practices, the development of research and the greater training

of students, recognizing homogeneity, diversity and university heterogeneity.

Keywords. Internationalization, higher education, university, institutional cultures.

INTERACÇÕES ENTRE

INSTITUCIONAIS CULTURAS,

INTERNACIONALIZAÇÃO E

INTERCÂMBIOS.

RESUMO

Tendências de internacionalização ligadas a universidades e instituições de ensino superior. Comunidades universitárias devem promover espaços institucionais que incentivam uma cultura de diálogo, colaboração, ensino e intercâmbio acadêmico, num quadro de transparência, abertura e promover a participação. Isto é repensar uma cultura institucional que sensibilizar e promover o intercâmbio, cooperação e dimensão da internacionalização é reconhecido.

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A presença da comunidade universitária em projetos de intercâmbio e redes pode melhorar a qualidade das práticas de educação e ensino, desenvolvimento de pesquisas e alunos do ensino

superior, reconhecendo homogeneidade, diversidade e heterogeneidade universidade. Palavras chave: Internacionalização, ensino superior, universidade, culturas institucionais.

INTRODUCCIÓN

En este trabajo nos permitimos una reflexión preliminar sobre la influencia e interacción de las culturas académicas, las culturas institucionales y las culturas de internacionalización en la Universidad en el

marco de complejos procesos de negociación, la ambigüedad universitaria y las tensiones y contradicciones que se dan entre ellas.

La Universidad ha desarrollo diversos modelos, desde perspectivas que la conciben como una institución cuya misión es la formación general y universal con una educación de tipo general y liberal hasta la concepción en torno a la influencia de Humbold que la concibe como un centro de investigación orientada a la búsqueda de la verdad científica (Lucarelli, 2011).

El impacto y la influencia de la cooperación y las estrategias y procesos de internacionalización hoy puede apreciarse cualitativa y cuantitativamente. Al mismo tiempo, la temática ha surgido como un tema de análisis e investigación por parte de los académicos en los últimos años.

Una de las características sobresalientes de la Educación Superior en el comienzo de siglo XXI es hoy su creciente internacionalización, que se manifiesta por una mayor presencia de estudiantes extranjeros en las universidades, el desarrollo de los programas regulares de intercambio estudiantil con la promoción de titulaciones

de grado y postgrado en el exterior y las

 

alianzas estratégicas para la investigación y el

 

desarrollo tecnológico.

 

 

 

Sebastián (2004) destaca que estos

 

procesos tienen lugar en el marco de los

 

cambios en el enfoque de la cooperación

 

científica internacional, el peso creciente de la

 

cooperación en los modos de producción del

 

conocimiento, la diversificación de las

 

modalidades de la cooperación, la evolución

 

en las políticas de fomento de la cooperación

 

científica internacional y un creciente interés

 

por la calidad de la cooperación.

 

 

La presencia de la comunidad

 

universitaria

en

los

proyectos

de

 

internacionalización y/o cooperación es vital

 

y relevante en la Universidad de nuestro

 

tiempo. En el caso de los docentes, porque el

 

diálogo con el conocimiento internacional, el

 

desarrollo

de

un

curriculum

 

local/internacional y la perspectiva de

 

interculturalidad en las labores académicas

 

son plenos desafíos de la Universidad

de

253

nuestro tiempo. En el caso de los estudiantes,

 

porque se promueve la formación de

 

profesionales y ciudadanos con conciencia de

 

diálogo, que conozcan el sistema universitario

 

internacional y la cultura del intercambio y la

 

cooperación.

Estudiantes

con actitudes,

 

competencias

y

conocimientos que

les

 

permitan desenvolverse y trabajar en un

 

mundo

globalizado,

tecnológico,

 

interconectado y multicultural.

