Obra bajo Licencia Creative Commons 4.0 Internacional.
Recial Vol. XV. N° 26 (Julio-diciembre 2024) ISSN 2718-658X. Ana Virginia Lona, Correligionarios en el dolor en
Lalalangue (prenez et mangez-en tous) de Frédérique Voruz, pp. 260-263.
https://doi.org/10.53971/2718.658x.v16.n26.47198
Correligionarios en el dolor en Lalalangue (prenez et mangez-en tous) de
Frédérique Voruz
Voruz, F. (2022). Lalalangue (prenez et mangez-en tous. (131 pp.). París. HarperCollins France.
Ana Virginia Lona
Universidad Nacional de Córdoba. Argentina.
anavirginialona@mi.unc.edu.ar
ORCID: 0000-0003-2228-0376
Recibido 22/09/2024 Aceptado 25/10/2024
Lalalangue (prenez et mangez-en tous) es una novela
corta que relata la infancia de la autora, marcada por una
tragedia familiar, cuyo foco está puesto en la relación
madre e hija como centro primigenio de la posibilidad de
recrear una visión diferente de la vida y de misma. La
obra fue publicada en francés en 2022 por Harper Collins
France; de momento no contamos con una traducción al español.
La novela de Frédérique Voruz es una representación textual de su homónima pieza teatral, un
espectáculo unipersonal que se llevó a escena el mismo año de la publicación. El prefacio estuvo
a cargo del director de la obra, Simon Abkarian. El relato de los fragmentos autobiográficos está
acompañado por ilustraciones de la autora, que ofrecen una experiencia sensorial polifónica, y
citas indirectas de interpretaciones psicoanalíticas de una terapeuta.
El primer capítulo se titula «À l’origine», con lo cual, la narradora sienta las bases de la
construcción de su propia mitología de origen, que comienza con la unión de sus padres y
culmina con el accidente que sufrieron siendo jóvenes, su madre embarazada de gemelos,
mientras hacían alpinismo. Este acontecimiento traumático dejó a su madre con la pérdida de los
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Lalalangue (prenez et mangez-en tous) de Frédérique Voruz, pp. 260-263.
hermanos nonatos y de la cercenadura de la pierna. Mientras que su padre se quebró un brazo. La
consecuencia trágica del accidente dejó en la madre el desgarro del dolor que se convirtió en
venganza por la pérdida de sus hijos y de su pierna. La religión y las manías constituyeron el
marco interpretativo y de acción que la madre diseñó para los miembros de la familia. Para la
madre el accidente fue un sacrificio y alguien debía pagar por ello, debía vengarse (Voruz,
2022).
El cuerpo y la palabra: la actriz y la autora. Frédérique Voruz es actriz y escritora. Debutó en
el arte de la dramaturgia en el Théatre du Soleil a los veintiún años. Siete años después, cuando
tenía veintiocho, escribió su espectáculo unipersonal autobiográfico titulado Lalalangue
Prenez et mangez-en tous, que fue llevado a escena. Para la narradora, la ficcionalización de los
traumas de la niñez constituyeron el camino de la redención de la «locura materna», resultado de
un lamentable accidente que dejó a la madre sin sus hijos nonatos y sin una pierna. La narradora
titula el prefacio: « parfois, écrire est un art de la survie » («a veces, escribir es un arte de la
supervivencia»). Escribir es revisar, escarbar, interpretar y resignificar imágenes, sonidos,
aromas, texturas que conforman los recuerdos; traer al presente las impresiones que son
significativas en la construcción de la narración. La escritura da cuenta de la supervivencia, de
que se ha vivido, de que se experimenta el presente habiendo sorteado diversos obstáculos,
lidiado con las contradicciones y el desasosiego causados por un trauma que no se ha resuelto
porque ha quedado escondido tras un grito ahogado.
L’oscillation entre deux sentiments, le va-et-vient entre répugnance et pitié. Tellement de
pitié pour ce corps mutilé, cette détresse, cette solitude, ce rejet dont elle était l’objet et
tellement de dégoût. Aussi seule au milieu de toute sa progéniture.
Cette pitié et ce dégoût qui m’ont poussée à la haïr. (Voruz, 2022, p. 118)
La visión de la narradora está mediada por la figura de la psicoanalista, cuya figura está
presente con una sinécdoque, el cigarrillo entre corchetes. La terapeuta es una interlocutora
omnipresente, una suerte de guardia de la interpretación que cierra cada capítulo con su visión de
las impresiones del personaje de Voruz. Esta también afirma que hay elementos en el texto que
son apócrifos porque son impresiones que quedaron en su niñez de las experiencias narradas. El
recuerdo siempre contiene una cuota de incertidumbre, pero aun así la reconstrucción del relato y
convertir a los miembros de la familia en personajes de teatro fue «salvador»; ya que para ella
fue una manera de lidiar con la «locura materna».
