EL PARTIDO SOCIALISTA PUERTORRIQUEÑO (PSP) Y LA LUCHA ARMADA POR
LA INDEPENDENCIA Y EL SOCIALISMO EN LOS SETENTA. ENTREVISTA A
ERNESTO
https://revistas.unc.edu.ar/index.php/testimonios/index
Guillermo Morejón Flores
TESTIMONIOS
Año 13 N°13 2024
ISSN 1852-4532
* Universidad de Puerto Rico, Recinto de Río Piedras, Puerto Rico. Email: guillermo.morejon@upr.edu. ORCID:
https://orcid.org/0009-0000-6549-1734
Esta obra está sujeta a la Licencia Reconocimiento-NoComercial-CompartirIgual 4.0 Internacional de Creative
Commons. http://creativecommons.org/licenses/by-nc-sa/4.0/
El Partido Socialista Puertorriqueño (PSP) y la lucha armada por
la independencia y el socialismo en los setenta.
Entrevista a Ernesto
The Puerto Rican Socialist Party (PSP) and the armed struggle for
independence and socialism in the seventies. Interview with Ernesto
Guillermo Morejón Flores*
Resumen
El propósito del presente artículo es aportar al conocimiento histórico sobre el Partido
Socialista Puertorriqueño (PSP) y específicamente sobre su trabajo armado y clandestino
durante la década de 1970 a partir del testimonio de Ernesto (un seudónimo). La
experiencia de Ernesto revela aspectos importantes del periodo de transformación del
Movimiento Pro Independencia (MPI) en PSP en 1971 tales como la vinculación del
independentismo con la lucha obrera, el desarrollo de una visión estratégica para
conquistar la independencia y el socialismo en Puerto Rico colonia de Estados Unidos
desde 1898, y la elaboración de una concepción militar en función de esos objetivos.
Inmerso en ese proceso como militante y combatiente, Ernesto combinó su actividad
política pública con la actividad armada y clandestina. Finalmente, el artículo propone
también visibilizar las posibilidades y limitaciones de la historia oral para el estudio de las
luchas revolucionarias puertorriqueñas de la segunda mitad del siglo XX en un contexto
marcado por la persistencia del colonialismo.
Palabras clave: Puerto Rico - Lucha armada - Historia oral - Independencia - Socialismo
Abstract
The purpose of this article is to contribute to the historical understanding of the Puerto Rican
Socialist Party (PSP) and specifically about its armed and clandestine work during the 1970s
based on the testimony of Ernesto (a pseudonym). Ernesto’s experience puts forth important
aspects of the period of transformation of the Pro-Independence Movement (MPI) into the
PSP in 1971, such as the linking of independence with the workers’ struggle, the development
of a strategic vision to conquer independence and socialism in Puerto Rico (a US colony since
1898) and the elaboration of a military conception based on these objectives. Immersed in
that process as a militant and combatant, Ernesto combined his public political activity with
armed and clandestine activity. Finally, the article also proposes to highlight the possibilities
EL PARTIDO SOCIALISTA PUERTORRIQUEÑO (PSP) Y LA LUCHA ARMADA
POR LA INDEPENDENCIA Y EL SOCIALISMO
Guillermo Morejón Flores
TESTIMONIOS N°13 2024
114
and limitations of oral history for studying Puerto Rican revolutionary struggles of the
second half of the 20th century in a context marked by the persistence of colonialism.
Keywords: Puerto Rico - Armed Struggle - Oral History - Independence - Socialism
A la memoria de Ernesto
Introducción
“Toda historia depende en última instancia de su propósito social”, dijo el historiador Paul
Thompson (Thompson 2000: 1). Ese propósito, entendido en este caso como el
compromiso político, estimuló y orientó la producción historiográfica sobre las luchas
revolucionarias puertorriqueñas del siglo XX. Desde que la historiadora y revolucionaria
Miñi Seijo Bruno recorrió el país y lugares de exilio en los años 70 en busca del testimonio
de excombatientes de la insurrección anticolonial dirigida por el Partido Nacionalista en
1950, quedaron demostradas las ricas potencialidades de la historia oral para el estudio
de la lucha armada en Puerto Rico (Seijo Bruno 1997). Los testimonios, recogidos por Seijo
Bruno como una tarea más”
1
de su militancia en el Partido Socialista Puertorriqueño
(PSP), se publicaban en el periódico del partido, Claridad. Los y las excombatientes
nacionalistas se erigieron entonces en importantes referentes éticos y morales para la
militancia de los 70, y, sobre todo, su experiencia fue objeto de estudio y análisis crítico en
función de las luchas de aquel presente, que incluyó, de manera importante, discusiones
públicas e internas sobre las formas que debía adquirir la lucha armada.
Esa producción historiográfica y las potencialidades de la historia oral, no obstante, se han
visto limitadas por la persistencia del colonialismo en Puerto Rico, resultando en silencios
y lagunas notables. Esto ha sido particularmente evidente en el caso de la lucha armada de
las décadas del 60, 70 y 80. No se ha podido realizar, con excombatientes del PSP y otras
organizaciones revolucionarias y armadas de ese periodo, tan prolíficas en su accionar en
Puerto Rico y aun en las ciudades de la metrópoli (Irizarry Cruz 2010; Rivera Ruiz 2020;
Morejón Flores 2023), un ejercicio de envergadura similar al realizado por Seijo Bruno con
excombatientes nacionalistas de la primera mitad del siglo.
Las razones son variadas y he tenido oportunidad de explorarlas en otra ocasión (Morejón
2024), pero algunas remiten a cuestiones elementales de seguridad. En su mayoría, las
1
Claridad, 29 de septiembre de 1995, p. 30
Guillermo Morejón Flores
115
personas entrevistadas por Seijo Bruno extinguieron largas condenas de cárcel, por lo que
estarían a salvo de ser procesadas judicialmente de nuevo si sus testimonios se limitaban a
lo ya juzgado. En cambio, la mayoría de quienes participaron de la lucha armada
clandestina de los años 60, 70 y 80 no fueron identificados. Más importante aún es que no
hubo una transformación del marco jurídico ni de la relación colonial. Siguen operando en
Puerto Rico las mismas agencias de seguridad e inteligencia coloniales y estadounidenses
que presidieron la represión en aquellas décadas. Entrado el siglo XXI, había prisioneros
políticos puertorriqueños en cárceles estadounidenses y militantes en la clandestinidad.
En el 2005, agentes del Buró Federal de Investigaciones (FBI) estadounidense asesinaron
a Filiberto Ojeda Ríos, un exdirigente guerrillero de aquel periodo. En años recientes,
continuaban los interrogatorios a exmilitantes con relación a acciones armadas de la
década del 80.
Todo ello, unido al colapso y debilitamiento organizativo del independentismo e izquierda
hacia finales de los 80, propició un énfasis en las campañas contra la represión y por la
excarcelación de presos políticos, enmarcado en nociones liberales de los derechos
humanos. Las investigaciones y producción historiográfica de este periodo a grandes
rasgos, de finales de la década del 80 a la del 2010 acompañaron esa orientación de
manera notable. En estas, tendieron a relegarse al olvido las organizaciones
revolucionarias y los proyectos de transformación que las orientaron. La evocación de
estas fue, por décadas, recurso casi exclusivo de quienes pretendieron usar ese pasado
para justificar la represión y contrarrestar las campañas por la libertad de los prisioneros.
En esas circunstancias, la muerte de militantes fue la única ocasión para descorrer
ligeramente el velo y sugerir, sin mucho detalle, la militancia clandestina de quien fallecía.
Tal fue el caso de la propia Seijo Bruno en 1995 y de tantas y tantos más.
2
No obstante, a partir de la década de 2010 convergieron una serie de circunstancias la
muerte de varios exdirigentes vinculados a la lucha armada y la liberación de los últimos
prisioneros políticos que produjeron un relativo deshielo. La mayor disposición de
militantes de aquella época a compartir sus testimonios se ha correspondido con el interés
de personas que no la vivimos, pero que nos hemos ocupado de investigar y comprender
las organizaciones, luchas e ideas revolucionarias que la poblaron. Ese fue el contexto de
mi encuentro con Ernesto, un seudónimo escogido por él.
