Teorema de Noether: del contenido a la forma
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REVISTA DE ENSEÑANZA DE LA FÍSICA, Vol. 34, n.o 1 (2022) 76
I. INTRODUCCIÓN
La enseñanza de la Física en el nivel terciario contiene materias que se organizan, en muchos casos, mediante espacios
de teóricas, prácticas y actividad experimental. En las clases teóricas es común la utilización de enfoques que tienen
cierta connotación axiomática muy similar a clases de matemáticas en las que los conceptos se van desarrollando
mediante teoremas. Estos teoremas, en realidad, constituyen el punto de llegada de una construcción previa, que
simplemente es presentada a los estudiantes, pretendiendo que el simple encadenamiento lógico desde el enunciado
hasta el fin de la demostración, será suficiente para la comprensión y elaboración conceptual. Esto suele tener al
menos dos consecuencias no deseables. Por un lado, se omite un proceso de construcción progresiva de simbolización,
que es en realidad el que se sigue para producir un sistema. Por otro lado, muchos estudiantes no logran realizar dicho
proceso y por lo tanto conceptualizar, produciéndose así una desconexión entre las clases teóricas, prácticas y de
laboratorio, lo que impide una integración conceptual entre estas instancias.
Esta situación cobra aún más relevancia en materias del ciclo superior con neto sesgo teórico como es el caso de
Mecánica lagrangiana, que suele ser la primera materia de este tipo y constituye un verdadero salto cualitativo para
el estudiante o hasta una traba para la continuidad de su carrera. Justamente uno de los temas conceptualmente más
ricos e importantes de esta materia lo constituye el teorema de Noether (Vucetich, 2007), el cual establece, mediante
la formulación lagrangiana, una vinculación entre las simetrías de una configuración con las constantes de movimiento
correspondientes. Por ejemplo, dada una configuración mecánica (sistema mecánico específico) con simetría de tras-
lación en un espacio homogéneo, el teorema de Noether demuestra, mediante la lagrangiana del sistema, que la
aplicación de una traslación infinitesimal del sistema, conserva el impulso lineal del mismo.
La idea es, entonces, plantear, con base en el marco teórico de la próxima sección, un camino constructivo del
teorema de Noether inverso al modelo axiomático clásico, que permita una simbolización progresiva y sólida de los
diferentes conceptos involucrados. Forma de construcción que, de acuerdo con el método planteado, pueda abs-
traerse como un esquema conceptual susceptible de aplicación a cualquier otro tema, de cualquier materia del tra-
yecto pedagógico. Una aclaración importante es que la metodología se plantea como un ensayo de aplicación de una
teoría semiótica cognitiva de aprendizaje a una propuesta didáctica. Que en este caso se trate el teorema de Noether
no obsta que la aplicación pueda hacerse a otros temas.
Se desarrollan, de manera simultánea a la aplicación, conceptos nuevos de la teoría. En este artículo se introducen
por primera vez los conceptos de coforma (forma ligada al contenido), generalización de contenido-forma y generali-
zación de forma. El ensayo se basó en una experiencia de implementación parcial de la propuesta didáctica mediante
clases virtuales durante la pandemia y por lo tanto no sistemática y con elementos insuficientes para una evaluación.
Sin embargo, sí fue útil para completar las ideas del ensayo e introducir nuevos elementos teóricos.
Una implementación sistemática de la propuesta didáctica y evaluación de sus resultados queda pendiente para
cuando las condiciones la posibiliten en condiciones de presencialidad o bimodalidad.
II. MARCO TEÓRICO
El método presentado se basa en la teoría semiótica cognitiva del aprendizaje (TSCA) (González, 2012, 2018). Aquí
puntualizamos algunos aspectos y desarrollamos otros. Esta concepción toma, en primer lugar, los desarrollos de Gar-
cía (2000, 2006), Piaget (2002), Piaget y García (1984) según los cuales los conocimientos se construyen con base en
una tríada dialéctica, es decir, tres etapas solidariamente vinculadas, basadas en los atributos de un objeto conceptual,
en las relaciones generadas por dichos atributos y en las estructuras en que se organizan estas relaciones y que por
ello la denominamos también organización.
Pero luego se toma nota de que, para ser significativo, un concepto debe transformarse en un signo: algo, para
alguien (interpretante), en alguna relación (representamen), por algo (fundamento) (Peirce, 1974; Magariños de Mo-
rentin, 2008; Marafioti, 2002; Vitale, 2002). Y por lo tanto de acuerdo con la clasificación de Peirce (1974) estos son o
un ícono o un índice o un símbolo, cada uno, a su vez, por su propia definición, formando una triada con otros dos
signos. De acuerdo con el enfoque de las tríadas dialécticas (García, 2000; Piaget-García, 1984) el pasaje de una etapa
a otra se realiza mediante generalizaciones (y estas a su vez mediante abstracciones) clasificadas como inductivas o
completivas, que a su vez tienen aspectos proactivos y retroductivos, lo que permite tener pasajes hacia adelante y
hacia atrás entre etapas. Sin embargo, queda implícito y no debidamente enfatizado, que las mismas dependen de lo
que Vygotsky (1995) define como grado de generalidad, que, cualitativamente, indica una ubicación en una recta de
generalidad que va en la dirección concreto
→
abstracto, desde la cual, un concepto es construido. Por lo tanto, una
generalización y por lo tanto una abstracción consiste en una operación que incrementa el grado de generalidad como
aspecto central y luego se clasifica su tipo en relación con su ubicación en la tríada dialéctica. Desde el punto de vista
semiótico, el tránsito por la tríada es un proceso dinámico de simbolización.