CON VOZ PROPIA
LA HISTORIA ORAL EN LATINOAMÉRICA HOY…
Cristina Viano, Robson Laverdi y Gerardo Necoechea
TESTIMONIOS N°13 – 2024
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un testimonio por razones muchas veces de no sentirse seguro. En el 2001 hay una cierta
apertura con, curiosamente, con la entrada de un gobierno de derecha, pero que era el
primer gobierno alternativo frente al PRI. Pero que nadie sabía exactamente qué iba a
pasar, entonces algunas gentes se animaron a dar testimonios o a escribir y publicar
autobiografías, pero mucha otra gente dijo “No, espera, vamos a ver qué pasa”. Y tenían
razón, pero que ahora sí empiezan a animarse. Un nuevo gobierno progresista, etcétera,
etcétera. O personas que de plano nadie las buscó, nadie les pidió una entrevista y que
cuando uno llega dicen “sí claro, por supuesto, tengo mucho que contar”. Y es distinto a lo
que ya te contaron. Entonces esa parte de ir constituyendo los testimonios individuales a
la contra de esas memorias colectivas oficiales o hegemónicas que se han ido formando es
un trabajo interesante que se está haciendo.
Hay una cierta fragmentación, por un lado, generacional. Esto que les digo, estamos los
viejos, están los jóvenes, y los viejos actuamos muchas veces como maestros, pero después
no tenemos mayor contacto con lo que se está haciendo, mayor influencia en lo que se está
haciendo. Y también una desconexión entre estos distintos grupos de trabajo, eso puede
ser bueno, puede ser malo, o puede no importar. Es malo cuando por ejemplo uno no sabe
cuántos archivos de Historia oral existen en México, dónde están, que tienen. Es bueno
cuando los jóvenes dicen “Bueno, lo que hiciste, lo hiciste, ya a mí no me interesa, yo
quiero hacer otras cosas y empezar a abrir camino”.
Una de las tareas principales que tenemos es ver qué tanto el trabajo que llevamos
haciendo en 30 años o más de Historia oral ha impactado en la corriente principal de
historia en México. Los historiadores orales al principio muy a la defensiva, después ya no
tanto porque efectivamente la Historia oral ya sentó reales, tanto en la sociedad como en
la academia. Pero hemos desarrollado una cierta mentalidad de secta. “Yo acá, tú allá, tú no
haces lo que yo hago, etcétera, etcétera”, y no nos hemos preocupado por impactar esa
corriente principal de Historia. Es decir, qué tanto la Historia, por ejemplo, la que se
imparte en educación básica media, está ya influenciada por lo que hemos ido sacando.
Por ejemplo, los sentimientos, la subjetividad, la experiencia común y corriente de la
gente. Hace un tiempo hice un trabajo con varios colegas latinoamericanos sobre la
politización, enfatizando que no todo era una cuestión de ideología. También tenían que
ver los afectos en la infancia, tenían que ver los amigos, el grupo de amigos que uno tenía
en ciertos momentos, etcétera, que había muchas otras cosas que impactaban en la
politización. Y después, otra vez, regresando sobre entrevistas que tenía, empecé a buscar