Editorial #9. La política, lo político, las políticas, en el cine y las artes audiovisuales

Resumo

Suele reconocerse en el cine tres dimensiones provenientes de tres herencias diferentes: una dimensión documental, heredera de la fotografía, que aparece con las vistas de los hermanos Lumiére; una dimensión espectacular, heredera de las artes escénicas que se atribuye a Meliès; y una dimensión narrativa, que se encuentra en las películas de Griffith, y que es heredera de la literatura.
No obstante, un dato que es a menudo dejado de lado es que, junto con esta última, el cine adquiere —o más bien descubre— su dimensión política, esto es, su carácter de discurso que, además de mostrar, entretener o narrar, disputa sentidos.
Este número de Toma Uno invitó a teóricxs, investigadorxs y realizadorxs a escribir sobre esta dimensión en sus múltiples formas: en el desarrollo de ciertos contenidos, en las opciones técnicas y estéticas de sus autores y autoras, en las estrategias de producción y distribución, entre otros muchos lugares. Desde diversos enfoques, los textos aquí reunidos nos llevan una vez más a preguntarnos por el cine, esta vez en su forma de referir a la realidad y en su potencial para transformarla.