 

 

Las

universidades

argentinas

y

 

latinoamericanas

vienen

trabajando

con

 

distinto grado de desarrollo en estos

 

procesos. Para ello cuentan

con equipos de

 

gestión con múltiples recursos que generan propuestas permanentes y la constatación de que una cultura de intercambio que avance en la cooperación, en la formación de redes y en la constitución de propuestas de postgrados conjuntos con otras universidades, refleja a la Universidad con sus mejores y pioneras tradiciones.

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Globalización y Universidad

Nuestra sociedad vive un profundo cambio cultural, concepto que sirve para caracterizar las múltiples formas en que la sociedad modifica sus pautas culturales. Esta revolución se presenta como un cambio de civilización, de cultura, según Serres (2014), donde las instituciones que hoy tenemos, que fueron inventadas en un mundo que hoy no existe, tienen al menos problemas de adaptación frente al nuevo y turbulento contexto. Los procesos de globalización han afectado la vida de las organizaciones sociales y educativas e influyen notablemente en las instituciones educativas.

Jesús Martín Barbero (2007) ha conceptualizado la globalización como el proceso de interconexión mundial que conecta todo lo que instrumentalmente es de valor como las empresas, las instituciones y los individuos y al mismo tiempo, desconecta todo lo que para la razón mercantil carece de valor. Para McGrew (1992) la globalización tiene dos dimensiones: alcance (extensión) e intensidad (profundización) y es caracterizada como un proceso entendido como “multiplicidad de vínculos e interconexiones entre los estados y las sociedades que constituyen el sistema mundial moderno” (McGrew, 1992, p.23).

Mainero (2011) destaca que en las

últimas décadas se produjeron transformaciones relevantes a escala global en la cultura, la política, la economía y la sociedad donde los signos que caracterizan a los fenómenos sociales y humanos son la inestabilidad, la imprevisibilidad y la diversidad. Schriewer (1996) destaca que “internacionalización” como el término “globalización” son utilizados para describir las tendencias de incremento de las relaciones globales de interacción e intercambio, la interconexión mundial en el terreno de la comunicación mundial y la armonización transnacional de los modelos y las estructuras sociales.

En el proceso de mutación cultural, las identidades hoy se resignifican influidas por las redes, los flujos, las migraciones, las movilidades, la instantaneidad y el desanclaje. Raíces en movimiento es una figura con la que los antropólogos ingleses han designado recientemente a la identidad recordada por Martín Barbero (2007).

Por otro lado, Bauman (2000) ha acuñado su visión de una sociedad líquida, caracterizada como aquella que transforma de manera dinámica y no permite que el sujeto se sitúe fácilmente en los cambios y constituida, además, en el escenario en donde se desarrolla la investigación y producción científica de este siglo. Esa vida líquida asigna al mundo y a las cosas la categoría de meros objetos de consumo. Slater (1997, p.

63)critica que en las narrativas de Bauman las cuestiones de poder, victoria o derrota en la obtención del progreso no se vinculan con el colonialismo, ni con las penetraciones

geopolíticas.

Bauman,

que

estudió

las

254

estratificaciones sociales y las relacionó con el

 

desarrollo del movimiento obrero, criticó

 

más tarde la modernidad y dio un diagnóstico

 

pesimista de la sociedad. La obra de este

 

autor adopta una postura crítica sobre el

 

impacto de la globalización y la modernidad

 

líquida; caracteriza a una sociedad marcada

 

por el individualismo y el consumismo, sin

 

vínculos permanentes y con acuerdos

 

temporales.

 

 

 

 

 

Theiler

describe al fenómeno de la

 

globalización como “el flujo de tecnología,

 

economía personas, conocimiento, valores e

 

ideas a través de las fronteras de los países

 

afecta a todos ellos de diferente manera”

 

(Theiler, 2009, p.11). En esta sociedad

 

sobreviniente

con

altas

dosis

de

 

interconectividad y redes distinta a la sociedad industrial, con el advenimiento de la dimensión digital o el llamado tercer entorno (Echeverría, 1999), la construcción del conocimiento es realizada colectivamente, en equipos interdisciplinarios.