El miembro fantasma. La predominancia de lo sensorial, las impresiones en el cuerpo de los
recuerdos de infancia son testimonios de la fragmentación de la experiencia. Las ausencias, de
seres y partes del cuerpo se convirtieron en ese ruido de fondo que llegó a ser ensordecedor por
su creciente intensidad y por su insistencia en visibilizarse a lo largo del tiempo. En la familia el
relato del dolor emocional y físico fragmentó tanto la percepción del cuerpo como la
construcción del relato de sus vidas. La narradora, una de las menores de los hermanos, intentó
sobrevivir a la rabia, unas veces contenida y otras, explícita que llenaba cada rincón con su
estridencia. Esta censura del dolor terminaba por convertir a los hijos en elementos de sacrificio.
Lo vital quedó prisionero de las manías de la madre quien, en su afán quizás de protección o,
quizás, de venganza, anuló la experiencia con el mundo.
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Recial Vol. XV. N° 26 (Julio-diciembre 2024) ISSN 2718-658X. Ana Virginia Lona, Correligionarios en el dolor en
Lalalangue (prenez et mangez-en tous) de Frédérique Voruz, pp. 260-263.
La religión del cuerpo doliente. El trauma se corporeizó en la pierna ortopédica, objeto que se
transformó en la huella del trágico accidente de los padres de la narradora, cuya potestad es de la
madre. El miembro postizo se transformó en un baluarte de la desgracia. En tanto, el dolor de la
pérdida de los nonatos se convirtió en un proyecto de venganza para la madre. Sin embargo, esa
herida producida por el resentimiento se mancomunó a toda la familia, la cual debía
«alimentarse», «comer», como el sacrificio del doliente, el que recibe el castigo, el que fue
sacrificado en la cruz en pos de la humanidad.
J’ai renoncé alors à tout espace individuel. À toute intimité. Je me suis résignée à
ne rien garder pour moi. Je me livrais aux autres comme par obligation. Je me dilapidais
par habitude.
Ne rien avoir. Ne rien posséder…
Prenez et mangez-en tous.
Dévorez-moi. (Voruz, 2022, p. 102)
Giorgio Agamben, en su reflexión sobre la escritura del yo, plantea que existe en el proceso
de este de tipo de escrituras una suerte de regreso a un origen que se identifica con la infancia de
la humanidad. En esta etapa hay una visión de la experiencia sin la lengua. A medida que uno
adquiere una lengua, se construye una historia del yo y, asimismo Agamben toma de Émile
Benveniste, en este punto se da la posibilidad del discurso del yo (Agamben, 2007). Si bien
Agamben plantea esto en una reflexión antropológica y sociológica, se puede extrapolar a las
escrituras del yo por estar atravesadas por los avatares sociales y usarlo como un operador de
análisis literario.
Nombrar el dolor: un proyecto de (re)construir una individualidad. El proyecto de la
narradora de Lalalangue es una manera de resignificar el dolor de una infancia problemática.
Asimismo, es una forma de nombrarse para crear una idea del «yy de su historia. Nombrar la
desgracia silenciada, o disfrazada en maneras falsas de encontrar la redención, constituye una
forma de recuperar o (re)construir la individualidad engullida por la angustia materna. La
religión es un modo de comunicarse con el otro, de religarse. Por ello, encontrar otros modos de
interpretar aquello que une unos a otros, es también una manera de ser correligionarios, pero no
ya del dolor, sino de la experiencia vivida. Como proyecto de escritura, podemos situar el texto
en lo que Philippe Forest designa como «heterografía», como forma de escritura del yo en la que
hay una búsqueda de algo que para la narradora es su verdad, la de ella misma, en su puesta en
discurso (Forest, 2012).
Referencias bibliográficas
Voruz, F. (2022). Lalalangue (prenez et mangez-en tous. París: HarperCollins France.
Agamben, G. (2007). Infancia y lengua en Infancia e historia. Destrucción de la experiencia y
origen de la historia (pp. 74). Buenos Aires: Adriana Hidalgo Editora. Bs. As. 2.ª ed., 2.ª
reimp. Trad.: Silvio Mattoni.
Forest, P. (2012). Ego-literatura, autoficción, heterografía. En Forest, P. La autoficción en el
cruce de géneros. La autoficción. Reflexiones teóricas. Comp.: Casas, A. Madrid:
Arco/Libros. S.L.