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Recial Vol. XV. N° 26 (Julio-diciembre 2024) ISSN 2718-658X. Guadalupe Silva, Presentación. La
tradición como lugar común, pp. 7-11.
más allá de los límites comprendidos por el Estado, ya sea creando publicaciones en el
exterior (el caso de la revista Encuentro de la cultura cubana o de La Habana Elegante,
que se analiza en este dossier), ya sea desobedeciendo la prohibición de publicar dentro
de la isla sin permiso oficial (el caso del proyecto Diáspora(s)). La discusión sobre los
límites del canon y los valores que lo sostienen, la autoridad o el autoritarismo de las
configuraciones normativas y la reparación de los silencios ocasionados por la censura,
fueron materia de numerosas intervenciones en los años 90 y 2000. Ana Eichenbronner
se concentra en estas discusiones en su contribución al dossier, recorriendo algunas de los
principales debates sobre el canon, la tradición y sus límites, expresados en el campo
intelectual cubano de finales del siglo XX, momento en el que cobró vitalidad el género
del ensayo como instrumento de intervención pública. Eichenbronner hace hincapié en
las tensiones de este nuevo ensayismo con las estructuras canonizantes, y su
revalorización de lo marginal, uno de cuyos exponentes en la literatura cubana del siglo
XX ha sido Virgilio Piñera, censurado en los años setenta y rehabilitado por la misma
oficialidad en la década siguiente.
¿No es en última instancia la censura una contracara de la selección canónica?
Mientras que el recorte del canon supone un escrutinio de valores, la censura pone en
funcionamiento mecanismos de sanción ideológico-moral. El cuestionamiento de estos
mecanismos fue característico del periodo finisecular cubano, como muestra
Eichenbronner, pero ya se había manifestado previamente a mediados de los años 80, en
concordancia con los procesos de apertura cultural y económica de la Unión Soviética. El
artículo de Ignacio Iriarte se ocupa de este fenómeno a través del análisis de la recepción
de películas soviéticas críticas y aperturistas durante el periodo de liberalización cultural
que se dio entre 1986 y 1989. Un momento crucial en la cultura cubana contemporánea
que llamativamente fue menos estudiado que la década posterior. El trabajo de Iriarte
discute con la idea planteada por Rafael Rojas de que el gobierno cubano restringió
durante esos años la propagación de las ideas aperturistas de la glasnost y la perestroika.
De hecho, demuestra Iriarte, estas ideas circularon ampliamente en el cine y en ciertas
revistas culturales cubanas, hasta que la caída del Muro de Berlín y el fin de la Unión
Soviética forzaron redefiniciones políticas que volvieron a endurecer la censura. Los años
80 marcaron el punto de inflexión que propiciaría la consolidación de resistencias en
vastos sectores de la cultura durante la década siguiente.
El caso de La Habana Elegante. Segunda época, que estudia en este dossier Rocío
Fernández, es un ejemplo nítido de resistencia y congregación en la dispersión de la
diáspora. Fernández analiza centralmente los componentes de ironía, meta-representación
y desacralización de la revista, así como su manera de construir un sitio virtual de
encuentro más allá de las fronteras de tiempo y espacio. La sección “El Templete” de esta
revista digital, producida en Estados Unidos pero dirigida a la vasta comunidad cubana,
ofrece una ilustración del modo en que se reconfiguran lugares comunes más allá de la
dispersión.
El Templete [escribe Fernández] es una edificación construida en 1827 en el lugar
donde se cree que se fundó la Villa de San Cristóbal de La Habana en 1519. Todos los
años cada víspera del 16 de noviembre, fecha en que fue fundada la ciudad, cientos de
habaneros dan tres vueltas a la ceiba y echan una moneda a sus raíces pidiendo un deseo.
La sección [El Templete] de la revista se constituye entonces en una manera de poner a
disposición la tradición para quienes ya no están en La Habana. El ritual virtual consiste