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Universidades y Conocimiento

Las universidades han sido

caracterizadas como organizaciones complejas por Baldridge, Curstis, y otros autores (1977), que cuentan confines vagos y ambiguos y que deben construir procesos de tomas de decisiones con el propósito de resolver los conflictos y la incertidumbre creciente generada en el seno institucional. La Universidad es una organización que puede ser considerada un centro de sinergias en múltiples dimensiones atravesadas por fuerzas contradictorias, locales y globales que asumen distintas presiones e interacciones.

Tello (2002), en su traducción de la obra de Baldridge, Curtis y otros autores (1977), destaca que la ambigüedad de fines es una de las características principales de las organizaciones académicas que raramente tienen una misión simple. Por el contrario, a menudo tratan de ser todo para toda la gente. Debido a que los fines de las universidades no son claros, también les resulta difícil desechar nuevos fines. No solamente los fines académicos son poco claros sino que también son muy discutidos y en tanto se los deje ambiguos y abstractos, resulta fácil acordar con ellos (Tello, 2002).

Si bien se reconoce que las universidades son instituciones dedicadas a la preservación, ampliación y transmisión de conocimientos, en las que la investigación, la docencia y el acceso al conocimiento constituyen elementos vitales de su accionar, estas organizaciones también son espacios de interacción, intereses contrapuestos, opacidad y de puja por los poderes instituidos visibles en el interjuego de los diversos actores universitarios en los que los docentes y estudiantes son actores principales.

Schriewer (1996) ha destacado que en el marco del crecimiento educativo en general, la tendencia ha sido mayor en el caso de las universidades, por el incremento de la matriculación universitaria que ha sido tomada como una tendencia de desarrollo

internacional. Una expansión que se ha

 

producido al mismo tiempo de la aceptación

 

global de un modelo de escolarización

 

institucionalizada

(Schriewer,

1996,

p.27),

 

estandarizada como hecho para orientar y

 

valorar las políticas educativas a nivel global.

 

Una sociedad que más allá de las

 

descripciones o definiciones que le

 

otorguemos vive un profundo cambio

 

cultural.

 

 

 

 

 

Afirma Manuel Castells (1996; 1998)

 

que en nuestro tiempo el ser humano de

 

manera incesante procesa símbolos y

 

establece una distinción analítica entre

 

nociones de “sociedad de la información” y

 

la “sociedad informacional”. Su visión sobre

 

la sociedad en red es la de una estructura

 

interactiva ocupada de la transmisión de la

 

información y el conocimiento.

 

 

 

El crecimiento y accesibilidad a las

 

sociedades del conocimiento ha sido

 

facilitado por Internet y las TIC, y por otro

 

lado, sobre las características de producción

255

del mismo, Gibbons y otros autores

 

mostraron en La Nueva Producción del

 

Conocimiento en 1997 que uno de los rasgos

 

característicos de la creación de conocimiento

 

científico,

que

denominaron

modo

2 (la

 

forma en que se produce conocimiento en

 

nuestro tiempo) es la transdisciplinaridad y su

 

difusión se da sobre una amplia gama de

 

lugares potenciales para la producción de

 

conocimiento y de diferentes contextos de

 

aplicación o uso. Es cierto también que las

 

diferentes comunidades científicas nacionales

 

no tienen igual nivel de desarrollo y muchas

 

de ellas no alcanzaron a consolidar siquiera el

 

modo 1. Los académicos se han propuesto

 

desarrollar su profesionalismo en el marco de

 

“estructuras modernas de razonamiento que

 

llamamos disciplinas” (Clark, 1996, p. 299) y

 

desplegar

negociaciones políticas

para

 

acordar recursos, designaciones y estrategias, mediante la caracterización de una forma en la que los intereses propios se conectan íntimamente con el de las organizaciones académicas.

