La enseñanza de la luz en pandemia
www.revistas.unc.edu.ar/index.php/revistaEF
REVISTA DE ENSEÑANZA DE LA FÍSICA, Vol. 33, no. 2 (2021) 220
que fue necesario introducir con la intención de lograr y sostener el vínculo con el estudio y la escuela durante la
pandemia. Nos preguntamos, ¿bajo qué condiciones fue posible y cuál fue el alcance del involucramiento de los alum-
nos del nivel primario en una propuesta de enseñanza sobre la luz realizada a distancia vía chat durante la pandemia?
Las reflexiones que presentamos forman parte de una investigación que estudia el funcionamiento de grupos de
trabajo colaborativo integrados por docentes e investigadores y su potencia para producir conocimiento sobre la en-
señanza de ciencias naturales. La modalidad de trabajo de estos grupos incluye una serie de instancias: los integrantes
acordamos la selección de los contenidos a enseñar, los estudiamos, los revisamos críticamente, planificamos la se-
cuencia de enseñanza, se desarrolla esta en aula y analizamos cómo funcionó, a partir de la lectura de los registros de
las clases, los comentarios de los docentes que la implementaron y las producciones de los alumnos.
El grupo al que haremos referencia se conformó en 2018 y se integra por investigadores con formaciones y perte-
nencias institucionales heterogéneas -entre los que nos incluimos los autores de este trabajo- y docentes que forman
parte de un programa socioeducativo que funciona en distintas escuelas públicas de la Ciudad de Buenos Aires. El
programa se propone reorganizar las trayectorias escolares de los alumnos con sobreedad que se agrupan en grados
donde se abordan contenidos de dos cursos en un mismo año (por ej., 4.
o
/5.
o
y 6.
o
/7.
o
grados).
En un principio, los integrantes seleccionamos la luz como tema de enseñanza y diseñamos una secuencia sobre
su trayectoria rectilínea y su interacción con distintos materiales, que fue llevada al aula por docentes del programa
en 2019. En 2020, con la pandemia y las medidas de aislamiento social adoptadas, irrumpió un escenario inédito
donde, sin poder anticiparlo, alumnos y docentes debieron trasladar las actividades escolares a la modalidad a distan-
cia, lo que afectó el trabajo en la clase.
La educación en pandemia ha trastocado la ubicación en un espacio específico y la delimitación del tiempo, dos de
las características principales del dispositivo escolar. Las fronteras entre los hogares y la escuela se han visto notable-
mente modificadas. En este contexto altamente complejo se han expuesto las profundas desigualdades de nuestras
sociedades y la escolaridad estuvo condicionada por la posibilidad de acceder a ciertas herramientas tecnológicas y a
la conectividad a las que no todos efectivamente acceden (Terigi, 2020).
En general, los estudiantes del programa tenían un solo dispositivo móvil que era de uso compartido con toda la
familia; no había posibilidad de tener clases por videollamada; se conectaban con sus maestros a través de un chat
grupal en WhatsApp a veces en el momento, a veces en tiempos diferidos, a veces por fuera del grupo se dirigían en
privado al docente; y, en general, no se leían entre pares. Los maestros intentaban instalar una “sincronicidad” en una
franja horaria determinada en la que comunicarse por medio de esta misma aplicación para el trabajo con las distintas
asignaturas.
Este escenario conllevó una alteración de las condiciones en las que propiciar que los estudiantes desplegaran sus
ideas e interactuaran entre ellos, lo que concebimos como un pujante motor de los procesos cognoscitivos (Espinoza
et al., 2012). En 2020 decidimos repensar la propuesta de enseñanza sobre la luz con la que veníamos trabajando.
Codiseñamos una nueva propuesta que fue implementada en dos cursos de 5.
o
y 6.
o
grado considerando la reflexión
de la luz como contenido. Nos preguntamos acerca de cómo promover en los alumnos perplejidad, sorpresa y curio-
sidad ante fenómenos cotidianos que habitualmente no son tomados como objeto de análisis y cuya problematización
lleva a encontrar explicaciones desde una perspectiva distante al “pensamiento común”.
A continuación, se presenta nuestro enfoque teórico-metodológico; nos centramos en las condiciones en las que
se planteó a los estudiantes el trabajo con “lo empírico” y en las interpretaciones que fuimos realizando en el grupo
colaborativo sobre las ideas que ellos iban compartiendo en el chat de las clases, tratando de caracterizar el proceso
de problematización de los fenómenos naturales en un contexto de interacción tan fragmentado. Nuestros análisis
motivaron un redireccionamiento de la propuesta hacia el trabajo con otras situaciones, como la formación del arcoíris
y el color con el que vemos los materiales, que evaluamos potentes para sostener el vínculo pedagógico y con el área.
II. ABORDAJE METODOLÓGICO
En lo que sigue distinguimos la modalidad de trabajo asumida por el grupo colaborativo de la metodología adoptada
por los investigadores.
En relación con la modalidad adoptada por el grupo, esta guarda semejanza con la ingeniería cooperativa (Sensevy
et al., 2013), con la investigación colaborativa (Bednarz et al., 2020) y con los abordajes de P. Sadovsky y su equipo
(Sadovsky et al., 2019). En líneas generales, Sensevy y Bloor (2020) conciben a la ingeniería cooperativa como un tipo
de investigación basada en el diseño (Cobb et al., 2003) en el que un colectivo de profesores e investigadores se
involucra en una acción conjunta para codiseñar, implementar y reimplementar una secuencia de enseñanza sobre
un tema concreto. Cada etapa del proceso se basa en el análisis y la evaluación de la anterior, por lo que un aspecto
crucial de esta metodología reside en su estructura iterativa. Se propone acercar el contexto de la investigación y de
la docencia; se presupone la identificación de un objeto común a abordar, pertinente tanto desde el punto de vista de