imparcialidad de una visión fragmentaria, imposibilitada de captar la totalidad
de su alrededor. En esta serie de artículos/ensayos el autor despliega una
amplia variedad de recursos expresivos y, desde lo formal, difumina, además,
el formato de artículo descriptivo de la realidad objetiva, propio del reportaje
periodístico de su tiempo.
La ampliación de este volumen, titulada “La Andalucía trágica”, consta
de cinco artículos: “En Sevilla”, “En Lebrija”, “Los obreros de Lebrija”,“Los
ordenado, cuyas partes por momentos se entrelazan. La acción, tanto del
primer como del último artículo, funciona como marco de lo que se desarrolla
en la localidad sevillana de Lebrija. Esto aporta continuidad narrativa al
que están escritos es sencilla y directa, y se estructura como una seguidilla
de párrafos expresados en oraciones simples, de fácil comprensión para el
lector.
A lo largo de la serie, asistimos a un viaje que emprende el protagonista,
personaje asimilable con el propio Azorín como cronista. A través de
compromiso moral del escritor con sus compatriotas. Los artículos dan
cuenta de la preocupación del autor por la injusticia social en Andalucía, tiene
su mirada puesta en el espacio rural andaluz: “esa es la Andalucía trágica que
ha venido, por lo pronto, a buscar el cronista” (Azorín, 1986, p. 109).
Es frecuente el empleo de referencias a la tradición literaria, en su
mayoría francesas y españolas: encontramos, entre otras, menciones a
Montaigne, Alfred de Musset, Spinoza o al “Coloquio de los perros” cervantino.
Al comienzo del segundo artículo leemos: “‘Lo que a mí me ocurre —decía
Montaigne— es toda mi física y toda mi metafísica’. Yo ni aun estas palabras
del maestro puedo hacer mías” (1986, p. 110). La visión de unos mozos que
conversan, próximos al matadero, trae a la memoria del narrador el habla de
los jiferos sevillanos, los matarifes en el entorno picaresco del primer amo de
Berganza, uno de los perros coloquiantes de Cervantes
3
. Estas referencias dan
cuenta, además, de la gran cultura libresca del autor, demostrada al incluir
vinculaciones de su escritura con materiales de la tradición.
El tema del viaje como avance hacia la profundidad de un territorio
comienza ya en el primer artículo: “En Sevilla”. Allí vemos de qué manera la
simulación del viaje en tren, símbolo del transporte de la modernidad, da
lugar al efecto de una descripción móvil de espacios exteriores. La velocidad
3 Berganza es el perro “coloquiante”, en ameno intercambio conversatorio con Cipión, en la breve
novela ejemplar cervantina (1613).
Francisco Bernardo Martínez
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