¡Feliz cumpleaños Asociación de Docentes de Biología! Algunas razones para evocar los cambios promovidos en 20 años
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Resumo
Son sólo 20 años. Cumplir años, rememorar y evocar una situación, celebrarla,son todas palabras cuyos significados aluden a un festejo por un acontecimiento. Un acontecer que nos pone frente a la grata sorpresa de recuperar las historias de los caminos transitados. Caminos que se hicieron al andar, no muy planificados pero llenos de sueños,no tan abiertos, pero sí cargados de sorpresas, no siempre consensuados pero repletos de proyecciones.Deberíamos pensar que este rememorar un tiempo transcurrido es, a su vez, una buena apertura. Apertura a reconocer el valor de ese acontecer que, al historizarlo, nos posibilita entender los dilemas, las experiencias, los saberes y los sentimientos que fueron dejando huellas de cambio; un cambio que acumuló modificaciones graduales y que ya configuran el capital cultural de la comunidad de ADBiA. Resulta interesante evocar el cómo ocurrió ese cambio. Y aquí la perspectiva toulmiana (Toulmin, 1977), desde su enfoque ecológico, nos permite considerar el proceso histórico del cambio en términos de un conjunto de ideas que van variando procesualmente en función de factores intrínsecos (intelectuales) y extrínsecos (sociales), que influyen en su evolución y transformación.De este modo, usando esta metáfora, podemos decir que hace sólo 240 meses, a fines del siglo XX, un conjunto de inconsistencias ideológicas, epistemológicas ypolíticas, nos desafiaron como grupo de profesores y educadores de las Ciencias de la Vida. Se expresaron los contrastes, las tensiones con el saber, el saber hacer y el saber actuar repleto de afectos y sueños a concretar. Fueron todas ellas un conjunto de buenas razones que pusieron en duda lo instituido y habilitaron a desplegar creatividad, curiosidad y construcción de novedades para el quehacer de la Asociación: su preocupación por educar mejor.De este modo, la sucesión de tensiones que se generaron entre esas razones y las habilidades para satisfacerlas fueron tejiendo una trama nueva de trabajo compartido, compromisos y comunidades de ideas. Eso le otorgó un valor de identidad y se configuró en lo que hoy denominamos: “nuestra historia”.Frente a este hecho inevitable de cumplir años, me invitaron a evocar y narrar alguna cuestión que hiciera visible este tiempo recorrido. Y, al pensar sobre qué aporte significativo podía recuperar para nuestra Asociación, decidí historizar un eje de conocimientos, saberes simbólicos y conductuales que fueran hilvanando ese proceso de cambio. De este modo, y con una actitud crítica, podremos reconocer lo innovador, asumir las anomalías y proyectar los posibles.
¿Qué cambios atraviesa hoy el campo de las Ciencias Biológicas? ¿Quénecesidades culturales han desafiado sus prácticas educativas? ¿Cuáles son losprincipales cambios a su didáctica en los últimos años? ¿Qué aportó la perspectivade la Filosofía y la Historia de las Ciencias al saber biológico?
Para intentar abordar estos cuestionamientos que configuran los debates actuales en el ámbito de la enseñanza de las ciencias fue central, al historizar los procesos y cambios, sumar algunas voces de especialistas, de compañeros de ruta, memorias de la ADbiA y diversos textos editados en nuestra revista. Dicha tarea también demandó hacer recortes conceptuales.
Por tanto, interesa en este breve recorrido mostrar perfiles del devenir histórico de los problemas que configuran la cultura científica hoy, poniendo en debate los interrogantes que desde el campo epistemológico y cultural, contribuyan a delinear las nuevas estrategias y metas educacionales para la Biología.
La reflexión epistemológica es un saber necesario que le otorga identidad a la Didáctica de la Biología y a las decisiones que asume el profesor de ciencias. Al respecto, la inclusión de la historia y la filosofía (HFC) al campo de las Ciencias Biológicas y su enseñanza, impregnó lo curricular y la formación del profesorado desde diferentes variantes conceptuales. La primera variante, refiere al cambio epistemológico que operó el desarrollo del conocimiento de la Biología en el siglo XX (la revolución molecular, la genética y la biotecnología, los estudios ecosistémicos asociados a la producción, la economía y el consumo humano). La segunda variante hace evidente a la crisis de la Educación Científica a nivel global/local, que interpela las currículas de formación en ciencias y, la tercera variante, refiere a la búsqueda de identidad que asumen las Didácticas de las Ciencias como campo de investigación educativa.
a. Evolución y cambio en el ámbito de la Biología.
