Entrevista a Pablo González Padilla. El límite como posibilidad

Resumo

“El gran espacio donde confundirse es el espacio del arte”, dice sin ingenuidad Pablo González Padilla, docente de la Escuela de Artes (FFyH-UNC), y principal responsable de la creación del Taller de Práctica y Pensamiento Artístico en el penal de San Martín de la ciudad de Córdoba. Un proyecto que ya lleva una década de trabajo ininterrumpido y que logró convertirse en un espacio trascendente para muchos presos que purgan su condena en este establecimiento penitenciario. En un aula de la escuela que funciona dentro de la prisión ocurre lo impensable: los reclusos se transforman en agudos observadores del campo artístico contemporáneo y en sujetos capaces de liberar una potencialidad artística extraordinaria. Nada les impide analizar con precisión el concepto de verdad en las obras de Rembrandt y Caravaggio, debatir sobre las características del arte postal, construir objetos artísticos con materiales reciclados, dibujar criaturas de otros mundos o diseñar con criterios vanguardistas el montaje de una muestra. En un aula, se los puede observar, todos los viernes, trabajando con pinturas, tintas, prensas, telas, cartones, maderas, latas, lápices o también conversando animadamente alrededor de una mesa. ¿De dónde nace semejante propuesta? ¿Qué ideas y deseos nutren una experiencia de estas características?