Conocí a Ernesto en verano del 2016 en Ponce, su ciudad natal, ubicada en la costa sur de
Puerto Rico y bañada por el mar Caribe. Coincidimos en una presentación de libro de un
2
Claridad, 22 de septiembre de 1995, p. 12
EL PARTIDO SOCIALISTA PUERTORRIQUEÑO (PSP) Y LA LUCHA ARMADA
POR LA INDEPENDENCIA Y EL SOCIALISMO
Guillermo Morejón Flores
TESTIMONIOS N°13 2024
116
exdirigente del PSP que, desde la publicación de sus memorias en 2009, ha hecho
revelaciones importantes sobre la lucha armada de los años 60 y 70 (Agosto 2009). La
complicidad y confianza implícitas en el saludo entre ambos me motivó a presentármele y
proponerle una entrevista, a lo que accedió con entusiasmo, a condición de anonimato.
Nuestra primera y única sesión tuvo lugar algunas semanas después en aquella ciudad,
donde se crió y desplegó la mayor parte de su militancia por la independencia y el
socialismo como militante y combatiente del PSP.
Mi entrevista con Ernesto fue una de las primeras que realicé. Lecturas previas me
llevaron a elegir el formato de la historia de vida, cosa que permitió hilvanar distintos
aspectos de la vida de Ernesto en el testimonio (Thompson 2000; Pozzi 2016). En la
marcha, encontré que ese formato proveyó la oportunidad para una mayor conexión con el
entrevistado de cara al abordaje de temas delicados. También, intercalar preguntas sobre
la familia y pasatiempos a lo largo del proceso brindó espacios para la distensión entre
memorias sensibles.
Aunque entonces solo pude apreciar sus beneficios y retos de manera intuitiva, Ernesto
caía dentro de la categoría de lo que Pablo Pozzi llama los entrevistados “primerizos”: esto
es, militantes que no han compartido sus testimonios previamente en el contexto de una
entrevista. La “frescura y espontaneidad (Pozzi 2016: 7) propia de los primerizos
contrasta con los entrevistados “avezados”, estos últimos típicamente identificados con
instancias de dirección y por ello más habituados a transmitir relatos estructurados,
filtrados y ensayados, dado el requerimiento constante de su testimonio. Entrevistar
primerizos presenta el reto de desenredar y ordenar memorias potencialmente
desorganizadas, tarea que requiere del entrevistador un manejo formidable del contexto
del entrevistado, si bien no de su historia individual, y de las interioridades de los espacios
en los que militó. En ese sentido, la riqueza del testimonio de Ernesto se debió sobre todo
a su disposición generosa, fruto de su valoración de la importancia de transmitir su
testimonio en función de un compromiso político compartido por ambos la
independencia y el socialismo, y a pesar de mi relativa falta de preparación y experiencia
entonces.
Guillermo Morejón Flores
117
Juventud temprana y politización
Ernesto nació a comienzos de la década de 1950 en Ponce y, entre varios hermanos y
hermanas, se crió en el seno de una familia y vecindario de clase obrera. Su padre fue
trabajador fabril, mientras que su madre y hermana mayor asumieron las tareas
domésticas y de crianza. Así lo describe Ernesto:
Mi padre era un obrero, un trabajador de una compañía de refrescos aquí en el área sur.
Mi madre fue trabajadora por un tiempo, pero, en aquella época, bueno... en aquella
época y todavía, a la madre siempre se le echa la carga de la educación de los hijos, y mi
madre dejó de trabajar para atendernos a nosotros, con la ayuda de mi hermana mayor.
Pero fundamentalmente, era una familia bien pobre, éramos bien pobres. Yo nací en un
sector de arrabal en Ponce... y de ahí es que surge la familia […]
3
Poco después, se detuvo nuevamente sobre el recuerdo de su madre:
Las mujeres en esa época eran muy discriminadas... todavía lo son, pero en aquella época
era peor todavía. Trabajó, eso yo lo recuerdo, trabajó de planchadora en el Convento
de Monjas […]. Iba allí a plancharle los hábitos a las monjas, y le pagaban unas pesetas,
pero mi papá un día le dijo que no, que dejara eso, que era más importante que estuviera
en casa atendiéndonos a nosotros, y ese era... esa era la tradición. Las mujeres en la casa
y los hombres en la calle.
4
Ernesto adquirió una afición temprana por la lectura de clásicos de literatura, fomentada
en el ámbito escolar. Muy temprano desarrolló también inquietudes sociales, si bien aún
no las identificaba como políticas: “Bueno, era más bien… me gustaba mucho participar en
organizaciones de ayuda a la gente, la Cruz Roja… en grupos de apoyo, de ayuda a las
comunidades, pero nunca tuve interés político”.
5
Siguiendo esa línea, traté de indagar
sobre el clima político en el hogar. Aunque su padre no se vinculó a actividades partidistas,
su madre sí llegó a estarlo:
Pregunta (P): En tu hogar ¿se discutía política? ¿Tus padres eran de algún
partido?
Respuesta (R): Ninguno... mi mamá me cuenta que en su juventud, ella fue de la
Juventud del Partido Nacionalista. Que las mujeres marchaban con una ropa
blanca, eran como una especia de enfermeras, y eso fue su participación. Pero
claro está, entonces, cuando surge la masacre de Ponce, pues hay mucho miedo, y
la gente comienza a alejarse.
6
3
Entrevista a Ernesto. 07/2016. Ponce, Puerto Rico. Guillermo Morejón Flores
4
Ibid.
5
Ibid.
6
Ibid.
EL PARTIDO SOCIALISTA PUERTORRIQUEÑO (PSP) Y LA LUCHA ARMADA
POR LA INDEPENDENCIA Y EL SOCIALISMO
Guillermo Morejón Flores
TESTIMONIOS N°13 2024
118
La masacre que menciona Ernesto ocurrió el 21 de marzo de 1937. Ese día, los
nacionalistas se disponían a realizar una marcha y concentración en las calles de Ponce
para protestar el encarcelamiento de sus dirigentes, quienes además fueron enviados a
extinguir su condena en cárceles de la metrópoli. A última hora, las autoridades
municipales revocaron el permiso de la actividad a instancias del gobierno colonial.
Cuando los nacionalistas rehusaron suspenderla y comenzaron a marchar, la Policía
Insular abrió fuego sobre ellos. Ese día murieron 21 personas, incluyendo una niña de
trece años, y hubo cientos de heridos (Rosado 2007: 93-106). La madre de Ernesto
probablemente perteneció al Cuerpo de Enfermeras del Partido Nacionalista, rama
fundada en 1935 y que desfilaba en las actividades públicas junto a los Cadetes de la
República, ala militar del partido (Dávila 2022: 146-159). Don Pedro Albizu Campos,
presidente de la colectividad, era oriundo del barrio Tenerías de Ponce.
En 1968, su último año de escuela superior, Ernesto se integró a la Juventud del Partido
del Pueblo (PP), que tuvo su origen en una división del partido de gobierno, el Partido
Popular Democrático. El PPD fue la principal fuerza política durante la década del 40 y
accedió al poder colonial a raíz del establecimiento del llamado Estado Libre Asociado
(ELA). El entonces gobernador Roberto Sánchez Vilella y un sector del PPD eran
partidarios de reformas sociales y mayor soberanía frente a Estados Unidos, sin ser
independentistas. Al final, se impuso el sector más conservador del partido, encabezado
por su dirigente histórico Luis Muñoz Marín. Sánchez fue marginado, abandonó el PPD y se
presentó a las elecciones de 1968 bajo el PP (Arroyo 2003: 120-122). El PPD sufrió
entonces su primera derrota electoral, que además tuvo el efecto de abrirle camino al
triunfo del anexionista Partido Nuevo Progresista (PNP). Pero el paso de Ernesto por el PP
fue breve:
Obviamente cuando entro a la Universidad en el 69, abro los ojos [risas]. Me di cuenta de
que el país era otra cosa. Comienzo a tener contacto ya con movimientos estudiantiles,
organizaciones políticas, y ahí pues ya le dan un giro diferente a mi forma de pensar
políticamente hablando.
7
Ernesto entró a la carrera de sociología en la Facultad de Ciencias Sociales de la
Universidad de Puerto Rico en Río Piedras, ubicada en la capital, San Juan, con la intención
de estudiar derecho posteriormente. Destacó como dirigente estudiantil a raíz del reclamo
7
Ibid.
