48 VEsC - Año 15 - Número 28 - 2024: 46-54 https://revistas.unc.edu.ar/index.php/vesc/article/view/47960
Introducción
Hace muchos años que las autoras nos preguntamos por la inclusión de tecnologías digitales
en la enseñanza como una forma de reconocer que, hasta que no somos usuarios activos, no
comprendemos la totalidad de la inclusión de estas herramientas en los procesos de aprendizaje. Fue
natural, entonces, que nuestra primera investigación1 sobre el uso de Inteligencia Artificial Generativa
(en adelante IAG) en educación se centrara en la enseñanza. Elegimos, además, el nivel educativo
del que menos evidencia había: la escuela primaria. Sin embargo, a lo largo del proceso, nos resultó
evidente que el nivel al que recortamos el objeto de estudio no limitaba el alcance de los hallazgos
porque los resultados son aplicables a todas las prácticas de enseñanza.
Lo que buscamos fue explorar en qué medida era posible usar la IA generativa como asistente
para la toma de decisiones de la población docente respecto del diseño de actividades y materiales
didácticos. Esta exploración en el punto de partida, nos permitió identificar categorías y analizar
la oferta de herramientas de IAG al comenzar el estudio. La diferenciación más relevante fue la
identificada entre herramientas con IAG creadas o actualizadas con un perfil educativo deliberado
y dirigidas a docentes de otras, de uso genérico (Caldeiro, Odetti y Ordiz, 2024). Si bien dentro de
nuestros hallazgos encontramos otras diferencias en el valor de esa asistencia en distintos tipos de
recursos, en el presente trabajo, vamos a dejar de lado esta diferenciación.
En la primera etapa de la investigación trabajamos con la exploración de herramientas disponibles
registrando qué productos podrían generarse, cuál era la curva de aprendizaje en el uso de la
herramienta y qué tipo de iteraciones eran necesarias para lograr un resultado plausible de llevarse
al aula. Durante ese proceso, surgieron algunas preguntas: ¿en qué medida debíamos readaptar los
diseños didácticos creados por la IAG en un proceso iterativo si luego planificábamos evaluar la
calidad de esos recursos diseñados en su implementación? ¿Hasta qué punto los ajustes realizados
por el docente, finalmente, borraban las marcas de la asistencia original de la IA en el producto
final? Determinar esta frontera no siempre parecía posible ya que el proceso de diseño es complejo y
suponía la reelaboración del producto en versiones sucesivas donde la incidencia de la IA podía tener
diferentes niveles de incidencia según la herramienta involucrada o el número de versión.
Pero, a partir de esta discusión, surgió otra idea poderosa que es el eje del presente trabajo: dada la
preocupación de los docentes, en general, por el uso que los estudiantes hacen de la IA y, sobre todo,
por el impacto que esto tiene en las formas tradicionales de evaluación, es necesario preguntarnos si
los docentes deberían transparentar frente a sus estudiantes cuando ellos han utilizado este tipo de
asistencia en la propuesta de enseñanza. Creemos que sí, no sólo por una cuestión ética, sino también
por su relevancia pedagógica: enseñar sobre el uso de estas herramientas mostrando cómo las usamos.
Construir una herramienta que nos permita analizar el vínculo entre trabajo docente e IA
A fin de dar curso al análisis de esta pregunta, buscamos antecedentes que nos permitieran pensar
las diferentes formas en que la iteración con IA generativa se pone en evidencia en la construcción
1 El presente trabajo se enmarca en el proyecto de investigación Educación e Inteligencia Artificial generativa:
Experimentación con usos didácticos en el nivel Nivel Primario desarrollado entre 2023 y 2024 . La misma fue financiada
por la Universidad de Buenos Aires. El equipo está conformado por Graciela Caldeiro (Directora), Valeria Odetti (Co-
directora), Marcela Ordiz y Paola Dellepiane (Investigadoras principales) Pilar Aguirre y Florencia Hermida (Becarias).
Fundamentos e Investigación Graciela Caldeiro, Valeria Odetti