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Las diferencias y asimetrías en la producción del conocimiento científico han sido exploradas recientemente por Fernanda Beigel y Hanana Sabea (2014) quienes han descripto el concepto de dependencia académica caracterizado como la estructura desigual de producción y difusión de conocimiento construida históricamente en el sistema científico internacional. El término "dependencia académica", acuñado por las autoras, se refiere a un modo de funcionamiento de la comunidad científica internacional que condena a la investigación en la mayoría de los países fuera de Estados Unidos o países no europeos.

Por otro lado Pérez Lindo (2011) en un sorprendente ensayo ha caracterizado a la Universidad argentina del futuro desde una visión utópica y de perspectiva ya que plantea un escenario posible enriquecido por análisis estadísticos y tendencias actuales de la Educación Superior. En su contribución, Pérez Lindo (2011) afirma que la posgraduación no es una pretensión elitista de la Educación Superior en América Latina y el mundo. Argentina está atrasada en este aspecto y el fortalecimiento de los postgrados tiene otras tendencias concomitantes que son la explosión de los conocimientos y el creciente interés de la sociedad por la ciencia (Pérez Lindo, 2011, p.24). Concluye el estudioso que la adopción de políticas generales para el sistema de Educación Superior argentino necesita de amplios consensos, cooperación, articulación de sectores públicos y privados, universitarios y no universitarios, profesores, autoridades y estudiantes (Pérez Lindo, 2011).

CULTURAS INSTITUCIONALES

Lapassade (1985) por otro lado, define tres niveles de análisis respecto de las organizaciones sociales: grupo, organización, institución. El primero es el nivel base sobre el que se cimenta el orden social (familia- sociedad civil), en el segundo, la organización

se define como grupos de grupos y mediador entre el nivel base y el Estado: aquí se encuentra la Universidad. El tercer nivel es el Estado mismo. En ese marco, la cultura institucional se constituye en un espacio mediador entre la organización estructural de una institución y los actores que la conforman. La cultura brinda un marco común de referencia que permite contar con una concepción más o menos homogénea de la realidad (Ritter, 2008). Las organizaciones pueden ser pensadas como sociedades en miniatura (Abravanel y otros, 1992) y en tanto entendidas como microsociedades, estas, tienen procesos de socialización de normas y estructuras sociales (Sagastizábal y Perlo, 2006). Las organizaciones son construidas por sujetos sociales que reproducen prácticas con determinada institucionalidad. Adoptamos una perspectiva amplia de cultura entendida como “un conjunto de significados compartidos por

determinado grupo social” (Sagastizábal y 256 Perlo, 2006, p.27).

Mayntz (1972) define a las organizaciones como formaciones sociales complejas que son conscientes de sus fines y

constituidas racionalmente. Schvarstein (1998) por otro lado ha caracterizado a las organizaciones como un conjunto de problemas en busca de soluciones y señala que estas formaciones sociales han nacido a partir de acciones organizadas – soluciones – para atender a demandas –problemas– presentes en determinado contexto social. Santos Guerra (1994) afirma que una organización es una manera determinada de

organizar, oculta o explícitamente, aprendizajes de gran importancia. La organización es donde cobran cuerpo y materialidad las distintas “instituciones” que interactúan en ese campo. Entendemos campo como aquel sistema de relaciones, espacio de pugna y de juego por la autoridad.

Sobre este telón de fondo que otorga la globalización, los estudiosos de la sociedad postmoderna preconizan una sociedad

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constituida por instituciones flexibles, permeables al cambio con personas que coadyuven al aprendizaje de la organización (Sagastizábal y Perlo, 2006), que amplíen permanentemente sus capacidades de comprender la complejidad, clarificar su visión y perfeccionar los modelos mentales compartidos (Senge, 1992).

Todo proceso de cambio organizativo provoca distintas tensiones y diferentes actitudes en los sujetos afectados y en la organización donde se desarrollan. Las dimensiones de los procesos de cambio pueden adoptar características áulicas,

sistémicas y filosófico-epistemológicas. Conocer la influencia e interacción de las culturas docentes, las culturas institucionales y la cultura de internacionalización en la Universidad nos puede remitir a la teoría de los sistemas sociales de Niklas Luhmann en conjunción con la teoría de aprendizaje institucional generativo de Peter Senge.