Guillermo Morejón Flores
119
de representación para estudiantes nocturnos, como él, en el Consejo General de
Estudiantes. Un hecho puntual lo radicalizó:
En septiembre... yo llego a la Universidad de Puerto Rico en agosto del 69. […] En
septiembre del 69, es la ya conocida quema del MPI […] por esas cosas extrañas de la
vida, y digo extraño porque hoy día yo digo que algo tuvo que haber pasado allí, a la
mayoría de los líderes estudiantiles nos tenían en un taller de varios días en el Hotel
Treasure Island en Cidra, sobre capacitación de organización, auspiciado por la
Universidad. Yo estaba en algunas organizaciones estudiantiles, pero no políticas. […] Y
ese día, estando allí en Treasure Island, recibí la noticia de que estaban atacando la
Universidad, y regresamos… Éramos un grupo como de treinta y pico de líderes
estudiantiles de diferentes niveles y diferentes organizaciones. […]
8
En realidad, el hecho que señala Ernesto ocurrió el 7 de noviembre de 1969. En horas de la
tarde, el militar retirado Juan Palerm, quien para entonces era senador electo del PNP,
dirigía una marcha hacia la Universidad en protesta por la reciente decisión de las
autoridades universitarias de remover del campus al Reserve Officers’ Training Corps
(ROTC) del ejército estadounidense. La presencia del rotecé”, como se le conocía, había
sido motivo de grandes protestas y su eliminación fue un reclamo central del movimiento
estudiantil, y especialmente para la FUPI. Al ser repelida la marcha de Palerm en los
portones de la Universidad, esta se dirigió hacia la sede de la Misión Nacional (oficinas
centrales) del MPI, cercana al campus. Por espacio de seis horas, la Policía hizo causa
común con la multitud mientras esta lanzaba piedras, bombas molotov y disparos de
distintos calibres hacia el local, ubicado en un segundo piso. Como parte del asedio, fueron
cortadas las líneas telefónicas y el servicio eléctrico (Ojeda Reyes 2024: 333-338).
Unas cuarenta personas, que incluían la dirección máxima del MPI, apagaban las llamas y
resistían el ataque como podían, mientras la Policía dispersaba a golpes y disparos los
grupos de personas que intentaban ingresar al edificio para defenderles. Al final de la
jornada, y contra todo pronóstico, solo hubo dos heridos de bala en las oficinas: uno de
ellos, Carlos Padilla, veterano de la insurrección de 1950. Cuando cesó el ataque y el grupo
asediado abordó un autobús enviado por la Comisión de Derechos Civiles (CDC) para
sacarlos del lugar, la Policía allanó las oficinas y las arrasó. A pesar de sendos informes y
denuncias de la CDC, nadie fue responsabilizado por los actos (De Jesús 2023: 89-104).
Ernesto y un grupo de aquellos líderes estudiantiles llegaron a tiempo para presenciar el
asedio:
[…] Es más, ni independentista yo era en ese momento. No me consideraba
independentista en ese momento. Es a partir de ahí.
8
Ibid.
EL PARTIDO SOCIALISTA PUERTORRIQUEÑO (PSP) Y LA LUCHA ARMADA
POR LA INDEPENDENCIA Y EL SOCIALISMO
Guillermo Morejón Flores
TESTIMONIOS N°13 2024
120
P: ¿Cuál fue tu reacción cuando viste lo que estaba pasando?
R: Obviamente, la falta de tolerancia, la persecución, la represión contra los
independentistas, y comienzo entonces ya a estudiar, a leer, a vincularme, a ir a
actividades… y ahí es que nace entonces, a raíz de ese suceso.
9
Fue entonces que Ernesto hizo su ingreso a la FUPI. Pese a lo similar de sus nombres, la
FUPI nunca estuvo vinculada orgánicamente al MPI, aunque ambas mantenían relaciones
estrechas y de retroalimentación. Era lo común que fupistas militaran en las dos instancias
o bien, como en el caso de Ernesto, que se integraran al MPI-PSP en la medida en que
terminaban sus estudios y se avanzaban a otras etapas de sus vidas. Buena parte de los
cuadros políticos que ascendieron a la dirección del MPI en 1970, y que integraron la
primera Comisión Política del PSP en 1971, se habían fogueado en la FUPI.
Volviendo sobre la confusión de fechas por parte de Ernesto la sustitución de noviembre
por septiembre, su error no fue del todo desacertado. En septiembre de 1969 se había
producido otro enfrentamiento de grandes proporciones en el campus. En esa ocasión, la
chispa que encendió la pradera fue la condena del militante del MPI Edwin Feliciano
Grafals a un año de cárcel por resistir el servicio militar obligatorio (SMO), que lo habría
llevado a combatir en Vietnam del lado estadounidense. El anuncio generó protestas
espontáneas que culminaron en la quema del edificio del ROTC, identificado por el
estudiantado como un símbolo del militarismo estadounidense. Feliciano fue la primera y
última persona en ser condenada en Puerto Rico por resistir el SMO. Meses después, y
luego de otros sucesos sangrientos vinculados a la lucha antimilitarista, el juez redujo la
sentencia de Feliciano a una hora de cárcel, cumplida en el mismo tribunal (De Jesús 2023:
91-92; Paralitici 2022: 258-260).
Bautismos de fuego
El 4 de marzo de 1970, en medio de otros enfrentamientos en la Universidad, la estudiante
Antonia Martínez Lagares fue asesinada por la Policía mientras esta les increpaba por sus
abusos desde el balcón de su hospedaje, cercano al campus. Su muerte reafirmó el
compromiso de muchas y muchos militantes de la época, incluyendo a Ernesto:
De ahí en adelante, pues, más todavía, me activo en la militancia, en la lucha. Al siguiente
9
Ibid.
Guillermo Morejón Flores
121
año, el 11 de marzo del 1971, pues llega la revancha. Ya entonces […] éramos un
estudiantado más maduro, un liderato más maduro. Habíamos aprendido muchísimo. A
defendernos de la represión. A cuidarnos de los agentes encubiertos, que trataban de
infiltrarnos por todos lados […]
10
El asesinato quedó impune ante los tribunales coloniales, pero fue respondido. Cuatro días
después, los Comandos Armados de Liberación (CAL) emboscaron a dos efectivos de la
Marina de Guerra estadounidense en la capital, matando a uno de ellos. Los CAL se
definían en sus comunicaciones como una organización armada y clandestina
independiente, pero en realidad eran un brazo armado del MPI. El vínculo, por razones de
seguridad, se mantenía oculto (Agosto 2019: 16). La represalia de los CAL provocó las
renuncias de algunos miembros de la Comisión Política del MPI en desacuerdo con la
acción. Sus puestos fueron ocupados por militantes provenientes de la FUPI. (Agosto 2014:
43-46).
Pero la revancha” a la que se refiere Ernesto fue otra. El 11 de marzo de 1971, la “fuerza
de choque” (unidad antidisturbios) de la Policía hizo su entrada nuevamente a la
Universidad a reprimir. En esta ocasión, en medio de los enfrentamientos cayeron
abatidos el comandante de esa unidad, un sargento de la Policía y un cadete del ROTC. A
raíz de esos hechos se desató un clima de represión en Río Piedras, resultando en decenas
de allanamientos, arrestos, golpizas en las calles y los cuarteles, e incluso en los hospitales,
a donde la Policía entró en busca de estudiantes heridos (Paralitici 2011: 257-264). Ese
día, Ernesto y otro estudiante de militancia reconocida tuvieron que salir del recinto
disfrazados con el club de esgrima. Volviendo sobre las razones y consecuencias de los
sucesos del 11 de marzo, Ernesto lo explicaba así:
Fue un acto defensivo. El estudiantado se defendió. El 4 de marzo del 70, […] y años
anteriores la fuerza de choque tenía la costumbre de entrar a la Universidad y era a
repartir agresiones a tutilimundi… no respetaban… yo recuerdo una vez, en los baños de
la Facultad de Ciencias Sociales, sacaron a una compañera literalmente arrastrada por
los pelos… literalmente, yo vi eso. Entonces, continuamente había ese tipo de agresión.
[…]
También lo viví de cerca allí, ese momento ¿no? un bautismo de fuego... digo yo, porque
quizá ahí es que yo voy entendiendo… y digo quizá ¿verdad? porque esas son
transformaciones que se van dando en el ser humano, en la persona, en el militante…
quizá ahí es que yo entiendo que hay que trascender a otras etapas de lucha, no
solamente… digo, es importante la lucha de calle, la lucha… pero también es importante
[…] estar organizado a otros niveles, como lo es la lucha armada, como lo es la lucha
10
Ibid.
