VEsC - Año 11 - Número 21 - 2020 141 http://revistas.unc.edu.ar/index.php/vesc
ML: Las instituciones de formación docente – creo yo- deberían dar un lugar preponderante
a la Didáctica que integre de pleno las tecnologías digitales- lugar que entiendo no tiene todavía
en los planes de estudio. Hacerlo desde un enfoque de enseñanza de la Didáctica que implique –
como sostenía John Dewey- “aprender haciendo”. Esos deberían ser espacios curriculares donde
experimentar, ensayar, probar, donde leer, hablar, ver, escribir, pensar y hacer Didáctica tanto dentro
como fuera de las aulas y hacerlo a través de conexiones. Conectando todas las disciplinas con las artes,
la institución educativa con la ciudad, conectando aprendizajes formales e informales, conectando
didáctica, disciplina, tecnologías y contexto como plantea el modelo TPACK. La producción didáctica
en términos de publicaciones de los últimos años diez años es enorme y también creo que no está
suficientemente aprovechada. Las instituciones de formación docente deberán ser promotoras y
aceleradoras de innovación y ellas mismas ejemplos del tipo de innovaciones que prediquen.
Además- pienso yo- habría que abandonar de una vez y para siempre la idea tan repetida de
que uno enseña sólo como le enseñaron porque esa postura impide el quiebre, el viraje, el giro, la
oposición, el enfrentamiento. Si solo puedo enseñar como otros me enseñaron a mí, si esas marcas
me han quedado tatuadas en forma indeleble… entonces ¿cuál es la salida? Prefiero la idea de que
uno (docente) enseña como aprende. También me gusta unida a esta postura la metáfora del docente
como baqueano. Como quien ya estado allí, conoce, domina, transita cómodamente el territorio de
una disciplina, el territorio de ciertos conocimientos y habilidades y por eso es capaz de conducir o
acompañar a otros.
E: Es sabido que a menudo un proceso de innovación está asociado a un agente cuya capacidad de
liderazgo le permita sumar colegas para realizar acciones contextualizadas, colaborativas y ajustadas
a necesidades bien identificadas. Si sumamos a esto las diferentes implicancias del uso de TIC en
educación, ¿qué componentes deberían estar presentes en la formación de futuros docentes? ¿qué
mecanismos permitirían prepararlos para que desarrollen las competencias necesarias para liderar
procesos de renovación permanente haciendo un uso adecuado de los recursos disponibles?
ML: Vuelvo a la idea de la co-enseñanza en las tres clásicas etapas pre-activa, interactiva y
postactiva, el diseño, la enseñanza propiamente dicha, la reflexión, el análisis de lo sucedido. Hay
un libro interesante que se titula Creative pairs/Duplas creativas. Su autor es Joshua Wolf Shenk.
Tal vez no hagan falta grupos numerosos ni líderes legendarios. Con un par tal vez alcance para
innovar, según el autor. Un par siempre presente con quien el diálogo fluya, a quien respetemos,
con quien hayamos construido confianza, con quien tengamos conexión y comparamos valores,
con intención de cooperar y que – como nosotros- esté interesado en innovar en la enseñanza.
Tal vez sea suficiente. El tema es encontrar ese par o esos pares en paralelo o en forma sucesiva.
Tal vez no sea fácil, pero tampoco imposible. Una vez que la dupla se desenvuelve en un entorno
donde la innovación es alentada luego podrá unirse a una red con otras de manera gradual y a la vez
sentirse acompañada. En temas estrictamente de manejo instrumental de tecnologías digitales o en
su integración en la enseñanza en ciertos niveles de escolaridad, en ciertas instituciones o disciplinas
específicas, la colaboración del par más avanzado, el coaching entre pares puede ser una solución
práctica y rápida.
E: Inventar, crear, imaginar, proyectar, transformar, gestionar son términos que a menudo aparecen
asociados al concepto de innovación. No obstante, a menudo esas acciones entran en conflicto con
cierta rigidez institucional; la disrupción de las TIC en 2020 en los procesos educativos ha sido un
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