ARTICULO ORIGINAL
Paula González Pannia1, Manuel Rodriguez Tablado2, Santiago Esteban3, Rosana Abrutzky4, Fernando Adrian Torres5, Paula Dominguez6, Fabiana Ossorio7, Fernando Ferrero8
1- Médica especialista en pediatría (Sociedad Argentina de Pediatría y Ministerio de Salud). Médica de planta. Departamento de Medicina, Hospital General de Niños Pedro de Elizalde, Ciudad Autónoma de Buenos Aires. https://orcid.org/0000-0001-7006-3080 Mail de contacto: pau.gp17@gmail.com
2- Médico especialista en medicina familiar y comunitaria. Hospital Italiano, Ciudad Autónoma de Buenos Aires. https://orcid.org/0000-0002-4661-1312
3- Médico. Gerente de la Gerencia Operativa Gestión de Información y Estadísticas de Salud.
Salud, Ciudad Autónoma de Buenos Aires. https://orcid.org/0000-0001-6940-9734
4- Socióloga (Universidad de Buenos Aires), Magister en Gestión Ambiental. Universidad Nacional de San Martin. https://orcid.org/0000-0002-5580-0211
5- Médico especialista en pediatría (Sociedad Argentina de Pediatría y Ministerio de Salud). Médico de Planta Consultorios Externos. Médico staff Comité de Docencia e Investigación, Hospital General de Niños Pedro de Elizalde, Ciudad Autónoma de Buenos Aires. https://orcid.org/0000-0001-5694-7090
6- Médica Especialista en Pediatría (Sociedad Argentina de Pediatría y Ministerio de Salud). Médico staff Comité de Docencia e Investigación, Hospital General de Niños Pedro de Elizalde, Ciudad Autónoma de Buenos Aires.
7- Médico Especialista en Pediatría (Sociedad Argentina de Pediatría y Ministerio de Salud). Secretario de Comité de Docencia e Investigación, Hospital General de Niños Pedro de Elizalde, Ciudad Autónoma de Buenos Aires. https://orcid.org/00002350
8- Médico especialista en pediatría (Sociedad Argentina de Pediatría y Ministerio de Salud). Médico especialista en neumonologia (Sociedad Argentina de Pediatría). Jefe de Departamento de Medicina, Hospital de Niños Pedro de Elizalde, Ciudad Autónoma de Buenos Aires. https://orcid.org/0000-0001-6335-0102
Para conocer los diagnósticos de los pacientes y así poder generar políticas de salud, es importante que las consultas que se realizaron se registren en forma correcta. En pediatría, las consultas más frecuentes son por infecciones respiratorias agudas bajas (IRAB) pero pueden registrarse en la historia clínica con nomenclatura muy variada. Nuestro trabajo tiene como objetivo construir un algoritmo que permita identificar niños que hayan consultado por IRAB a partir de los datos de su historia clínica electrónica.
Las infecciones respiratorias agudas bajas (IRAB) constituyen una importante causa de morbimortalidad, fundamentalmente entre niños menores de cinco años. En el mundo, se estima que ocurren 120-156 millones de casos de IRAB1 y 1,4 millones de niños mueren cada año por esta causa2. En Argentina se reportan 250.000 casos de bronquiolitis anualmente3.
Aunque entre las IRAB se incluyen cuadros bien definidos, como bronquiolitis y neumonía, lo cierto es que muchas veces no son fáciles de clasificar4. Esto hace que sea difícil cuantificar las enfermedades respiratorias en la infancia, ya que frecuentemente no quedan debidamente registradas. Esta complicación es más manifiesta en los registros de consultas ambulatorias, que representan la mayoría de los casos de IRAB5.
El problema de la nomenclatura dificulta contar con datos fidedignos en el momento de diseñar políticas de salud. Esto es particularmente importante cuando se pretende evaluar el impacto en la salud respiratoria de noxas de alcance masivo (circulación epidémica de patógenos específicos, modificaciones en la dinámica social, contaminantes ambientales).
En los últimos años se ha extendido el uso de registros electrónicos de salud (RES), transformándose en una herramienta fundamental a la hora de valorar la salud de la población, por la cantidad de datos que aportan, su accesibilidad y las posibilidades de análisis que ofrece6.
La Ciudad Autónoma de Buenos Aires (CABA) incorporó el RES al sistema público de salud a partir de 20167. En el año 2018, ya todos los ámbitos de atención ambulatoria (centros de salud y acción comunitarios -Ce.S.A.C.- y consultorios externos de hospitales) contaban con RES.
Sin embargo, estos registros dependen de aquellos que cargan los datos y, particularmente en el caso de las IRAB en la infancia, cierta información puede haber sido incorporada de diferentes formas, dificultando su utilización.