EL PARTIDO SOCIALISTA PUERTORRIQUEÑO (PSP) Y LA LUCHA ARMADA
POR LA INDEPENDENCIA Y EL SOCIALISMO
Guillermo Morejón Flores
TESTIMONIOS N°13 2024
122
clandestina.
11
La primera participación de Ernesto en una acción armada ocurriría un año después en
apoyo a los trabajadores del periódico El Mundo, que se habían declarado en huelga el 10
de febrero de 1972. Comenzaba así uno de los conflictos huelgarios más largos y violentos
del periodo. La Unión de Periodistas, Artistas Gráficos y Ramas Anexas (UPAGRA) montó
piquetes diarios frente a las oficinas de la empresa, contando con el apoyo de diversas
organizaciones políticas, estudiantiles y sindicales, incluyendo al PSP y la FUPI. Aunque los
piquetes detuvieron efectivamente la entrada de rompehuelgas y personal gerencial a las
oficinas de la empresa, así como la salida de periódicos para su distribución, el patrono
usó helicópteros para continuar las operaciones (Guadalupe 2009: 230-232). Ernesto
recuerda los piquetes:
P: ¿Aún eras estudiante?
R: Sí, yo era estudiante […] estaba en la FUPI. Pero tenía unos vínculos más estrechos ya
con el PSP. Entonces ahí se da, se da esa conjugación del movimiento estudiantil
apoyando, yo recuerdo que de noche nosotros íbamos a reforzar los piquetes, porque
pues, los trabajadores, muchos de ellos tenían que regresar a sus casas… aunque allí
había unos piquetes masivos que aquello era espectacular. Pero nos integramos a esa
lucha. Nos integramos a ese apoyo a la huelga... y allí también tuvimos que enfrentar en
varias ocasiones a la fuerza de choque… En una ocasión estábamos… pues, estábamos en
la línea de piquete y se nos acerca un trabajador, se me acerca y me dice que un
helicóptero de los que estaban utilizando para sacar los periódicos, estaba… lo tenían en
una loma cerca de Comerío. Entre Bayamón y Comerío, bastante cerca. Entonces yo lo
informé […]
12
Los helicópteros que usaba la empresa habían sido atacados en al menos dos ocasiones
antes que aquel trabajador se le acercara a Ernesto. En la noche del 12 de febrero, bombas
de los CAL averiaron cinco helicópteros de la empresa Helicopter Rental Service, propiedad
de un oficial de la Policía, subcontratada por El Mundo.
13
El 3 de marzo, otro helicóptero
usado para transportar periódicos fue tiroteado, según la empresa, desde tres posiciones
en su ruta de vuelta a San Juan.
14
En la tarde del 4 de abril, desperfectos mecánicos
obligaron a uno de los dos helicópteros que disponía el patrono a aterrizar en el sector
11
Ibid.
12
Ibid.
13
Claridad, 15 de febrero de 1972, pp. 1 y 15 y El Imparcial, 14 de febrero de 1972, p. 1
14
El Nuevo Día, 4 de marzo de 1972, p. 4
Guillermo Morejón Flores
123
Santa Olaya del pueblo de Bayamón.
15
Esa es la información que llegó hasta la línea de
piquete en San Juan, y que le fue transmitida a Ernesto:
Yo la consulto y se decide entonces que salgamos cuatro pequeños comandos de cuatro
personas. […] Localizamos el helicóptero, estaba allí esperando, no sé, que entraran a
buscar la carga o la sacaran… logramos sorprender al piloto, que lo dejaron allí solo… yo
le digo a lo que vamos, y entonces él se asusta y se trata de ir [risas] es una cosa
chistosa, y es que cuando le digo “vete, vete que esto no es contigo” pues él se va, pero de
momento regresa y dice… “¡Espérate! ¡Espérate! ¡Espérate un momentito!”, y fue al
helicóptero y sacó un termo [risas] y yo lo vi y me estuvo tan curioso. Él regresó pa salvar
su termo ¿ok? Ahí había café seguramente… y na’, se fue, y nosotros nos encargamos del
helicóptero. […]
P: ¿Iban armados?
R: Sí, íbamos armados… no había tiempo para preparar explosivos así que lo que hicimos
fue que llevamos combustible y quemamos el helicóptero.
16
El helicóptero “quedó reducido a escombros con pérdidas por $90,000”,
17
según el
periódico El Imparcial, y según El Nuevo Día, la acción había sido realizada por un grupo de
entre 20 y 30 personas.
18
Ese grupo incluyó militantes de la FUPI y del PSP algunos de
ellos combatientes de los CAL y trabajadores huelguistas. La acción de ese día, como la
anterior, repercutió en la línea de piquetes, según lo recordaba Ernesto:
P: ¿Qué impacto tuvo ese acto en la huelga y en la línea de piquete?
R: Oh, ¡extraordinario! Junto al otro acto de los otros helicópteros, aquello recibió un
apoyo, y más todavía… la huelga se ganó el respeto del patrono y de las agencias de
represión. Ya comenzaron a mirar la lucha con un poquito más de respeto. Antes aquí
había… eso era un abuso lo que había aquí… la Policía, la Guardia Nacional, el FBI… y de
ahí en adelante ya se trata con un poquito más de consideración y respeto la lucha de los
trabajadores y los estudiantes. Pero en la línea de piquete, fue acogido de una forma
extraordinaria. Recuerdo que me dio un poquito de miedo, porque cuando horas más
tarde yo regresé a la línea de piquete, el compañero vino y me abrazó… el mismo que me
dio la información, y me dio un poquito de miedo porque pudo habernos… delatado entre
comillas [risas] […] y estuve un par de días sin ir para la nea de piquete, en lo que la
cosa se calmaba un poquito. Pero sí la efervescencia, que se reconoció que eso fue un acto
justo... sí fue, tuvo su efecto, su consecuencia en la lucha.
19
Me llamó la atención que aquel trabajador se sintiera en la confianza de transmitirle esa
información a Ernesto en particular:
15
El Nuevo Día, 5 de abril de 1972, p. 4
16
Entrevista a Ernesto. 07/2016. Ponce, Puerto Rico. Guillermo Morejón Flores
17
El Imparcial, 5 de abril de 1972, p. 1
18
El Nuevo Día, 5 de abril de 1972, p. 4
19
Entrevista a Ernesto. 07/2016. Ponce, Puerto Rico. Guillermo Morejón Flores
EL PARTIDO SOCIALISTA PUERTORRIQUEÑO (PSP) Y LA LUCHA ARMADA
POR LA INDEPENDENCIA Y EL SOCIALISMO
Guillermo Morejón Flores
TESTIMONIOS N°13 2024
124
P: ¿Y por qué te la dio a ti?
R: [risas] Yo tengo la impresión de que era un obrero muy perspicaz, muy adelantado… y
me identificó como uno de los líderes de los estudiantes y pues, yo estaba ahí con el grupo
de la FUPI y del PSP, y ese obrero por alguna razón, que yo creo es que me identifica… se
siente en la confianza de darme la información.
20
Desde la huelga en la empresa General Electric en 1969, varias organizaciones
independentistas se destacaron por su solidaridad activa con los trabajadores, incluyendo,
desde aquella ocasión, el apoyo armado del MPI por medio de los CAL, y otros grupos
clandestinos. De modo que aquel trabajador que se le acercó a Ernesto en la línea de
piquete tenía razones de peso para identificarle como un aliado digno de su confianza.
La huelga en El Mundo terminó en septiembre con un triunfo para los trabajadores. En un
acto de la unión, su presidente Alfredo González reconocía el apoyo brindado por el
Partido Independentista Puertorriqueño (PIP), el PSP y los CAL: “sin ese respaldo,
compañeros trabajadores, no hubiera sido posible este triunfo sobre este poderoso
pulpo”.
21
Ese nivel de vinculación entre los huelguistas de El Mundo y las organizaciones
de la nueva lucha, y la creación por esos días de un núcleo del PSP dentro del taller,
marcaban un contraste enorme con el carácter anticomunista y proimperialista del diario.
