El cine ha muerto. ¡Larga vida al cine! El Plan de Fomento del INCAA ante el desarrollo de la tecnología HD
DOI:
https://doi.org/10.55442/tomauno.n1.2012.8579Palavras-chave:
Industrias culturales, Políticas públicas, Fomento del cine, INCAAResumo
En el contexto de las industrias culturales, el cine merece un tratamiento especial. Su elevado costo de producción y su dificultad de recupero (aún para el cine comercial) requirieron de una actitud activa de los estados para conservar narrativas propias ante el avasallamiento del cine Hollywoodense.
En nuestro país, desde la creación del Instituto Nacional de Cinematografía, hoy actualizado en INCAA (con doble A de Artes Audiovisuales), hasta la actualidad el Estado Argentino ha intervenido en el campo de la producción cinematográfica.
¿Cómo pasó la Argentina de producir 11 películas en 1991 a casi 150 en 2011? ¿Cuáles fueron las políticas públicas que alentaron ese crecimiento? ¿Qué rol cumplieron las asociaciones de productores independientes? ¿Qué tensiones incorporó el advenimiento de la tecnología digital? El presente artículo recupera algunos hitos en este proceso de cambio de las condiciones (y la lógica) de la producción cinematográfica nacional.
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