La teoría de los sistemas sociales (Luhmann, 1998) propone el diseño de nuevas formas de pensamiento donde están presentes la generalidad, interdisciplinariedad,

complejidad, concepto de sistema, funcionalismo y una paradoja de modo creativa, determinada por una teoría de la doble contingencia y la teoría de los sistemas autorreferenciales, con lo cual se establecen criterios organizacionales en la relación sistema/entorno. Los tres tipos de sistema autorreferentes que Luhmann caracteriza son los sistemas vivos, los sistemas psíquicos y los sistemas sociales. Cada uno de estos sistemas se diferencia de su entorno, construye modos particulares de actuación y reduce la complejidad.

Por otro lado, la teoría del aprendizaje institucional generativo corresponde a la Quinta Disciplina y surge como alternativa del aprendizaje institucional adaptativo (Senge, 1992). El aprendizaje organizacional está dado por la comprensión global de la organización y de las relaciones entre sus partes componentes, hecho que le da a esta

concepción una perspectiva sistémica (Senge, 1992).

CULTURA DE

INTERNACIONALIZACIÓN

La internacionalización es un concepto que resulta tan complejo como confuso (Knight,1999) y que incluye un amplio conjunto de elementos como los programas de estudio, la enseñanza y el aprendizaje, la investigación, los acuerdos institucionales, la movilidad de estudiantes y profesores, la cooperación, etc. Posee múltiples dimensiones y actores de la Educación Superior y no constituye un proceso homogéneo ni unidireccional. El término hace referencia además, a dos paradigmas opuestos que dan cuenta de visiones contrapuestas, por un lado, el modelo de internacionalización centrado en la cooperación y la solidaridad internacional

tradicional, por el otro, un modelo 257 competitivo, orientado a la búsqueda de ganancia bajo criterios de racionalidad económica (Altbach, 2001, 2002; Verger,

2006). Sebastián (2015) destaca que el enfoque reciente de la internacionalización en la Educación Superior fue impulsado inicialmente por organismos internacionales en el marco de concepciones neoliberales que la consideran, dentro de la esfera de la globalización, como un servicio comercial.

María Paz López (2013) ha propuesto

los conceptos de capacidades de internacionalización y condiciones institucionales de internacionalización; indaga acerca de las capacidades construidas por los actores de los grupos de investigación así como sobre las posibilidades brindadas por los marcos institucionales.

Es diferente considerar a la internacionalización y sus procesos como un derecho de los “aprendientes”, una tradición fundacional de la Universidad y como un factor de desarrollo de la educación transnacional a través de múltiples

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manifestaciones como la circulación de estudiantes y profesores a escala global, la internacionalización de curriculums, el intercambio de gestores y la exportación de campus, programas y cursos, facilitada por las oportunidades que ofrece la educación virtual.

Buscar elementos o procesos de relaciones entre políticas de gestión sobre internacionalización que una Universidad asume en nuestro tiempo, en el marco de las culturas institucionales y culturas docentes en las organizaciones universitarias, supone avanzar en un terreno minado. Clark (1996) ha sostenido que en las sociedades en desarrollo al tratar de modernizar sus sistemas de Educación Superior, estos se han encaminado hacia una complejidad ambigua y abierta, donde la creciente diversidad de tareas (o funciones) empuja a los sistemas de Educación Superior hacia una serie de adaptaciones sistémicas.

La existencia de procesos de internacionalización y de cooperación

promueve la integración regional latinoamericana, la movilidad de docentes y estudiantes y el desarrollo de los programas de investigación conjunta; la creación de un mayor número de posgrados regionales o entre dos o más universidades que permitan formar a los estudiantes convierte a la internacionalización en una vital herramienta en la constitución creciente de redes.