Por ese entonces, el movimiento obrero vivía su propio periodo de renovación y
crecimiento y a este se le conoció como el “nuevo sindicalismo”, retroalimentándose con la
nueva lucha (Guadalupe 2009). Esto tuvo el efecto, para la nueva lucha, de propiciar una
mayor apertura hacia los sectores populares, diversificar su base social e identificar a la
clase obrera como sujeto dirigente o revolucionario de la lucha independentista. Este
periodo de radicalización desbordó al MPI-PSP e incidió sobre organizaciones de corte
moderado y electoral como el PIP. Más importante n para el caso de Ernesto es que los
vínculos preexistentes entre la FUPI y el MPI-PSP se sumaba el hecho, no menor, de que
buena parte de la dirección que impulsó esa transformación de movimiento de liberación
nacional progresista (MPI) a partido socialista de aspiraciones revolucionarias (PSP) había
salido de las filas de la FUPI. Se explica así la manera casual con que Ernesto abordaba su
vinculación creciente con el PSP hacia el final de su vida estudiantil como algo no solo
normal, sino esperado.
20
Ibid.
21
Claridad, 26 de septiembre de 1972, pp. 8-9
Guillermo Morejón Flores
125
Subrayando lo anterior, ese mismo año de 1972 Ernesto se casó con una militante del PSP,
con quien tuvo un hijo. Cuando terminó su carrera al año siguiente y pospuso el plan de
estudiar derecho la familia se estableció en Ponce. Ernesto se integró de lleno entonces a
los trabajos de la región sur del PSP como organizador. Esta nueva etapa en su vida
coincidía con la intensificación de la lucha de clases y la represión en Puerto Rico; con el
crecimiento del PSP y la multiplicación de sus comités, núcleos, grupos de estudio y de
trabajo cultural en el país y entre la comunidad puertorriqueña en Estados Unidos, y la
reorganización de su brazo armado en función de una visión estratégica más definida y
ambiciosa.
22
De vuelta al sur
Luego de una estancia de casi cuatro meses en Cuba para recibir entrenamiento militar,
Ernesto se desempeñó como organizador del PSP a tiempo completo en Ponce. Su área
geográfica revestía una particular importancia para el trabajo político y organizativo del
partido. Ponce era la tercera ciudad más poblada del país, pero también era la más cercana
al corazón de la industria petroquímica, ubicado a su oeste en la costa de Peñuelas,
Guayanilla y Yauco (Córdova 2021). Allí estaban las plantas de la Commonwealth Oil
Refining Corporation (CORCO) y la Union Carbide Caribe, y en ambas había núcleos del
PSP. Arquelio Caraballo y Librado Sáez, dirigentes de las uniones de la CORCO y la Union
Carbide respectivamente, eran militantes del PSP, y en el caso de Sáez, miembro de su
Comité Central.
23
Ernesto recuerda su integración a los trabajos:
Yo era un organizador en la región sur […] y había varios compañeros más… unos
compañeros se destacaron en el área de Guayama, en el área de Yauco, y yo estuve en el
área de Ponce. Y ahí entonces se desarrolla, o continúa, tomando fuerza la participación
y la influencia del PSP en la lucha obrera. […] También posteriormente el PSP desarrolló
un trabajo excelente en el área petroquímica, donde había unos compañeros destacados,
especialmente en el liderato sindical, y había un núcleo del PSP en el área de las
petroquímicas. Lo dirigía el compañero creo que [Arquelio] Caraballo, que dirigía ese
núcleo. Y ahí se hacía un trabajo político bien intenso. Y entonces nosotros dábamos
apoyo, y en las comunidades… ahí se organizaron las comunidades… Clausells, Playa,
Cantera… teníamos núcleos del PSP en todas esas comunidades, en los centros de trabajo,
en las universidades teníamos pequeños grupos de la FUPI… en Guayama había un grupo
de trabajo muy, muy, muy bueno, grande, influenciando desde Salinas hasta Guayama,
Patillas… y hacia acá hacia al oeste, pues entonces había un grupo en Yauco. Teníamos
22
PSP, La alternativa socialista…, pp. 161-205
23
Claridad, 28 de noviembre de 1971, p. 3
EL PARTIDO SOCIALISTA PUERTORRIQUEÑO (PSP) Y LA LUCHA ARMADA
POR LA INDEPENDENCIA Y EL SOCIALISMO
Guillermo Morejón Flores
TESTIMONIOS N°13 2024
126
núcleos en varios pueblos del área suroeste… y esa era una de mis tareas.
24
Ahora bien, Ernesto se había establecido en Ponce con su familia, y su compañera
trabajaba. Le pregunté si el partido le pagaba un salario a él:
[risas] Teníamos un estipendio creo que de 50 dólares que nos pagaban cada seis meses
[risas] o sea que resultaba como en 5 pesos al mes. Pero… pues, los que estábamos en ese
nivel, pues las compañeras trabajaban, los otros compañeros, y habían compañeros que
nos apoyaban económicamente, nos apoyaban. Aquí en Ponce había un compañero
comerciante que… para muchos, la vida económica dependía de ese compañero. Y ese
compañero, de una forma desprendida… y otros pequeños comerciantes que también
tenían su colmadito en un barrio en Ponce, y yo recuerdo que algunos días yo iba a
buscar una comprita en casa de ese compañero… […], luego cuando viene la represión
bien fuerte, aquí en Ponce, que hay una ola de allanamientos, se allanan unas siete u
ocho casas, algunos de esos compañeros que nos apoyaban les allanaron las casas… […]
Como yo te decía… la lucha de liberación tiene diferentes frentes… desde la lucha
armada, hasta el repartir un boletín hasta hacer llamadas hoy en día. Todas las tareas
son importantes. Y había compañeros en aquel momento que su ayuda era… pues
conseguir unos chavitos para que otros pudiéramos subsistir.
25
La ola de allanamientos que comenta Ernesto ocurrió luego y a raíz de una serie de
eventos que se mezclaban en su recuerdo, y en los que participó activamente:
Aquí se da la famosa… mucha gente no recuerda eso, yo no por qué, ese acto se ha
olvidado. La huelga de la Autoridad de Fuentes Fluviales, que es Energía Eléctrica hoy, la
Autoridad de Acueductos y Bomberos… esas tres agencias se fueron a la huelga
simultáneamente, y Hernández Colón lanzó a la calle la Guardia Nacional. Entonces,
estuve bien activo dándole apoyo a esa huelga.
26
Era una situación inédita desde la insurrección nacionalista de 1950. El 6 de julio de 1973,
el gobernador colonial Rafael Hernández Colón del PPD lanzó unos 3,500 efectivos de la
Guardia Nacional (GN) rama del ejército estadounidense contra una docena de huelgas
simultáneas que involucraban a 24 mil trabajadores, la mayoría del sector público y
principalmente de Bomberos y la Autoridad de Fuentes Fluviales. Los militares tomaron
por asalto los parques de bombas y la infraestructura eléctrica, generándose sendos
enfrentamientos en las líneas de piquetes. En medio de los apagones, el despliegue militar
fue burlado por huelguistas y combatientes del PSP para llevar a cabo sabotajes contra el
24
Entrevista a Ernesto. 07/2016. Ponce, Puerto Rico. Guillermo Morejón Flores
25
Ibid.
26
Ibid.
Guillermo Morejón Flores
127
sistema eléctrico, así como el bombardeo de comercios de capital estadounidense. Las
tropas volvieron a sus cuarteles el día 13.
27
Los eventos de julio de 1973, y el análisis que el PSP hizo de estos, le imprimieron su sello
a la elaboración de una política sindical vinculada a una estrategia para la revolución y la
toma del poder, proceso que aún estaba en ciernes. El PSP había heredado del MPI la
“teoría de la crisis”, según la cual la independencia llegaría como resultado de una
capitulación estadounidense en un contexto donde las propias contradicciones del
sistema, profundizadas por la acción consciente de la militancia, no le permitirían
gobernar como hasta entonces.
28
En cambio, a partir de julio de 1973 fue madurando la
perspectiva de la independencia y el socialismo como resultado de una insurrección,
pensada como una posibilidad cercana. Pero esa insurrección debía ser preparada y su
éxito dependería de la organización y arraigo del partido dentro del movimiento obrero, y
en particular en lo que el PSP llamó los “sectores económicos estratégicos”:
comunicaciones, servicios esenciales, transporte, la industria petroquímica, entre otros.
29
Ese cambio de visión estratégica transformó la concepción militar del partido, cambió sus
focos de acción y produjo una lenta reorganización de la “fuerza armada”, como se le
empezó a llamar.