La Biología como disciplina científica estudia la Vida y su organización en principiosunificadores de niveles de complejidad: biosfera, ecosistema, población, individuo,organismo, aparatos, tejidos, células, macromoléculas, nivel bioquímico (Biodiversidad,taxonomía, genética mendeliana y de poblaciones, embriología, biología del organismo,biología molecular). Es una ciencia eminentemente histórica y evolutiva que construyemodelos explicativos a partir de una variedad de métodos de investigación -comparativos,sistémicos, hipotético-deductivos, genéticos, históricos- en abordajes estructurales,funcionales y comportamentales (Ruiz y Ayala,1998; Barberá y Sendra, 2011)
Su proceso de desarrollo conceptual y metodológico se distancia del paradigmade investigación de la Física, dado que los procesos sobre la vida- autorregulación,equilibrio inestable, invariante y evolución irreversible- están atravesados por perspectivas diacrónicas y sincrónicas, articulando interacciones internas y externas como sistemasabiertos. Y por otra parte, sus modelos explicativos están vinculados a múltiples prácticassociales y humanas (Giordan, 1997; García, 2006))
Los avances derivados de la investigación y aplicación tecnológica a la mejora dela vida, como la digitalización del código genético y su delimitación biomolecular, handado lugar a numerosos avances bioquímicos, médicos y tecnocientíficos, y a nuevos ycomplejos problemas éticos, de impacto económico y social como por ejemplo, trasplantes,medicamentos, armas bio-químicas, producción de alimentos, robótica(Testart, 2002,Geymonat, 2002)
En este sentido, y frente a múltiples tensiones éticas, los problemas promuevennuevas líneas de investigación y actuación educativa que integran con otros enfoques(ambientales, CTS, humanísticos) las dimensiones bio-ecológica, social, económica ypolítica (Gudynas, 2002, Sacks, 1996). Así, fueron emergiendo propuestas entre áreasde conocimiento de carácter interdisciplinario que vinculan la ciencia, las prácticas dela cultura y el entorno natural y social, como el caso de la Educación para la Salud y laEducación Ambiental.
La actualización de las agendas del conocimiento biológico tuvo una frágil expresiónen textos y currículas hasta hace unos 15 años, donde la divulgación y comunicaciónpopular de los problemas fue una invitación a revisar el saber en fuerte interacción conla salud, la economía, la producción agropecuaria, la industria alimentaria, el consumofarmacológico, etc. ( Datri, 2006; Memorias ADBiA 1993-2000)
b. Crisis de la educación científica
El movimiento educativo internacional en esta línea (Fourez, 1997, Jenkins y Pell,2006, Hodson, 2003) y una nueva comunidad de discursos respecto del valor de la Educaciónen Ciencias, hacen visible el giro ideológico provocado a partir de la década de los 70,promoviendo algunas variantesconceptualesen laformación científica. Al respecto,metas que estaban tradicionalmente centradas en el desarrollo de teorías y conceptos deldominio disciplinar, se modificaron paulatinamente por la inclusión de nuevos objetivos yestrategias. Entre ellos, observamos el hacer del científico, la cuestión del método y lasdisciplinas, la memoria de la historia de las ideas, el contexto socio-cultural del campocientífico y los supuestos ideológicos, económicos y éticos (Latour y Woolgar, S, 1995;Matthews, 1991; Matthews, 2009).
Fueron las asociaciones de profesores de ciencias las que contribuyeron con fuertescríticas, desde la década de los 70, AAAS y NSTA (National Science Teacher AssociationUSA), y solicitaron en sus documentos del año 1979 y 1986 una fuerte recomendaciónpara la formación docente. Se ofrecía la oportunidad de conocer y analizar el producto delas ciencias desde un recorrido filosófico e histórico, aproximándose a entender las teoríasen su contexto real y humanizar el conocimiento y los vínculos con las tecnologías. Alrespecto, las recomendaciones y proyectos de incorporación de la HFC en la enseñanza de la ciencia son de larga data y configuran una auténtica tradición iniciada a mediados delsiglo XIX (ej.: Paul Tannery, Pierre Duhem); el análisis de los casos históricos del proyectode Harvard (ej.:Conant, James) o el proyecto británico Nuffield (Duschl, 1995;Datri,2006, Martinez y Olivè, 1997).