Las iniciativas de cooperación e internacionalización en nuestro tiempo circulan fuertemente en las universidades argentinas y latinoamericanas. Theiler (2009) ha destacado la relevancia de la movilidad académica como elemento esencial de los procesos de integración regional e internacionalización. Pensar la Universidad, sus relaciones y sus desafíos en una dimensión global puede posibilitarnos

reconocer nuevas perspectivas y posibilidades. “Esta perspectiva global intensifica nuestra comprensión de los orígenes, la evolución y las implicaciones de

las prácticas educativas, combinando los

 

análisis a niveles micro y macro y vinculando

 

los

incidentes

provinciales

con

los

 

acontecimientos nacionales e internacionales”

 

(Arnove, 1990, p. 54).

 

 

 

 

 

 

 

Sebastián (2015) destaca que el

 

planteo de la internacionalización como una

 

exigencia al conjunto de las universidades es

 

no valorar la complejidad de un proceso que

 

requiere cambios institucionales, culturales y

 

de los entornos. Una internacionalización

 

“comprehensiva” necesita de un proceso de

 

reflexión y participación extendido en el

 

tiempo, en un diagnóstico por parte de cada

 

Universidad sobre el rol que debe tener la

 

misma en su desarrollo institucional.

 

 

 

 

En el marco de las respuestas e

 

iniciativas que cada Universidad asume frente

 

a la creciente internacionalización de la

 

Educación Superior, se hace necesario

 

generar

ideas,

establecer

planificaciones

 

participativas y trazar marcos estratégicos

 

para gestionar estos

procesos. Se trata de

258

reflexiones amplias que la comunidad

 

universitaria adopte y que sirvan para generar

 

instrumentos que promuevan la realización

 

de adecuadas observaciones del terreno

 

organizacional y hagan posible diseñar nuevas

 

estrategias para actuar.

 

 

 

 

 

 

En muchas

oportunidades,

las

 

instituciones de Educación Superior crean

 

oficinas, áreas específicas o jerarquizan

 

alguna

existente

para

gestionar

la

 

administración de las propuestas de

 

intercambio, la movilidad docente y

 

estudiantil, la constitución de redes, etc. Esto

 

es absolutamente necesario, sin recursos

 

humanos y materiales tras una estrategia de

 

promoción de intercambios es imposible dar

 

una respuesta adecuada a los desafíos que

 

impone

en

la

actualidad

la

 

internacionalización universitaria.

 

 

 

 

 

La diversidad de programas y desafíos

 

de

complementación

e internacionalización

 

que rozan la Universidad actual, el desafío de

 

construir una docencia intercultural y el

 

amplio

abanico

 

de

propuestas

de

 

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cooperación-internacionalización no hacen crecer por sí el volumen de la internacionalización en las instituciones de Educación Superior. Se necesita la firme decisión política y académica de cada organización universitaria para disponer de estrategias y estructura para aprovechar los

bienes de la cooperación e internacionalización.

Frente a estas tendencias han surgido un gran número de voces que están asignando de manera singular a los estudios educativos las funciones de reflexionar, apoyar y legitimar los procesos de internacionalización, tanto de los sistemas educativos como de la teoría educativa (Schriewer, 1996).

Los conceptos asociados a institución y organización expresan diferentes cuestiones aunque guardan cierta relación entre ellos. El término institución está referido a un cuerpo normativo jurídico-cultural compuestos de ideas, valores, creencias, leyes, etc. que determinan una forma de intercambio social. El trabajo, la vejez y la religión son ejemplos

de institución. Dentro de las instituciones existe una relación dialéctica entre lo instituido y lo instituyente. Lo instituido es lo que ya está establecido, mientras que lo instituyente es la fuerza de la transformación y el cambio. Lo instituyente surge como negación de lo instituido y cuando lo instituyente avanza y se concreta, se convierte en instituido.