30
Las acciones dejaron de ser reivindicadas bajo la firma de los CAL y en
cambio fueron defendidas, sin asumir su autoría, por el partido. Estas, también, se
enfocaron cada vez más en el apoyo a la lucha obrera (Morejón 2021). Este proceso estaba
en marcha cuando el gobernador movilizó por segunda vez a la GN, en noviembre de 1974,
ahora contra una huelga de trabajadores de la Autoridad de Acueductos y Alcantarillados
(AAA). En esta ocasión, la resistencia fue más articulada y contundente. Ernesto participó
en varios operativos de apoyo en el sur:
Cuando estaban movilizando la Guardia Nacional en contra de los trabajadores, pues se
decide que hay que atacar la Guardia Nacional, que hay que vincularla, que la gente sepa
que esto es un enemigo del pueblo. Y se organiza un comando en la zona sur. En Ponce,
específicamente. Y se decide ir a colocar unos artefactos dentro de la Guardia Nacional
[…]. Yo que tuvimos que arrastrarnos desde [risas] desde la [avenida] Santiago de los
Caballeros hasta el interior del cuartel ese […] éramos tres compañeros y yo, y una
compañera en el vehículo que nos daba protección, en rminos de vigilancia, y en un
momento dado cuando hiciéramos una señal, habíamos acordado que íbamos a poner un
papel blanco pinchado con una piedra bien visible de ella, y cuando ella viera eso ahí es
que ya habíamos regresado, entonces nos recogía. Entramos, colocamos… en ese acto, se
27
“Cronología de la Jornada de julio”, Pensamiento Crítico, año 1, núm. 1, 1978, pp. 1 y 36
28
MPI, Presente y futuro de Puerto Rico: La doctrina de la nueva lucha de independencia de Puerto Rico, [Puerto
Rico], 1969, p. 43
29
Chispa, año 3, edición especial, 1973. Chispa fue una revista publicada por la Secretaría de Asuntos Sindicales
del PSP.
30
PSP, La alternativa socialista…, p. 172
EL PARTIDO SOCIALISTA PUERTORRIQUEÑO (PSP) Y LA LUCHA ARMADA
POR LA INDEPENDENCIA Y EL SOCIALISMO
Guillermo Morejón Flores
TESTIMONIOS N°13 2024
128
destruyeron cinco vehículos, camiones… unos cinco camiones militares de la Guardia
Nacional, y nos retiramos.
31
El recuerdo de Ernesto fue bastante preciso, como pude corroborar en la prensa. “Es la
primera vez”, decía el diario El Mundo, “que colocan artefactos explosivos en la Reserva de
Puerto Rico”.
32
En la madrugada del 1 de diciembre de 1974, fueron Ernesto y su grupo
quienes rompieron una verja y lograron acceso por el sureste al cuartel de la Compañía C
del Batallón 448 de la Reserva del Ejército de EE. UU., donde colocaron artefactos
explosivos que destruyeron cinco vehículos militares. La explosión afectó la estructura
física del cuartel y los daños se calcularon en más de 50 mil dólares. Esa noche también
estallaron bombas en San Juan, Carolina, Caguas y Peñuelas, impactando comercios de
capital estadounidense e infraestructura de la AAA.
33
En San Juan, fue atacada nuevamente
la International Telephone & Telegraph (ITT), denunciada tanto por su papel en el golpe de
Estado en Chile, como por sus presiones al gobierno colonial para que este adquiriese, a
sobreprecio, la Compañía Telefónica.
Volviendo sobre el operativo en el cuartel, Ernesto recordó un incidente que pudo haber
arriesgado a los combatientes:
Ahí pasó algo que… […] lo comenté a un nivel, y nunca supe qué fue lo que pasó. Pero de
los actos de indisciplina más grandes que yo vi en este tipo de acción, lo cometió un
compañero de nivel intermedio. Mientras estábamos operando de esa forma, este
compañero, que gustaba mucho de… en el campo decimos de “echárselas”, de aparentar
¿verdad? que él era un jefe militar […]. Pero la cosa es que este compañero trata de
impresionar a una compañera. La invita a su apartamento, en un edificio donde se veía
desde el balcón de su apartamento, se veía allá… y le dice a la compañera “ven, pa’ que tú
veas lo que nosotros hacemos”, qué se yo… y empieza a alardear… le explica y le dice que
él es el jefe de eso.
34
La compañera en cuestión fue más prudente que el tercero aludido e informó de lo
ocurrido a Ernesto, quien a su vez lo transmitió a sus responsables. Yo nunca supe qué
pasó con eso [risas] […]. Pero ese compañero con esa actitud, puso en riesgo una
operación y puso en riesgo la seguridad de tres compañeros”.
35
Hubo otro orden de errores en la planificación y ejecución de las acciones de esa noche.
Algunos artefactos no detonaron o lo hicieron después, y en un caso hubo heridos como
31
Entrevista a Ernesto. 07/2016. Ponce, Puerto Rico. Guillermo Morejón Flores
32
El Mundo, 2 de diciembre de 1974, p. 15-A
33
El Mundo, 2 de diciembre de 1974, pp. 1 y 9-B
34
Entrevista a Ernesto. 07/2016. Ponce, Puerto Rico. Guillermo Morejón Flores
35
Ibid.
Guillermo Morejón Flores
129
consecuencia. En Peñuelas se habían colocado explosivos en las tuberías que suplían de
agua a la planta de la Union Carbide. Uno de ellos no detonó. Al a siguiente, tres obreros
realizaban tareas de mantenimiento y deshierbe en el lugar cuando un golpe de machete lo
activó, causándoles lesiones a los tres. El supervisor y el jefe de seguridad de la planta, que
observaban, resultaron ilesos.
El gobernador había declarado un estado de emergencia y movilizado a la GN con el
propósito explícito de frenar los sabotajes, de modo que el estallido de más de diez
bombas en distintos puntos del país, con más de 300 mil dólares en pérdidas, le asestaba
un rudo golpe a la misión pacificadora.
36
Pero fue más que eso. La GN fue acosada y
tiroteada varias veces, dentro y fuera de sus cuarteles, por personas no identificadas.
37
En
al menos una ocasión, combatientes le arrebataron a un soldado su rifle M-16.
38
La
persistencia de los sabotajes, entre otras acciones de desafío y resistencia a lo largo y
ancho del país, llevaron al gobierno colonial a considerar pedir el envío de once mil
soldados estadounidenses para reforzar la movilización. Los planes, revelados al PSP por
fuentes internas de la GN, fueron denunciados ante las Naciones Unidas y publicados en
Claridad,
39
que por esos días comenzaba su tirada diaria como “Diario de los trabajadores”,
en un testimonio del crecimiento del partido en medio de la intensidad que estaban
adquiriendo las luchas sociales en el país.
“No sé el tipo de explosivo, pero te puedo decir que esas bombas tienen el diablo por
dentro”,
40
dijo el superintendente de la Policía Astol Calero, un veterano de la represión
contra el Partido Nacionalista en la década del 50. Algunos días después la Policía ataría
los cabos. El explosivo utilizado por los combatientes era “iremita”, un compuesto más
potente y estable que la dinamita, fabricado por la compañía Ireco en Manatí.
41
En julio de
1974, un comando del PSP tomó la fábrica, inmovilizó al guardia de seguridad y se llevó
más de dos toneladas del explosivo, cápsulas detonantes y otros materiales (Agosto 2014:
130). Durante los próximos años, la iremita se haría sentir en numerosos conflictos
huelgarios.
Fue entonces que se produjo la ola de allanamientos que recordaba Ernesto. El 3 de
diciembre, la Policía registró las casas de seis militantes y dirigentes del PSP en Ponce. El
hogar de uno de ellos, Delfín Ramos, fue allanado nuevamente diez días después, ahora por
36
El Mundo, 29 de noviembre de 1974, pp. 1 y 19-A
37
Archivo General de Puerto Rico (AGPR), Carpetas de la Policía de Puerto Rico, 1-12 Guardia Nacional,
Volumen 2, pp. 108 y 109
38
AGPR, 1-12 Guardia nacional, Vol. 2, pp. 68 y 69
39
Claridad, 7 de diciembre de 1974, p. 3
40
El Mundo, 2 de diciembre de 1974, p. 1
41
El Mundo, 4 de diciembre de 1974, pp. 1 y 13-A
EL PARTIDO SOCIALISTA PUERTORRIQUEÑO (PSP) Y LA LUCHA ARMADA
POR LA INDEPENDENCIA Y EL SOCIALISMO
Guillermo Morejón Flores
TESTIMONIOS N°13 2024
130
el FBI, quienes lo arrestaron y acusaron tras encontrar iremita en un piso falso.