De este modo, el supuesto “Ciencia para todos” (Science for all) resume un reto quefue desde los años ?60 a los ?80 (Secundary Currículo Review 1983 Gran Bretaña; Learningin Science en Neuva Zelanda), e intentó cubrir falencias educativas como correlato de unaherencia científico-cultural producida en la mitad del siglo: la ruptura con las certezas delprogreso científico y los intereses en la manipulación de su producto intelectual (Fensham,2002; Ramontet, 1997). De estos aportes surgen propuestas de formación basadas entres líneas: una sobre Ciencia en la Sociedad; otra sobre Ciencia en un contexto social;y una tercera, Ciencia y Tecnología en la Sociedad se abre de este modo, un abanico detemáticas que dan lugar a la producción de cuadernillos didácticos sobre el trabajo dela Ciencia: el papel del gobierno y la industria en la Ciencia; la comercialización de loshallazgos científicos; la implicación de los investigadores en la producción de alimentos;la lucha en las enfermedades; las armas nucleares; la tecnología en la vida diaria, entreotros.
Este acontecer de los hechos se articula también, al interior de la enseñanza enBiología, con una crisis de sentido educativo a nivel de la escolaridad, en donde se planteala necesidad de una ciencia para todos, pensada desde su papel en la sociedad más quedesde la ciencia en sí misma. Se refuerza de este modo los argumentos que sostienenque en las currículas se ofrece una visión muy limitada de la ciencia, a-histórica y sincontextualización cultural e impacto social. Este enfoque pretende motivar al alumnono sólo al estudio de las disciplinas científicas, sino a pensarse como futuro ciudadanoaprendiendo a optar y disentir frente al valor y al uso de los conocimientos científicos.
En esta línea, se consolida también la participación activa la ADBiA -Asociaciónde Docentes de Biología de la Argentina-, en el año 1993 tuvo un rol protagónico enla delimitación y alcance epistemológicosde los contenidos en la reforma educativadel país (1995, 1997) y en la necesidad de incluir enfoques contextuales, históricos eideológicos en las currículas de Biología. Después del regreso a la democracia en el año1983, las discusiones en el marco de las reformas curriculares posibilitaron hacer visibleslas opiniones del profesorado respecto de la enseñanza de la Biología, señalando comofuerte debilidad la ausencia de relación entre lo que se enseña y los problemas reales de lavida cotidiana, el enciclopedismo y la atomización, la ausencia de historia de las ideas y lastemáticas transversales (Memorias ADBiA, 2002). Y en este sentido, han sido las voces delos profesores de nuestras escuelas secundarias quienes han reclamado constantementeuna actualización disciplinar de los resultados de las investigaciones del campo de laBiología (De Longhi et all, 2002; Rivarosa y De Longhi, 2012)
Podemos aportar que el enfoque CTS fue una opción sugerida que impregnó losprogramas educativos de Biología en la década de los noventa de muy distinta formas:a) los que incorporan CTS en un año o curso; b) los que enseñan a través del enfoqueCTS, desde los problemas a los conceptos científicos; y c) propuestas desde CTS en donde el contenido científico tiene un papel subordinado (Marco Stiefel, 2005; Quse y DeLonghi, 2005). Es interesante destacar que la dimensión CTS tuvo un anclaje didácticoen los conflictos ambientales de las currículas de Biología, promoviendo una ruptura conel contenido científico tradicional e introduciendo nuevas estrategias de comprensión,participación y acción sobre la problematización ambiental, el estudio de la realidad socialy una ciudadanía crítica.
Coincidentemente con los aportes derivados de la literatura sobre la nueva Filosofíade las Ciencias, los estudios psicogenéticos sobre nociones de Biología (Giordan y DeVecchi., 1987 ; Piaget y Garcìa,1982) (en memorias de ADBiA, 1990) ofrecieron unainteresante alternativa para incursionar en las perspectivas históricas de las ideas y enlos procesos socio-cognitivos de los alumnos, instalando para el debate educativo nuevoscriterios epistemológicos en la delimitación curricular de los contenidos de ciencias.
Así, en este marco, retomar la historia de la ciencia y su conceptualización se volviófundamental, porque de este modo es posible que se expresen las dos caracterizacionesrelativas a la naturaleza de las ciencias: a) la ciencia como un proceso de justificación delconocimiento (lo que sabemos); y b) la ciencia como un proceso de descubrimiento delconocimiento (cómo sabemos). En este sentido, la primera caracterización ha dominadola enseñanza contemporánea de las Ciencias Biológicas promoviendo un conocimientoincompleto, de lo que implica su campo conceptual y axiológico. Falta aun profundizar, enla actualidad, en el currículum de ciencias, el diseño y la implementación de propuestasdidácticas que trabajen sobre la otra cara, es decir el “cómo y por qué” fue necesarioconocer el modelo de transmisión de caracteres hereditarios o el proceso de evolución(Volowelsky, 2008).