Contar con una herramienta que identifique con precisión las consultas por IRAB en pediatría permitirá evaluar adecuadamente el impacto en la salud respiratoria de noxas de alcance masivo y diseñar las políticas para prevenirlas o mitigar sus efectos.
Nuestro objetivo fue construir una definición operativa sensible y específica para identificar pacientes pediátricos con infección respiratoria baja aguda a partir de los datos de la historia clínica electrónica del Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires.
Estudio descriptivo, de corte transversal realizado durante 19 meses Características de los RES: Se utilizó la historia clínica electrónica (HCE) de la CABA. En ella, cada consulta incluye un campo llamado “Problema” con una lista de posibles motivos de consulta de la cual seleccionar (con la posibilidad de incorporar nuevos sinónimos diagnósticos o abreviaturas), y un campo llamado “Evolución” para completar con texto libre. A los fines de este estudio la búsqueda se efectuó en ambos campos.
Construcción de la definición operativa: Utilizando como fuente de datos la HCE del GCBA, se seleccionaron aleatoriamente 1000 consultas (set de desarrollo) de pacientes menores de 2 años, acontecidas durante los meses de mayo, junio, julio y agosto (mayor prevalencia de enfermedad respiratoria) de 2018. Las HCE fueron revisadas una por una por un primer observador que identificó en el espacio de texto libre (“evolución”) o en el motivo de consulta (“problema”) términos que hicieran referencia a que la misma era motivada por infección respiratoria baja aguda (IRAB) (por ejemplo: bronquiolitis, sibilante recurrente, neumonía, neumonitis, salbutamol, tos, sibilancias, etc). El mismo observador, además, clasificó las consultas indicando cuales eran motivadas por IRAB y cuáles no. Utilizando 800 de dichas consultas ya clasificadas, se desarrolló un algoritmo basado en reglas duras9, cuya capacidad para identificar IRAB se evaluó en las 200 consultas restantes (set de inicial), calculando sensibilidad, especificidad, valor predictivo positivo y valor predictivo negativo. El algoritmo fue desarrollado en base a expresiones regulares que permitieran identificar los términos relacionados con IRAB junto con sus variantes léxicas, y que permitieran al mismo tiempo descartar aquellos términos que fuesen negados o hablasen de antecedentes personales o familiares (Fig 1).
En base a estas expresiones regulares, los “problemas” fueron asumidos como diagnósticos certeros. Por otro lado, las “evoluciones” fueron exploradas, utilizando un análisis de sintaxis (“parsing”), con sentencias en las que se combinaron estas expresiones regulares para poder identificar si se estaba hablando de esas entidades, si ellas estaban negadas o si se trataba de antecedentes.
Ajuste de la definición operativa: Se seleccionó aleatoriamente un segundo set de 800 consultas (set de ajuste) de pacientes menores de 2 años, acontecidas durante todo el año 2018 (enero a diciembre). Un segundo observador (asumido para este fin como estándar de oro), desconociendo los criterios utilizados por el primer observador, clasificó este segundo set de consultas indicando cuales, a su criterio, tenían motivo de consulta por IRAB y cuáles no. Para esta etapa se contempló consultas de un año calendario para evitar el riesgo de sesgo estacional debido a que algunas patologías respiratorias específicas se producen principalmente en los meses de otoño e invierno (virus sincicial respiratorio, influenza). Luego, se evaluó la capacidad del algoritmo para identificar IRAB en este set, calculando sensibilidad, especificidad, valor predictivo positivo y valor predictivo negativo. En base a los resultados de esta validación se efectuaron ajustes en el algoritmo.
Validación de la definición operativa: Se seleccionó aleatoriamente un tercer set de 800 consultas (set de validación) de pacientes menores de 2 años, acontecidas durante todo el año 2018 (enero a diciembre). En este set, el segundo evaluador identificó aquellas con IRAB y se procedió a evaluar la capacidad diagnóstica del algoritmo ajustado, calculando sensibilidad, especificidad, valor predictivo positivo y valor predictivo negativo.
Figura 1. Ejemplos de expresiones regulares consideradas en el algoritmo desarrollado
Al aplicar inicialmente el algoritmo construido (200 consultas) se verificó que identificaba una prevalencia de IRAB de 26% con una VPP de 98%.(Tabla 1)
Al aplicarlo en el set de ajuste (800 consultas) se observó que la prevalencia de IRAB disminuyó (14%), al igual que la capacidad diagnóstica del algoritmo. (Tabla 1)
Finalmente, tras el ajuste de la herramienta, su desempeño al aplicarlo al set de validación (800 consultas) mostró que la prevalencia 15,2% y mejora algo su capacidad diagnóstica. (Tabla 1)
Tabla 1. Desempeño de un algoritmo en la identificación de consultas por infección respiratoria aguda baja entre las consultas ambulatorias al sistema de salud pública del Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, en niños menores de 2 años de edad.