42
La
precisión del hallazgo parecía sugerir la posibilidad de un informante:
Ahí tuvimos en Ponce un individuo que fue un luchador independentista de su juventud. Y
era un cuadro de base pero de mucha confianza… de la dirección nacional del Partido…
se encargaba de las finanzas, se encargaba de proveer a algunos compañeros… y se llegó
a encargar de guardar armamentos. Y en una ola de allanamientos que hubo aquí, en
Ponce, le allanaron su casa y el FBI logró romperle las rodillas. […] lograron
atemorizarlo, y se convirtió en chota […]. Y ese individuo, dio mucha información… dio
mucha información. Era una persona de confianza de la dirección del Partido, él bregaba
mucho con las finanzas pero también tenía a cargo guardar equipo, guardar armas y
cosas… y ese individuo habló hasta por los codos.
43
José Antonio Medina había dirigido la Misión (comité) 21 de marzo del MPI en Ponce por
algún tiempo, y en 1974 formaba parte del Comité Central del PSP y fue uno de los
allanados el 3 de diciembre por la Policía. Años después fue expulsado del partido por
alcoholismo, y en 1981 apareció en corte como testigo de cargo contra combatientes de
otra organización revolucionaria (Paralitici 2022: 434). Fue entonces que se supo, por voz
del propio FBI, que Medina había sido su informante desde finales de la década del 60.
44
Pero a la altura de 1974, y aunque los cargos contra Delfín Ramos se cayeron, el FBI
prefirió no quemar a su informante todavía. Por varios años, Medina continuó supliéndole
al FBI información sobre el PSP.
Medina fue uno entre miles de informantes y agentes encubiertos con que contaron las
agencias represivas en Puerto Rico. La División de Inteligencia de la Policía, que fue
disuelta en 1987 cuando las organizaciones revolucionarias de las décadas anteriores
habían colapsado, tuvo unos 1,500 informantes en su nómina, cuyas identidades se dieron
a conocer luego. Pero a las agencias coloniales se sumaban los grupos parapoliciales y de
contrarrevolucionarios cubanos radicados entonces en el país, el FBI, el Servicio Secreto, la
CIA y los servicios de inteligencia de las distintas ramas de las fuerzas armadas
estadounidense, y en particular la Inteligencia Naval. Estas agencias, por su parte, no se
han disuelto ni han cesado funciones en Puerto Rico, y el público desconoce la cantidad e
identidad de sus encubiertos e informantes, así como el alcance y detalles de su actividad
represiva (Ojeda Reyes 2024: 22-28).
42
El Mundo, 16 de diciembre de 1974, pp. 1 y 17-A
43
Entrevista a Ernesto. 07/2016. Ponce, Puerto Rico. Guillermo Morejón Flores
44
El Mundo, 8 de julio de 1981, p. 9-A
Guillermo Morejón Flores
131
Más adelante, la participación del PSP en las elecciones de 1976 fue el catalítico para un
debate interno que hizo crisis. Esa crisis, que se extendió hasta finales de 1978, coincidió
con una serie de hechos represivos y cambios en la estructura económica que debilitaron
al PSP como organización, pero más generalmente al movimiento obrero y todo el proceso
de radicalización que se daba en el país desde finales de los 60. Rebasa los propósitos de
este trabajo discutir el debate y sus consecuencias, pero uno de sus ejes fue la discusión
sobre cómo podía darse una correcta conjugación de las tácticas (legales e ilegales) y a
cuáles correspondía el acento en ese presente. También, la victoria electoral del PNP y la
retórica anexionista y violenta del nuevo gobernador, Carlos Romero Barceló, llevó a un
sector en la dirección del PSP a abandonar las perspectivas de construir un partido obrero
y revolucionario para priorizar en combatir la posibilidad de la anexión formal a Estados
Unidos, que Romero prometía traer, en alianza con sectores autonomistas del PPD.
La crisis del PSP y el mal manejo del debate interno provocó renuncias, sanciones,
expulsiones, el distanciamiento y la dispersión de una cantidad considerable de militantes
y simpatizantes. Algunos se desplazaron hacia las organizaciones clandestinas que se
presentaron públicamente a partir de 1977, como el Partido Revolucionario de los
Trabajadores PuertorriqueñosEjército Popular Boricua (PRTP-EPB), mejor conocido
como los Macheteros. Otros tantos se integraron a esfuerzos políticos, sociales y culturales
de carácter local, o centrados en causas o asuntos puntuales, y, como Ernesto, buscaron un
nuevo balance entre su activismo y la vida familiar e interpersonal, en cierta forma
desatendida en años anteriores (Meléndez 2022). El partido atravesó otro debate que hizo
crisis en 1982 y que lo debilitó aún más, aunque vino a disolverse oficialmente en 1993.
Acercándonos al final de la entrevista, Ernesto no pudo ocultar su dolor cuando le pedí un
intento de balance sobre el PSP:
El PSP hizo una labor política, histórica de las más… […], no estoy seguro, pero es
la época más importante, desde cierto punto de vista, en la lucha de liberación de
este país, y más intensa… más intensa […]. Y que ese proyecto se haya
desboronado de esa forma… coño. Eso costó vidas, eso costó vidas. Y costó
sufrimiento, costó lágrimas y costó muchas noches de desvelo… y que ese
proyecto se haya desboronado de esa forma… Pero, las luchas sociales son así, las
luchas sociales son así…
45
A pesar de esa frustración, a Ernesto no parecen haberle ganado la desilusión ni el
desánimo. Aunque lamentaba lo que identificaba como la dispersión y fragmentación
actual de la lucha independentista y socialista, dijo presente en diversas luchas sociales y
45
Entrevista a Ernesto. 07/2016. Ponce, Puerto Rico. Guillermo Morejón Flores
EL PARTIDO SOCIALISTA PUERTORRIQUEÑO (PSP) Y LA LUCHA ARMADA
POR LA INDEPENDENCIA Y EL SOCIALISMO
Guillermo Morejón Flores
TESTIMONIOS N°13 2024
132
se mantuvo activo en organizaciones políticas y sindicales hasta el último de sus días.
Algún tiempo después de la entrevista tuve el privilegio de encontrármelo en una
manifestación, de darle un abrazo y contagiarme con su jovialidad, optimismo y risa fácil,
pocos días antes de su fallecimiento.
Consideraciones finales
Tuvieron que pasar varios años y experiencias vitales, lecturas, investigación y muchas
entrevistas más para que pudiera aquilatar mejor el sentido de las palabras de Ernesto,
sus pausas y silencios, así como el contenido del dolor que manifestó al final. Las
innumerables entrevistas y conversaciones posteriores con exmilitantes del PSP me
permitieron también comprender cuán representativa era su experiencia.
La trayectoria de Ernesto coincidió con un periodo de auge notable de la lucha social y de
clases, así como de las organizaciones independentistas y de izquierda de la nueva lucha
en las décadas del 60 y 70 en Puerto Rico. Este periodo incluyó la fundación y crecimiento
del PSP y la elaboración de una visión estratégica y concepción militar para la revolución
puertorriqueña. Tanto su trayectoria militante como el auge independentista y socialista
tenían dimensión y proyección continentales: coexistían con “la idea común y compartida
de que los países latinoamericanos estaban destinados a una transformación
revolucionaria, aún si no violenta, y por lo mismo compartían una historia, una
problemática y un destino” (Necoechea 2013: 165).
Más aún, la experiencia militante de los 60, 70 y 80 compartió similitudes observables a
nivel latinoamericano. En un estudio comparativo de testimoniantes de México, Brasil y
Argentina, el historiador Gerardo Necoechea identificó un patrón en el desarrollo de la
politización en tres tiempos distintivos, a saber: 1) la cobra de conciencia sobre asuntos
públicos, típicamente en el espacio familiar; 2) la radicalización a partir de experiencias
vitales o relaciones interpersonales, y 3) la reapropiación de ideas prevalecientes
internalizadas y su puesta en función de objetivos revolucionarios (Necoechea 2013: 165).
La trayectoria de Ernesto bien puede analizarse a la luz de este patrón, tomando como
primer tiempo la pobreza familiar y el recuerdo de la militancia nacionalista de su madre;
el segundo como el ingreso a la FUPI tras la quema de las oficinas del MPI en 1969 y, sobre
todo, su convencimiento de la necesidad de luchar en el plano armado y clandestino a raíz
de los sucesos del 11 de marzo de 1971. El hecho de no haber realizado sesiones
adicionales con Ernesto me privó de la oportunidad de identificar ese tercer tiempo, es
Guillermo Morejón Flores
133
decir, conocer mejor los valores arraigados en su desarrollo y cómo fueron reorientados
en función de la militancia.