Esto implica ir más allá del simple relato histórico como eje de nuestras clases, endonde las posiciones filosóficas sirven de instrumento para el análisis y la metarreflexión,permitiendo “ver” mejor aspectos de la práctica científica y mostrando los contrastes deldesarrollo argumental en el marco de rupturas tecnológicas y socio culturales (por ejemplo,la teoría de la generación espontánea del siglo XII, la teoría del fijismo en el siglo XVI, la teoríasintética de la evolución siglo XX). Existen muchas creencias y espacios de pseudocienciasen nuestra cultura, en particular en temáticas como el origen, desarrollo y evolución de lavida, en donde la contextualización histórico-filosófica podría contribuir significativamentea construir posicionamientos menos dogmáticos y radicalizados (Schuster, 1999, Palma yVolowelsky, 2000).
Al respecto, sabemos hoy que el abordaje metacientífico del conocimiento posibilitarelacionar los saberes a enseñar en su contexto histórico y evolutivo, problematizado enun momento cultural, con las estrategias, ideas y modos de resolución disponibles en cadaépoca. Ese componente metacientífico en la delimitación de prácticas docentes de Cienciascontribuye, por un lado, a fundamentar estrategias de transposición didáctica y, por el otro,a modificar en profundidad los modelos tradicionales de enseñar y aprender sobre Ciencias(Adúriz Bravo, et. al. 2002, Aduriz Bravo, 2005; Quintanilla et al 2005).
A partir de las ideas anteriores se han definido finalidades para la enseñanza de as ciencias en Biología, relacionadas con las capacidades que deberían desarrollar losalumnos:
- En principio, aprender los conceptos contextualizados en los modelos y teorías quele dieron origen. Es decir, aproximar cada vez más la intención de los fenómenos a losmodelos que propone la comunidad científica (distancia discursiva).
- Dicha interpretación requiere potenciar el desarrollo de destrezas cognitivas y derazonamiento científico, lo que se llama “hacer ciencias”.
- Promover el cambio conceptual, el razonamiento argumental y la comprensión de lacondición problemática, histórica y cultural de la actividad científica.
- Por último, y en el marco de las actitudes, desarrollar un pensamiento no ingenuo ycrítico que posibilite opinar, detectar engaños y promover decisiones e innovación.
c. La identidad de la didáctica como campo de investigación.
Esta mirada epistémica al saber científico ha estado dialogando permanentementecon los estudios en el ámbito de Didáctica de las Ciencias, buscando diseñar procesos detransposición comunicacional e hipótesis de prácticas de enseñanzas innovadoras.Al respecto, el reconocimiento de esa historia de teorías fundamentales en el campode la Biología, son las que permiten otorgarle identidad no sólo a la configuración de suscontenidos y modelos explicativos, sino a los desafíos que promueve ese conocimiento,las actitudes que generan y los vínculos culturales que se desprenden (Memorias de las VJornadas Nacionales de Enseñanza de la Biología). Esta tendencia transforma la enseñanzade la ciencia, pensada como un ejercicio académico, a un aprendizaje orientado a lasactividades diarias de la vida, de la comunidad, del trabajo, la producción y la justiciaambiental.
Al respecto, el reconocimiento de esa historia de teorías fundamentales en el campode la Biología, son las que permiten otorgarle identidad no sólo a la configuración de suscontenidos y modelos explicativos, sino a los desafíos que promueve ese conocimiento,las actitudes que generan y los vínculos culturales que se desprenden (Memorias de las VJornadas Nacionales de Enseñanza de la Biología). Esta tendencia transforma la enseñanzade la ciencia, pensada como un ejercicio académico, a un aprendizaje orientado a lasactividades diarias de la vida, de la comunidad, del trabajo, la producción y la justiciaambiental.