Consultas |
Prevalencia |
Sensibilidad |
Especificidad |
VPP |
VPN |
||
Set inicial |
200 |
26 % (23-29,2) |
91,07 (86-94,5) |
99,28 (96,5-99,9) |
98,08 (94,7-99,4) |
96,50 (92,6-98,5) |
|
Set de ajuste |
800 |
14,8 % (12,4-17,5) |
93,25 (91,2-94,8) |
96,03 (94,7-99,4) |
80,36 (77,4-83) |
98,79 (97,7-99,4) |
|
Set de validación |
800 |
15,2 % (12,8-17,9) |
88,24 (85,8-90,3) |
97,50 (96,1-98,4) |
86,07 (83,4-86,4) |
97,93 (96,6-98,8) |
En este trabajo desarrollamos un algoritmo de búsqueda que, a partir de RES, permite identificar con aceptable precisión las consultas ambulatorias relacionadas con IRAB en niños menores de 2 años.
Otras iniciativas que buscan identificar condiciones de salud a partir de algoritmos de búsqueda en RES se basan en información codificada (por ejemplo, la clasificación internacional de enfermedades) o en datos administrativos10. Nuestro algoritmo se construyó en base a términos que un experto local identificó como relacionados con IRAB, por lo que puede pensarse que emula el criterio médico para la identificación de casos.
En los estudios ecológicos, la unidad de observación es una población dada, y son particularmente útiles cuando se explora el impacto en la salud respiratoria de noxas de alcance masivo (circulación epidémica de patógenos específicos, modificaciones en la dinámica social, contaminantes ambientales, variables climáticas)11. Si bien habitualmente es relativamente fácil medir los predictores en estudio (nivel de PM10, temperatura media anual, etc), este tipo de estudio suele requerir indicadores “duros” en los que el registro sea confiable (mortalidad, hospitalizaciones, consultas totales, etc). En muchas oportunidades, las consultas por causa específica son, sin lugar a dudas, un mejor indicador pero, por deficiencia en los sistemas de registro, es frecuente que no pueda utilizarse. Es allí donde los algoritmos de búsqueda que, como el nuestro, puedan identificar los pacientes a partir de los registros directos del personal de salud, son útiles.
Nuestro estudio tiene potenciales limitaciones que deben valorarse. Por un lado, la HCE electrónica permite el empleo de vocabulario no controlado, con los problemas que ello conlleva12. A ello hay que sumar la costumbre de muchos profesionales de usar jerga, abreviaturas y acrónimos13,14. Sin embargo, nuestro algoritmo se construyó en base a términos que un experto local identificó como relacionados con IRAB, por lo que es posible que haya identificado adecuadamente el diagnóstico a partir de los registros de sus colegas.
Por otro lado, la definición se construyó utilizando consultas de época invernal, donde la prevalencia de IRAB es mayor, pudiendo haber adjudicado una mayor precisión diagnóstica inicial. Es conocido el impacto que la prevalencia tiene en los valores predictivos de un test8, aumentando cuando aumenta la prevalencia. Sin embargo, los ajustes efectuados luego de evaluar el algoritmo en una muestra anual permitieron mejorar esa capacidad predictiva.
En conclusión, el algoritmo de búsqueda desarrollado permite identificar con aceptable precisión las consultas ambulatorias relacionadas con IRAB en niños menores de 2 años.
1. Nair H, Simões EA, Rudan I, Gessner BD, Azziz-Baumgartner E, Zhang JSF, Feikin DR, Mackenzie GA, Moiïsi JC, Roca A, Baggett HC, Zaman SM, Singleton RJ, Lucero MG, Chandran A, Gentile A, Cohen C, Krishnan A, Bhutta ZA, Arguedas A, Clara AW, Andrade AL, Ope M, Ruvinsky RO, Hortal M, McCracken JP, Madhi SA, Bruce N, Qazi SA, Morris SS, El Arifeen S, Weber MW, Scott JAG, Brooks WA, Breiman RF, Campbell H; Severe Acute Lower Respiratory Infections Working Group. Global and regional burden of hospital admissions for severe acute lower respiratory infections in young children in 2010: a systematic analysis. Lancet. 2013 Apr 20;381(9875):1380-1390. doi: 10.1016/S0140-6736(12)61901-1.
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Recibido: 2020-08-31 Aceptado: 2021-08-24
DOI: 10.31053/1853.0605.v78.n3.30162
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