La organización es la concreción material de las instituciones. Schvarstein (1992) afirma que la organización es una construcción social, en donde existe un orden simbólico y que tiene preceptos desde los cuales el sujeto brinda sentido a sus percepciones.

Para Levy (2004) las organizaciones deben abrirse a una circulación continua y

siempre renovada de conocimientos científicos, técnicos, sociales o incluso estéticos ¿La Universidad está abierta en

estos términos? Las instituciones

universitarias constituyen un amasijo de subculturas ya que ninguna organización suele tener una cultura única. Los actores instituciones suelen tejer un entramado propio relacionado con su pasado, sus imágenes de futuro, su sistema de tradiciones, sus objetivos específicos, su configuración de determinadas redes de acciones, etc.

Podríamos ensayar algunas relaciones entre cultura institucional, y procesos de

internacionalización. Se trata del reconocimiento sobre las mutuas influencias e interacciones entre estos fenómenos, la presencia de asimetrías y de relaciones de poder y negociación presentes en las universidades latinoamericanas.

CULTURAS ACADÉMICAS

En el ámbito de las ciencias sociales existe un insuficiente y llamativo interés de los docentes por los temas derivados de los

programas de internacionalización y un 259

desconocimiento alarmante de estas propuestas y su potencial beneficio en los ámbitos de la Educación Superior. Los equipos de investigación de la Universidad deberían conocer ampliamente las propuestas existentes para generar solicitudes y poder conectarse de otra manera con el universo universitario mundial.

En este contexto, el establecimiento de una planificación comunicativa que describa las actividades de gestión en las Instituciones de Educación Superior (IES) resulta una tarea cada vez más compleja. La comunicación organizacional “es el intercambio de información, de ideas y de sentimientos” (Ritter, 2008, p.9).

Si bien en las universidades los procesos de internacionalización pueden representar una respuesta de la Educación Superior para dialogar en un terreno global e interactuar localmente con el mundo, es además la internacionalización un fenómeno beneficioso cuando pudiera ser entendida como una propuesta de mejora de la

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enseñanza universitaria, la transformación del curriculum, una nueva cultura desde donde enriquecer diversos quehaceres y actividades del saber-hacer universitario, como si la organización tuviese extensiones o presencia institucional al margen de las fronteras.

Todo proceso de cambio provoca diferentes tensiones y diferentes actitudes en

los sujetos afectados. Algunas

transformaciones pueden producir aceptación o rechazo, generar colaboración o compromiso o angustia (Sagastizábal y Perlo, 2006).

Calzoni (2011) ha destacado que los

procedimientos de evaluación y/o acreditación de la calidad tienen distintos momentos como la autoevaluación realizada por la propia institución, la evaluación externa realizada por pares especialistas externos, el informe final (informe de evaluación; también la existencia de dimensiones comunes en los procesos de evaluación como la filosofía, la misión y visión institucional, el plan de desarrollo institucional, las normas internas, los reglamentos y los programas académicos, etc. y la necesidad de considerar para el análisis los contextos institucionales particulares a la hora de realizar una evaluación y organizar un proceso de participación de la comunidad universitaria.

El control del cambio suele ser pensado desde las políticas centrales o los sujetos afectados y una cuestión relevante es cuándo cambiar. Hacerlo cuando cambia el contexto o generarlo antes de que el contexto se modifique. Como bien señalan Sagastizábal y Perlo (2006, p. 53) “el hecho de advertir un tiempo de cambio implica inversión de tiempo”.

Es un verdadero desafío para los docentes universitarios proponer instancias de cambio que signifiquen reconocer la dimensión de la internacionalización. Frente a un contexto turbulento y dinámico que propone la sociedad de la información, las nuevas características de producción del

conocimiento, la constitución de comunidades de conocimiento, la disposición de las TIC y la generación de dispositivos cada vez más pequeños con gran potencial de

conectividad se hace necesaria la transformación del rol docente.