Se instala la necesidad de construir nuevas subjetividades, en donde los estudiantesdeben adquirir una visión de la ciencia conectada con la problemática social y especialmentecon conflictos emergentes planteados en nuestra realidad actual. Entre algunos de estos,podemos mencionar los relacionados con la ideología del desarrollo, la sustentabilidad y loambiental, el manejo de recursos naturales, petróleo y petroquímica, minería y tecnologías,agricultura y agroindustria, metalmecánica, alimentación, ambiente, salud y biotecnología.(Meira, 2006)
Las sociedades actuales cada vez más dependientes del conocimiento tecnológico,replantean la relación entre producción-información-educación, dando lugar a nuevosanalfabetismos ciudadanos, en donde la comunicación y divulgación apropiada en temasrelacionados con la salud, nutrición, contaminación, reclaman de educar otras subjetividadesfrente a los problemas y sus soluciones, mejorando su calidad de vida y su calidad deentorno.
En esta misma línea, ha puesto en evidencia la investigación didáctica que una orientación centrada únicamente en la incorporación de contenidos conceptuales, ofreceuna visión deformada y empobrecida de la actividad científica y sus reales prácticasde producción (CTS). Precisamente, un amplio grupo de investigaciones coinciden enreconocer que se favorece una mayor comprensión conceptual de contenidos científicoscuando los alumnos se aproximan a comprender el origen y la naturaleza del conocimiento,los conflictos argumentales, la sociología de la investigación, así como los dilemas éticos yactitudinales que atraviesan a los sujetos y sus instituciones (Jiménez y Sanmarti, 1997;Lemke, 2006; Rivarosa y De Longhi, 2011).
Por otra parte, una sistematización de investigaciones en Didáctica de la Biologíaa nivel nacional (De Longhi et al 2005; Berzal, 2000, Astudillo et al, 2008), hizo visiblela necesidad deprofundizary actualizar procesos de innovación en las prácticas deenseñanza, a partir de problemáticas relacionadas con: a) la histórica de nociones biológicasy su recorrido epistemológico, el análisis de las concepciones y los obstáculos conceptualesde las/os estudiantes, los temas problemas Biología y Cultura; b) el pensamiento y laformación del profesor, la transposición comunicativa; y c) los modelos didácticos y losmateriales curriculares.
Cabe señalar que la preocupación en la última década (2000-2012) se centrófuertemente en promover y acompañar a los docentes con espacios curriculares y deformación continua (Postítulos, Maestrías, Seminarios) para una comprensión másprofunda sobre la actividad científica y sus vínculos con problemáticas genuinas, comocriterio relevante para re-pensar la enseñanza de la Biología en particular. Y por otra parte,se centro en instalar como parte de la profesionalización docente un tiempo destinado aconocer y/o involucrarse en procesos de investigación educativa (inter institucionales) queposibiliten otras redes de saberes, otros modos de proceder y nuevos compromisos con elrol de educador que demandan los tiempos por venir.
En este sentido, unos conocimientos metacientíficos y didácticos de mayores vínculos,ofrecen alternativas complementarias de problematización temática, que posibilitancombinar historia conceptual y diseño experimental, argumentación con metacognición ytransposición educativa y relaciones dilemáticas entre ciencia, cultura, sociedad y ética.Se generan de este modo, nuevos planteos a futuro: ¿cuáles son las prácticas en donde seancla la Biología hoy? ¿Qué debería incluir una Didáctica de la Biología?
Y en este sentido creemos que conocer el devenir histórico de los problemas queconfiguran la cultura científica, incluyendo los múltiples interrogantes del campo epistémico,ofrecen mayor oportunidad para “definir” nuevas estrategias y metas educacionales. Eneste sentido, se debería pensar el para qué y por qué educar en ciencias, a saber: ¿Cuáles la importancia de la educación científica en la sociedad actual? ¿Ciencia para quiénes?,¿Qué ideas y valores atraviesan las prácticas de investigación? ¿Contribuye el conocimientocientífico y tecnológico disponible a un modo de pensar y actuar para el cambio social, lamejora en la calidad de vida y lo ambiental?
A modo de cierre, retomamos la idea inicial y decimos que, al recuperar un relato,podemos también comunicar quiénes somos, qué hacemos, cómo nos sentimos y por qué debemos seguir transitando cierto curso de acción y no otro. Ello nos ofrece la posibilidadno sólo de mirarnos -hacia atrás y en perspectiva- sino de ofrecernos otra manera deentender lo realizado, sabiendo que al sostener esa memoria no volveremos a reiterar losmismos caminos.
Al decir de Larrosa y Skliar (2006) esa posibilidad de evocar, incluye nos sólo elsentido de esa relación y la trama explicativa de su conexión, sino que habilita a encontraruna nueva ilusión. Más aun cuando el autor de este escrito que intenta recuperar eseacontecer, ha estado involucrado en esta misma historia.
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