Volviendo sobre la idea de la inminencia de transformaciones radicales, el PSP no estuvo
en su análisis de la revolución como algo cercano. Un intelectual agudo como Gordon K.
Lewis afirmó en 1974 que una revolución por la independencia y el socialismo se
produciría en Puerto Rico antes del fin de siglo (Lewis 1974: 168). Pero una cosa era
plantearlo desde el espacio académico, y otra distinta era estar convencido de que tal
eventualidad o su frustración dependían en buena medida de los esfuerzos y
capacidades propias y colectivas como militantes revolucionarios. Las consecuencias de
esa presión sobre los sujetos y su desarrollo individual, sus familias y relaciones
interpersonales fueron enormes, y no podían sino aflorar llegada la oportunidad y
repercutir negativamente sobre la organización en su conjunto. Esto fue apalabrado y
profundizado recientemente por el exmilitante Héctor Meléndez, una de las figuras
destacadas del debate de 1982 al interior del PSP (Meléndez 2022).
La disposición de exmilitantes como Ernesto a compartir sus testimonios ha permitido
desenterrar y dar a conocer aspectos sobre las luchas revolucionarias del siglo XX
puertorriqueño que, hasta hace poco, se presentaban como insondables. Pero los frutos de
la historia oral, como señala Thompson, superan el testimonio mismo en tanto abren la
posibilidad de acceder a nuevas fuentes documentales que, en términos generales, están
ausentes de archivos institucionales (Thompson 2000: 4-6). Tal ha sido mi experiencia,
que es lejos de ser única: mis investigaciones sobre el PSP y otras organizaciones
revolucionarias y temas de aquel periodo se apoyan fundamentalmente en los archivos
personales de exmilitantes. Su puerta de acceso fue la historia oral.
“¡No dejemos que nuestra historia la escriba el enemigo!”:
46
así interpelaba Seijo Bruno, en
1973, a quienes tuvieran información o experiencias que compartir sobre las luchas
emancipatorias del país. Ella escribía esas palabras en un contexto de auge de las
organizaciones revolucionarias, donde los gobiernos colonial y estadounidense derivaban
beneficios de la difusión de relatos condenatorios sobre la resistencia nacionalista de la
primera mitad del siglo. Condenando la resistencia de ese pasado se buscaba, en realidad,
condenar y desautorizar la resistencia del presente. No habiendo un reto similar al sistema
capitalista-colonial en nuestros días, no nos exponemos tampoco a un relato condenatorio
de las luchas revolucionarias de los 60, 70 y parte de los 80. Nos exponemos a algo acaso
peor y más insidioso por sus consecuencias y proyección al futuro: esto es, al olvido.
46
Claridad, 4 de noviembre de 1973, p. 10
EL PARTIDO SOCIALISTA PUERTORRIQUEÑO (PSP) Y LA LUCHA ARMADA
POR LA INDEPENDENCIA Y EL SOCIALISMO
Guillermo Morejón Flores
TESTIMONIOS N°13 2024
134
Bibliografía
Agosto, Ángel. 2014 [2009]. Lustro de gloria, Casa Editora de Puerto Rico, Río Grande.
Agosto, Ángel. 2019. Juan Mari Brás: ¿el estratega de la independencia?, Casa Editora de Puerto Rico,
Río Grande.
Arroyo Muñoz, José C. 2003. Rebeldes al poder: los grupos y la lucha ideológica. 1959-2000, Isla
Negra, San Juan.
Córdova Iturregui, Félix. 2021. “El complejo industrial petróleo-químico: la criatura dorada de
Fomento (VI)”. Momento crítico. En: https://www.momentocritico.org/post/el-complejo-
industrial-petr%C3%B3leo-qu%C3%ADmico-la-criatura-dorada-de-fomento-vii. Disponible
en mayo de 2024.
Dávila Marichal, José Manuel. 2022. Pedro Albizu Campos y el Ejército Libertador del Partido
Nacionalista de Puerto Rico (1930-1939), Ediciones Laberinto, San Juan.
De Jesús González, Manuel. 2023. La generación que tomó las calles, Mariana Editores, Ponce.
Guadalupe, Raúl. 2009. Sindicalismo y lucha política. Apuntes históricos sobre el movimiento obrero
puertorriqueño, Editorial Tiempo Nuevo, San Juan.
Irizarry Cruz, Lucila. 2010. CAL: Una historia clandestina (1968-1972), Isla Negra, San Juan.
Lewis, Gordon K. 1975. Notes on the Puerto Rican Revolution: An Essay on American Dominance and
Caribbean Resistance, Monthly Review Press, Nueva York.
Meléndez, Héctor. 2022. “Cuarenta años después: el debate del PSP”. Proyecto Coabey. En:
www.coabey.org. Disponible en mayo de 2024.
Morejón Flores, Guillermo. 2021. La guerra necesaria: El Partido Socialista Puertorriqueño y la lucha
armada, 1971-1977, Tesis de maestría inédita, Programa Graduado de Historia, Universidad
de Puerto Rico, Río Piedras.
Morejón Flores, Guillermo. 2023. “Abriendo el segundo frente: las Fuerzas Armadas de Liberación
Nacional (FALN) Puertorriqueña (1974-1983)”, Phrónesis, vol. 4, 2023, Aguadilla (Puerto
Rico), pp. 69-106. En:
https://www.academia.edu/104205037/Abriendo_el_segundo_frente_las_Fuerzas_Armadas
_de_Liberaci%C3%B3n_Nacional_FALN_Puertorrique%C3%B1a_1974_1983. Disponible en
mayo de 2024.
Morejón Flores, Guillermo. 2024. “Lucha armada, represión e historiografía en Puerto Rico: a modo
e introducción a La protesta armada de Félix Ojeda Reyes” en Ojeda Reyes 2024: 14-38. En:
https://www.academia.edu/121724514/Lucha_armada_represio_n_e_historiografi_a_en_Pu
erto_Rico. Disponible en mayo de 2024.
Movimiento Pro Independencia (MPI). 1969. Presente y futuro de Puerto Rico: La doctrina de la
nueva lucha de independencia de Puerto Rico, Río Piedras.
Guillermo Morejón Flores
135
Necoechea Gracia, Gerardo. 2016. “El proceso de politización desde una perspectiva de historia
oral: militantes de izquierda latinoamericanos, 1960-1990”, Tempos Históricos, vol. 17, 2013,
Paraná (Brasil), pp. 162-182.
Ojeda Reyes, Félix. 2024. La protesta armada, Zoom Ideal, San Juan.
Paralitici, Che. 2011. La represión contra el independentismo puertorriqueño: 1960-2010,
Publicaciones Gaviota, Río Piedras.
Paralitici, Che. 2022. Sentencia impuesta: 122 años de encarcelamientos por la independencia de
Puerto Rico, Ediciones Puerto, Río Piedras.
Partido Socialista Puertorriqueño (PSP). 1974. La alternativa socialista: Tesis política del Partido
Socialista Puertorriqueño, Ediciones Puerto Rico, Río Piedras.
Pozzi, Pablo. 2016. “Sobre entrevistar militantes y activistas”, Historia, Voces y Memoria, vol. 9,
2016, Buenos Aires (Argentina), pp. 5-10.
Rivera Ruiz, Álvaro M. 2020. Violencia política y subalternidad colonial: El caso de Filiberto Ojeda
Ríos y el MIRA (1960-1972), Edición del autor, Puerto Rico, 2020.
Rosado, Marisa. 2007. El nacionalismo y la violenia en la década de 1930, Ediciones Puerto, Río
Piedras.
Seijo Bruno, Miñi. 1997. La Insurrección nacionalista en Puerto Rico, 1950, Edil, San Juan.
Surillo Luna, Griselle M. 2006. La FUPI desde la otra esquina. Puerto Rico.
Thompson, Paul. 2000. The Voice of the Past: Oral History, Oxford University Press, Nueva York.
Entrevistas
Entrevista a Ernesto. 07/2016. Ponce, Puerto Rico. Guillermo Morejón Flores
FECHA DE RECEPCIÓN: 01/06/2024
FECHA DE ACEPTACIÓN: 21/09/2024