Las prácticas de enseñanza deben ser revisadas de manera permanente para incorporar la innovación, la tecnología y el diálogo con el conocimiento mundial que proponen las distintas organizaciones de Educación Superior en un escenario de

globalización. Los cambios serán más efectivos afirma Sagastizábal y Perlo (2006, p.

53)“cuando podamos garantizar un espacio para el aprendizaje organizacional”.

Diagrama N° 1 Internacionalización, culturas institucionales y culturas docentes (elaboración del autor).

 

 

Culturas

260

 

Contradiccio

académicas

 

 

 

 

 

 

Culturas

 

 

 

institucionales

 

 

 

Culturas

 

Institución

 

globales de

 

 

Internacionaliza

 

Organización

Tensiones

ALGUNAS CONCLUSIONES

Las comunidades universitarias y las gestores de la organización Universidad no solo debieran reconocer la importancia de promover actividades y funciones para las cuales esta ha sido pensada y constituida, sino también pensar en posibilitar “ámbitos” de

internacionalización” o canales de cooperación, para avanzar hacia una cultura

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de internacionalización, en donde se promueva el rol de la organización frente a los diferentes contextos, la discusión y el debate de sus contrastes, sus dificultades y

sus beneficios. La cooperación e internacionalización roza a todas las universidades latinoamericanas, los procesos de negociación, planificación y desarrollo son diferentes entre sus comunidades.

Son las demandas y deseos de la comunidad universitaria las que pueden influir fuertemente en el reconocimiento de la relevancia de generar “internacionalización para afuera y para adentro” o para generar la creación de un nuevo ámbito administrativo que genere diálogos docentes y académicos. Consideramos que necesitamos estos dos elementos y mucho más para hacer que las universidades sean centros de conocimientos particulares y universales. Cuando estas demandas están ausentes, las respuestas a estas dinámicas dependen de cada contexto, del juego de los distintos actores universitarios y sus relaciones de poder.

Encuestionesde

internacionalización, las comunidades universitarias deben promover una gestión institucional y comunicativa que promueva valores esenciales como la transparencia, la apertura, la mejora de los procesos educativos, el desarrollo de la investigación, y la participación con la comunidad hacia un modelo de Universidad transparente.

Favorecer los procesos de cooperación e internacionalización en toda la dimensión es tarea de la Universidad del presente. Buscar las mayores sinergias y cooperación requiere de equipos de gestión especializados que avancen sobre las alternativas presentes y asesoren a la comunidad universitaria, de planificación estratégica y de políticas universitarias que la impulsen.

La Universidad argentina con ingentes esfuerzos en los últimos veinte años ha promovido acuerdos y procesos de cooperación e internacionalización crecientes

(Theiler, 2009). La cooperación internacional ha dado lugar a una dinámica de intercambios cada vez mayor, a la formación de postgrados en el exterior de gran cantidad de estudiantes, desarrollo de investigaciones y producciones científicas conjuntas con universidades del exterior en el marco de acuerdos, convenios y convocatorias de programas internacionales.

El desarrollo de una cultura de internacionalización en la Universidad colabora con la creación de encuentros y puentes entre los docentes universitarios y

estudiantes y puede promover su participación. A menudo, la presencia de los docentes universitarios en los proyectos de internacionalización, ayuda a promover la formación de docentes y estudiantes interculturales, coadyuva a mejorar la calidad de la educación, incentiva los proyectos de investigación y a los grupos participantes y contribuye al reconocimiento de la diversidad y heterogeneidad social.

Frente a estas dinámicas 261 contradictorias, la construcción de una cultura de la internacionalización es imperativa ya que apunta a la promoción de

una cultura de la diversidad y de la pluralidad

que reconozca las contradicciones, dificultades y otredades expresadas en el ámbito de la docencia. Es decir, necesitamos volver a mirar como universitarios, a establecer una mirada que nos traiga visiones complejas de las cuestiones universitarias y que además reconozca y perciba la heterogeneidad de los diversos actores universitarios en su dimensión local-global.

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